viernes, 6 de noviembre de 2015

6 DE NOVIEMBRE: ¡VIVE TÚPAC AMARU! - FOLIOS DE LA UTOPÍA: Y ES LUZ DEL ALBA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


    
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2015 AÑO
DE LA DEFENSA DE LA VIDA
Y DEL PLANETA TIERRA
 
NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TUPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 

SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
 
*****
 
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ
 
HOMENAJE
A SANTIAGO DE CHUCO
EN SU SEMANA JUBILAR
 

SÁBADO 7 DE NOVIEMBRE
5:00 pm. RESTAURANTE TARWI
 
– VOLVER A LA TIERRA
MANUEL RUIZ PAREDES
 
–PUEBLO INOLVIDABLE EN MI RECUERDO
MANUEL VEJARANO SÁNCHEZ
 
– EL DIOS CATEQUIL Y SU TEMPLO
EN SANTIAGO DE CHUCO
RAMÓN NORIEGA PAREDES
 
– LA TIERRA Y SU SUSTENTO TELÚRICO
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO *
 
– POEMAS DE CÉSAR VALLEJO
FREDERIK SOTOMAYOR
 
– LONCHE
DE CONFRATERNIDAD

 SÁBADO 7 DE NOVIEMBRE
5:00 pm. RESTAURANTE TARWI
Pasaje Ayulo 131. Jesús María.
Altura cuadra 1 de la Av. República
Dominicana, entre las cuadras
12 y 13 de la Av. Brasil
 
Asistencia libre
Se agradece su gentil asistencia
 
 
*****
 
6 DE NOVIEMBRE
 
 
¡VIVE
TÚPAC
AMARU!
 
 

FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
Y
ES LUZ
DEL ALBA

 
A mí solo me matarán.
Pero mañana volveré
y seré millones.
Túpac Amaru
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
1. Nada
más natural
 
¿Qué inspiró a Túpac Amaru para su movimiento insurreccional? ¿Acaso alguna ideología en boga? Acaso, por ventura, ¿el influjo de algunas ideas en auge en aquel período de tiempo? ¿Quizá la efervescencia de lo que nos venía en los barcos desde el exterior? ¿El contagio sentido que nos venía de otras latitudes?
Acaso, ¿tal vez un dogma filosófico con el atributo de ser infalible? ¿Algún fulgor de inteligencia centelleante y consagrada? ¿Alguna intuición gestada por un profeta, un vidente, un redentor?
No. Nada de eso. Fue un hecho sencillo: cuál es constatar el dolor de la gente, ser partícipe del tormento que sufrían sus semejantes, día a día y noche a noche. Corroborar el abuso, la iniquidad y el oprobio del ensañamiento de los mandones de la época, más aún foráneos, para con la gente desvalida e indefensa.
El haberse cansado de hacer tantas gestiones y reclamos a las instancias correspondientes en nombre de la ley, de la religión cristiana y hasta invocando la causa del Rey de España para que hubiera autoridades honestas y decisiones justas, sin lograr jamás ser escuchado.
La impaciencia de ya no aguantar tanto abuso, tanta crueldad y tanta depravación e infamia para con sus hermanos de raza. ¡Nada más natural, sencillo y evidente para sublevarse! ¡Nada más moral para declararse en rebelión, adherirse y entenderlo!
 
2. El corazón
del universo
 
Su gesta insurreccional no es un movimiento ideológico que parta desde una teoría o una elucubración acerca de la realidad. No es el corazón de piedra de lo obcecado, intransigente y partidario.
De allí que su movimiento no tiene nombre ni rótulo ni siquiera un lema o un slogan, sino que es cólera pura, es indignación del alma, es guerra santa.
Es la revolución de los ofendidos y humillados de siempre a quienes se les somete como esclavos a sangre y fuego y se los trata peor que a bestias de carga. Tampoco es historia sino presente, es problema actual, vigente y pendiente de resolver, de papas que queman aquí y en cualquier otro sitio del planeta Tierra. Es grito universal que se escucha por todos los confines.
De allí que no le interesó a él capturar el Cuzco, hecho que tanto se le reprocha hasta ahora y con ello detentar el poder. Porque aunque predica restaurar el imperio incaico, no es para arrogarse el mando ni detentar privilegios que él se subleva sino en cuanto a instaurar la justicia social, el bien colectivo y sentir el calor de la gente, por eso deambula por pueblos y caminos hasta ahora.
Le basta sentir la hermandad, le basta saber que su protesta es el clamor de todos; le basta conmover y sembrar conciencia social. De allí que sea el movimiento de un ser que sabe querer, que sabe amar y condolerse de los demás, no de un caudillo que quiere arrasar. No es una rebelión gestada desde la razón ni desde la pasión sino desde el corazón del universo.
 
3. Semilla
que brota
 
De allí que lo que más lo identifique y represente sea un campo de quinua recién sembrada, que ya ha brotado y ya ha empezado a dar flor.
De allí que lo que más se le parezca sean las semillas de todo lo creado, de todo lo que existe y su poder es germinar, elevarse frente al sol, de ennoblecerse y hacerse fruto, de dar aroma y servir.
De allí que decir Túpac Amaru es señalar los horizontes abiertos cuando va a amanecer e irradiar el sol.
Es recurrir a un nombre que es símbolo de que se es capaz de sentir, condolerse y prometerse hacer un mundo nuevo y mejor, en base a semillas que puestas en tierra van a fructificar.
Pero que por ahora apuntan a recoger lo más dolido de la condición del hombre por reivindicar y resarcir, y a la injusticia por corregir; y a la maldad por desterrar de la faz de la tierra.
Apunta a lo que debemos sacar brillo, pulir, desenterrar el bien que ha sido aniquilado y sepultado. Refiere al valor de que seamos capaces para afrontar la solución de los problemas arduos pendientes por resolver.
Y no tanto lo identifiquemos con el rayo fugaz, violento y pasajero y al cual se le teme, sino con el sol tan querido, pródigo, generoso y tenaz.
 
4. Luz
del alma
 
Identificarlo con el sol que alumbra y vivifica; también porque somos descendientes de una cultura que reverenció al sol, por su brillo y por su luz.
Como también porque todo el sol lo vivifica y lo hace florecer, propiciando que la vida surja y se eleve el canto feliz, el himno de afirmación y el abrazo solidario.
La luz noble y lúcida de la mañana que protege y abriga; luz que es el calor de la fraternidad de compartir los dones de la tierra; luz del conocimiento para edificar y construir.
Por eso se enaltecía al sol y en él se rendía pleitesía a lo luminoso, a lo fulgente y fundacional. De allí que fuéramos grandes astrólogos contemplando la bóveda sideral, y rastreando el curso de los cometas y con ello acrisolando sabiduría y libertad.
Sabios que conocían más caminos entre las estrellas y galaxias que los espléndidos caminos del Inca, construidos abundantes de arboledas y puquiales de agua cristalina del Qhapaq Ñan.
Que unían a los asertos racionales los atributos mágicos, y  a los axiomas espirituales la salud del organismo humano. Donde Túpac Amaru es luz fraterna, luz del alma, luz protectora, tierna y cálida; luz que hermana con lo que es legítimo en la tierra y en el cielo.
 
5. Sus pisadas
en la tierra
 
Por eso hizo callar con un solo gesto de su brazo a la plaza condolida, y hacia todos los contornos llenos de gente arremolinada. Trance que asombra por la majestad de su conducta, primero como reo y enjuiciado, y en el momento de su ejecución más parece el de un ritual cósmico hacia la rosa de los vientos que él aprendiera a seguir contemplando a las estrellas.
Impresiona su talante imperturbable ante la sentencia leída, sin conceder ni un parpadeo siquiera, ni un solo músculo de la cara o del cuerpo que se le estremeciera o temblara para castigo de sus ejecutores.
Ni un solo rictus de dolor cuando le introducen los clavos ardientes desde detrás del cráneo hasta hacerlos salir por la boca, en castigo por los cuatro bandos de libertad que él había promulgado.
Ninguna súplica, ningún gesto de pedir clemencia ni mucho menos de rogar perdón o manifestar arrepentimiento por algo cometido, sino separando las aguas al decirle al tribunal: “Aquí solo hay dos culpables: tú por reprimir a mi pueblo, y yo por querer liberarlo”.
Actitud en la cual encontramos su verdad inmarcesible, su razón de ser y la herencia que nos lega en la profundidad posterior de su silencio que no se cansa de inspirar. ¿Para qué más si en la honda solemnidad cuando le daban muerte hablan las piedras? ¡Cuánto publican y notifican las huellas de sus pisadas en la tierra y las estrellas titilantes del cosmos!
 
6. Fraterno
y matinal
 
Porque él sabía que el tiempo es tiempo y la eternidad es eternidad, que son dos realidades diferentes. Sabía de lo que es la contingencia y de lo que es verdad fundamental y permanencia. ¡Y él eligió a esta última!
Y con él estaba su esposa, sus hijos y toda su familia, como también su vecindario y su comunidad; lo que prueba que la suya fue una rebelión de hogar, de filiación y de fuego tutelar.
Sabía que las causas que se defienden  cuando son justas y verdaderas no importan las circunstancias, ni los avatares ni los accidentes que se den en un período o en una estación.
Por eso fue tan hierático, pleno de majestad y su silencio fue tan hondo. Porque le interesaban las circunstancias actuales, pero más el movimiento de los planetas y las constelaciones, como contempladores maravillados de las esferas celestes que fuimos y que somos.
Sabía que su mensaje es imperecedero. De allí que pasarán las edades y su nombre proseguirá hasta el infinito significando justicia, libertad y solidaridad humanas.
Su soledad de sentarse frente a un abismo era para encontrar el camino de un mundo fraterno y matinal como el que habíamos construido y volveremos a construir en este suelo y bajo este cielo.
 
7. Estandarte
inmarcesible
 
Por eso proclamamos que el mundo que él amara es el mundo que merece ser amado.
Proclamamos, que la mujer que él amara, y que lo siguiera hasta subir al cadalso para estar junto a él, es el ejemplo de mujer que merece ser amada.
Que el país, el pueblo, la comunidad que a él le desvelaba es aquella sociedad que motive nuestro ahínco y nuestro empeño. Porque los sueños que él erigiera son los sueños verdaderos.
Que la lluvia y los collados, que las fuentes y las aguas de los ríos y las estrellas del firmamento que él mirara son las que merecen ser observadas cada vez que amanezca el sol sobre la tierra.
¡Túpac Amaru! Hermano del alma, padre inmortal, ser entrañable, ahora y siempre! ¡Contigo nos reafirmamos en lo que somos! Y en base a eso estamos prestos a luchar.
Porque te has vuelto fuente, manantial, lluvia que haces aflorar una savia nueva y poderosa, y porque junto a ti somos honderos del alba.
Y declarar que el porvenir contigo nos debe no una sino mil victorias, las mismas que hemos de obtener bajo tu estandarte inmarcesible. Y lo será aquí, ahora, y eternamente.
 
*****

 
LAS IMPLICANCIAS SOCIALES
DE LA REVOLUCIÓN
DE TÚPAC AMARU

 
Por Julio Yovera.
 
La sociedad colonial  del Perú a mediados del siglo XVIII estaba cargada de contradicciones. Para efectos del presente artículo, destacamos dos. Una, la que empezaba a manifestarse entre la naciente burguesía criolla con la clase social privilegiada, representante del poder monárquico, y, dos, la  que se daba entre el pueblo, etnias y nacionalidades nativas con la aludida clase dominante.
La situación de los pueblos era en extremo dura, la explotación era inhumana. Los impuestos, la mita, los repartos y los abusos de los grupos de poder se ensañaban contra la población indígena. La revolución de los oprimidos era cuestión de tiempo y de que el factor consciente, de vanguardia, pueda organizar material y militarmente el descontento
En el panorama internacional, y de manera precisa en el escenario europeo, una contradicción atravesaba a todas las sociedades: Inglaterra ingresaba a la era industrial y le interesaba la emancipación de las colonias. España, en cambio, representaba lo más retardatario del orden feudal. De manera que Inglaterra le cupo desarrollar una política ambigua, mientras alentaba las corrientes emancipadoras en América del Sur; en su colonia de América del Norte reprimía a los sectores que luchaban por su libertad. 
“Las insurrecciones que Gran Bretaña excitaba contra los colonos norteamericanos no eran para salvar a los indios, estaban encaminadas al exclusivo fin de llenar el objetivo británico del siglo XVIII…”
“Las guerras que sostuvo con Francia, España y Holanda fueron para imponer los productos de sus fábricas en todos los rincones del globo, utilizando para ello su poderosa flota con la que derrotó a sus competidores en el comercio marítimo (CHOY: 108)
La dinámica de los hechos sociales, y aún los naturales, están determinados por  condiciones internas. Son esas condiciones las que generan  en los explotados y dominados, la voluntad de ser libres y, en consecuencia, se hizo viable y posible un proceso revolución. Túpac Amaru encarnó el propósito no solo de luchar contra las injusticias sino de sentar las bases de un nuevo orden. Hay quienes cuestionan y ponen en tela de juicio la voluntad autonomista de la gesta del cacique de Tungasuca, pero, los fenómenos sociales no muestran nunca un desenlace ni una ruta matemáticamente anticipada.
La revolución de Tupac Amaru tuvo una ideología nativista y cristiana. Hubo, sin lugar a dudas, una cosmovisión andina que tuvo en la tradición oral y en los textos de Garcilaso Inca de la Vega sus insumos formativos más relevantes. Políticamente la revolución fue separatista. El ideario de la reinstalación de la sociedad inca estuvo presente en su propuesta. Además de la población quechua diversidad etnias, incluyendo a los mestizos aspiraban ser libres.
La revolución en cuestión puso en tela de juicio todo el orden de dominación e injusticia. Desde el punto de vista social fue una gesta anti esclavista y anti feudal, ambos estaban representados en el oprobioso “orden” español. Incluso, representaban también un orden capitalista conservador y retrógrado (a diferencia del resto europeo), sino preguntémonos ¿para qué explotaban el oro y la plata, sino era para el mundo mercantil?
“Fue contra este orden virreinal decadente que se alzó Túpac Amaru; contra ese Perú libertario y vicioso, como lo calificarían sus contemporáneos más cultos” (VEGA: 182)
Por eso, al lanzar su grito libertario fue para acabar con los representantes del poder (todos los funcionarios españoles en las más diversas escalas). La revolución proclamó la culminación de ese estado de cosas, tanto las actividades  extractivas, la de transporte (acémilas para cargas), que terminaron afectando los intereses de las castas criollas, dificultándose la unidad de todos los sectores sociales dominados por el poder hispano. Los criollos no confiaban en la gesta de Túpac Amaru. Un pasquín de la época señalaba que si:
“Túpac Amaru vencía era malo y si Areche triunfaba, era peor”.
Areche era un hombre en extremo duro, su tarea era conservar el orden colonial e instaurar el dogma de la autoridad.   
¿Qué temían los sectores criollos?
Los criollos – con honrosas excepciones- siempre mantuvieron una actitud timorata  y pusilánime. Las revoluciones auténticas son actos duros y trágicos. Iniciada la revolución del sur andino, la violencia se manifestó en toda su crudeza. La violencia legítima de las etnias,  sectores y clases sociales que eran explotados y humillados, hizo frente a la violencia oficial, “legal” del orden hispano dominante.
La revolución remeció todo el ámbito territorial del Virreinato del Perú y más allá de él.  Era la cima de la indignación.  Años antes, en 1616, el cronista andino Felipe Guamán Poma de Ayala, había escrito en su Carta al Rey:
“Debería hacerse que los españoles en Perú contuviesen su arrogancia y su brutalidad para con los indios. Imagínese que nuestra gente llegara a España a empezar a confiscar la propiedad, a acostarse con las mujeres y las niñas, a castigar físicamente a los hombres y a tratar a todos cual cerdos! ¿Qué harían los españoles entonces? O si, aun tratando de soportarlo con resignación, quedaran expuestos a ser detenidos, atados a un pilar y azotados. Y si se rebelaran e intentaran matar a sus perseguidores, bien podían acabar en la horca” (MACQUARRIE: 119) 
 Las condiciones de vida existentes en la década de los 60s del siglo XVIII cada vez eran peores..  Lo militar, si nos atenemos al concepto de estos tiempos, no es más que la confrontación política por otros medios. En efecto, la revolución de Túpac Amaru fue una confrontación cruenta. Violenta de ambos lados. Visto así entendemos mejor el sentido y la extensión de la frase del jefe guerrillero vencido: “aquí solo hay dos culpables: tú por sojuzgar a mi pueblo y yo por querer liberarlo”
Al final, el proyecto nacional indio de Tupac Amaru II, fue derrotado y con él la posibilidad de una verdadera revolución anti esclavista y anti feudal. Cuando se produjo la gesta revolucionaria, los criollos de Lima no vieron la oportunidad de alzarse, sino de ponerse a buen recaudo. A ellos también se refería Tupac Amaru cuando calificaba a la población privilegiada de Lima de “viciosa y libertina”, y corrupta agregamos nosotros.
Decir que Tupac Amaru no ha muerto, no es un decir. Su vida es un símbolo y un ejemplo, en particular para los pueblos de América Latina. Es cierto, que las clases dominantes han hecho cuanto han podido para hundirle en el olvido, pero no han podido.
“En 1964, el poeta peruano Antonio Cisneros escribió en “Tupac Amaru relegado”:
“Hay libertadores
de grandes patillas sobre el rostro,
que vieron regresar muertos y heridos
después de los combates. Pronto su nombre
fue histórico, y las patillas
creciendo entre sus viejos uniformes
los anunciaban como padres de la patria.
Otros sin tanta fortuna, han ocupado
dos páginas de texto
con los cuatro caballos y su muerte”.
(WALKER, Charles: 349.
Pero, ahí está el jefe rebelde, señero, desafiante y sobre todo absolutamente vigente. La suerte de los pueblos no ha cambiado. Ahora ya no está la monarquía feudal pero está el capital usurero y depredador. Contra ellos luchan nuestros pueblos.
 
BIBLIOGRAFÍA:
CHOY, Emilio. Antropología e Historia, tomo 3. Editorial de la UNMSM, Lima, Perú, 1988.
MACQUARRIE, Kim. Los Últimos Días de  los Incas. INKATERRA, Lima, Perú, 2007.
VEGA, Juan José. El Perú: Historia de sus Luchas Libertarias, Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. Lima, Perú, 2004.
WALKER, Charles. La Rebelión de TUPAC AMARU, Instituto de Estudios Peruanos, Perú, 2015.
 
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