viernes, 13 de enero de 2017

“SÍLFIDES Y ALUCINADOS”, EL NUEVO LIBRO DE FERNANDO QUINTANILLA - POR BETHOVEN MEDINA SÁNCHEZ (TRUJILLO)

 
 
“SÍLFIDES Y ALUCINADOS”, EL NUEVO LIBRO DE FERNANDO QUINTANILLA

Por: Bethoven Medina Sánchez

Luis Fernando Quintanilla Lora (Trujillo, 1966) es ya un narrador destacado del norte peruano, por sus libros periodísticos: “Conversaciones con Mister Hyde”, "El primer bonzo trujillano y otras historias insólitas" y su reciente obra de cuentos: “Sílfides y alucinados”, en el cual demuestra investigación y calidad narrativa.

En “Sílfides y alucinados” se da el personaje “Sílfides”, sugiriendo a la fémina que ironiza y cuestiona, mujeres simpáticas/antipáticas como las trató el inglés Alexander Pope. Las sílfides también se registran en “La Tempestad” de William Shakespeare. Y, los protagonistas, “alucinados”, con perfiles de docentes, periodistas y otras profesiones; son fácilmente identificables en Trujillo.

Quintanilla usa muy bien los elementos narrativos y las modernas técnicas mediante las cuales ubica a sus personajes en el espacio-tiempo, definiendo la trama y/o el desenlace.

Entre las técnicas está el racconto con la cual retrocede en el tiempo y recupera anécdotas. Así ocurre en el cuento “Perdido entre sus piernas”, con Patty y su trágica relación con un hombre a quien la comprometieron sin su consentimiento. En “La nostalgia y el fuego” aparece el director de la Liga Anti-Nostalgia tratando de salvar al navegante del portal “Qué ha sido de su vida”, con un final de incendio en el sueño. También clasificamos así a “El misterio de la rosa de los vientos”, en donde recrea playas, infancia, colegios, país extranjero y su generación.

El flashback, técnica narrativa de recuerdos breves, es expuesto por el personaje de “Romance en Buenos Aires”, relato ambientado en Argentina, cuyo desenlace es sorprendente, por cuanto el personaje sugerido como mujer, termina siendo un maniquí. Asimismo, “Alma felina” con la personaje feminista quien cría felinos, con afición cultural, cuestionadora del caos social y su diferentes escenarios hasta llegar al arte y la realidad.

La provocación se da con la técnica del flashforward en el recuento y proyecciones argumentativas al futuro. Así, en “Se vende felicidad” se encara a las programaciones televisivas y pueriles; a los jóvenes se los motiva. En el cuento “Rubor” ocurre el encuentro amoroso, con el antecedente de la violación a la mujer cuando era niña. En cambio, en “Escenas de Milet” se da alta provocación, intriga y desencanto, y con fuerte erotismo en algunos párrafos.

En la técnica del “Monólogo interior” está la verbalización de los contenidos mentales de los personajes bien caracterizados en “El viejo y la sílfide” con monólogos interiores y paralelos, lo mismo sucede en el cuento “El hijo del viento”, con la caracterización del periodista-estudiante de música- jazz con su perfil de persona culturizada.

Finaliza con la técnica “corriente de la conciencia”, con protagonistas que denotan su subconsciente y el psicoanálisis como se da en “La iluminación de Alvarito Cisneros”, con el argumento de alimentación vegetariana y libros de autoayuda, conflictos sociales y asesor espiritual. Así también se evidencia en “De otro mundo”, con el autodenominado profeta de otros mundos, y el encuentro con otros seres. Termina con el cuento testimonio-monólogo intitulado “Las últimas palabras”. Por todo lo analizado, Luis Fernando Quintanilla representa a la mejor narrativa actual de norte del Perú.