HERMOSA ZARZUELA
Dr. Ángel Edgardo Chirinos Lavander
Dr. Ángel Edgardo Chirinos Lavander
Y me sigo preguntando, ¿qué pasa con la población peruana que le rehúye a la cultura, que prefiere asistir a espectáculos ‘basura’ como se dan en los canales de televisión, tal a ‘combate’, ‘los chistosos de la calle’… y también otros, que sólo incentivan el morbo de la gente, como si esto fuera para su progreso moral y no lo que realmente lo engrandece y culturiza? La cultura de un pueblo, es el fiel reflejo de su estado emocional y cognitivo, que hace que éste se supere y deje de ser ‘tercermundista’; un ejemplo claro es el pueblo europeo, que derrama cultura por doquier, en las calles, en los parques, en los mercados y más, mientras que aquí, no hacen nada por culturizarse y así se quejan de estar atrasados por la inacción del estado.
El pueblo, así como elije unos pésimos y corruptos mandatarios para que lo gobierne, es porque se lo merece dado a su incultura, que no analiza si no se deja llevar por lo que le dicen e inculcan otros.
El día viernes último, asistí a una invitación que me hizo por internet, el Centro Cultural y Científico de la Universidad Peruana ‘Cayetano Heredia’, a la presentación de una nacional Compañía de Zarzuelas que dirige la doctora Cassinelli de ese centro superior de estudios, en el auditorio principal de dicho centro cultural y científico; en verdad, nada tiene que envidiar a ninguna consagrada o connotada compañía ibérica o europea en general, por su gran calidad.
La función empezó a las 20 horas, cuando la responsable de esa función en ese centro, dio la bienvenida y saludo protocolar a los asistentes a ese cultural espectáculo e hizo presente, que la ausencia de la directora del elenco artístico -Dra. Cassinelli- estaría ausente por motivos de enfermedad.
De pronto se me ocurrió constatar la asistencia de espectadores, como parece se me está haciendo costumbre, ya sea para certificar la apreciación que tengo de la concurrencia o, por simple curiosidad; pero, me dio mucha pena constatar, que con una sala de un aforo bastante regular -más o menos de 250 personas- sólo estuviera ocupada en cerca de un 30% de concurrentes. De ahí que esta especie de crónica la he empezado con esa pregunta larga pero de rigor que siempre debo hacerme.
Y quiero aclarar, que era de ingreso libre; por lo que concluyo que mucha gente, sobre todo la pudiente, sólo asiste a espectáculos culturales pagados, para luego palanganear que asistió a tal o cual concierto y la entrada le costó ‘tanto’ pero que ese espectáculo lo valía (puedo decir sin medias voces: ¿qué sabe el burro de alfajores?). Quien busca culturizarse busca cómo conseguir ésta, ya sea gratis o pagada, pero la encuentra y asiste.
Otro factor posible de esa ignorancia cultural que invade todos los estratos sociales es, que los medios de comunicación -quizás porque no ganan por la publicidad- tratan de hacerse de la vista gorda ante las presentaciones de entrada libre, que no la publicitan a pesar que les envían comunicaciones con el fin que lo hagan; los responsables de la ‘página cultural’, brillan por su ausencia, quizás porque les falta el incentivo del ‘alguito’ o porque los dueños de los medios de comunicación masiva, ven que no es rentable el publicitar un espectáculo cultural gratuito, porque no reciben nada por ello.
¡Qué lástima! Qué lástima que el pueblo peruano por culpa de aquellos que no incentivan la cultura sino la ganancia de sus bolsillos, fomenten indirectamente todas las lacras que vive el país actualmente. No se corrige la moral de un pueblo con policías, que también como seres humanos también delinquen y caen en la ignorancia por inercia o por ósmosis. No señores, el engrandecimiento y crecer de un pueblo, se consigue con la cultura que debemos incentivar con fiereza y dulzura a la vez; sólo así haremos patria y también una obra de caridad.
Bueno, dejando de decir ciertas verdades, porque como Artigas proclamaba: “Con la verdad no ofendo ni temo”, entraremos a hacer una ligera síntesis del espectáculo puesto en escena y visto, por lo que diré como el título de este escrito lo anuncia: ¡Hermosa Zarzuela!.
Sí, fue hermosa desde su comienzo hasta su fin. La primera parte estuvo constituida por aquellas piezas antologadas como clásicas de la Zarzuela, aunque faltó la que más me gusta -la Dolorosa-, que junto con la Verbena de la Paloma y Luisa Fernanda que sí las escenificaron, son mis tres preferidas. Bueno, como repito, la escenificación y el coro estuvieron a la altura de las circunstancias y el público aplaudió a rabiar la presentación de esta primera fase.
La segunda parte, tuvo escenas muy graciosas como por ejemplo, la del ‘casto’ José, que agradó mucho al público asistente, que se rio a carcajadas y ovacionó a los actores, quienes acompañados por un excelente pianista con muchos años en estos menesteres, le dio calidad y prosapia al espectáculo. En realidad, una presentación sin parangón, que volverá, según anunciaron a presentarse nuevamente, este jueves 12 en el auditorio de un nosocomio capitalino.
Como pueden comprender, el tramo escrito con indignación por la impotencia de quien no tiene el poder para revertir la ignorancia que se cierne en el pueblo, por culpa del pueblo mismo, me ha hecho escribir más de la cuenta y me ha restado espacio para hacer una crónica pormenorizada del espectáculo presentado esa noche inolvidable, que se convirtió en un banquete cultural, que llenó el apetito de las expectativas y el alma de los asistentes al acto zarzuelero.
Por lo que pido las disculpas del caso y, como espero asistir a la próxima puesta en escena en ese nosocomio aludido, guardaré la calma y haré que la parsimonia esté conmigo y así, escribir una crónica pormenorizada de la presentación artística que estoy seguro, deleitará a la multitud de concurrentes, que después de leer lo publicado, pondrán las barbas en remojo y si no tienen barbas, algo pondrán, pero acudirán.
El pueblo, así como elije unos pésimos y corruptos mandatarios para que lo gobierne, es porque se lo merece dado a su incultura, que no analiza si no se deja llevar por lo que le dicen e inculcan otros.
El día viernes último, asistí a una invitación que me hizo por internet, el Centro Cultural y Científico de la Universidad Peruana ‘Cayetano Heredia’, a la presentación de una nacional Compañía de Zarzuelas que dirige la doctora Cassinelli de ese centro superior de estudios, en el auditorio principal de dicho centro cultural y científico; en verdad, nada tiene que envidiar a ninguna consagrada o connotada compañía ibérica o europea en general, por su gran calidad.
La función empezó a las 20 horas, cuando la responsable de esa función en ese centro, dio la bienvenida y saludo protocolar a los asistentes a ese cultural espectáculo e hizo presente, que la ausencia de la directora del elenco artístico -Dra. Cassinelli- estaría ausente por motivos de enfermedad.
De pronto se me ocurrió constatar la asistencia de espectadores, como parece se me está haciendo costumbre, ya sea para certificar la apreciación que tengo de la concurrencia o, por simple curiosidad; pero, me dio mucha pena constatar, que con una sala de un aforo bastante regular -más o menos de 250 personas- sólo estuviera ocupada en cerca de un 30% de concurrentes. De ahí que esta especie de crónica la he empezado con esa pregunta larga pero de rigor que siempre debo hacerme.
Y quiero aclarar, que era de ingreso libre; por lo que concluyo que mucha gente, sobre todo la pudiente, sólo asiste a espectáculos culturales pagados, para luego palanganear que asistió a tal o cual concierto y la entrada le costó ‘tanto’ pero que ese espectáculo lo valía (puedo decir sin medias voces: ¿qué sabe el burro de alfajores?). Quien busca culturizarse busca cómo conseguir ésta, ya sea gratis o pagada, pero la encuentra y asiste.
Otro factor posible de esa ignorancia cultural que invade todos los estratos sociales es, que los medios de comunicación -quizás porque no ganan por la publicidad- tratan de hacerse de la vista gorda ante las presentaciones de entrada libre, que no la publicitan a pesar que les envían comunicaciones con el fin que lo hagan; los responsables de la ‘página cultural’, brillan por su ausencia, quizás porque les falta el incentivo del ‘alguito’ o porque los dueños de los medios de comunicación masiva, ven que no es rentable el publicitar un espectáculo cultural gratuito, porque no reciben nada por ello.
¡Qué lástima! Qué lástima que el pueblo peruano por culpa de aquellos que no incentivan la cultura sino la ganancia de sus bolsillos, fomenten indirectamente todas las lacras que vive el país actualmente. No se corrige la moral de un pueblo con policías, que también como seres humanos también delinquen y caen en la ignorancia por inercia o por ósmosis. No señores, el engrandecimiento y crecer de un pueblo, se consigue con la cultura que debemos incentivar con fiereza y dulzura a la vez; sólo así haremos patria y también una obra de caridad.
Bueno, dejando de decir ciertas verdades, porque como Artigas proclamaba: “Con la verdad no ofendo ni temo”, entraremos a hacer una ligera síntesis del espectáculo puesto en escena y visto, por lo que diré como el título de este escrito lo anuncia: ¡Hermosa Zarzuela!.
Sí, fue hermosa desde su comienzo hasta su fin. La primera parte estuvo constituida por aquellas piezas antologadas como clásicas de la Zarzuela, aunque faltó la que más me gusta -la Dolorosa-, que junto con la Verbena de la Paloma y Luisa Fernanda que sí las escenificaron, son mis tres preferidas. Bueno, como repito, la escenificación y el coro estuvieron a la altura de las circunstancias y el público aplaudió a rabiar la presentación de esta primera fase.
La segunda parte, tuvo escenas muy graciosas como por ejemplo, la del ‘casto’ José, que agradó mucho al público asistente, que se rio a carcajadas y ovacionó a los actores, quienes acompañados por un excelente pianista con muchos años en estos menesteres, le dio calidad y prosapia al espectáculo. En realidad, una presentación sin parangón, que volverá, según anunciaron a presentarse nuevamente, este jueves 12 en el auditorio de un nosocomio capitalino.
Como pueden comprender, el tramo escrito con indignación por la impotencia de quien no tiene el poder para revertir la ignorancia que se cierne en el pueblo, por culpa del pueblo mismo, me ha hecho escribir más de la cuenta y me ha restado espacio para hacer una crónica pormenorizada del espectáculo presentado esa noche inolvidable, que se convirtió en un banquete cultural, que llenó el apetito de las expectativas y el alma de los asistentes al acto zarzuelero.
Por lo que pido las disculpas del caso y, como espero asistir a la próxima puesta en escena en ese nosocomio aludido, guardaré la calma y haré que la parsimonia esté conmigo y así, escribir una crónica pormenorizada de la presentación artística que estoy seguro, deleitará a la multitud de concurrentes, que después de leer lo publicado, pondrán las barbas en remojo y si no tienen barbas, algo pondrán, pero acudirán.
