jueves, 17 de mayo de 2018

TIEMPO NUEVO INTERNACIONAL (MIAMI), DE ADDHEMAR H.M. SIERRALTA - AÑO 10 Nº 329, DEL 17 DE MAYO DE 2018

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TIEMPO NUEVO 
 
Internacional 
 
por  Addhemar Sierralta 
 
Año 10 Nº 329
 
 
Miami, 17 de mayo de 2018
                 
 
PUNTO DE VISTA.

Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).
 
EL MUNDIAL Y LOS IMPUESTOS.
 
La noticia de la sanción a Paolo Guerrero está logrando en el Perú un efecto de colocar en segundo plano las acciones del gobierno y la política nacional hasta el punto de actuar como una cortina de humo a los problemas nacionales.
 
Si bien la presentación del nuevo gabinete en el Congreso pasó sin mayores incidentes cabe señalar que el ejecutivo, en los últimos días aplicó impuestos (Selectivo al consumo) a la venta de automóviles y a las bebidas gaseosas. Anunciaron también aumentos de los combustibles y por otro lado se habló de revisar los contratos de exploración petrolera que aprobó PPK antes de dejar la presidencia.
 
Es obvio que aumentar impuestos –de cualquier tipo- no es una medida popular y menos acertada desde el punto de vista económico. Ello disminuiría ventas y por lo tanto tendría un efecto negativo a lo que se podría esperar (justificación de los dispositivos) y atenta contra el desarrollo económico.
 
Respecto al aumento de los combustibles eso era de esperar por los aumentos del precio internacional del petróleo que sobrepasan largamente los 70 dólares por barril de crudo. Pero no debe aprovecharse para exagerar con el ánimo de hacer caja para la SUNAT.
 
Merece comentario especial lo referente a los contratos de exploración petrolera. Consideramos que fue una medida acertada de PPK ya que no somos un país productor y se requiere explorar sin comprometer inversión estatal. Ya el Contralor General de la República manifestó que fueron contratos transparentes.
 
Un aspecto, que está pasando aparentemente inadvertido o muestra que no se quiere encarar con suficiente energía, es el posible rebrote de las células terroristas. Es obvio que los servicios de inteligencia han estado descuidados al respecto y se viene siendo permisivos con la infiltración de la extrema izquierda y ex presidiarios terroristas en todo nivel. No hay que esperar a que “reviente el chupo” –como se dice popularmente- sino hay que prevenir actuando con habilidad y sensatez.
 
TRUMP Y EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ.
 
En los últimos días se  propuso oficialmente la candidatura del presidente de U.S.A., Donald Trump, al Premio Nobel de la Paz por su actuación a favor de las negociaciones de paz con Corea del Norte eliminando el riesgo de una conflagración atómica. Recordemos que los líderes de Corea del Norte y de U.S.A. estarán negociando la paz en los próximos días  (12 de junio) en Singapur.
 
El logro de la seguridad para esta zona asiática y un acuerdo de paz entre Corea del Norte y Corea del Sur, que también involucra a China y U.S.A., después de casi 70 años, es sin duda un acto más relevante que las acciones de Obama o Santos, quienes recibieron este galardón del Nobel de la Paz sin logros significativos.
 
Cabe precisar que Trump, con toda la animadversión impulsada por los demócratas, los comunistas y los tontos útiles, viene obteniendo –con su sui-géneris comportamiento negociador- singulares y significativos éxitos, entre ellos la paz con Corea del Norte, las acciones contra ISIS, la salida del tratado nuclear con Irán, el fortalecimiento de la amistad con Israel, las inminentes mejoras en los tratados comerciales, la colaboración de los gobiernos que se benefician con la OTAN, etc.
 
 
¿RUMBO A UNA NUEVA CUBA?

 Por Andrés Oppenheimer (U.S.A.).
 
“La nueva Constitución convertiría oficialmente a Venezuela en una dictadura como la de Cuba”.
 
Es difícil saber qué va a pasar en Venezuela, pero lo que me dijo el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en una entrevista esta semana debería hacer sonar las alarmas en todo el continente.
 
Santos me dijo durante una visita a Miami que la Asamblea Constituyente elegida a dedo por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, está redactando una nueva Constitución que se haría pública después de las elecciones presidenciales del 20 de mayo en Venezuela. Según Santos, la nueva Constitución convertiría oficialmente a Venezuela en una dictadura como la de Cuba.
 
Maduro, que ya es un dictador de facto, se está postulando para la reelección. Ha prohibido que los principales líderes de la oposición compitan contra él, no permite observadores electorales internacionales y se ha negado a crear un tribunal electoral independiente.
 
Estados Unidos, la Unión Europea y todos los principales países de América Latina han dicho que no aceptarán los resultados de la farsa electoral de Maduro.
 
Santos me dijo que la Asamblea Constituyente de Maduro está redactando en secreto una nueva Constitución de 350 artículos y 18 “cláusulas transitorias” que crearían un sistema de votación de estilo cubano. En Cuba, las “organizaciones de masas” controladas por el régimen eligen a los funcionarios locales que a su vez eligen a los legisladores, y estos a los líderes del país.
 
“La información que yo tengo es que entre esos artículos (de la planeada reforma constitucional) está por ejemplo abolir el sufragio universal y establecer un sistema muy parecido al de Cuba, en que las elecciones son una especie de elecciones corporativas”, me dijo Santos. 
 
Santos agregó: “También tengo entendido que van a establecer una serie de modificaciones en cómo se define ‘traición a la patria’... para tener más instrumentos supuestamente legales para poder reprimir a la población”.
 
Cuando le pregunté de dónde obtuvo esa información, Santos dijo que viene de “informes de inteligencia”, sin dar más detalles.
 
Maduro podría radicalizar su revolución izquierdista para evitar una rebelión popular a medida que el país desciende a un caos casi absoluto. El Fondo Monetario Internacional proyecta que la hiperinflación en Venezuela este año puede llegar al 13.000%, y hay una escasez generalizada de alimentos y medicinas.
 
“Cuanto más se deteriora la situación económica y social, más sofisticada es la forma de reprimir a la población”, continuó Santos. Venezuela está creando células paramilitares locales para tratar de controlar cualquier tipo de disidencia, dijo.
 
“En este momento, las células que están formando con las milicias son de cerca de 13.000 alrededor del país, con 40 militantes por célula”, me dijo Santos. “Esas son las que en cualquier momento que salga una protesta van y la reprimen. Igualito que los comités de defensa de la revolución de Cuba”.
 
Debo confesar que soy instintivamente escéptico cuando los presidentes citan “informes de inteligencia”, porque a veces estos están escritos por expertos en desinformación que buscan desprestigiar a sus enemigos. Pero, en el caso de Venezuela, hay razones para tomar en serio las declaraciones de Santos.
 
En primer lugar, el fallecido demagogo de Venezuela, Hugo Chávez, ya había intentado cambiar la Constitución para establecer un sistema electoral al estilo cubano en el 2007.
 
Ese año, Chávez convocó un referéndum constitucional para crear un “nuevo estado socialista” que eligiera a los funcionarios públicos a través de “comunas” creadas por el gobierno, en lugar de los municipios. El referéndum del 2 de diciembre del 2007 fue derrotado por un estrecho margen.
 
En segundo lugar, es muy probable que Maduro, anticipando que su país enfrentará un colapso económico aun mayor y un creciente aislamiento internacional después de la farsa electoral del 20 de mayo, haya decidido que no podrá evitar una revuelta popular si no instaura un estado policial.
 
Si Santos tiene razón y Maduro sigue adelante con sus planes, pronto podríamos ver una crisis migratoria como la de los refugiados sirios en Europa. Santos calcula que ya hay cerca de un millón de venezolanos en Colombia.
 
A menos que se pueda presionar a Maduro para que abandone sus planes totalitarios, pronto podríamos ver a millones de venezolanos más huyendo del país, y una crisis migratoria regional como no se ha visto en la historia reciente del continente. 
 
 
¡SUICIDÉMONOS AL CONTADO!

Por Enrique Guillermo Avogadro (Argentina).

"No hay cosa como la muerte
para mejorar a la gente"
Jorge Luis Borges

Llevamos intentando nada menos que siete décadas hacerlo en cuotas; a esta altura, ya deberíamos haberlo conseguido. Nos hemos pasado los últimos setenta años buscando a quien echar la culpa de nuestra decadencia, pero jamás nos hemos mirado al espejo para encontrarlo. Cuando, finalmente, logremos terminar con nuestra vida, el resto del mundo nos recordará, si es que lo hace, con el mismo asombro con que Tato Bores, disfrazado de arqueólogo, nos contaba por televisión que "según dicen, aquí había un país que se habría llamado Argentina".
 
Hace nada más que treinta meses que elegimos un Presidente y le encargamos la ardua tarea de cambiar nuestro destino, que antes habíamos puesto en manos de una asociación ilícita que se llevó lo mucho que aún quedaba y nos dejó desnudos y a los gritos. Pero recordemos, sin hipocresía, que durante doce años y medio estuvimos encantados con la fiesta que organizaron para, en pleno festejo, desvalijarnos. Es más, sólo cuatro años antes habíamos renovado nuestra ciega confianza en los organizadores del evento con el 54% de los votos y, aún hoy, cuando el cielo está empañado por los espectros de fondos santacruceños, reservas monetarias, viviendas sociales, cloacas, puertos, vías férreas, rutas, petróleo, gas, luz y agua faltantes, una porción nada despreciable de nosotros sigue aferrado al culto de la psicótica personalidad de su jefa.
 
Cuando la clase media no tuvo más remedio que darse por enterada del desquicio en que se había convertido la República, forzada sin opciones a hacerlo por los bolsos que volaban en los conventos o por los impúdicos videos de La Rosadita y, sin ponerse colorada, se mostró horrorizada cuando los podridos cimientos del kirchnerismo quedaron expuestos a la luz y, con un fervor nunca visto, se dedicó a fiscalizar los comicios para impedir que, nuevamente, la aceitada maquinaria electoral del peronismo del Conurbano consiguiera torcer la democracia. Así logró que Mauricio Macri-Gabriela Michetti y María Eugenia Vidal-Daniel Salvador llegaran al poder por pequeñísimos márgenes, pese a que sus contendientes eran nada menos que Daniel Scioli-Carlos Zannini y Anímal Fernández-Martín Sabbatella, los grandes oficiales de la Orden del Latrocinio y la Droga.
 
La crisis que dejó Cristina Elisabet Fernández fue muchísimo peor que la que sufrimos en 2001, pero nadie la percibió, y el Gobierno cometió la imperdonable estupidez de no inventariarla detalladamente. En aquel entonce, sólo se trató de un problema bancario y cambiario, derivado del estallido de la convertibilidad, ese invento de Domingo Cavallo que a todos nos gustó, a punto tal que todos los candidatos presidenciales en 1989 juraron conservarla. Sería bueno que recordáramos que volvimos a aplaudir cuando, pocos días después, Adolfo Rodríguez Saa le cantó la vacía a los acreedores y el Congreso entero gritó su felicidad al mundo.
 
Pero el final de Carlos Menem y la frustración de Fernando de la Rúa habían dejado una inmensa capacidad ociosa, tanto fabril cuanto energética, y eso permitió, con una fuerte devaluación asimétrica, salir rápidamente del pantano. En cambio, la arquitecta egipcia hizo todo lo contrario ya que, exacerbando el consumo y "regalando" la luz y el gas a los porteños, no dejó posibilidad alguna de rápida recuperación; su única virtud -por cierto, impuesta por el desprestigio nacional y la disparatada política exterior- fue dejar escaso endeudamiento externo.
 
Cuando el Gobierno había comenzado a encarrilar un poco la situación externa -con la salida del default y del cepo cambiario-, mientras se negaba a ejecutar el tajante ajuste del gasto fiscal que reclamaban a coro los economistas más ortodoxos por el impagable costo social que el mismo acarrearía, llegó nuevamente el populismo demagógico a intentar incendiar el país para recuperarse del frío que implica transitar por el desierto: primero, generando un monumental conflicto social cuando se sancionó la más que tibia ley de reforma previsional; luego, aplicando tributos a la renta financiera (que ya los pagaba, a través del normal impuesto a las ganancias de personas y sociedades); y ahora, pretendiendo retrotraer las tarifas de la energía y del agua a valores de 2017 (los curiosos ¿renovadores? de Sergio Massa) o, directamente, a diciembre de 2015 (las hordas de Axel Kiciloff).
 
Como Cambiemos no tiene mayoría en ninguna de las cámaras del H° Aguantadero nacional, las tribus peronistas pueden reunirse, invitar a la izquierda nihilista y a varios imbéciles de la propia coalición gobernante a construir rápidamente una barricada para impedir que se pueda avanzar hacia la seguridad jurídica; lo logró dando media sanción a una loca ley que pretende que la energía se regale, como se hizo durante la gestión anterior, que así consiguió el extraño logro de perder la autosuficiencia energética. De esa pérdida derivó el monstruoso drenaje de divisas (US$ 50 mil millones) para pagar -y, en el camino, cobrar los indispensables sobreprecios- la importación de gas, energía eléctrica y hasta fueloil; de las vacías arcas del Banco Central surgió, a su vez, la mayor inflación, con el crecimiento exponencial de la pobreza que siempre conlleva.
 
Gran parte de la culpa del éxito que ha obtenido la hipócrita demagogia en el Congreso corresponde al propio Gobierno, que nunca tuvo el tino de explicar, clara y profundamente, cómo había sido la fiesta de los K (imperios hoteleros y estancieros, coimas de toda clase y color pero un solo destino, aviones y helicópteros fabulosos, flotas de autos de lujo, empresas financiadas reteniendo nuestros impuestos, red de medios de comunicación al servicio de la banda, destrucción de la ganadería, pérdidas de mercados internacionales, cooptación de jueces y fiscales, uso político de la educación, más de US$ 11,2 mil millones pagados por indemnizaciones aún hoy oscuras a los terroristas y sus familiares, etc.), para que supiéramos todos cómo sería el día después de la noche anterior, y qué esfuerzo debíamos hacer para que se nos pasaran los efectos de esa nefasta borrachera generalizada.
 
Hoy, que Macri se ve obligado a volver al Fondo (en realidad, nunca nos fuimos) a solicitar un crédito que le permita superar la renovada crisis cambiaria -¡por favor, no compararla con el 2001!- que esos mismos cretinos irredentos han generado con su demagogia pasada y presente, la hipócrita clase media parece haberse dado vuelta, y despotrica contra el Gobierno por los aumentos que debe pagar si quiere seguir despilfarrando la escasa energía; mientras, sale gozosa a comprar dólares transformando la devaluación de nuestro pobre peso en una profecía autocumplida. Por lo que dice la encuesta de Berenstein-D'Alessio, también critica la negociación abierta con el FMI, que seguramente resultará exitosa, dado el enorme apoyo internacional que ha obtenido el Gobierno en estos momentos.
 
El peronismo festeja, claro, la posibilidad de obligar al Presidente a ir al ballotage en 2019, para cuando su delirio le permite creer que tendrá un candidato único y competitivo. Pero me permito desilusionarlo: sé, con toda certeza, que esa clase media, que hoy llora por la gran parte del mini-ajuste que le toca soportar, aunque sea tapándose la nariz volverá a votar por Cambiemos; así se sumará a muchos que, en el Conurbano profundo, han visto por primera vez a un Estado presente, traducido en obras tangibles, en pavimentos, en cloacas, en iluminación pública, en agua potable, en redes de gas, etc., y todo ello mientras zafan del día a día con tarifas sociales.
 
Pero -recordémoslo cuando se intensifiquen las protestas en la calle- que todos reclamos que el Estado se achique fuertemente, porque no hay economía que resista que 6,5 millones de ciudadanos productivos mantengan a casi 12 millones que no trabajan. ¡Muchachos, la fiesta terminó, y hay que pagar hoy mismo la cuenta!. Como no podemos lavar los platos, elijamos de una vez: convirtámonos en un país normal -con la sangre, sudor y lágrimas que nos costará- o suicidémonos al contado.
 
Bs.As., 12 May 18
 
 
“EL CAMINO DE LA VIDA” 
ES EL NUEVO LIBRO  
QUE ADDHEMAR SIERRALTA  PRESENTARÁ 
EL 15 DE JUNIO EN CASA MUSEO RICARDO PALMA.
 
Nuevamente, Amantes del país – Ediciones y Gaviota Azul Editores, son los encargados del nuevo libro del escritor peruano Addhemar H.M. Sierralta: “El Camino de la Vida.” La obra será presentada por el autor, en especial evento, en la Casa Museo Ricardo Palma, en Miraflores, Lima-Perú, el próximo viernes 15 de junio a las 6 y 30 de la tarde.
 
Será el escritor y crítico literario, José Beltrán Peña, quien comentará el libro que reúne cuentos, crónicas, poemas, entrevistas y vivencias del autor. La edición –de 156 páginas- agrupa 37 escritos seleccionados en cinco partes: I. Personajes inolvidables (9), II. De vida (10), III. Familiares (5), IV. Románticos  y sensuales (6) y V. Extrañas (7).
 
Cabe señalar que en este singular libro se puede encontrar remembranzas del escritor Ernest Hemingway, del ex presidente Manuel Prado Ugarteche, del general Charles De Gaulle, del policía “Nonone”, así como recuerdos de eventos como el asesinato del Conde Sartorius, la bomba de Tarata, balseros cubanos y otros. Asimismo relatos que van desde vivencias hasta los más románticos y sui-géneris.
 
Addhemar H.M. Sierralta escribe desde 1960 y ha publicado múltiples obras que abarcan desde recopilaciones históricas, poemas, cuentos, novela, hasta ediciones musicalizadas y en su propia voz. Han sido presentadas en el Perú y en el extranjero. Asimismo ha sido considerado en decenas de bibliografías y actualmente dirige la publicación on-line, “Tiempo Nuevo Internacional”, editada en Miami, U.S.A., desde el año 2009 y que va por su edición número 329.
 
ICP DE MIAMI CONVOCA AL XXVII CONCURSO DE POESÍA Y NARRACIÓN 

EN HOMENAJE A CÉSAR Y GEORGETTE VALLEJO.
 
 
Instituto de Cultura Peruana, Inc.
Con sede en Miami, FL. USA. convoca al
XXVII CONCURSO DE POESÍA Y NARRACIÓN en homenaje 
a César Vallejo y Georgette, cuyos premios se entregarán 
el 27 de julio. Participe y... ¡sea un triunfador!
 
BASES DEL CONCURSO 

1. Participantes: Hispanohablantes de cualquier nacionalidad que no hayan obtenido el Primer Premio en nuestros concursos anteriores; sin embargo, el premiado en un solo género puede participar en el otro al año siguiente. Su participación no tiene ningún costo.

2. Tema: Libre. Verso: Libre.
 
3. Extensión y formato. Poesía: Uno o más poemas en 5 páginas. Narración: un solo relato. Ambos géneros en formato  Word, Times New Román, 12 puntos, a doble espacio,márgenes: 2.5 cm. Ningún formato o ilustración adicional.
  
4. Identificación: Los trabajos se identificarán por su título y un número que se le asignará a cada uno. Los datos personales del concursante (nombre, dirección, email, teléfono, breve biografía,  título de su obra concursante) y una nota simple certificando que su obra es original e inédita, no presentada a otro concurso pendiente de resolución, y autorizando su publicación si resulta premiada, deberán consignarse una sola página.

5. Fecha y lugar de recepción: Los trabajos participantes se recibirán una sola vez por este correo electrónico (email): rcalderongutierrez@yahoo.com, hasta las 12 pm del 25 de junio (hora de Miami), en un solo archivo adjunto a su correo, en el que la primera página corresponderá a los datos del autor (plica/identificación) y las 5 siguientes a su obra, las únicas que se entregarán al jurado. En el asunto del correo se especificará si es Poesía o Narración para el concurso del ICP. Cuando la obra haya sido recibida se le notificará al concursante de ello y se evitará toda comunicación posterior hasta el día anterior a la entrega de los premios.

6. Jurado: El ICP designará oportunamente al jurado cuyo fallo será inapelable.

7. Premios: Diplomas para los triunfadores y finalistas otorgados por el Consulado del Perú. Publicación de los trabajos premiados en 1er, 2do y 3er  lugar en nuestra antología Poetas y Narradores del 2018, cuyas ediciones anteriores pueden ser  adqueridas por los interesados. Informes:
 
 ricardo_calderon@juno.com
 
 
PIRÚA.
 
Por Alfonsina Barrionuevo (Perú).
 
Una interrogante con profundidad de abismos crece en torno a la palabra Perú. Así se llama nuestro hermoso país sin que haya sido posible descifrar su enigma. ¿Por qué se escondió este nombre cuando estaba en los alfabetos de las culturas asentadas en sus pisos ecológicos? No era un vocablo cualquiera. Tampoco  provenía del Darién, Caribe o Tierra Firme, es decir Centro América. Habría que ver de qué lugar ignoto pudo ser arrastrado por los conquistadores, como el vocablo ‘cacique’, utilizado para los jefes o dignatarios, cuando teníamos los propios, kuraka, apu, si ek, ala ek, malqo  y otros. Perú, tal como se escribe, debía tener un origen con rango. Era preciso indagar con paciencia de qué árbol lingüístico se desprendió el nombre como una hoja viva, y en qué momento se incorporó a nuestra historia. 

Hasta que me sorprendió apareciendo en mi teclado con un encanto inefable. Perú vendría de Pirúa y la palabra se suaviza, ondula, adquiere un timbre poético. Pirúa, un hombre amado por la naturaleza cuyo nominativo emerge con el arribo de los españoles al norte y es cambiado porque éstos tenían pereza de pronunciar bien ciertas sonidos vocales. La palabra Pirúa se astillaba en sus labios y la corrompieron. Más accesible fue Pirú y así figuró en sus escritos hasta devenir en Perú.
 
Sucedió en un tiempo sin edad, ñaupa pacha, pasando de padres a hijos y nietos. El viento decía en sus susurros Pirúa. El agua en sus murmullos cantaba Pirúa. Las flores y las enredaderas musitaban Pirúa. Las aves en sus trinos modulaban su nombre Pirúa. El trueno al resonar en las tardes canturreaba  Pirúa. El rayo escribía en el aire Pirúa. El arco iris dibujaba en los arcanos Pirúa.

Cuando la gente barbuda, llegada de ultramar, preguntaba quién era el dueño de esta tierra, le respondían Pirúa, Pirúa Paqareq Manko Inka como el fundador de Qosqo. Ese era el nombre que recibió de Illa Teqse, el Hacedor, cuando le encargó cuidar las trojes donde se guardaba la flor de las cosechas: saramama, el maíz de grano como perlas; mama akso, la papa harinosa que humilla al hambre, mama kihura o panoja de kinoa cargada de potencias minerales; los tanpus que eran depósitos donde se almacenaba la ropa mejor tejida; la vajilla más preciada y las armas de guerra. Así estuvo ayudando a sus gentes hasta que su tiempo pasó y  le tocó irse a un planeta azul.
 
Gracias a su autor, nada es mío, la historia responde a la vieja pregunta sobre el nombre de Perú. Hasta ahora no he hallado otro cronista que la considere.

Quien inventó a Pirúa hizo volar la imaginación en aras de la necesidad de contar con un héroe fundador. El relato es novedoso entre nuestros mitos y leyendas.

La confidencia de los suyos, descendientes de los inkas y khipukamayuq, fluía en forma natural porque se sentía inspirado.  Aprendió con la gente del Ande que el cielo se remecía de alegría al recibir los rayos y los besos de oro de Apu Inti, su hijo bien amado y temido. Un día de estos publicaré toda la mágica historia con nombres, pelos y señales. Ya tengo todo registrado.
 
 
¿QUIERES BAILAR CONMIGO? (Microrrelato). 
 
Por Andrés Fornells (España).
 
Marcelo Martos era extremadamente tímido. Llegado a la edad en que los pájaros crean nidos y los humanos hogares, comenzó a frecuentar los bailes convencido de que era el sitio adecuado donde encontrar compañera para el resto de su vida.
Cuando Marcelo veía una chica que le gustaba mucho, mucho, le escribía una notita, la ponía dentro de un sobre y se la entregaba. En la notita él escribía siempre lo mismo: “¿Quieres bailar conmigo?”
Generalmente la joven que recibía esta invitación le respondía llevándose un dedo a la sien y haciéndolo girar significando que lo consideraba un loco y no le hacía caso alguno.
Pero por fin un día, una joven de aspecto tímido y modosito escribió detrás del escrito de él las siguientes, breves palabras:
—Sí quiero bailar contigo.
Bailaron y se encontraron tan a gusto haciéndolo que quedaron, por escrito, con volverse a ver todas las semanas, hasta que finalmente decidieron irse a vivir juntos.
En el futuro no tuvieron que escribirse más notas; los dos conocían el lenguaje de los mudos.
 
LA NIÑA DE LAS LÁMPARAS Y LAS LUCES (Cuento).
 
Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú). 
 
Un impactabte y extraño suceso vivido por Addhemar H.M. Sierralta nos transporta a situaciones por demás sobrenaturales.
 
Hay circunstancias extrañas, muy curiosas para ser comprendidas sin pensar que lo paranormal o sobrenatural está presente en muchas situaciones de nuestra vida y en la muerte de algunos seres humanos.
 
Sin programarlo, el miércoles pasado, luego de una reunión frustrada en casa de mi hermana, decidimos –con mi esposa- visitar a una comadre que vive por Camacho y al pasar por un condominio, ubicado en la misma cuadra de su casa, me acordé de mi amiga Yolanda, a quien la última vez que la visité moraba en dicha agrupación.
 
Yolanda estaba en la mente de nosotros porque al armar nuestra primera casa compramos lámparas en su negocio, en donde vendía los productos de la fábrica de su papá. Ella fue una de esas personitas que nunca se olvida. Enamoramos pocos meses, unos dos años antes que yo conociera a mi esposa, y entre el recuerdo más emotivo siempre estaba su comportamiento muy correcto y moral. El prototipo de una verdadera señorita, de las que hoy se extraña. Aunque el recuerdo se ampliaba a su preciosa sonrisa y hermosas piernas que poseía.
 
Cuando dejamos aquella relación cada uno siguió  su camino. Ambos contrajimos matrimonio, por nuestro lado, y en una oportunidad llevé a mi primer hijo para que lo conociera. La veía esporádicamente cuando pasaba por su tienda hasta que mi familia y yo emigramos hace casi un cuarto de siglo al extranjero.
 
Esa noche del miércoles pasado, al recordarla, mi esposa sugirió que fuéramos a comprar las nuevas lámparas a su negocio. Había transcurrido el tiempo y estábamos en pleno arreglo de nuestra casa para preparar el retorno al Perú.
 
El sábado siguiente pasamos por la antigua fábrica e intentamos ubicar una de las tiendas en Surquillo pero con resultados negativos. "Ve a buscarla la próxima semana a la tienda de La Paz en Miraflores”, me dijo mi esposa. “Eso haré”, le respondí, y anoté una próxima visita a mi querida amiga.
 
Todo el viernes y el sábado recordé el rostro de Yolanda, las visitas que hicimos al médico para un tratamiento que ella pensaba debía de hacerme, las veces que la esperaba en el instituto de decoración donde estudiaba y los lindos momentos que pasamos juntos. Tenía muchos deseos de volver a verla y comentar sobre las décadas transcurridas.
 
El domingo en la tarde, cerca de las 4 y 30 p.m., en casa de otra comadre, me pusé a leer el periódico. La tremenda sorpresa fue darme con la nota de defunción de mi amiga Yolanda. Ella –según el aviso- había fallecido el sábado 23 y el sepelio sería el mismo domingo a la hora en que leía  la triste noticia. Mi esposa se puso nerviosa y señaló las extrañas coincidencias : “Hemos estado pensando en ella estos días y en especial el sábado”, dijo.
 
“Por qué tiene que marcharse la genta buena”, comenté. Pero, junto a mi pena, la noche de ayer sentí su presencia en la que con su peculiar sonrisa me decía : “No te sientas mal por mí … estoy en un lugar muy hermoso”. Aquello me ha dado paz y aún cumpliré lo programado e iré a buscar a alguna de sus hermanas para saber qué ocurrió con aquella personita maravillosa que supo hacer una familia y estoy seguro deparó bellos momentos a sus seres queridos.
 
Descansa con Dios Yolanda.
 


  
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Fuente: 

TIEMPO NUEVO INTERNACIONAL
 
 
Addhemar Sierralta
 
Año 10 Nº 329 de 17 de mayo de 2018