martes, 14 de junio de 2016

HOY 14 DE JUNIO NACE JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN



CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2016 AÑO
CONSTRUCCIÓN DE CONCIENCIA
Y CONCRECIÓN DE SOLUCIONES
 
JUNIO, MES DE LOS NIÑOS,
DEL MEDIO AMBIENTE, DE LA GLORIA
DE ARICA Y DE LA IDENTIDAD ANDINA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 

SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
 

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PRÓXIMA ACTIVIDAD
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
DÍA
VALLEJO
EN EL CALLAO

 
VIERNES 17 DE JUNIO, 10:30 AM.
RADA DEL MUELLE DÁRSENA
 
– Mitin poético. Tribuna libre
– Alocución:
“Día del adiós y el regreso”.
– Paseo en chalana y entrega
de una ofrenda floral al mar.
– Almuerzo de fraternidad.
Coordinador General:
MANUEL CHUMO GUTIÉRREZ
Presidente de Capulí en el Callao.

 
INSTITUCIONES ASOCIADAS:
– MAMMALIA, COMUNICACIÓN Y CULTURA
–ASOCIACIÓN DE EXALUMNOS
DEL COLEGIO 2 DE MAYO
– DIARIO EL CALLAO.
– INSTITUCIONES EDUCATIVAS
 
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HOY 14 DE JUNIO NACE JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

La tarde del día 28 de noviembre de 1969, en que se disparó los dos balazos que le cegaron la vida José María Arguedas, había llamado a su amigo Alfredo Torero para entregarle las cartas de despedida que había escrito, luego de tomar la decisión ineluctable de su suicidio en la Universidad Nacional Agraria.

Alfredo Torero relata que presentía que esas cartas eran de adiós porque le pesaban tanto que inclinaban y quebraban su cuerpo, pero no podía comentar con él lo que era su suposición, ni mucho menos abrir las cartas y leerlas para correr a salvar la vida de su entrañable amigo y apóstol del Perú irredento.

Habiendo demorado unos momentos en otra oficina haciendo un trámite, al acercarse para abordar su automóvil encontró prendida en la plumilla del vehículo una nota de José María en donde le pedía por favor que volviera urgentemente a su oficina.

Volvió Alfredo presuroso, con la esperanza de que hubiera algún cambio en relación al asunto que él temía; quizá solicitándole la correspondencia que le había encargado que entregara a su esposa y a varios otros amigos.
Pero no se trataba de eso, sino que lo había llamado por última vez para preguntarle lo siguiente:

– ¡Alfredo! –Le dijo con el corazón en la mano– ¿Tú crees que entre los estudiantes surgirá algún día un José Carlos Mariátegui?

Alfredo, reponiéndose de la sorpresa, y mirándose ambos a los ojos, sabiendo que José María estaba poniendo en orden sus últimos pensamientos y emociones y que requería una roca en qué apoyarse le respondió convencido:

– Yo estoy convencido que sí, José María.

Vio entonces cómo ese hombre abatido que en breves minutos iba a descerrajarse dos tiros de revólver en la cabeza, se erguía luminoso.

DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
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14 DE JUNIO
 
COMO
EL RUISEÑOR
TE CANTA
 
 

FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
CANTAR
EN EL PATIO Y
EN LAS AULAS
 
 
 Danilo Sánchez Lihón
 
La siguiente es parte de una entrevista que he ido presentando de a pocos, a través de este correo, y que hiciera a don Francisco Miñano Benites, maestro de Educación Primaria quien recibiera el año 2014 las Palmas Magisteriales del Perú en el Grado de Maestro.

Fue profesor junto a mi padre en el Centro Viejo de Santiago de Chuco, o Escuela elemental de Varones 271 cuando yo estudié allí de niño. Versa esta entrevista sobre las canciones escolares, sobre el cantar de niños tal y como yo lo he hecho.

Cantar cara a la luz de la mañana que reverbera en las paredes, en las ventanas y sus balaustres, cara a los tejados y a los pilares bruñidos y a las macetas llenas de flores que cuelgan desde ellos.

Cantar cara a los jardines en que se convierten gracias a las lluvias lo alto de las pircasy curahuas, perfilando hacia el cielo y el horizonte malvas, geranios y esas plantas que terminan sus ramas en un capullo gualda como manos suplicantes y piadosas y que llamamos ¡mostazas!

Cantar las letras y ritmos de las canciones de fervor por la naturaleza, por nuestros seres queridos, por la patria y por los héroes, y por todo lo noble que hay en esta vida. Cantar, “bueno lo malo”, como decía César Vallejo quien cantó en ese mismo patio con voz apasionada.

 
DSL: Don Francisco: ¿Para aficionarse y amar las canciones escolares si somos maestros hay que tener mucho de candor, no es cierto? De alma límpida y esperanzada. Porque yo creo que en las canciones escolares hay mucho de inocencia, de sencillez y de pureza. Y quizá sea por eso que ahora faltan también en la vida cotidiana. Y por eso no cundan ahora tanto, ahora que hemos perdido esas cualidades porque las consideramos como no funcionales, insostenibles y hasta vergonzosas. Porque yo recuerdo que cuando entonábamos las canciones escolares en el patio y en las aulas de nuestra escuela incluso los profesores se volvían de alguna manera niños cantando junto a nosotros, ¿no?

FMB: Exactamente. Había que volverse niños, no digamos en edad pero sí en sentimiento para poder saborear y sentir lo que siente el niño. De otra manera no se puede llegar a congeniar con los niños sino es teniendo que nosotros mismos ser o hacernos niños, o poniéndonos a la altura del alma infantil.

DSL: Y lo que más importa en la canción escolar es quizá la melodía ¿no es cierto? Porque el niño de repente la letra la dice sin tomar totalmente en cuenta su significación, y esto es porque en ello lo que importa es más bien la emoción misma, y lo que suscita como ritmo y compás, ¿no es así?

FMB: Claro que es así. En el niño se graba más la melodía, y la letra viene en segundo plano. Y tan es así, por ejemplo, que hay melodías preciosas que se entonan con letras equivocadas, hecho que pasa desapercibido. Para que salga pareja letra y música no solamente debemos enseñar la melodía sino que tenemos que hacer recitar igualmente la letra.

DSL: Como ocurre con la letra de nuestro Himno Nacional del Perú que para mí emociona en todo.

FMB: El Himno Nacional del Perú, que es nuestra música litúrgica, el emblema de la patria, que es la música sagrada de nuestra identidad. ¡Y que está totalmente pisoteada!. Yo he tenido la oportunidad de escuchar la ejecución del Himno Nacional hasta por los miembros de los Institutos Armados como un desbarrancamiento total y completo.

DSL: ¡Ah! ¿Tanto se adultera? En cambio yo siempre lo encuentro hermoso, cante quien lo cante, con voz eufórica o con voz titubeante.

FMB: Y mucho cuidado, nuestro Himno Nacional ocupa el segundo lugar a nivel mundial en belleza, estando sólo La Marsellesa francesa por delante. Y que nuestro himno esté después de La Marsellesa, o sea el segundo, eso quiere decir pues que tenemos nuestro himno dentro de los más preciosos del mundo. Sin embargo es una vergüenza cómo se lo ejecuta.

DSL: ¿En cuanto a melodía o en cuanto a letra, don Francisco?

FMB: En cuanto a melodía, en cuanto a letra no. Y tan es así que a inicios del presente siglo el mismo gobierno tomó cartas en el asunto para cambiar la letra de las estrofas del Himno Nacional y convocó a un concurso para cambiar esa letra, y el que ganó fue José Santos Chocano. Tenemos así que el Himno Nacional, sin separarse del coro, era entonado con la letra de Chocano desde 1900 hasta 1910. Después se tuvo que retomar a la letra antigua por un dispositivo especial del gobierno que dictaminó que debían ser intangibles tanto la letra como la música.

DSL: ¿Pero, volviendo a las canciones escolares es lindo como cantan los niños no? En mi caso es uno de los recuerdos que más acaricio y valoro de mi infancia. Porque los niños cantan a pulmón henchido. Difícilmente ya luego se canta así, porque hay una especie de recato, porque hay pudor, prejuicios. Y ya no se canta como canta un niño. Un niño canta con un gozo extraordinario, como un ruiseñor o un canario. Pero, para que un niño cante así seguramente hay que darle mucha confianza, hay que ser muy naturales, hay que sintonizar con realidades y contenidos muy profundos. ¿A qué se debe el prodigio de cantar? ¿A qué debemos agradecer el que podamos cantar? Porque me parece algo sublime, ¿no?

FMB: A la educación. Para todo hay que educar. Ya he dicho, que el hombre es un animal de costumbres, vale decir de hábitos, y eso se consigue desde el regazo materno. La madre cuando coge a su niño tierno, a su niño recién nacido y le acaricia la espaldita, las nalguitas, las piernitas, invitándolo al sueño, canta.

DSL: ¡En Santiago de Chuco para todo cantamos!

FMB: Como por ejemplo a través de una canción de cuna ¡que el niño no comprende! pero está escuchando, comenzando a captar las primeras melodías a través de la voz de la madre. Así se forma el alma del niño, inclinado ya a la afición musical. Si esas mismas melodías ya en diferente grado, las sigue escuchando en el ámbito de su casa ya no tal vez de labios de su madre sino del papá o de los hermanos o de los amiguitos y si esa proyección sigue a la escuela Inicial, a la escuela Primaria, Secundaria, así, tendremos un magnífico cantor.

DSL: Así tiene que nacer esta afición, en la raíz y desde la cuna, ¿no es cierto? Porque también es una pena cómo a veces se cantan las canciones ¿no?, de boca para afuera. Cuando nosotros cantábamos en el patio del Centro Viejo lo hacíamos a gritos, con el alma, llorando de alegría ya no por obligación o para que el maestro nos viera cantar sino por el hecho de que uno se sentía feliz y gozoso. Ahora, ¿cómo es que el maestro debe propiciar eso? ¿Cómo debería ser frente al niño para que el niño se suelte completamente cantando una canción?

FMB: En mi concepto como es un asunto de un trabajo de tipo colectivo, no solamente a nivel local, vale decir no solamente corresponde a Santiago de Chuco sino que es un asunto que debería encararse a nivel nacional, y de repente también a nivel mundial. Es asunto de política educativa y de política de Estado la misma que tiene que enmendar rumbos. De repente, tal vez, botar a esa gente que aparentemente son los representantes de la música en las instituciones educativas, es decir a los profesores de música.

DSL: ¿Así? ¿Ser tan drásticos?

FMB: ¡Así es! ¡Es que no saben nada de música! Botarlos, e incentivar a los maestros a través de concursos y obligar, aunque sea con empujones, para que el maestro cumpla con este bello arte.

DSL: ¿Y cómo es en otros países?

FMB: Sin ir muy lejos, por ejemplo, en Chile. No se da título de profesor de Educación Primaria o de Educación Secundaria a quien no pulse un instrumento musical. Es obligatorio ¡señor! que todo el mundo toque un instrumento, de ahí que Chile nos lleve un adelanto de más de 30 años. ¿Aquí en el Perú se exige eso? No. No se exige nada, nada, nada absolutamente nada, de modo que nadie hace nada.

DSL: Y Ud. ¿ha tenido experiencia, don Francisco, acerca de cómo cantan las mujercitas en relación a los varones? ¿Hay alguna diferencia de actitud?

FMB: Ah las niñas son preciosas cantando. Lo hacen con una voz agraciada, y con mucho encanto.

DSL: ¿Y cómo fue la relación tan fecunda que en este aspecto Ud. tuvo con mi padre. Porque se complementaron mucho en relación a las canciones escolares. Había, de principio y de alguna manera, un gran entusiasmo de parte de él o de Ud. que cuando estaban juntos inmediatamente se contagiaban y compartían una canción, la interpretaban en un instrumento y la enseñaban a los niños. ¿Cómo era el crecimiento de todo ello? ¿Qué cualidad la valora Ud. como la más importante de aquel maestro que fue Danilo Sánchez Gamboa?

FMB: Bueno. Algo tiene que existir entre dos seres que se unen tanto como fue la amistad con tu querido papacito. Algo que los amalgama, que los ata, que los amarra, como quien dice. Y para mí, entre tu papacito, el difunto Pascual Danilo y el que habla han existido como quien dice los genes musicales que eso no lo tiene así no más cualesquiera, pues. Hay necesidad de tener cierta afinidad y en este caso la afinidad musical tan profunda como fue compartir estas inquietudes con tu padre.

DSL: Se entendían muy bien ¿no?, cuando tocaban juntos lo hacían ya sin hablar casi, ¿no?

FMB: Si, nos entendíamos totalmente. Como dos personas que sin intercambiar palabra y sólo con una mirada se dicen te quiero y yo te correspondo. Así hemos sido con él y de ahí pues que hasta el último, el único con quien yo me comprendía era con tu papá hasta en los ensayos que hacíamos, los dos. Y los dos dábamos serenatas inclusive, que tu papacito no iba con nadie más a dar serenata a quien fuera su musa, pero conmigo sí. Y no voy a decir señores que solo íbamos por las inquietudes mías. ¡Íbamos por las inquietudes de ambos!, porque como hombres hemos tenido también inquietudes, los secretos de tu papá yo los conocía y los guardo en un cofre muy sagrado de mi alma.

DSL: ¿Y cantaba él en esas oportunidades?

FMB: ¡Cantaba también! ¡Cómo no! Mucho me acuerdo que, refiriéndome ya al canto por ejemplo, en una excursión que hicimos en el año 1950 a Cabana, que llevamos pues a la estudiantina escolar y allá en Cabana tu papacito que no acostumbraba pues a engullirse muchos tragos pero aquella vez sí tomó unos cuantos, allá en Cabana, y recostado contra de unos costales de cebada en una taberna, así que nos llevaron los profesores de allá de esa ciudad cabanista a invitarnos y a pasar un rato bohemio, tu papá ya pues liberado diremos así de la parte consciente y cuando uno penetra a esa otra partecita de la psiquis ¿no?, el subconsciente, donde aflora todo, cogió la guitarra y comenzó a cantar.

DSL: Yo muy raras veces lo vi tomar licor a mi padre.

FMB: Me parece verlo ahorita. Y escucharlo con ese vals que dice “Donde están mis amigos no los veo, donde están mis amigos no los hallo, solito he de vivir, solito he de morir, solito yo me tengo que acabar, pobre ay de mí”. ¡Pero me parece verlo! Me acuerdo que me acerqué a él y le dije “¿Qué pasa... don Danilo?” “Ay Panchito, me dijo, estamos lejos, y no tengo mi familia ahora, no tengo a mi señora, a mis hijos”, porque tu padre fue muy hogareño, ¡no he conocido diremos así un hombre tan cariñoso con su esposa, con sus hijos como tu papá Danilo!

DSL: Su casa era como un templo para él.

FMB: Así es. Para él su familia era su todo, su todo así, totalmente... Tenía muy buen oído y captaba muy bien las músicas y las entonaba también y blandía pues perfectamente los tres instrumentos, mandolina, guitarra y en el violín. En el violín se dormía y hasta lo soltaba por el diapasón. De rato en rato soltaba ya el diapasón y solo apretándolo con el mentón, ahí con el maxilar contra la clavícula sostenía el violín y solo con el arco lo hacía hablar, quejarse, llorar, que ya era cuando llegaba al éxtasis o al paroxismo del entusiasmo musical...

DSL. ¿Pero puede salir una melodía sin mover con los dedos ls cuerdas del diapasón?

FMB: Sí, sí. Tu padre lo hacía. Y de ahí nacían melodías preciosas. La verdad que con tu padre hemos pasado momentos muy elevados, muy lindos, lindos, particularmente los dos así que nos juntábamos para con la música celebrar esta vida.
 
 
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