viernes, 2 de febrero de 2018

2 DE FEBRERO: DÍA MUNDIAL DE LOS HUMEDALES - FOLIOS DE LA UTOPÍA: EL AGUA DE MI PUEBLO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 

Construcción y forja de la utopía andina
 
2018 AÑO
DE LA IDENTIDAD Y DEL PATRIMONIO
INALIENABLE DE NUESTROS PUEBLOS
 
FEBRERO, MES DE LOS HUMEDALES,
DE NUESTRAS LENGUAS NATIVAS, DE
RICARDO PALMA Y FEDERICO BARRETO
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


 
*****
FIESTA DE LA VIRGEN CANDELARIA.
OCOBAMBA, PROVINCIA DE CHINCHEROS


 
¿Para qué, digo yo, son los cohetes que retumban
en la noche profunda
en los cerros del valle apagando el rumor
de las aguas del río
y que los pobladores contemplan subir y luego
estallar desde sus chozas
en lo alto de las cumbres como en las faldas
de las colinas?
 
¿Para qué
estas bombardas que se elevan con estruendo
y que remece
las casas alrededor de la plaza subiendo
a lo alto
y estallando en el cielo, desprendiendo
en ráfagas
de colores luces amarillas, verdes rojas y
azules
y un chisporroteo de haces que forman arcos
y parábolas?
 
Y es que Virgen de la Candelaria es por luces,
o candela
o fuego encendido; como el sentido que alcance
la vida
en contra de la muerte. A fin de alejarla
y que nunca esté cerca.
Todo este bullicio y tronido, de las bandas
de músicos
es para reafirmar la vida. Para oponernos
a tanto silencio
y a tanto olvido que se cierne antes y después
de nuestros lastimados ojos.
 
Para eso tanta ilusión, tantas flores y tantas
velas encendidas,
tanta devoción de los peregrinos que vienen
arriesgando todo
por los caminos, tanta esperanza puesta en que
todo saldrá bien.
Y todo esto es verdad. Yo vine para exorcizar
tu olvido,
y siento que aquí como nunca te he querido.
 
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


 
*****
 
2 DE FEBRERO
 
DÍA MUNDIAL
DE LOS
HUMEDALES

 Humedal de Huacarpay (CUSCO) - Foto: Nalo AB
 
 FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
EL AGUA
DE
MI PUEBLO



Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Sustentando
la vida
 
¡Niños y jóvenes!
Hoy día 2 de febrero de cada año ha sido asignado a nivel mundial para hacer conciencia y dedicar atención a los humedales a fin de velar principalmente por su conservación.
Son aquellas zonas de la superficie terrestre por donde aflora el agua, que a veces es visible y otras veces no, y en donde se crea un particular ecosistema biológico en interrelación con el medio ambiente.
Dentro de este orden se incluyen: las ciénagas, los esteros, las marismas, los pantanos, las turberas, los manglares y, sobre todo, y en nuestro caso, las cabeceras de cuencas alto andinas, ¡niños!
Se ha dedicado hoy día a los humedales a fin de reflexionar y hacemos responsables de su conservación, porque hay la idea de que estas presencias no son útiles, no sirven, se los cubre de cemento o se arrojan sobre ellos desechos, y por estar en los lugares alejados y frígidos entonces podemos hacer con ellos lo que se nos antoje.
¿Cómo qué? Utilizándolos como depósitos de relaves de minas, cuando es desde allí que descienden las aguas por el subsuelo para aparecer en lagunas y manantiales como para desembocar en los ríos sustentando la vida.
 
2. En plena
jalca
 
Así, la legendaria acequia de mi pueblo Santiago de Chuco, primero llamada San Antonio y después Vicente Jiménez que trae agua hasta mi aldea, no parte de un río o de una laguna sino de un humedal.
Acequia que fue construida a partir del año 1879, en plena Guerra del Pacífico, como un acto compensatorio de la vida y hasta como un rito, un  exorcismo y un amuleto de agua frente a la muerte, hecatombe y holocausto.
Ahora bien, esa agua se la trae desde Huacamarcanga que es un humedal y promontorio cordillerano, una pradera de altura, en donde parece que hubiera caído un meteorito de rocas y peñas de donde se extraen esas aguas, alturas de donde nace también el río Chacomas.
Es esta agua una ambrosía, buena, limpia, pura; con muchos nutrientes y que incluso tiene poder medicinal. Les aseguro que yo no he bebido agua más rica en el mundo que esta.
Con su bocatoma ubicada en el caserío de Cuajinda, población de Cachayda, sector de Los Toritos, en la quebrada de Huacamarcanga, en plena jalca, de temperatura glacial. Por eso al sorberla en nuestra boca parece agua helada.
 
3. Dijo
zalamero
 
Ahora bien, la acequia Vicente Jiménez de mi pueblo es una proeza en su construcción. Y tanto es el portento de su cauce que hay una leyenda acerca de los vericuetos por donde circula, que nos contamos entre los chiquillos de mi barrio y que ahora la escribo de este modo:
Se había trabajado tanto y apenas logrado hacer unas ranuras que parecían solo rasguños a las rocas unas enterradas y otras salientes por donde debía proseguir la ruta de la acequia y hacer que pasara necesariamente el agua rumbo a nuestro pueblo.
No se podía hacerle un tajo, ni un orificio siquiera, para luego forzarla a reventar con dinamita. Nada. Cuadrillas de otros trabajadores daban vueltas buscando algún atajo y otras opciones por donde llevar el curso de agua. Nada.
Volvían a golpear y las barretas como los cinceles saltaban rotos, magullados y haciendo saltar solo chispas y candela del granito. Todos se sentían agobiados. Entonces se apareció el diablo. Se asustaron de ver la cara horrenda del shapingo, quien ofrece sus servicios, cordial, amable y comedido, diciendo:
– Estoy al servicio de vuestras personas, hombres abatidos por el trabajo ¿Qué quieren que haga? –Dijo zalamero.
 
4. ¿Qué
les parece?
 
– ¡Uf! –Resoplaron todos.
– ¿Qué se les ofrece? Díganme y yo lo haré como un servicio de sincera amistad. Pregúntenme con toda confianza. Aquí estamos para ayudarnos. Hablen, digan sin ningún compromiso.
Se miraron. Y uno se atrevió a decirle:
– Abre la acequia por en medio de estas rocas.
– Hagamos un trato de caballeros. –Contestó inmediatamente el Satán.
– ¿Cuál es?
– Que si termino la obra, –que ya vieron que es difícil y complicada– antes que raye la luz de la aurora tienen que darme sus almas.
– Y, ¿si no terminas?
– ¡Ah! Entonces ustedes ganan. Y tendrán este tramo de su acequia completamente gratis.
– ¡Ah!
– ¿Qué les parece? ¿De acuerdo?
 
5. Atento
y escondido
 
Otra vez se miraron los hombres agobiados, sabiendo que de no hacerlo por ese rumbo no habría agua en nuestro pueblo, y asintieron:
– ¡De acuerdo!
Estaban tan cansados los peones que aceptaron.
Pero más lo hicieron pensando que era imposible incluido para el propio diablo que pudiera avanzar ni un metro abriendo la trocha por esa roca.
El demonio con pico y pala se puso a trabajar y la roca se le abría como mantequilla.
Pero era mucho el tramo, tanto que da la vuelta a ese cerro.
Sudaba a chorros el pobre diablo y aún más en este frío tremendo de la jalca, que es gélido. Pero aun así avanzaba con presteza.
Ya por eso de las cuatro de la mañana estaba casi por terminar la obra.
Todos los peones se habían quedado dormidos por el agotamiento.
Solo el hijo de un trabajador se había quedado despierto, atento y escondido, vigilando la tarea del diablo.
 
6. Agua
niña
 
Al ver el peligro que corrían todos los comuneros, incluido su padre fue corriendo a su choza. Sacó un espejo, se introdujo en el corral y lo puso delante del gallo.
Entonces el gallo para no ser ganado por el otro que veía en el espejo, cantó:
– Kiquirikí. Kiquirikí. Kiquirikí.
Allí fue que el diablo dando un brinco desapareció arrojándose por el barranco, pensando que ya había amanecido.
Felizmente toda la acequia en ese tramo de roca granítica ya estaba hecha. Y corría el agua cristalina discurriendo por esa peñolería.
Así salvó el alma de los campesinos, el niño, el gallo y el espejo. Por eso a ese lugar se lo llama hasta ahora “El gallo” y a otro cerca “El espejo”, y no porque las aguas reflejen el cielo estrellado sino por la leyenda que les he narrado.
Ahora, esta acequia, cuando llega a mi pueblo lo hace desde lo alto, precipitándose el agua rumorosa y cristalina por el cerro de Quillahirca.
Y se contiene en los estanques del pueblo que se llaman: La Poza, en plena falda del cerro. Agua niña, agua virgen, agua bendita.
 
7. ¡Ponte
el alma!
 
Sin embargo, la cabecera de cuenca desde donde el agua que bebemos se recoge y nos sustenta cada día, y que siempre fueron tierras del común o del pueblo, con títulos de propiedad registrados ante notario público, ha sido, ¡niño!, enajenada y expropiada por una empresa minera que para confundir los hechos ha cambiado de nombre a los lugares.
Y ella misma para enredar estos hechos los ha cedido a un banco por 99 años, ha cercado las tierras con alambres de púas, ha puesto hombres armados dotados de wokitokis, camionetas que se trasladan a cualquier punto de esa periferia, y letreros en los contornos de que esa cabecera de cuenca es ya propiedad privada.
Aquellos humedales de nuestra tierra que están relacionados a nuestra fe; que están vinculados a nuestros sueños con el ichu de esos pajonales techamos nuestras casas; y que están relacionados a nuestra sed y a nuestro hambre, desde que desde allí traemos el agua con que cocemos nuestros alimentos, es probable que esa agua que era pura y fresca sea ahora agua ácida.
Es más, ya se comprobó que el agua que bebemos está envenenada. ¿Qué hacer? ¡Ah, hermanos humanos! Nuestro César Vallejo incorruptible nos lo dijo con estas palabras que son una consigna: “¡Ponte el saco!”, es decir ¡sal!, ¡anda!, ¡ven! Y, “¡Ponte el alma!”
 
 
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CONVOCATORIA


XIX ENCUENTRO
INTERNACIONAL ITINERANTE
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2018
LIMA:
VIERNES 25
TRUJILLO:
SÁBADO 26
GUADALUPE
DOMINGO 27
CHEPÉN
DOMINGO 27
CAJAMARCA
LUNES 28
CAJABAMBA
MARTES 29
HUAMACHUCO
MIÉRCOLES 30
QUIRUVILCA
JUEVES 31
SANTIAGO DE CHUCO
JUEVES 31
VIERNES 1 (JUNIO)
CALIPUY
SÁBADO 2
SANTIAGO DE CHUCO
SÁBADO 2 (JUNIO)
DOMINGO 3 (JUNIO)
EL XIX CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
ABARCA DEL 25 DE MAYO AL 3 DE JUNIO
DEL AÑO 2018
 
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