lunes, 31 de octubre de 2016

31 DE OCTUBRE: EL MUNDO ANDINO - FOLIOS DE LA UTOPÍA: LA PIEDRA BRUJA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

  

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 

SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
 

*****

31 DE OCTUBRE
 
 
EL
MUNDO
ANDINO
 
 

FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
LA
PIEDRA
BRUJA
 
“Piedra desde siglos escogida
para reclinar mi cabeza”.
César Moro
 
Danilo Sánchez Lihón
 
1. Viejo
molino
 
La Piedra Bruja es en Santiago de Chuco un promontorio rocoso, como la proa de una nave al infinito.
Allí hay unos pocitos de agua de lluvia detenida verdosa por el tiempo; donde el agua es iridiscente por las alas de las cantáridas que allí mueren y renacen.
Y en donde de noche juguetean los duendes.
Y se bañan las brujas hasta donde llegan moviendo sus escobas y renuevan sus poderes mágicos.
De día es el lugar en donde los niños elevamos cometas y contemplamos cómo se oculta el sol entre celajes.
También este sitio es una parva donde se juntan las gavillas y se ventea el grano al soplo del viento.
También es el camino y bajada a un río y a un viejo molino abandonado, donde vamos todos los fines de semana con mamá, primos y hermanos a lavar la ropa.
Y ahí cocinamos.
2. No vayan
lejos
 
Desde aquí se divisa uno de los paisajes más hermosos de Santiago de Chuco, con las cuevas de Shiminiga y Quenre al frente, en donde se enterraban los gentiles.
Aquí he jugado, cazado cantáridas, buscado –sin encontrar nunca– tréboles de cuatro hojas.
Aquí he esperado, como muchos otros, el regreso de los seres queridos que venían por la ruta de Trujillo.
Ya de noche, es el lugar hacia el cual salimos a caminar con mis padres, sea alumbrados por la claridad de las estrellas o por una que otra luciérnaga que encendía sus candelas a la vera del camino.
Mi madre enlazada al brazo tuyo, papá.
Y nosotros correteando; a veces perdiéndonos por los atajos de pencas y espigas.
Hasta llegar a la quebrada de Las Guitarras donde siempre, en mi recuerdo, alumbrará la luna.
– No vayan lejos, que se pueden caer.
 
3. La casa
que nos habita
 
– Cuidado de mojarse los zapatos en los charcos.
– Y fíjense bien dónde hay espinas.
– Cuidado que hay pozos de agua.
– No se dejen rozar por las ortigas.
– Ni por nada que les haga llorar.
Aquí nació mi amor por la noche estrellada.
Aquí nació mi estupor por la luna llena.
Aquí nació mi fascinación por el cielo estrellado.
Aquí nació mi asombro por el rumor de las aguas y el designio que cargan cuando pasan rodando por el cauce misterioso del río.
Mi cercanía por el perfil de los cerros que nos consuelan, por la geografía que nos envuelve.
Como también al regresar silenciosos por la pared, el umbral de nuestra puerta, y la casa que nos habita.
 
4. Atruenan
con sus ecos
 
Al frente de La Piedra Bruja quedan los cerros de Chollagueda por donde se oculta el sol, haciendo en el cielo figuras caprichosas y abigarradas.
Pareciera la paleta de un pintor que hubiera enloquecido y tirara enfebrecido sus colores al aire o al viento.
Un demiurgo que delira con paisajes de sueños. Y en aras de ello se pasa derramando todas sus pinturas, porque ha reconocido una verdad primigenia.
Tarros de acuarelas que arroja a lo lejos empapando con ellos a las pobres nubes que huyen y se espantan ante tanto arrebato.
Nubes que repentinamente cobran figuras de pasmo y maravilla.
Hacia abajo se extiende otra locura, que son los campos sembrados de trigo, maíz, cebada y alfalfa.
Y un reguero de flores de todas las formas y colores. Tonalidades de verdes, amarillos y fuccias.
Y el misterio de las cuencas de los ríos Patarata y Conra que confluyen en un lugar de enigma llamado La Pamplona, cuyas aguas atruenan  con sus ecos por lo encajonado de los cerros.
 
5. Paisaje
sideral
 
Allí se esconden todos los duendes. Y todas las hadas que nos han llenado el alma con sus sortilegios, misterios y encantamientos.
En el centro de toda esta eclosión está el promontorio de La Piedra Bruja.
De mañana y tarde es visitada por los enamorados por el embrujo que también significa sentir y arder en las brasas del amor.
Y de noche se puebla de los zumbidos aterrorizantes de las hechiceras del bien y del mal, que danzan con sus escobas por las copas de los árboles.
Hacia arriba y subiendo una cuesta está La Parva de la Virgen.
Es este un hermoso lugar, aunque poco visitado por sus mismos pobladores, porque para llegar a él hay que subir unas calles empinadas desde donde se divisa un paisaje sideral.
– ¿Por qué aquel altozano se llama así? –Me han preguntado.
Y yo respondo:
Hay una explicación prosaica y administrativa.
Y hay otra religiosa y mística.
 
6. Entrañas
del paraíso
 
La primera dice que los terrenos de aquí eran antes de la iglesia. Y en esa loma quedaba la parva donde se acumulaban las mieses para la trilla de los productos de las cosechas.
Entonces estos eran terrenos de La Virgen, porque en la iglesia las propiedades también están divididas por los santos que la pueblan.
Así, por ejemplo, estas chacras pertenecían a la Virgen María, madre de Jesús.
Otros terrenos, por diferentes rumbos, son propiedad del Apóstol Santiago. Y algunos más, pertenecen a otros santos que los tenemos en sus tronos.
La segunda explicación, más bien religiosa y divina, dice que en este lugar colindante al cielo, la Virgen María se entregó a Dios y fue desposada por el creador de todos los mundos.
Y fue así por ser un lugar tan maravilloso que miren cómo se rasga, abre y deja ver las entrañas de lo que es el paraíso.
O, por lo menos, que aquí la Virgen María recibió el misterio de la Anunciación dicha por el Arcángel San Gabriel.
 
7. A la vera
de un camino
 
Tanto es así que he publicado un libro mío titulado “La piedra bruja” libro que está lleno de relatos de misterio.
Y porque ese es el nombre que define bien a Santiago de Chuco, mi pueblo y que es el escenario de todos los relatos incluidos en aquel libro, varios de ellos actuales y vigentes.
Además, porque piedra es el elemento más simple, lo primario y esencial; fundamental en nuestra cultura, hecha de piedra y fantasía, de roca y embrujo. de materia y espíritu.
Pero también hecha de concreción y azahar. Así como de realidad y de utopía, de greda pero a la vez de hálito y de rosa.
Con aquel libro que lo inspira el amor a la tierra intento ser fiel al mundo que viví de niño. Porque el amor a la tierra que nos vio nacer creo que es el mejor amor. Es cariño limpio, sin tacha ni sospechas; ni sombras que lo opriman.
El amor a la tierra nos redime porque es un canto al infinito. Es una mandolina pulsada en la noche desde una casa vetusta. Es la quejumbre del acordeón en una choza a la vera de un camino y sobre un abismo.
 
 
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El texto anterior puede ser
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