martes, 13 de junio de 2017

LIBRO "EL CANTO DEL VIENTO", DE LUZ SAMANEZ PAZ - POR FÉLIX DEL CARPIO (MÉXICO)



"EL CANTO DEL VIENTO" DE LUZ SAMANEZ PAZ

Dr. FÉLIX DEL CARPIO  de MÉXICO (Asesor Fundador de ASOLAPO Internacional)
 
Tuve la suerte de conocer la bella e incomparable Capital del Incario en 1984. En esa oportunidad, se efectuó el I  Encuentro Latinoamericano de Poetas y Artistas. Fue un Certamen cuyos recuerdos, quedaron y quedarán imborrables entre todos los que tuvimos la alta gracia de estar presentes.
 
 
 

Es que, no solo se trataba de una REUNIÓN en el cual estuvieron verdaderos gigantes de la POESÍA de nuestra América Morena, sino además, porque todos nos sentimos transformados en nuestro espíritu. Teníamos la sensación que una fuerza misteriosa, se adueñaba de nuestras almas y de nuestros pensamientos, de tal forma que ahí, plasmamos con toda seguridad, algunas o quizás nuestras mejores producciones literarias y artísticas.
 
 
 

Analizando esa fuerza mística que se adueñó de nosotros, llegamos a la conclusión -todos los asistentes- que era la inspiración que emanaban de los Sagrados Apus o dioses tutelares del Imperio, los que se habían adueñado de nosotros y seguramente, nos trasmitieron energía y fuerza mental a través de los Amautas, que por algo convirtieron el CUSCO, en la Meca Espiritual de la Humanidad.
 
 
 

Pero ahí, no quedaba todo. Quizá esa fuerza a la que hago mención, no se hubiera materializado en nuestro interior, si no fuera por nuestra Anfitriona LUZ SAMANEZ PAZ, poetisa de gran sensibilidad, que muestra en todo ella, la calidad mística y sagrada al mismo tiempo, de las Musas o Sacerdotisas Espirituales, que en el pasado inspiraron a los herederos de MANQO y han legado a la posteridad sonetos, poemas e inspiraciones que conmueven hasta las lágrimas a todos los que los escuchamos, por la grandiosidad de su inspiración.
 
 
 

Será por eso, que a pesar que en nuestros países elogian nuestra POESÍA, ahí, nos sentimos empequeñecidos, hasta el extremo de abrazarnos angustiosamente de las piedras inmortales del CUSCO y pedirles con la sangre de nuestras mentes, inspiración y ayuda.
 
 
 

Cuando creíamos que la grandiosidad telúrica y espiritual del CUSCO, había llenado con creces, todo lo más hermoso de nuestra sensibilidad, comenzó a recitar LUZ SAMANEZ PAZ, unos poemas sencillos pero estremecedores por su grandeza de espíritu:

"Adelante,
no debemos dejarnos vencer,
ni por un instante...
Piensen que somos el eco,
la expresión i la palabra
de nuestros pueblos,
que marchan a la luz.

Nuestra obra se inmortalizará,
nosotros debemos ser el VERBO
de nuestro pueblo, de nuestra raza.
Debemos ir de frente,
hacia las estrellas del porvenir.

Debemos marcar el derrotero
i abrir paso en el camino,
por donde pasará la gente del futuro.
Debemos ir arrojando a las almas la simiente,
de un mensaje de amor en cada frase.

Pondremos entre el mundo i los cielos,
un puente de luz de la esperanza
i lucharemos por integrar
a la humanidad entera,
bajo el manto de Luz de una Bandera".
 
 
 

En ese momento nos dimos cuenta, que no solo estábamos en presencia de una ÑUSTA IMPERIAL, que representaba con creces todo lo bello de la mujer hecha diosa, por los Emperadores del Tawantinsuyo, sino que estábamos ante una joven poetisa, cuya inspiración, cuanto quisieran tenerla los más preciados Maestros de la Poesía.
 
 
 

Lo que digo, no es un elogio, nacido de la admiración que siento ante la belleza física y espiritual de LUZ, sino que surge de la convicción del poeta, que inclina a veces sus banderas, para reconocer lo que realmente es válido, lo que como dicen los pensadores, es más que terrenal, es espíritu, es altura y que todo ello, en conjunto.
 
 
 

Luego me enteré, algunas veces ocasionalmente, de que LUZ, seguía produciendo y a la fecha tiene más de 60 libros editados, siendo el último "El CANTO DEL VIENTO", cuyos cuentos y poemas parecen desgranarse como el Maíz Sagrado de los Incas y le merecieron la obtención del Premio Internacional "JOSÉ SARAMAGO".  Pero, con la diferencia de que se desgranan, no para satisfacer nuestro gusto alimentario, sino que alimentan, como un solo puño o en un solo corazón: mente, alma y vida.
 
 
 

Pero LUZ, por algo es heredera de la altivez de las mujeres inmortales, como Qori Oqllo, Primera Poetisa del Imperio Incaico, que prefirió el martirio antes que ser vejada por los conquistadores venidos de ultramar o la insigne escritora cusqueña, Clorinda Matto de Turner, precursora de la Novela Realista o Periodismo Novelado en Latinoamérica o la inolvidable compañera de Túpaq Amaru II, Micaela Bastidas.
 
 
 

LUZ, está forjada por el yunque, convertido en lucha y en acción, por las fuerzas terribles y purificadoras de los rayos andinos. Seguramente que por eso, recordó en un canto que al mismo tiempo es lucha y es dulzura y se refirió a los poetas del Perú y Latinoamérica, aquellos que en su Patria saben, que "un poema tiene más fuerza moral que mil fusiles".
 
 
 

NOTA DE LA AUTORA

EXTRAORDINARIOS PINTORES ILUSTRAN MI LIBRO "EL CANTO DEL VIENTO"

LUZ SAMANEZ PAZ

Mi admiración a los extraordinarios pintores, que han ilustrado mi último libro "EL CANTO DEL VIENTO":

GABRIELE SETTEMBRINI (Italia), pintor genial que ve la naturaleza con los colores de la poesía. En los paisajes de GABRIELE, existe algo de real i de simbólico que acredita el encanto permanente.

Sus colores como el azul luminoso, profundo i vivo, como el de los esmaltes de cobalto, de zafiro. El resto es naturaleza, singular i maravillosa. Flores i árboles que cantan, no resulta poco, para quienes admiramos el exquisito arte de la pintura, que se lucen en la portada de mi libro.
 
 
 
 
ENRIQUE MUÑANTE ROMÁN, PERCY GAVILÁN CHÁVEZ, WALTER RAMOS GARCÍA i ENID ARÉSTEGUI MATUTE, distinguidos pintores iqueños, cuyos cuadros son cálidos, comunicativos i expontáneos. Llenos de colores vivos, con más luz que sombra. Éstos, se componen de los mismos elementos naturales de su querida tierra de ICA.
 
 
 

Todos se encuentran exaltados, por una paleta que resulta más audaz de lo previsto i por suerte de lo predecible. Empastan sus colores, pero podría conjugar versos o componer música: el himno a la naturaleza, que asumiría otras formas de expresión, pero quedaría el que ahora, se muestra en las páginas de mi última obra, como un himno a la alegría de vivir i de pintar.
 
 
 

La composición de mi libro de pintura i poesía, despertó en mí, una extraña sensación. Me sentía colmada, entre los arabescos de mis versos i admirada ante el enjoyado despliegue del firmamento de colores: 

En una inmóvil lámina de cristal,
por momentos empalidece la luna bajo la paz
i el silencio se despliega en el firmamento.

¿Qué de inquietas mariposas?
¿Qué de alucinaciones?
Tienden en este instante
de mi alma su vuelo.

¿Cuántas inexplicables
e íntimas confesiones,
sobre la ciudad dormida
bajo el pálido cielo?

¿Qué sueños?
las rosas son promesas 
de amor i de dulzura.

Vivir así, 
las horas en éxtasis inmenso,
en la música azul
que en las pinturas se refleja.

Lograr que el tiempo, 
se quede suspenso,
no sentir el instante furtivo
de la vida, sino del arte mismo.

Esos sueños desviaron mi mente, pensé en la seductora belleza de lo desconocido. Me sentí, elevada a lo alto, los astros estaban a mis pies. Me miraban sonrientes desde abajo, las flores, los ruiseñores. Se unían a mi canto en una melodía mágica, deslumbrante de colores i poesía.
 

¿QUIÉN ERES MISTERIOSA POESÍA? 

Estoy escribiendo estos versos, lleno de sueños, encanto i misterio, en cada línea, en cada palabra, está todo mi corazón. Porque nosotros los poetas, somos felices en nuestro nido de papeles i en el montón de versos i apuntes, con ideas i poemas dormidos.

Porque es el enlace del sueño, con los colores i la ideas, lo que hace real el etéreo viaje a otros planos astrales. En él, concurren invitados los más diversos personajes del mundo de lo fantástico, como convidados de niebla que regresan al mundo de las formas, de la belleza i los colores, reclamados por la pluma i los pinceles.

I rotas todas las normas encadenadas i al flotar en el espacio perdido del rayo del sol que no cesa, rompe el molde de la materia, al engarzarse en la luz, fundiéndose en el todo, mientras los llamados van arribando a la cita.

Son estos seres arrepujados en formas i colores, los auténticos autores del sueño, de la imaginación i el arte, configurado en compañía de la soledad, buscado por el camino iniciado del silencio creador, nacido en cada nota de música, en cada verso i en cada pincelada de color, que flota.

I entre nota i nota, verso i verso, color i color, todo un espacio inmenso, cargado de luces i sombras, que van marcando la escala hacia otros planos existenciales más elevados.

Explosión de luz, color i poesía, se unen en místico anhelo, adormecidos en una delicada danza azul, más allá de las cosas simples.

I entre nota i nota, explosión de colores i poesía, van rasgando en la paleta i la pluma, como flores despiertas, tendidas sobre el lienzo o el papel desnudo i misterioso.

Mis sueños, se alejan como barcos, sobre las olas de la inmensidad del mar. Una rosa secreta es mi corazón i una alondra ebria, que aletea es mi alma. Nuevamente mi afiebrada mente de inspiración, comienza a volar. De pronto un rayo pinta mágicas figuras i letras, en la tela i en el papel del tiempo.

La naturaleza humana acá en la tierra, 
tiene dos formas que sirven, 
cuyo arte es admirada por las almas, 
más son poesía muda. 

Una es la pintura 
i la otra la escultura 
i es tal su genio lo esculpido
i lo pintado.

Los pinceles plasman maravillas
en el lienzo blanco,
cuando empiezan a pintar,
los grandes artistas.

De purpúreas tintas adornado
el cielo en el traslúcido
i suave esmalte soberano,
con inflamadas luces i distintas.

Que trazan las manos alucinadas,
cuando con tanto arte pintan:
de amarillo i de matiz divino,
sobresaliendo el rosinclear,
de la esmeralda reluce.

I el zafiro alegre i fino,
al fiero negro
i marrón la tierra que esmalta,
el Hurango, árbol tradicional iqueño,
la rosa, el verde, el amaranto i el rojo.

El Caballo de Paso, las uvas de las parras,
que se escapan del maravilloso cuadro
i junto a ellos, como una golondrina
mi afanoso pensamiento vuela.

Para beber en la altura,
la gloria azul de los cielos
i contemplar absorto:
Machupicchu i las Líneas de Nazca.

Tanta belleza, me hace recordar,
a nuestros Emperadores Inkas
o a los Viajeros del Espacio Celeste.

Solo así, han podido ser,
los autores de la hermosura sin límites 
de lo infinito...

Advierto el suave rasgar de una guitarra, es uno de mis compañeros de bohemia, acompaña así, mis poemas. Esa música se introduce en mis sentidos i hace aún más hermoso mi dulce sueño. Entrecierro los párpados i con la luz de mi alma elevo mi gratitud a DIOS, porque me ha hecho encontrar con mi alegría.

Estoy llena de luciérnagas, llevo el sol en los ojos i llevo el himno en el alma. Entonces, me doy cuenta que quien viaje sin brújula, ni destino, es porque no conoce a DIOS. Cuando viajo sin brújula, ni destino, no pierdo de mis alas el amor, siguiendo eternamente mi camino, me inspiras solo tú, SEÑOR. Cuando miro al que sufre como hermano, cuando elevo mi espíritu al azul, cuando me acuerdo de que soy cristiana, me inspiras solo tú, SEÑOR. Pobres a quienes haya socorrido, almas oscuras a las que di luz, no me agradezcan a mí, yo no he sido, solo fue el SEÑOR.

Cuando veo tanta belleza aprisionada en los lienzos de los cuadros i en los papeles de versos, es que quiero ver la dulzura i el amor, que brota hasta de las mismas piedras. Me sumerjo en la dulce fragancia del ñujch´u, que desde las alturas domina los abismos i que colgándose sobre los mismos, parece un corazón sangrante, sumamente encarnado.
 

LOS EXTRATERRESTRES ENTRE NOSOTROS
 
LUZ SAMANEZ PAZ

¿Fue visitada la Tierra, por Viajeros procedentes del Espacio Sideral? Se trata de historias increíbles, pero ciertas. Lo que he experimentado no es sueño, ni fantasía, es realidad. 

De bajo del Continente Sudamericano, existe sistemas de túneles enclavados i de varios miles de kilómetros de extensión. En Perú i Ecuador, se consiguió recorrer cientos de kilómetros de estos túneles, pero esto no es más que el comienzo. Entre los cosas que se encontraron, están objetos de piedra i metal de distintos tamaños i colores. Láminas de metal grabadas con signos i escrituras espaciales. Se trata de una verdadera Biblioteca Metálica, que podría contener un compendio de la Historia de la Humanidad, revelar el Origen del Hombre o tener noticias de Civilizaciones Extinguidas.

Investigando a los nativos ecuatorianos, se dio con senderos subterráneos, encontrando valiosos objetos. La entrada se ubica en la Provincia de Morona (Santiago), cuyo descubridor de los túneles, es el científico Juan Moricz. Esta Región está habitada por indios hostiles, se entra por un gran Portón de Piedra. De un paso a otro, la claridad transforma en la más completa penumbra. Hay pájaros revoloteando sobre nuestras cabezas. Experimento un sobresalto, refulgían las luces de las linternas, nos deslizamos con un cable de ayuda para ir hacia abajo, hasta una profundidad de 80 metros, donde se halla la primera plataforma.

Ha comenzado la marcha hacia el submundo de unos seres extraños i misteriosos, de miles de años de antigüedad. Algunas galerías son estrechas i otras anchas, paredes pulidas, techos planos como siliconas. Este trabajo fue hecho con piedras i cuarzos. Estos subterráneos comunican a Ecuador con Perú. Luego llegamos a la entrada de un ambiente más amplio i luego vemos que comienzan diversas galerías en distintas direcciones. El recinto está lleno de radiación, reina el silencio. La escritura de las planchas metálicas, es desconocida.  Sobre la bóveda hay figuras grabadas que dan la impresión de volar. Hay esculturas en piedra de dos metros de altura que muestran seres de tres i siete cabezas. Nadie sabe quién ha construidos estos túneles, ni los escultores que en forma singular realizaron estas  maravillosas obras.

Hoy día, los Guardianes de las Cuevas, relatan hazañas de los Seres Voladores que vinieron del Cielo. Allí abajo, hay espíritus i escritos importantes, en la Biblioteca Metálica. El Padre Carlos Crespi, ha ido atesorando preciosos objetos. Él vive en Cuenca-Ecuador i goza de la fama de ser amigo de los indios. Éstos, le han traído piezas tras piezas. El creador tenía un código i dominaba a esos seres espaciales.

Si nos remontamos a la Historia, hay Leyendas de Dragones Volando, porque el Dragón ha sido siempre para los chinos "el símbolo de la divinidad". P´Anku, es el denominador del caos en el Universo, fue el creador del Yin-Yang, fuerzas duales en la naturaleza. En Egipto, Osiris, era el dios que descendió a la Tierra del Espacio Celestial. Igualmente, en el Tibet en el Palacio del Dalay Lama. 

El significado de toda Leyenda, queda atado a la mentalidad de los pueblos. El Hombre, siempre sintió la necesidad de imitar a los pájaros, no tengo nada, contra el deseo de volar. A mí, personalmente me gusta mucho volar. La Civilización Maya, en su famosa Pirámide "El Mirador" (200 años A. C. ), está lleno de códices, aspectos míticos, conocimiento de los dioses alienígenas, que moldearon nuestra Historia. De la misma manera, en el Monte del Templo de Jerusalén, que es el Portal, para seres de otros mundos.

Con seguridad nuestros antepasados, deben haber tenido el mismo anhelo... les guió la mano cuando esculpían redes de circuitos integrados en la Puerta del Sol del Tiawanaku, de las Lineas de Nazca o Machupicchu, entre otros lugares escogidos. Tanto la investigación de mitos i leyendas, como las interpretaciones proporcionadas por la Arqueología, han estado en lo que concierne a la Pre- historia, encerradas en la prisión de los prejuicios. Las Entradas a otros mundos i el vuelo de varios Platillos Voladores de Extraterrestres, algunos hemos tenido la suerte de ver. Unirnos algún día, con los alienígenas en el azul de las estrellas. El regreso hacia las estrellas, desde la Laguna de Huaypo, o de la Isla de Pascua. Recordemos, que en el tiempo, en que los Faraones construían sus Pirámides Egipcias a orillas del Nilo, fue visitada la Tierra, por Viajeros procedentes del Espacio Sideral. Todo esto, sigue siendo un tema lleno de enigmas.

Toda labor de Investigación, supone tres premisas: Libertad de Pensamiento, Don de Observación i Capacidad de Síntesis.  
 
 
EL EXTRATERRESTRE
 
LUZ SAMANEZ PAZ

Con mi vestido bordado de lluvia ágil i fina,
recogía en la primera brisa las mariposas perdidas...
para ir desprendiéndose poco a poco mis poemas,
para huir junto a mí, hacia un horizonte ignoto.

Con mi cabeza llena de ideas, les canto en mis versos,
para grabar sobre el aire con mi palabra de fuego.
Gané el vino amargo de la vida,
que como una mariposa de aserrín i llanto,
adormeció sus penas revoloteando.

Mi palabra de fuego se descuelga por los nevados,
a la luz de los relámpagos 
i el cóndor de ojos afilados, de tanto espacio 
garabatea el duro cielo, jugando a centinela...
mientras el rostro universal de las palomas,
se dibuja en mi lecho tejido de besos...

Se fue de la fragua, del tiempo i del espacio,
el extraterrestre acribillado de esperanzas,
con su frente resolada de palomas
i sus pupilas laceradas de luceros.
Vibra su alma en el espacio sideral,
donde no existe el vacío...

Aquí, me siento poetisa sin saber qué me pasa,
de improviso callo 
i la piel se humedece dentro del universo,
cual estrella desnuda de mi alma inquieta,
pulso de alondra desolada...

En el rostro del extraterrestre, 
que del espacio venía...
un germinar de lágrimas que golpean el alma,
suspendida en las redes del tiempo,
donde golpearon manos peregrinas,
tiene alma sus muros....

Su rostro se ha quedado en mi mente
i su beso en mi sangre entrando en su estrella,
quebrándose en ella...
solo besos del tiempo danzando en mi piel.

 Mis besos llenaban tu alma hueca,
convertiré mi piel en tierra
i el espacio en la tumba mía,
hasta que la muerte venga a darme la vida,
que tú, al irte me quitaste...


EL NIÑO I EL VIEJO
 
LUZ SAMANEZ PAZ

La cabaña del viejo del bosque, estaba bastante cerca de la casa de Adriel. El era un niño, muy delgado i tímido.

El sol matutino, filtraba sus rayos a través del follaje de los árboles. Don Manuel i Adriel, andaban mucho por el campo, mataperreando, según decían en el pueblo.

Le enseñaba cómo se llamaba los árboles, las matas, las flores, los insectos i las aves. A veces se pasaban horas enteras agachados, mirando lo que había debajo de una piedra o de un tronco i Don Manuel, iba identificando cada bicho, cada ramita cada hoja i cada ave.

Explicaba a Adriel, cómo todo se desarrollaba i luchaba por la vida. Decía:

  -  El águila lleva en sus alas la tormenta i en sus garras el rayo que deslumbra i aterra. El -águila lleva en sus alas la fuerza, para resistir los embates de las tempestades.

El búho, de silencio perenne, lleva en sus ojos profundos la noche. Posee un nocturno Imperio i una sabiduría celeste.

La paloma, tiene un profundo encanto, sabe arrullar dulcemente. está llena de luz prodigiosa i es mensajera del amor.

El cóndor, Rey de las Alturas, de ágiles e inmensas alas que surcan los cielos. Tiene la solemnidad alucinante i altiva.

El ruiseñor, que canta su lírico amor a la puesta de sol o noche de luna. Brindando en una copa de cristal, el elixir de la luna, con celestes gotas de rocío  -

Cuando el anciano, no andaba por el bosque, estaba leyendo o escribiendo. Vivía en una pequeña cabaña i el niño siempre iba a visitarlo. Muchas veces le leía en voz alta, por lo general los cuentos de Offerman, Perrauld o de Andersen. este último libro, le encantaba por sus aventuras i paisajes grandiosos. Dramatizaba trozos de los cuentos, dando brincos por la cabaña, gritando, riendo, bailando. Don Manuel, le infundía vida a esos cuentos i le fascinaba cada vez más a Adriel, ese mágico mundo, con sus inmensos árboles, ríos, cascadas e imponentes nevados. Así, como las aventuras increíbles de sus personajes.

 El pueblo comenzó a cambiar, aunque al principio apenas se daban cuenta. Por aquí, por allá, aparecían pilas de tablas, herramientas, ladrillos i bolsas de cemento. A veces venían hombres que señalaban lotes en el campo, con estacas i sogas. Con el tiempo trajeron unas máquinas grandes que cavaban i nivelaban la tierra i unos trabajadores con cascos amarillos, que levantaban armazones de casas, en los huecos que habían hecho las excavadoras. El pueblo bullía con toda esa actividad.

Adriel, no comprendía por qué... Don Manuel, mostraba tan poco interés en la actividad que ,los rodeaba. A medida que aumentaba el ruido de la construcción, él, se iba volviendo más i más taciturno, hasta que acabó por encerrarse en su casa, sin siquiera escribir, ni leer, ni decir nada. Así, fueron pasando las horas muertas. Una tarde Don Manuel, salió de su mutismo:

  -  La semana pasada me llamaron unos hombres i me dijeron que habían comprado el terreno, donde tengo mi cabaña.   Dijo, como si no le dieron importancia. Quieren construir una casa aquí i van a derribar esta cabaña  -

Adriel, se paró de un salto i preguntó:

  -  ¿Cómo van hacer eso o ni es suya esta cabaña?  -

  -  Bueno, la cabaña sí, pero el terreno no. No sé de quién es el terreno. Nadie me dijo, nunca nada. Aunque en realidad, sabía que algún día, tarde o temprano, esto tendría que suceder  -  Dijo en voz muy baja.

  -  ¿I si uno vive en un lugar toda su vida?  -  Dijo, con entusiasmo Adriel.

  -  No llega a se de uno  - 

  -  Parece raro ¿verdad?  -  Repuso asintiendo con la cabeza.

  -  Pero es así, siempre lo supe, solo que a veces uno se olvida, de cómo son las cosas i piensa que nunca van a pasar -

Don Manuel, se volvió tan callado, que no hablaba a menos que Adriel, le preguntara algo i entonces lo hacía de la manera más breve `posible. No parecía preocuparse i cuando le preguntaba lo que iba hacer, se encogía de hombros. A veces Adriel, no estaba seguro de que se diera cuenta, de que estaba en la cabaña, i que quería hablar con él i decirle lo apenado que se sentía. 

Una tarde en que Adriel, no había ido a visitar  a Don Manuel, se encontró con el libro de Cuentos de Andersen, en el sofá de su sala. Ese día, había estado pensando en él, pero había decidido que quizá él, quería estar solo. El libro se veía fuera de lugar, en el cojín azul del sofá.

   -  ¿De dónde salió esto?  -  le preguntó a su madre, mostrándole el libro.

  -  Me lo encontré esta mañana en el buzón  -  contestó sorprendida.

Adriel, salió disparado, corriendo hacia el bosque. La Cabaña, había desaparecido. En su lugar había un descampado nivelado, como una mesa limpia, donde no hay nada. Había unos hombres clavando unas estacas en la tierra oscura i blanda.

  -  ¿Dónde está Don Manuel?  -  gritó aproximándose al trabajador más cercano.

  -  Oye muchacho, aquí, no se puede entrar  -  chilló alguien detrás de Adriel. Se paró i volvió el rostro.

  -  ¿Dónde está Don Manuel?  -  le preguntó al hombre que se le acercaba.

  -  ¿Cómo?  -  le preguntó el hombre agarrándole del brazo i llevándole hacia la pista.

  -  Don Manuel vivía ahí, en su Cabaña  -  le dijo retorciéndose i señalando por encima de su hombro.

  -  ¡Ah! el viejo. Qué se yo. Esta mañana muy temprano, le prendió fuego a la Cabaña  -  bueno creemos que fue él, i desapareció, nos ahorró el trabajo de derribarla. Ahora muchacho sal de aquí,  i no te metas en las zonas de construcción, que te puedes hacer daño.

Adriel, se quedó parado a la orilla de la zona de construcción, mirando el terreno allanado i vacío.

  -  ¿Qué haría Don Manuel, para buscarse otro lugar donde vivir?  -  ¿Trataría siquiera?  -  se preguntaba angustiado el  niño, como presintiendo algo terrible.

Don Manuel, había preferido morir, consumido por el fuego, junto a sus libros i a sus recuerdos. Un cielo gris plomizo se abatía sobre el paisaje, cerrándolo por donde se mirara. La lluvia caía, incesantemente borrando el horizonte. Los relámpagos se sucedían casi ininterrumpidamente, tiñendo el paisaje con una luz espectral. El viento soplaba con furia, sacudiendo los árboles que daban cobijo a la Cabaña del viejo, cuya osamenta crujía, en una queja lastimera, llorando por la muerte del amigo. El rayo estallaba con frecuencia i su ruido se arrastraba rodando, hasta perderse en la lejanía.

Cuentos perdidos en una ausencia, en un despertar reducido a cenizas. Solo quedaba en aquel lugar: el alma del viejo.
 
 
IMÁGENES DEL RECUERDO: LUZ SAMANEZ PAZ