viernes, 13 de febrero de 2015

SIGNIFICADO DEL DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD - POR RODOLFO ASCENCIO BARILLAS (ASOLAPO INTERNACIONAL)




SIGNIFICADO DEL DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD

Por Rodolfo Ascencio Barillas.

El 14 de febrero de cada año, los enamorados: hombres y mujeres, expresan su amor con flores, chocolates, regalos, cenas y promesas de amor eterno. Dos corazones palpitan al unísono.

Historia de amor

Mi esposa Teresita Marina Gómez de Ascencio, es de Ilobasco, pueblo salvadoreño ubicado en el Departamento de Cabañas. Ilobasco es conocido por la belleza natural de sus mujeres y es famoso por sus muñequitos de barro, un arte autóctono de su gente alfarera. Ella vivía en las afueras del pueblo, en el campo, un lugar paradisíaco, llamado “Cerro Colorado”.

Aquel día llegué como un forastero más para hablar con su padre, un  agricultor de caña, maíz y café. Una persona de aspecto noble y muy gentil, llamado don Lino Gómez. Todo lo que yo decía le causaba gracia y simpatía. Don Lino me llevó a su casa, una hermosa planicie, que convivía con el canto de los pájaros, la brisa, los árboles, y el sol del verano. Me invitó a comer junto a su amada familia, tenía tres hermosas doncellas y dos caballeros. En circunstancias que  hablábamos y reíamos, repentinamente la tierna  risa de la señorita Teresita me cautivo. Sus ojos eran dos luceros encendidos, su humildad, su educación, y la obediencia para con sus padres era increíble. Yo, un joven recién llegado de la urbe. Ella tan fresca como el agua más pura. Aunque no habíamos hablado, nos enamoramos a primera vista. Desde aquel día la comparo con las estrellas del cielo, con las flores silvestres de los valles, su voz es melodía para mis oídos, su mirada cual saeta atraviesa mi pecho, y su respiración esparce el aroma de los cañales y la miel de la molienda.

Fue un 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, que nos juramos amor eterno. Han pasado más de 30  años y sigo prendado de ella como aquel bello día. Estamos casados  por la ley y por la iglesia, y tenemos dos hermosos hijos, que amamos. Agradecemos a Nuestro Dios por las bendiciones concedidas, y por todo lo que nos ha dado, y esperamos vivir muchos 14 febreros más conmemorando nuestro amor.



EL AMOR

Carlos Rodolfo Ascencio Barillas

Mi bello amor
mi esplendido candor
mi canto, mi consuelo
mi luna, mi riachuelo
mi solitario  encanto
mi lejano  llanto
mi triste lamento
mi grito de libertad 
la inmensa felicidad
mi Deleite primero
que nace en febrero
renace en abril
tesoro febril
hermosa mujer
vuelvo a querer
las horas de ayer
te quise mirar
te quiero soñar
te vuelvo añorar.
mi eterna morada
amada exótica
mi perla preciosa
mi  exuberante rosa
mi flor primorosa
el amarte quisiera
con el alma fiera
mi  beso te diera
el hurís de tus ojos
me causan hinojos
morir antes prefiero
pero antes pudieras
ser mi luz, mi sendero
mi estrella, mi pandero
por  verte me muero
soñarte ligero
con las aves del cielo
tu belleza, y tu anhelo
por eso te quiero
tus labios lanceros
Tus gestos adoro
bella mujer de mi alma
deleitas mi calma
la dicha de mi existir
la lucha de  mi vivir
sentir la inmensa ternura
tu aroma en las llanuras
el fuego,  el pundonor
los sueños trajanos
de bosques lejanos
en un arcoíris  te veo
fantasmas no creo
ilusiones de mi vida
dentellas heridas
mi eterno amor
mi primavera, mi candor
mi mar, mi brisa
y mi infinita sonrisa…


AMOR Y AMISTAD

Carlos Rodolfo Ascencio Barillas

Niños que  juegan
océanos de sueños
dibujan centellas
llorando estrellas
fantasías que viajan
universos que pasan
ríos de amores
pardos rubores
llantos sinceros
cantos primeros
tristezas felices
ríen matices
acarician hinojos
ven con sus ojos
acuarelas del cielo
noches de anhelo
potros salvajes
esbeltos celajes
bellas ilusiones
torrentes emociones
aguas cristalinas
auroras matutinas
renacen el alba
llevan la calma
cristales de luna
llorando laguna
hermosos luceros
bailando danceros
niños que aman
sus voces exclaman
suspiros al viento
alegres lamentos
aves que vuelan
noches desvelan
despertando albores
soñando amores
sueños de paz
brisa sagaz
amando con risa
corriendo aprisa
bañando ilusiones
recordando canciones
despertando amaneceres
viviendo atardeceres
abrazando ternura
con la fruta madura… 

 
FEBRERO

Carlos Rodolfo Ascencio Barillas

Son bellos febreros
vientos someros
que exhalan olores
respingan pudores
entre el cielo y la tierra,
en la piedra, en el llano
en el dorado verano
y  en mi viejo camino
con mi lejano destino
llorar siempre me aterra
en el mes de las flores
con tristes amores
de cometas, y luceros
y oscuros voceros
que llevan fervores
me aferro al cielo
a mi profundo anhelo
del convincente desvelo
que arrulla la sierra
morir  lejos destierra
áptero y longevo
con sus luces encierra
cantando en la sierra
buscando azares
llorando dolores
espejos del alma
convierte  la calma
solitarios senderos
relumbra Antares
de montes señeros
bellos luceros
que besan la  luna
del mar, cual laguna
que pintan la puna
en el largo trayecto
de mi leve lamento
siempre converso
con la adusta suerte
que nos manda inerte
el fuerte aguacero
que atraviesa el acero
y baña linderos
diestros lanceros
y que iluminan mis sueños
tenebrosos pequeños
que brotan empeños
y que nos hacen sureños…


VINO DE AMOR

Carlos Rodolfo Ascencio Barillas

Cuando la espuma del mar bese 
 tus labios ardientes
que ahogan el aliento de mi voz
y las olas irrumpen el ecode tu silente pecho.

Cuando el rostro de la primavera asome
sus pétalos de oro 
 por las ventanas de tus cielos
y las gaviotas retornen 
 con olivos a tus veranos.

Cuando las altas montañas 
 nevadas se deslicen
con las nieves de tus manos
para desahogar los torrentes 
 suspiros  de tus pasiones
y los muelles que aumenten 
 el cansancio de tu voz.

Cuando la tierra se esponje 
 con el amaranto de los bosques
y los amaneceres que despierten 
 con el brillo de tus ojos.
Cuando aparece el moribundo
Fulgor de las mañanas, y que desaten
alaridos en pos de la noche fría.

Cuando las hojas de los árboles
destilen el rocío de tu boca
y los lirios de los campos que  expelen 
 la fragancia de tus cabellos.

Cuando el halito de los bosques 
 ciernen  tus  desbordantes emociones
con el férvido  galopar de los vientos, 
cual estampida a tropel 
de tus frágiles pesares,
y reposen tus rubores en el oasis 
 de tus claras sensaciones,
entonces, tus promesas las hago mías

con la luz que se filtra en mi larga travesía
y hace saltar el agua del vientre espumoso
bajando con el tenue murmullo del sordo río
y las lisas peñas que desbordan la sed
que gime en la soledad de tus convicciones
y la llovizna de los cielos que respinga 
 en los pastos de tus praderas, 
 y el céfiro suave de la tarde que expele 
el aroma de tus petulantes vanidades
en el sórdido eco de las cañadas 
 contemplando tus impávidas soledades.

Y yo me quede triste en los prados 
 de tus rebeldes correntadas
cual desvarío de su lecho que manan 
 abundantes emociones.

Cuando el horizonte dibuje 
 tus entristecidos candores
y las luces que encienden 
 tus fulgidas pasiones
y las estrellas  que acompañen en 
 tus trémulas canciones
el grito de la tarde  llore 
 en tus manantiales de ilusiones.

Entonces;
Cuando vuelvas a mis brazos 
 con tus exultados atardeceres.
estaré esperando las delicias de tus besos.
Cuando al fin tu rostro refleje tu sonrisa
en las gramíneas de mi pecho
Y vaguen  en la antípoda austral 
 de tus exacerbadas  pretensiones.

Entonces;
Yo habré suspirado en la sagacidad 
 de tu inhóspita indiferencia
Y en el llanto inmanente de tus isócronas virtudes
Y en la agonía de tu incipiente existencia,
Y en la  fatídica fantasía 
 de tus hipócritas caricias
Que se desvanece con  efímero  ocaso 
 de tus pálidas emociones.
Cuando el universo exista 
 en tus infinitas emulaciones
y las galaxias de tus infinitos ojos
con el sabor del exquisito néctar 
 que yacen en los días placenteros
de tus enmudecidas atracciones.
Cuando despierten tus enloquecidas ilusiones
Y se desvanezcan en la mugre
de tus henchidas tentaciones.

Entonces;
Yo volveré a reconstruir los cimientos 
 de tus pavesas estremecidas
Y a colmar  las alboradas
de tus imperecederos equinoccios
y a poblar de estrellas tus oscurecidos cielos
para esperar el amanecer de tus anhelos.

Cuando la tarde caiga sobre el mundo 
 de tus indolentes conmociones,
Y cuando se hayan ido las golondrinas  
 de tus impetuosas trepidaciones.
Cuando aún la primavera se aleje
en tus atrapadas vanidades.

Entonces;
Renacerán en el prístino recuerdo 
 de mis liberadas sensaciones…