jueves, 8 de diciembre de 2016

EL QUE PUEDE PUEDE, O LA IMAGEN, EN VIVO, DE LA FUERZA BRUTA EN POLÍTICA - POR ÁNGEL GAVIDIA RUIZ (SANTIAGO DE CHUCO)


EL QUE PUEDE PUEDE, O LA IMAGEN, EN VIVO, DE LA FUERZA BRUTA EN POLÍTICA 

Escribe Ángel Gavidia Ruiz 

La mayoría aprofujimorista va a censurar al ministro Jaime Saavedra, uno de los funcionarios más prestigiados del gabinete Kuczynski. Más prestigiados y exitosos. El ministro de una de las carteras más difíciles, por añadidura. Lo hace desafiando la razón, petardeando, a la vista del mundo, el progreso por el que se encamina (por fin) la educación peruana. Y si esto es tan grosero y torpe, debemos suponer que son intereses distintos a los del Perú los que levantan las manos de los censuradores. Estos intereses son los que se afectarán en las “universidades” que, como hongos, brotan a lo largo y ancho del país absolutamente huérfanas de calidad y, sin embargo, con la capacidad de dar títulos a nombre de la nación; intereses que –como digo- se verán afectados cuando estas “universidades” tengan que cumplir la valla mínima que las califique como tales; es decir, como universidades sin comillas. 

Escucho, como un cliché, que no hay hombres insustituibles. Y que los hombres importan poco frente a las instituciones. Creo que estas aseveraciones no son ciertas. Hasta el maestro Bertolt Brecht parece darme la razón: Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son los imprescindibles. Y, claro, surayando obviamente las distancias y diferencias del caso, sin José Vasconcelos o sin Andrés Bello, la educación de México o Chile no hubiera sido la misma. Por otra parte, tenemos una escasez clamorosa de peruanos calificados y el espacio político ocupado por tanta mediocridad, mezquindad y figuretismo no es, precisamente, un aliciente para quienes, sabiéndose valiosos, quisieran servir en la administración pública. 

Falta todavía mucho en el campo educativo. Pero quiero endulzar esta crónica con una frase del viejo Ho Chi Min llena de esperanza: ni es tan largo el camino, ni estoy solo. El camino se puede acortar levantando la utoestima del docente no solo con diplomas si no también económicamente y, en paralelo, lanzando, como se está haciendo, una enérgica campaña de capacitación nacional, además de dotar a las escuelas de psicólogos capaces. Me parece muy buena esa suerte de capacitación en servicio que es el trabajo de maestros experimentados asesorando a sus colegas en el aula. Falta incrementar el presupuesto en educación. Cosa difícil pero fundamental. 

Por desgracia, y volvemos a nuestra lamentable realidad política, la educación no da réditos inmediatos y la niñez no vota. 

Trujillo, 8 de diciembre del 2016 

Para la página editorial de “La industria” 

 Ángel Gavidia Ruiz
DNI 17855840
Luis Valle G. 308 Trujillo-Perú