sábado, 14 de enero de 2017

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "CENIZA ENAMORADA, DE LA HOGUERA LA FLOR", DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN - POR SAMUEL CAVERO GALIMIDI



CON ROTUNDO ÉXITO SE PRESENTO EL LIBRO: “CENIZA ENAMORADA. DE LA HOGUERA LA FLOR” DEL PRESTIGIOSO ESCRITOR ACADÉMICO DANILO SÁNCHEZ LIHON, ARTÍFICE DE “CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA”

RAMÓN NORIEGA, JORGE KISHIMOTO, EMILIO MORILLO, JULIO YOVERA Y SAMUEL CAVERO SE LUCIERON COMO PONENTES EXPOSITORES. LA CONDUCCIÓN ESTUVO A CARGO DE LA DRA. LIDIA VÁSQUEZ RUIZ

CENTENARIO DEL LIBRO “LOS HERALDOS NEGROS” DE VALLEJO SE CONMEMORA EL 2017…¿2018  O 2019?

Por: Samuel Cavero Galimidi, 
  
Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas del Orbe (AEADO)

Es verdad que con gran alborozo ya estamos celebrando la cercanía del Centenario porque además somos apasionados vallejianos. Ahora bien, según el epígrafe de la portada del libro de la primera edición corresponde el 1918, fecha que así figura Los Heraldos Negros como publicado el 1918, igualmente en numerosos estudios se cita esta fecha. Aunque se dice que el 1919 fue realmente el año donde entró en edición, pues fue a finales de 1918 que se planeaba la edición no salió publicado y salió recién el 1919. Esto se confirma con la entrevista por mí realizada a Dr. Jorge Kishimoto Yoshimura uno de los más importantes vallejistas y estudiosos de César Vallejo realizado por mi persona. Kishimoto es poseedor de la biblioteca más completa sobre César Vallejo.

     Hay un poema allí que nos recuerda metafóricamente lo que siempre con gran fervor, olor a multitudes, versos que saben a Pascua de Resurrección a un César Vallejo y sus huestes vallejianas amadas. Como cada año este 2017 CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA en un Encuentro Internacional Itinerante que promete ser exitoso y humanista   visitarán  numerosos pueblos, hasta la tierra del gran vate universal, para hacer juntos poesía, conferencias, tertulias, seguir pensando vallejianamente, hermanados todos  con ese tributo cultural que  ya se alza caminante, reanudando los pasos, hacia la tierra de Vallejo y otros pueblos del Perú. 

Vallejo nos dice, como reclamándonos a todos los que vamos a su Encuentro, de una u otra manera:

¡Tus pies son dos heráldicas alondras
que eternamente llegan de mi ayer!

    Los Heraldos Negros son poemas cargados de hondo sentido religioso y de humanidad. Vallejo se conmueve hasta de la araña, un repulsivo arácnido, en el poema La Araña, que creo nunca ha sido citado. Hay palabras tan ricas de significados como Sardánapalo. La Muerte de Sardanápalo es un cuadro de gran tamaño, obra de Eugène Delacroix. Se conserva en el Museo del Louvre de París.

  Otra palabra que invita a profundizar en su correcta significación y que está en Los Heraldos Negros es Tahuashando. Para el profesor chileno Jorge Guzmán tahuashando ( ver su libro: Lectura mestiza de César Vallejo) es un neologismo construido parcialmente con un sinónimo quechua de una palabra española. Tahuashando. 

      Igualmente el vocablo Horópter: Línea recta tirada por el punto donde concurren los dos ejes ópticos, paralelamente a la que une los centros de los ojos del observador. 

     El lector podrá advertir que algunos poemas de Vallejo en Los Heraldos Negros tienen ese llamado de emociones que debió causarle al poeta la lluvia limeña. Siempre hay un sentimiento de dolor desde el desamor y la muerte. En el poema Retablo: “Darío que pasa con su lira enlutada”, nos recuerda que Vallejo leyó a Darío y sintió de algún modo la influencia transcontinental del modernismo. Nos recuerda siempre en varios de sus poemas, poemas ciertamente cargado de amor, el uso de vocablos marineros, de mar, de voces que hace alusión al paso del tiempo como en pasarán los años, en Aldeana, Idilio Muerto, Unidad, por ejemplo, La Voz del Espejo (donde la vida pasa como un raro espejismo),  o como en Nostalgias Imperiales que nos habla de  ese tiempo de oro de los Incas, del Imperio del Tawantinsuyu, pero también de ese Mansiche de ayer, en Trujillo,  con bueyes arando, carreteras de polvo, ranchos que con la modernidad  ya han desparecido.

ya en las viudas pupilas de los bueyes
se pudren sueños qué no tienen cuándo.

El poema Huaco nos remite con nostalgias imperiales a ese tiempo mejor, tiempo perdido, tiempo soñado:

Yo soy el coraquenque ciego
que mira por la lente de una llaga,…
 
Soy el pichón de cóndor desplumado
por latino arcabuz;
y a flor de humanidad floto en los Andes,
como un perenne Lázaro de luz.

  O como en el poema Verano

pasarás por mis balcones
con gran rosario de amatistas y oros
,…

en el poema Deshora nos dice:

Pues de la vida en la perenne tarde,
nació muy poco pero mucho muere!

      Pero también hay referencias implícitas simbólicas y metafóricas a la muerte, “amortajadas las pupilas”, “pasamos juntos las lilas/mostazas de un cementerio”.  Igualmente en Tálamo Eterno.  O cuando nos dice en el poema La Copa Negra:

La Tierra tiene bordes de féretro en la sombra.

    Y yo le diría a Vallejo no solo “tiene bordes de féretro” la sombra, sino la noche, el anochecer y la vida misma.

    El  poema Sauce,  y el poema  Impía transmite  la influencia que ejerció en el poeta Vallejo las lecturas bíblicas que aquel tuvo (como en el Pan Nuestro, La Cena Miserable, quizá este último uno de sus poemas más hermosos después de Los Heraldos Negros, Los Dados Eternos y A mi Hermano Miguel)  son versos emblemáticos,  cargados de inmensa ternura, que hacen además honor a nuestra condición de mortales, de seres efímeros de paso frente a Dios, “Dios mío, estoy llorando el ser que vivo; Dios mío, si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios”. Igualmente estos hermosos versos de Poemas Humanos hacen referencias   al nacimiento de Jesús, a parábolas y personajes bíblicos, por ejemplo en el poema Nochebuena:

Balarán mis versos en tu predio entonces,
canturreando en todos sus místicos bronces
que ha nacido el Niño-Jesús de tu amor.

En su poema Mayo nos dice:

en pos de alguna Ruth sagrada, pura,
que nos brinde una espiga de ternura…

Antes de terminar este breve Ensayo quiero hoy dejar en manos de tan brillantes expositores que me habrán de suceder, aquí en la Casa de la Literatura donde se rinde el culto muy especial a la literatura peruana, saludando todos ellos (nuestros  conferencistas presentadores) dotados de una vasta experiencia en temas culturales , vallejistas de gran pasión y que han sabido aquilatar muchas lecturas vallejianas, para aprovechar este especial momente que os agradezco y preguntarles públicamente si acaso el en poema Ascuas de Los Heraldos Negros cuando nos dice Vallejo entre versos se remite a la intransferible Otilia:

Luciré para Tilia, en la tragedia,
mis estrofas en ópimos racimos;
sangrará cada fruta melodiosa,
como un sol funeral, lúgubres vinos.
                    Tilia tendrá la cruz
que en la hora final será de luz!

Prenderé para Tilia, en la tragedia,
la gota de fragor que hay en mis labios;
y el labio, al encresparse para el beso,
se partirá en cien pétalos sagrados.
                    Tilia tendrá el puñal,
el puñal floricida y auroral!

Esa Tilia no es ni más, ni menos, probablemente, que la entrañable Otilia. ¡Otilia Villanueva Pajares, la esquiva musa de Trilce! Dejo allí la pregunta rondando este espacio sagrado. Muchísimas gracias queridos amigos y nuevamente mis felicitaciones al muy querido artífice de tantos años en brega con Capulí Vallejo y su Tierra, al gran escritor y educador prof. Danilo Sánchez Lihón por este nuevo libro “Ceniza Enamorada De la Hoguera la Flor” que se presentó con público lleno y grandes declamadores en la prestigiosa Casa de la Literatura Peruana en Lima, el viernes 13 de enero de 2017. ¡Gran aporte a la cultura de nuestros pueblos!