miércoles, 22 de marzo de 2017

CAFÉ CAN CAN Y SU FONÓGRAFO QUE "INTERPRETABA" A MONTES Y MANRIQUE - POR DARÍO MEJÍA (MELBOURNE, AUSTRALIA)

 
 
CAFÉ CAN CAN Y SU FONÓGRAFO QUE "INTERPRETABA" A MONTES Y MANRIQUE
 
 En el artículo "La música nocturna en Lima", firmado por "El Conde de Lomas" y publicado en la revista Variedades No. 476, del 14 de abril de 1917, se hace mención a un fonógrafo ya antiguo, para ese tiempo, del café Can Can que seguía "interpretando" al dúo peruano Montes y Manrique.

Según Cipriano Laos, "Lima. La Ciudad de los Virreyes (El Libro Peruano) 1928-1929", el café Can Can quedaba en la calle de Paz Soldán No. 425, que vendría a ser la cuarta cuadra del actual Jr. Ayacucho, donde está ubicado el Mercado Central, Barrios Altos de Lima. "Comidas a la minuta, viandas frías, vinos, licores, conservas, etc. Sala de billar", es lo que se anuncia sobre el Can Can en la obra de Laos.

Para el reportaje de Variedades, de abril de 1917, se hizo un recorrido por los locales de Lima con vida nocturna y música, que incluía el aristocrático Palais Concert, el elegante y caro Estrasburgo, el café-salón de Pedro D'Onofrio, el café Can Can, el café de Salardi (el Balkán) que hasta tenía su revista semanal propia llamada "El Noctámbulo", y el café Maximiliano con su piano de manubrio, en la Bajada del Puente, como señala Variedades.

Con respecto al Can Can, Variedades menciona que su fonógrafo merece pasar a la historia, añadiendo lo siguiente: "Es algo de lo más típico de Lima. No hay trasnochador que no le conozca y, lo que es peor, que no le haya oído. Es un fonógrafo que resiste al tiempo y a la destrucción más de lo que ha resistido Verdun a los alemanes. De los modelos más veteranos ya de la Victor, se le toca y se le torna a tocar incesantemente durante todas las noches, hace ya largos años. Los discos son allí del más legítimo sabor peruano: una sucesión de yaravíes, marineras, cachasparis, tonderos, en los que hacen el gasto Montes y Manrique, los Carusos criollos. Allí protegiendo la batería de las papas rellenas, el rojo escabeche, el seviche adornado de coronitas de ají y la carne mechada, las costillas acorazadas y los panes dobles, el fonógrafo, toma un aire protector marcado. El Can Can es un café favorecidísimo de noche: desde los mocitos de la 'creme' hasta los cocheros. Toda la escala social. "

A diferencia del Palais Concert y el Estrasburgo (Jardín Estrasburgo) que eran locales caros, por lo que tenían un público más pudiente, el Can Can era un local para todos los bolsillos y lo que llama la atención es que dicho local ayudó, en cierta forma, a que se difundan las grabaciones hechas por el dúo peruano Montes y Manrique en 1911, en New York. Los discos con esas grabaciones empezaron a llegar a Lima, en series, desde febrero de 1912. En abril de 1917, cuando Variedades menciona que el Can Can hacía tocar en su fonógrafo viejo los discos de Montes y Manrique, todos los discos con música peruana grabados en 1911 ya habían llegado a Lima. Es posble que el Can Can haya tenido toda esa colección de discos que hoy en día son un tesoro no sólo para los coleccionistas, estudiosos e investigadores de esas grabaciones, sino de la música peruana en general.

El artículo de Variedades nos muestra otro detalle interesante, y es que ellos escriben como "seviche" (con 's' y 'v') al plato nacional peruano. Cabe hacer notar que los intelectuales peruanos del siglo XIX, como Ricardo Palma, Juan de Arona, Manuel Atanasio Fuentes y Carlos Prince, escribían de esa manera el nombre del plato nacional, "seviche". Debido a ello, cuando fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación, el 23 de marzo de 2004, por el Instituto Nacional de Cultura, en la resolución respectiva se mencionó que la ortografía correcta e histórica era "seviche", con 's' y 'v'. En la práctica, el plato nacional peruano es más escrito como cebiche o ceviche (yo soy fiel al seviche) ya que al público lo que más le interesa es que el seviche esté servido con rocoto, porque seviche que no pica no es un verdadero seviche.

El Can Can ya no existe. Quedaba en la acera de la calle Paz Soldán de los números impares, donde años después se levantaría el actual Mercado Central.

Dario Mejia
Melbourne, Australia


Fuente de la fotografía: Revista Variedades No. 476, del 14 de abril de 1917.
 
Darío Mejía, en circulo.