miércoles, 23 de mayo de 2018

EN CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA Y AEADO: LA EDUCACIÓN Y PAZ COMIENZA CON NOSOTROS - POR SAMUEL CAVERO GALIMIDI, PRESIDENTE DE AEADO


 
EN CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA Y AEADO:

LA EDUCACIÓN Y PAZ COMIENZA CON NOSOTROS
 
 Yo vengo a enseñarles cómo tocar el cielo

Por: Samuel Cavero Galimidi

Cada vez que he tomado en mi vida decisiones, como participar en los ENCUENTROS INTERNACIONALES "CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA", siempre al final han tenido un sentido de paz interior, de purificación interior, de aprecio grande y amor por toda esta gran comitiva, así de reencuentro espiritual conmigo mismo y con el amado poeta César Vallejo.

Es verdad que cuando uno decide soltar en la vida las amarras, este gran viaje trae cosas impresionantes que resultan siendo lo justo, lo necesario y lo más sorprendente también.

Lo más difícil para mí ha sido soltar mis escritos, mis miedos y temores. Últimamente he notado que mi miedo y temor son viejísimos, que vienen conmigo desde hace mucho, desde el alumbramiento, y me están consumiendo aun cuando trato de librarme de ellos.

Hoy viajo con ustedes buscando limpiar mis memorias. Así limpio antes, durante y después, dando oportunidad a Dios y no a mis memorias. Llevo muchos años arrastrando las penosas cadenas de miedos y una enfermedad que hasta hoy busca neutralizarme y consumirme.  Y me preguntó quién no arrastra una dolencia, una enfermedad o varias, como invisibles cadenas. “Comencé a amar el dolor, te amo dolor, te amo dolor a veces le digo, y este dolor aunado a los miedos van y vienen”, a veces le digo.

Hoy, gracias a Dios debo decir que mi vida una vez más ha cambiado, tengo (con ustedes) muchas cosas de seguir haciendo pero los cambios los he notado yo, sin nada poder hacer en contra de ellos, y los veo reflejados en mi mundo, en mi entorno social y político, en mi país, en nuestros gobernantes, en nuestro mundillo, que no ha cambiado.

Saben, a veces no nos damos cuenta de cuan efímeros y mortales somos hasta que vemos que la vida se nos desbarata en pedacitos, y ahí es cuando muchos nos sacudimos y empezamos a salir adelante después de un acto de tercos sueños, de indoblegable esperanza, de redención y de conciencia, tal como en la historia del burro en el pozo.

La historia del burro en el pozo dice así:

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer.

Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.

Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo.

El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra.

El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra.

Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...

La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos. 

¡¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!!

 
* * *
 
Gracias mil por permitirme estas confidencias que van más allá de lo literario y es como una cruz que no llevaré más. ¿Pero quién no tiene miedos, sufrimientos y enfermedades? ¿Quién? Hay quienes dicen nada mejor que soltar y dejar que Dios tome el control de nuestras vidas.  Mi vida en muchos momentos ha sido una agitada revolución, un reinventarme trabajos y empresas para sobrevivir, un mostrarme además desde mis potencialidades como escritor múltiple y trascendente, en fin un cambio de 360 grados. Gracias a ustedes que comparten su conocimiento conmigo porque la tarea de aprender no acaba nunca. Debo decirles que estoy abierto para permitir que la bondad del Universo de Dios me coloque en el lugar correcto en el momento apropiado.

Como ustedes, en este gran viaje, limpio, suelto y se lo dejo a Dios. Agradezco a Dios infinitamente conocerlos, estar una vez más con ustedes, que sea la radiante luz de estos escenarios naturales, el de los pueblos y las ciudades que visitaremos, con su gran espiritualidad, calidez y don de gentes, el mejor remedio de sanación espiritual para todos los que vayan en su búsqueda.

Recuerden: la seguridad y la felicidad que buscas no están en tus posesiones materiales, en tu dinero, en tus títulos, en tus publicaciones, en tus relaciones personales. Están, quizá aquí cerca viajando, en los lugares menos pensados, donde mirándonos todos como hermanos en Vallejo encontramos que ya hay una paz interior y se está preparado para lo que pueda venir.  Quizá estamos mucho más cerca de ese día…como Vallejo que sí sabía lo que le iba a pasar, y por eso escribió, con la certeza de ver llegar su final, Me moriré el París…y no me corro. "Me moriré en París con aguacero, / un día del cual tengo ya el recuerdo”, escribió el poeta peruano César Vallejo en su soneto Piedra negra sobre una piedra blanca. Y el viernes 15 de abril de 1938 murió en París una de las grandes figuras de la poesía hispanoamericana del siglo XX.
 
 
Piedra negra sobre una piedra blanca 
 
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París – y no me corro –
tal vez un jueves, como es hoy de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y,
jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

Queridos amigos y amigas, qué hacer ante lo inevitable de La Muerte. ¿Qué hacer? Cuando a todos nos llegará tarde o temprano, casi siempre de manera sorpresiva. Absolutamente nada de lo que hay en el mundo exterior puede hacerte sentir completo o perfecto. Todo lo que encuentras en el exterior y que tal vez consideres necesario en este momento sólo te brinda una emoción pasajera. Es un apego y lo más probable es que, tarde o temprano, desaparezca o deje de ser interesante para ti y sufras. ¡Libérate! Date cuenta de que ya tenemos por lo menos este viaje existencial de transformación interior que hará cambiar nuestras vidas, de seguro. Cuida tu vida. Cuídense mucho, que Dios les está cuidando hasta donde al Divino le sea posible.

Quizá este viaje existencial, con ustedes, es para decirles que la vida que se nos otorga como oportunidad de crecer y descubrir quiénes somos en realidad, es efímera. Y estamos aquí porque a veces es bueno despedirse cuando nunca se sabe, pero también estamos aquí porque hemos reencaminado nuestra verdadera identidad como escritores amantes de la palabra y de la justicia, pero también amantes de la gran poesía de César Vallejo. Quizá viajando por estos pueblos, quiero decirles que vinimos a esta vida a recordar quiénes somos, quiénes hemos sido, y oyendo de las personas con tenaz sabiduría como Danilo Sánchez Lihón y otros no menos espirituales escritores y educadores de excepcional talento como Mara García y toda la comitiva internacional que nos honra con su compañía, me hacen decir en plural: ¡Venimos, amigas y amigos, a corregir nuestros errores! ¡Sí, venimos para enmendar los silencios!

Que sea Dios el encargado de dirigir nuestras vidas y que sea ese Dios que nos alumbra desde meridianos horizontes  portador de lo que debemos y queremos ser, buscando el amor, la paz espiritual, la salud y prosperidad ante todo, y que con ello vengan  los dones de lo perfecto y correcto en nuestras vidas.

¡Confiemos en la Divinidad en este gran viaje que así será. Seamos la luz! ¡Seamos con nuestra literatura y nuestras acciones los bendecidos! ¡Bendiciones para todos ustedes, la paz esté con todos ustedes, con vuestras familias y con nuestro mundo que tanto lo necesita!

La Educación y Paz comienza conmigo. La Educación y Paz comienza con nosotros.