martes, 6 de enero de 2015

CUATRO ARTÍCULOS DE CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2015 AÑO
DE LA DEFENSA DE LA VIDA
Y DEL PLANETA TIERRA
 
ENERO, MES DE LA DEFENSA DE LIMA
DEL NACIMIENTO DE ARGUEDAS, HERAUD
Y LOS PARADIGMAS DE MACHUPICCHU
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
 
*****
 
XVI CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
2015, EN SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA DEL PERÚ
 
DINA AMADA SÁNCHEZ BACA
 
QUIYAYITAS
 
A las quiyayitas
yo escuché cantar
tristezas de viento,
penitas de azahar.
Y su canto triste
como una oración
se quedó llorando
en mi corazón.
 
DUENDITO DE LA PAMPLONA
 
Duendito de La Pamplona
es un duendito especial,
cuerpecito de agua clara,
cabecita de cristal.
"Duendíto de La Pamplona,
hazme escuchar tu cantar,
yo vengo desde muy lejos,
de la orillita del mar".
Y el duende de La Pamplona
se esconde tras su cantar,
medio agüita, medio duende,
soñando con irse al mar.
 
SOBRE UNA PENCA AZULADA
 
Sobre una penca azulada
mi corazón se durmió,
corazón de verdes sueños
que nunca más despertó.
Ay, corazón verde niño,
ay, silencio corazón,
penquita verdeazulada,
¿qué hiciste a mi corazón?
 
CÓMO NO AMARTE SANTIAGO DE CHUCO
 
Cómo no amarte, Santiago,
verdes campos, verde andar,
eucaliptos en el "canto",
cantares en tu cantar.
Cómo no amar tus caminos,
tu plaza al atardecer,
tu neblina en madrugada
tu sol del amanecer.
Cómo no amarte del todo
a la hora de la oración,
cuando anochece a poquitos
y se duerme el corazón.
 
* De la obra: “Cómo no amarte Santiago”.
 
 
*****
 
 
 
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
MIÉRCOLES 7 DE ENERO
 
 
HOMENAJE
A GEORGETTE DE VALLEJO
EL DÍA DE SU NACIMIENTO
 
EXPOSITORES:
 
FLORENCIA ROLDÁN
WILFREDO DÍAZ
DELFINA PAREDES
ERNESTO RÁEZ
 
EVOCACIÓN
DE SARA JOFFRÉ
ÁUREO SOTELO
JORGE LÓPEZ CANO
 
LECTURA DE POEMAS
PATRICIA LLANOS OCAMPO
 
ACTUACIÓN ARTÍSTICA
ERIBERTO GALINDO
 
BRINDIS
Y TORTA DE CUMPLEAÑOS
 
Ingreso libre
Se agradece su gentil asistencia
 
7 DE ENERO, 6.30 PM
CASA MUSEO
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
JR. 28 DE JULIO 307. (ANTES 1°
DE JULIO). MAGDALENA DEL MAR.
ALTURA DE LA IGLESIA DE LA VIRGEN
INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.
AV. SUCRE CON JR. INDEPENDENCIA
 
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6 DE ENERO
 
 
DÍA
DE LOS REYES
MAGOS
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
DÍA
DE LOS REYES
MAGOS
 
DÍA
DE
ADORACIÓN
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Besan
la cuna
 
Ya la banda de músicos “Par y non” interpreta compases de fiesta en el atrio de entrada de la iglesia de olor rancio por la humedad de los adobes en este mes de invierno en la serranía; pero airosa, colmada de calor humano y abierta de par en par como lo están los corazones por ser Día de los Reyes Magos. 
 
Todos los tronos de los santos están radiantes de clavelinas, margaritas, rosas y nardos recogidos de los campos y las acequias de la campiña; como de las huertas ensimismadas del el interior de nuestras casas crédulas y devotas.
 
En el altar mayor luce el Nacimiento del Niño Dios, con el íntegro de sus Misterios alrededor del pesebre, erigido a base a varas entretejidas de eucalipto y revestidas de ichu y rastrojos, como de juncos y totoras de los pajonales. En medio del oficio religioso, que es la misa de aguinaldo, alternada con el tocar de pífanos, panderetas, flautines y cascabeles, han llegado en caballos enjaezados los tres Reyes Magos.
 
Apeándose a la entrada del templo han ingresado lujosamente ataviados al estilo de los árabes de aquella época, mientras la banda atruena con un clarinete, una trompeta, un bombo y un tambor; los Reyes Magos, que son jóvenes de la ciudad a quienes apenas reconocemos detrás de sus atuendos y sus pelucas ensortijadas, se arrodillan y besan la cuna, mientras en la ancha nave se entonan villancicos, coplas y tonadillas dedicadas al Niño Dios.
 
2. Pascua
de Reyes
 
Después de los cánticos de acción de gracias nosotros salimos a visitar Nacimientos, esparciéndonos por los cuatro barrios del pueblo. Allí vamos, los varones apenas asentando los pies en el suelo, intentando que nuestros zapatos nuevos no entren ni se aneguen en los charcos que han dejado las lluvias de diciembre.
 
Y las mujercitas siempre primorosas con sus vestidos de amplio vuelo que se abren como pétalos de flores, y con mangas de bombachos que terminan en grecas extasiadas, llevan en sus hombros abrigos de paño y hasta chales de vistosos colores. Van de la mano con sus hermanos mayores por las calles empedradas donde espejea el sol en el calicanto de las paredes enjalbegadas.
 
Mientras las señoras y señores que han hecho en sus casas Nacimiento, esperan sentadas en sus sillas delante de sus puertas las caravanas de niños que llegan pulcros y bien acicalados. Lo primero es saludar, tal y cómo nos han enseñado y nos han hecho repetir cien veces nuestros padres. Y, lo segundo es pedirles comedidamente su permiso para visitar el Nacimiento que han preparado en la sala, corredor o en algún rincón de sus casas:
 
– Buenos días señora, buenos días señor. ¡Felices Pascua de Reyes! ¿Serían tan amables de permitirnos visitar su Nacimiento?
 
3. ¡Pasen,
pasen!
 
– ¡Qué lindos niños! ¿Ustedes son hijos de qué familia, niñitos? ¡Ah! ¡Entonces ustedes son mis sobrinos! ¡Nosotros somos familia, hijitos! ¿Cómo está su mamá? ¡Cómo está su papacito?
 
– ¡Buenos días, tía! ¡Buenos días, tío! ¡Ellos están bien! ¡Nos encargan muchos saludos!
 
– ¡Mira, qué bien educaditos son, grandes y guapos están estos hijos! ¡Unas joyas, como tenía que ser! ¡De tal tronco tal astilla! ¡Somos sus tíos, hijitos! Familia muy cerca de ustedes.
 
– ¿Tú eres...?
 
– Juvenal.
 
– Y tú Fredy. Hasta ustedes dos me acuerdo.
 
– ¿Y tú...?
 
 – Rosita.
 
– ¿Y tú?
 
– Jaime.
 
– ¡Cómo han crecido! De regreso saluden a sus papacitos. ¡Pasen, pasen hijitos.
 
4. Luce
la estrella
 
– ¡Gracias tíos! ¡Gracias!
 
– Al salir le dicen a Mercedes que les dé una bolsa llena de pasteles, rosquitas y alfajores. O mejor yo misma voy a prepararles. ¡Pero pasen hijitos, pasen!
 
Ahora pienso que estas costumbres de mi pueblo eran una manera de educarnos, porque íbamos a cada casa y teníamos que desenvolvernos solos. ¡Y, bien! 
 
Y nos enseñaban a ver y apreciar todo lo que teníamos que ver y apreciar en cada Nacimiento. Y a relacionar todo ello con la Historia Sagrada de la vida de Jesús.
 
¿No es acaso una manera de aprender pero leyendo en un libro más grande e inmenso, hecho de calles y de casas como es en este caso el pueblo mismo? ¡Y vinculando una historia antigua y bíblica al mundo cotidiano del presente, y a los seres que lo habitan! 
 
Así por ejemplo, en este Nacimiento de la familia Miñano, del barrio Santa Mónica, en donde ahora estamos: El cielo que cubre la bóveda de vigas torcidas, tachonado de luceros sobre un telón de raso azul, luce la estrella que ha guiado a los Reyes Magos desde el oriente hasta el paraje en donde está el establo.
 
5. Por toda
una vida
 
Es una estrella inmensa y brillante que extiende su estela de hilos de oro y plata hasta la cuna del Niño Dios. Muy cerca del niño, María su madre y José su padre adoptivo, contemplan extasiados mientras el buey y el asno le brindan su áspero, hondo y conciliado aliento. Porque así dice la profecía desde un tiempo remoto detallando lo que hoy es:
El buey reconoció a su dueño
y el asno el pesebre de su amo.
 
Hacia un costado de esta alegoría se yergue la ciudad de Belén soberbia, ufana e indolente, que no tuvo sitio para dar cobijo, techo ni alero a María ni a José, ni a Jesús aún en el vientre de su madre, razón por la cual nació en una cueva.
 
¡Y cómo este niño que no tuvo abrigo, salvo el aliento entumecido del buey y del asno, es el Dios supremo y verdadero! ¡Cómo desde estos abrojos se ha erigido un canato a la vida terrena y celestial tan colmado de esperanza!
 
Hoy ya hemos visitado varios nacimientos que tienen cada uno un detalle por resaltar. Hemos salido y hemos cruzado la plaza porque la alegría es encontrarnos también con otros grupos de niños y compartir alegrías, saludos y, por último, siquiera miradas que quedarán trémulas y engarzadas en una esquina o en una calle por toda una vida.
 
6. La Buena
Nueva
 
Así, ahora visitamos el Nacimiento de la familia Ruiz en el barrio Santa Rosa, en la colina de Andamarca, donde destaca la escena de la adoración de los pastores. 
 
Ellos están inclinados delante del Redentor del Mundo. ¿Puede haber algo más enternecedor? Porque ellos no son gente ilustrada ni comprometida con ningún tipo de poder. 
 
Sin embargo, bajan con todas sus ovejas por el llamado de una corazonada corriendo por los apriscos. Otros se demoran en cruzar un riachuelo. 
 
En nuestra imaginación escuchamos el rumor del agua, el ulular del viento, el balido de las ovejas y el de las pisadas apuradas en el suelo frente a algo difícil de desentrañar.
 
Cada rebaño o hato tiene sus pastores, que llevan a un carnerito o a una oveja tierna en sus brazos o en la espalda. Todos respondiendo al llamado de la Buena Nueva del Reino de los Cielos y de la salvación. ¿No es supremo?
 
Hay pastores convocando a todos los hombres de buena voluntad, con sus cuernos en lo alto de cada montaña. 
 
Hay varias cuevas esparcidas, y en una de ellas ha nacido el Niño Dios, en una historia vibrante y afligida, admirable pero que hace llorar!
 
7. Con las alas
abiertas
 
Este otro ocupa la mitad de la sala, de pared a pared. Y destaca en él el rito de la Anunciación de la Virgen María hecha por el Arcángel San Gabriel. Donde yace ella inclinada y bendecida entre todas las mujeres de la tierra, con su belleza sencilla, con su pureza y virtud intacta, que conmueven y nos llenan de fervor. 
 
Elegida para ser madre dolorida de un ser que la llenó de grandeza y eternidad, pero a la vez de dolores y quebrantos sin límites. ¿Cómo duele reconocerla así, señalada por un destino de sacrificio y holocausto! Siendo Rosa Mística, Torre de David, Paloma Nívea, Casa de oro, Puerta del Cielo, Estrella Matutina, como se acaba de decir en la misa?
 
¡Ahí está el arcángel con las alas abiertas y ella recibiendo ese destino singular y ese cáliz de dolor en sus entrañas, cual es: dar cobija al ser más excelso que ha existido sobre la faz de la tierra! 
 
¿No es este otro sublime misterio? Y aquel niño que le brotó en su vientre, ¡es un ser que por las verdades que encarna ha de morir en la cruz! Nos abruma tanta razón y sinrazón, tanta gracia e infortunio, tanta pequeñez e inmensidad.
 
Además sobre un promontorio de luz y ahora de sombra tenebrosa en que se han convertido las calles de Santiago de Chuco que es otro misterio superpuesto en este día de adoración.
 
 
 
SANTIAGO RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
 
CALENDARIOS DEL VIENTO
 
MAMÁ
 
Así, trigueña, leve, menudita,
en mi cariño estás hecha tatuaje;
fuerza y pundonor donde trabaje,
pastelito de amor, dulce viejita.
Siempre te llora mi alma y cogita
la senda gris de tu dolido viaje,
a convertirte en eternal celaje,
véspero de mis sueños, ¡oh, mamita!
Yo, aún en este mundo y sus porfías.
Esencias angustiosas son mis días
sin tu presencia maternal querida.
Más horas negras, pocas horas pías
son estas premurosas horas mías,
por la falta que me haces, madre mía.
 
MI COMETA
 
De amarillo balcón, ventisco, oblongo,
despegó mi cometa, leve, grata;
variopinta, de pecho al Patarata,
y quecos cabeceando al Huacapongo.
Del Cerrillo allá arriba, tramo longo,
decirme qué se ve el cordel trata:
pálpito sideral mi alma cata,
cuando más hilo de mi ovillo pongo.
Serena tremulez de colorines,
envidié tu virtud de ver confines;
puse en ti mi ilusión y sed de cielos.
Y si caes, pensaba, cae al río,
que ese también es el destino mío;
pero nunca el fango de los suelos.
 
TIEMPO Y BARRO
 
De repente más tarde...  –Sí, hay más tardes–
porque, además, ¿qué manantial no merma;
qué corazón erial finge alma yerma
y tal vez llegue lo que ardiendo aguardes?
De repente es temprano... –Uf, qué temprano–
para que vivan tus rescoldos y arda;
y en su ayer de cristal, mañana parda
acorrales ternuras en tus manos.
Es que hay futuros cerca, de ahora mismo,
que instan con encanto de espejismo;
es eco gris o desgarrón su intento.
Pues no siempre el camino es la jornada;
él es el tiempo; nosotros, algo o nada:
simple barro común que carga el viento...
 
* Nació en Santiago de Chuco. Obra publicada: Calendarios del viento.
 
*****

 
FUNDACIÓN
DEL PUERTO
DE IQUITOS
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
LA AMAZONÍA
COMO FILIACIÓN,
COMPROMISO Y FE
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1.  Ansia
de conquista
 
Las incursiones que se hicieron a la Amazonía inicialmente fueron en búsqueda de las riquezas de "El Dorado", utopía que alucinó la existencia de parajes inacabables donde las arenas de las orillas de los ríos eran oro, los cantos rodados piedras preciosas y los guijarros diamantes; y hasta los pueblos estaban empedrados de amatistas, topacios y esmeraldas.
 
En esa arremetida se organizaron expediciones a cargo de capitanes ilusos y obsesionados en hacerse dueños de tesoros deslumbrantes y en gobernar imperios fastuosos. Y en esa enajenación y delirio sus conductas fueron siniestras y sus actitudes abusivas, deleznables y procaces.
 
En la actualidad se invade la amazonia en nombre del progreso, entendido como extracción de recursos naturales, que tienen precios excitantes en el mercado internacional.
 
En todas estas acometidas la vida del aborigen vale menos que un cartucho de pólvora o dinamita con que se les dispara. Y las hectáreas de bosque menos que un hectolitro de cianuro con que se lo depreda en la búsqueda de oro de superficie en la minería ilegal.
 
2. Posturas
que no son suyas
 
En nombre de la prosperidad los espacios de la selva, estén o no habitados y sabemos que lo están, son considerados de libre disposición para cualquiera que quiera denunciarlos. 
 
Muchos se valen de este amparo legal para adueñarse de las tierras más ricas y ya pobladas. Casi nunca estas ventajas son para los nativos quienes por su situación de marginalidad desconocen todas las leyes de la República.
 
Otra es la agresión cultural con que se los avasalla, el ultraje y la humillación con que se los trata, así como la nula estimación a sus tradiciones y costumbres en nombre de la civilización. 
 
Para ellos es también adverso y nocivo el sistema que consciente o inconscientemente se impone y establece y que finalmente termina adulterando sus vidas y convirtiéndolos en sectores míseros y periféricos de la sociedad actual.
 
Donde el modelo dominante los obliga a imitar, a adoptar posturas que no son las suyas y a suplantar su personalidad por otra que no corresponde ni pertenece a su cultura como pueblos originarios que son.
 
3.  El derecho
a ser distintos
 
¿Hemos de verlos explotados violentamente o de manera paulatina consumidos por la expoliación y el desdén?
 
¿Hemos de verlos medrar como subempleados en empresas de servicios que desconocen leyes, normas, reglamentos y que, además, causan daño y depredan el planeta?
 
Cada uno tiene derecho al bienestar y a ser dueño de su destino en el ámbito al cual pertenece. Y cada uno debe ser como su naturaleza y su medio lo han configurado a ser. 
 
Todo hombre tiene derecho a ser diferente. Y si a alguien se le impone ser algo distinto con miras a homogeneizarlo y a lo cual no está auténticamente dispuesto, se lo agrede en su esencia de hombre.
 
Pues cada quien tiene que ser lo que es. Afianzar esta filiación y pertenencia ayudará a superar problemas de empobrecimiento moral, que ocurren al imitar modelos foráneos.
 
Modelos que lamentablemente terminan deshumanizando y convirtiendo a la persona en mero objeto de consumo y al hombre en mercancía, corrompiendo la esencia de lo que es un ser humano.
 
4. Nombres
rotundos
 
Es el fenómeno de la masificación, distinto y contrario a la unión e integración, que reconoce y aprecia las diferencias, y las conjunciona en un todo armónico llamado país o nación.
 
De allí que la Amazonía, como todas las comunidades y culturas sometidas a exterminio, tiene una historia intensa de luchas sociales.
 
Y de grandes gestas y movilizaciones por hacer respetar su dignidad de personas y su derecho a ser un pueblo con identidad.
 
Hay nombres de líderes, héroes y mártires que ellos pronuncian con unción y fervor. 
 
Hay fechas y acontecimientos a los cuales vuelven con la mirada del recuerdo para encontrar el hilo de la esperanza.
 
Tales son en el Perú: la rebelión de los cunibos, de los shetebos, de los piros. Y la resistencia de los pueblos indígenas al despojo de sus tierras en las movilizaciones de Bagua el 5 de junio del año 2009.
 
Y hay nombres rotundos de héroes como los de Runcato, Mangare o Juan Santos Atahualpa; o de Pizango más recientemente. Claras respuestas de un pueblo agredido que defiende su derecho a vivir y ser en el mundo.
 
5. Cosmovisión
y sabiduría
 
En el presente se codicia y concibe a la Amazonía como una esperanza para salvar el mundo, como reserva, reducto y relicto en donde la humanidad y la vida tienen su defensa y su asidero.
 
Donde tenemos un bien preciado que pertenece a nuestros pueblos y debemos preservarlo no permitiendo que se depreden ni arrebaten sus recursos.
 
Sin embargo, los ricos y poderosos del mundo ya trazaron sus planes y ya le dieron forma a su ambición y soberbia calculando apoderarse de esta región, preconizando y poniendo de manifiesto que ya les pertenece.
 
Y planifican apropiarse de este subcontinente, arrebatándolo a sus legítimos dueños, quienes son las personas que en ella han nacido y en ella moran.
 
Tanto es así que ya la consideran suya en sus mapas, con el pretexto de que ella es indispensable para la humanidad como depósito de biósfera. ¿Por qué no cuidaron a tiempo y atinadamente su aire, sus bosques, sus suelos y recursos de agua como son sus manantiales?
 
6. Cuál
es
 
Para eso conceptúan a la Amazonía como un lugar vacío, como espacios desolados y tierra de nadie. 
 
O como habitada por tribus salvajes, cuando en verdad en ella moran pueblos y culturas plenas de sabiduría.
 
Dueños de una cosmovisión y conocimientos ancestrales, que integran realidades y crean mundos plenos de maravilla en función del arte y las ciencias milenarias. 
 
Lugar en donde se encuentran seres espirituales con una lectura prodigiosa del libro de la naturaleza y de realidades que unen mundos diversos y hasta opuestos que sanan el cuerpo y el alma de los dolientes actuales.
 
Hay que gritarlo: ¡No somos un pueblo vacío! ¡Estamos llenos, ahítos, plenos de vida! Y tenemos una misión muy grande por cumplir sobre la faz de la tierra.
 
Cuál es que los valores que nuestras culturas han decantado, salven al mundo actual de la cosificación que la atenaza, de la deshumanización que los oprime, y la alienación por la cual son hojas batidas por el viento.
 
7. Una filiación
y una fe
 
Para ello el Perú es tierra de origen, es tierra madre, y es lugar por donde aflora el genio de la vida. 
 
El Perú es pacarina, lugar donde se nace, se renueva y eterniza. Es tierra sagrada, ojo de agua, estrella y fuego sagrado.
 
Por algo aquí desarrollaron hasta alcanzar su mayor esplendor las más grandes culturas de la antigüedad de América, que no florecieron en ningún otro sitio. 
 
Porque es la nuestra tierra venerable. Todo lo malo que reluce en su superficie ha sido importado y ha venido de afuera. De allí que sea un alto privilegio y responsabilidad haber nacido en una tierra como el Perú.
 
Y conmueve que haya habido y siga habiendo, y se levanten pujantes e indestructibles cada día más seres humanos valerosos, auténticos y consecuentes, como son aquellos que nos inspiran a ti, a mí y a tantos hermanos nuestros. 
 
Por tales razones corresponde que abracemos a la Amazonía, igual que al mundo andino, como una filiación, un compromiso y una fe inextinguibles.
 
 
 
JOSÉ ESQUIVEL GRADOS*
 
LA MAGIA DE LOS PALLOS
 
Al arribar a la guaranga de Andaymarca, el territorio de los laboriosos chucos, los hispanos fundaron la villa de Santiago de Chuco bajo la advocación del Apóstol Santiago El Mayor, hoy Patrón Tutelar de la Provincia del mismo nombre. En el ocaso de la Colonia y los albores de la República, el ínclito Libertador Don Simón Bolívar reconoció a la urbe que nació en el Pichi Paccha como la “Ciudad noble, fiel y patriota, de ilustre historia”, en mérito a su notable contribución con la independencia nacional, pues la visitó un 19 de abril de 1824, en su viaje de Trujillo a Huamachuco.
 
Santiago de Chuco se ubica en una superficie de tierra fecunda en la sierra norte del Perú, en La Libertad. Al igual que numerosísimas mojigangas allí acunaron los legendarios pallos, un elenco de aguerridos, ágiles y jacarandosos danzarines que constituye una danza típica que es parte de la cultura mestiza de nuestro pueblo. Pero en el caso específico de los tersos pallos, se nota con claridad que tal expresión folclórica no es resultado de un proceso compulsivo de dominio de la raza ibérica sobre la nativa sino más bien de una respuesta que nació de las entrañas de los descendientes de los aborígenes chucos. 
 
Pues, la más clara evidencia de disconformidad de estos membrudos danzantes con los ibéricos chapetones está en el uso burlesco del antifaz y las franjas cruzadas de su vestuario; y con su bizarro zapateo también los nativos pretendieron mofarse de los bailes cortesanos de los conquistadores. Y en la presente época, claro que los pallos aún exhiben rasgos españoles pero en la esencia de su expresión categórica pesa indubitablemente el elemento autóctono. Producto de la aculturación, en el aspecto miliciano del pallo confluyen tanto Santiago Apóstol como Catequil, ambos de firme connotación guerrera. 
 
*Nació en Santiago de Chuco. Obras publicadas, entre otras:        “Magia de los pallos”, “Pensamiento vivo del maestro Rafael Narváez Cadenillas”, “Anales del Centro Viejo Pedro Mercedes Ureña”, “Su majestad el shambar”.
 
*****
 
ÉPICA
DE
ENERO
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
EL CANTO
A LA VIDA
NUEVA
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
1. Su moral
y su grandeza
 
César Vallejo escribió Enereida el poema de exégesis, ponderación, y enaltecimiento del concepto "enero", como sentido y trascendencia ligada a la vida, al amor y a la eternidad.
 
Natural en él, por su anhelo y aspiración siempre de una vida nueva y renovada en función de los más caros ideales humanos. 
 
De allí que la agenda y el calendario Vallejo tiene que empezar con este poema que significa épica de enero. Y, al ser de enero, lo es de todo el año. 
 
Diciéndonos de este modo que la vida tiene que ser épica, es eso lo que nos preconiza en primer lugar Enereida, una épica de la vida, siendo tal el mundo que él construye y nos encarga construir.
 
Y ese universo es la utopía andina, latente y plena de esperanza.
 
Pero, ¿a quién se le ocurre darle un ser y una misión a Enero que es inasible y evanescente? ¿Es lógica esta postura? ¡No! Es utópica, y en ello radica su moral y su grandeza.
 
Porque enero es un mes, es el nombre o la evocación de un mes. Sin embargo capaz de suscitar una emoción y acoger un sentido raigal, trascendente y esencial de la vida y el destino, como en este caso ocurre y sucede.
 
2. Amor
radiante
 
Ahora bien, solo un genio puede ser capaz de percibir y legarnos una visión como esta, de una dimensión tan prístina, cual es ¡depositar en la evocación de un tiempo inasible una utopía!
 
Él sí, lo logra y alcanza porque  para ello trabaja arduamente, porque para ello es el ser consagrado a la poesía como lo es él, y cuya vida la arroja en función de esa consigna.
 
Para denominar dicha emoción con respecto a enero César Vallejo le adhirió el sufijo o morfema derivativo, y a la vez desinencia: eida, con lo que el vocablo ya compuesto como enereida significa: épica de enero. 
 
Así como el poeta latino Virgilio concibió la Eneida, que es el canto a Eneas, quien al menos es una persona.
 
Y compuso un poema importante en la perspectiva de lo que preconizamos como el evangelio Vallejo: La perspectiva del amor radiante con el cual atravesar y llegar al centro de la eternidad.
 
De este modo hizo del mes de enero un símbolo y una celebración, una heroicidad o más precisamente una “heroica”. Y una promesa vital a seguir. Y nosotros nos enrumbamos hacia ese horizonte.
 
3. Año
Nuevo
 
¿En base a qué contenidos? ¿Y resaltando qué valores y proyectándose en razón de qué esencias? Las del amor como contenido y las de la eternidad como continente.
 
Y queremos resaltar este hecho para compensar en parte, y tratar de corregir de este modo, aquella visión que se ha hecho tópica de un Vallejo afligido, melancólico y hasta pesimista. Y que no corresponden a la realidad como este poema lo prueba, en donde extrae el sentido más inapreciable de lo que acaba y termina.
 
Aquí encontramos a un Vallejo confiado, afirmativo y erigido en un portaestandarte que convierte lo ordinario en hazaña y lo eventual en proeza en base al enigma de la vida que hay que desentrañar:
 
Mi padre, apenas,
en la mañana pajarina, pone
sus setentiocho años, sus setentiocho
ramos de invierno a solear.
El cementerio de Santiago, untado
en alegre año nuevo, está a la vista.
Cuántas veces sus pasos cortaron hacia él,
y tornaron de algún entierro humilde.
 
4. Tiempo
quieto
 
¿Con qué empieza? Con la vejez y la muerte. ¿Qué ha trazado Vallejo en estos versos iniciales del poema? La vida cotidiana en un ir y venir, de la vida sencilla a la muerte,  representada en el camino al cementerio que se divisa desde el corredor alto de la casa y desde el poyo en donde él se sitúa, centrado en la figura del padre como esencia y eje, sumido en una actitud de calma, de hondura y silencio:
 
Hoy hace mucho tiempo que mi padre no sale!
Una broma de niños se desbanda.
Otras veces le hablaba a mi madre
de impresiones urbanas, de política;
y hoy, apoyado en su bastón ilustre
que sonara mejor en los años de la Gobernación,
mi padre está desconocido, frágil,
mi padre es una víspera.
Lleva, trae, abstraído, reliquias, cosas,
recuerdos, sugerencias.
La mañana apacible le acompaña
con sus alas blancas de hermana de la caridad.
 
Es Año Nuevo y el padre se están yendo. Y el tiempo se sumerge en un tiempo quieto, detenido, ya en el umbral de la eternidad:
 
5. Inocencia
rotunda
 
Día eterno es éste, día ingenuo, infante,
coral, oracional;
se corona el tiempo de palomas,
y el futuro se puebla
de caravanas de inmortales rosas.
Padre, aún sigue todo despertando;
es enero que canta, es tu amor
que resonando va en la Eternidad.
Aún reirás de tus pequeñuelos,
y habrá bulla triunfal en los Vacíos.
Aún será año nuevo. Habrá empanadas;
y yo tendré hambre, cuando toque a misa
en el beato campanario
el buen ciego mélico con quien
departieron mis sílabas escolares y frescas,
mi inocencia rotunda.
 
Es el padre que se despide, que se va, que ya es una víspera y anuncio de que se muere no porque padezca algo sino porque está viejo, como el año que acaba de fenecer.
 
6. Tan
a flor
 
Pero empieza otro. 
 
¿No está aquí clarísima esta proyección a una eternidad inmarcesible desde una cotidianeidad ingenua, sencilla y aparentemente vulnerable?
 
Y es que César Vallejo es el hijo de un padre y una madre muy avanzados de edad. Su madre lo concibió cuando tenía 42 años y su padre 52. 
 
Y cuando el niño crece su padre ya es un señor cesante y jubilado, eso sí como una figura patriarcal.
 
Enereida es visión legendaria del tiempo humano que entresaca lo glorioso del abismo de la circunstancia cotidiana.
 
En donde el corte de lo incógnito y arcano es algo tan sencillo y conmovedor como cuando expresa al punto de hacer llorar.
 
Porque en el fondo este rasgo sencillo de la vida en estas circunstancias resultan ya no un grito sino un gemido: 
 
Habrá empanadas y yo tendré hambre.
 
Es esta vida tan a flor frente a lo abismal del tiempo sobre el cual se formula una utopía.
 
7. En
su fondo
 
Y es esta:
Y cuando la mañana llena de gracia,
desde sus senos de tiempo,
que son dos renuncias, dos avances de amor
que se tienden y ruegan infinito, eterna vida,
cante, y eche a volar Verbos plurales,
jirones de tu ser,
a la borda de sus alas blancas
de hermana de la caridad, ¡oh, padre mío!
 
¿Qué más real dentro de lo ideal? ¿Qué más asombro de esta pugna entre lo que es la circunstancia de lo cotidiano frente a lo absoluto acosado por una flor cual es la del amor?
 
Este poema se escribe el 1 enero del año 1919, estando ya muerta la madre del poeta que falleciera el 8 de agosto de 1918.
 
De allí que tiene como eje al padre, don Francisco de Paula, de 78 años de edad e insumiendo en su fondo el recuerdo atormentado de la madre muerta.
 
Se aferra entonces al padre presente en ensalzamiento de la vida y en triunfo sobre la muerte:
 
El cementerio de Santiago, untado
en alegre año nuevo, está a la vista.
 
8. El tiempo
de la promesa
 
El cementerio da pie a la evocación del Año Nuevo y está a la vista. Se encuentra mirando el sitio donde está enterrada la madre, pero es Año Nuevo y lo que mira desde la casa más es el camino.
 
Comprobamos cómo el cementerio que es un lugar representativo de la muerte, esta vez está untado de alegre Año Nuevo.
 
Es decir de vida nueva, superando lo que acaba y fenece, reemplazándolo más bien con lo que nace y en el tiempo amanece.
 
Y está a la vista, significando con ello que no se está idealizando, que se parte de la realidad, de lo concreto y objetivo. Y de la vida, tal cual es.
 
En enero se inaugura un año nuevo y da lugar al tiempo renovado y a la promesa en la dimensión moral de la utopía andina. 
 
Porque, ¿quién de nosotros no ha jurado, en un mes como este y con sus manos alzadas, grandes metas por cumplir y grandes victorias por alcanzar?
 
Es enero anunciador de amor. Es enero nítido, traslúcido y pleno de epifanía. Que crea vida intacta, neta y renovada.
 
9. La puerta
que otra vez se abre
 
Es enero que se avisa con campanas, donde el ciego campanero reafirma con sus dobles, repiques y tañidos que hay días de promisión, pulcros, impolutos e intachables, que no se borran, arrugan ni descartan.
 
Es enero rodeado de niños; coral, oracional, de fiesta del alma. Es Enereida la antesala como visión de la utopía de lo que Vallejo después prosigue en Telúrica y magnética.
 
Es enero cubierto de primavera, cuando estallan mostazas, malvas y retamas; y de sunchos, geranios y pachas rosas en las cercas y laderas.
 
Es enero en la persona del padre que se alista para un viaje decisivo, crucial y perínclito, a sus 78 años. Cual es enfrentar el misterio, tender el puente hacia lo recóndito y secreto. Por eso es que está raro. Por eso es que está desconocido y frágil.
 
Es enero en la creación de vida y en el eje de la más contundente expectativa. Y se inspira en el padre porque es él la puerta que otra vez se abre hacia esa dimensión cercana a la eternidad que es la muerte, y con ella otra vez una dimensión suprema de la esperanza.
 
 
JORGE PUCCINELLI
 
PATRIARCA
DEL
VALLEJISMO
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Cuál fue
el porvenir
 
Don Jorge Puccinelli, revisando un listado de obras mías un día me llama por teléfono para decirme: 
 
Danilo, he visto que en la relación de libros publicados por usted hay uno referido a un maestro de su tierra con el mismo nombre de un alumno mío que fue un estudiante brillante en la Facultad de Educación de la Universidad Católica.
 
Le cuento que siempre en mis ratos de reflexión me he preguntado cuál fue el porvenir que tuvo aquel muchacho extraordinario. Dígame, por si acaso, el maestro, al cual usted dedica su trabajo ¿estudió en La Católica? 
 
Le respondo que sí.
 
2. Se queda
pensando
 
 
– ¿Y fue su maestro?
Vuelve a preguntarme con real expectativa. 
 
– Sí, mi maestro de lengua y literatura en el Colegio Nacional de mi pueblo Santiago de Chuco.
 
Y yo agrego: 
 
– Fundó mi Colegio Secundario, con otro compañero suyo, también de la Universidad Católica, el profesor Romeo Solís Rosas Anaya. 
 
– ¡Cómo no!, ¡cómo no! ¡A él también lo recuerdo mucho!
 
Acota don Jorge. Se queda pensando un momento para decirme después: 
 
– Mire usted: ¡cómo hay hombres tan brillantes que desaparecen tanto tiempo, como si se sumergieran en la tierra!, ¡para luego aparecer en la obra de sus alumnos!
 
3. Siembra que
nunca se pierde
 
Y, concluyó: 
 
– Mucho me encantaría, Danilo, leer la obra que usted ha escrito.
 
– Cómo no, don Jorge. Lo dejaré de inmediato en el Instituto Porras.
 
– Se lo voy a agradecer muchísimo.
 
Y me quedé pensando: eso es educación, estos eslabones que se van uniendo uno a otro y apareciendo en cadena. 
 
La educación es cadena que se eslabona y maravilla de una actitud como la de ser maestros, que cuando es auténtica es una siembra que nunca se pierde.
 
Sino que al contrario, aparece y brota en cualquier momento a veces en una tierra lejana y remota, aparentemente arisca, intrincada y llena de abrojos.
 
4. La experiencia
y a la vida
 
Pero no solo yo fui alumno de Carlos Barbarán y de don Romeo Solís Rosas Anaya, sino de don Jorge Puccinelli quien fue profesor mío en el Seminario de Literatura Peruana, en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el año 1972.
 
La primera impresión que tengo de él es el de un hombre sonriente siempre, atildado en el vestir, con el cabello revuelto a lo Einstein, con su voz nasal arrastrando alguna sílaba que le daba a su discurso un aire doctoral.
 
Amable, cordial y respetuoso, nunca ni autoritario ni impositivo. De trato afable, gentil y bondadoso; siempre resaltando lo noble y alturado. 
 
De clases que nunca se olvidan porque están unidas a la experiencia y a la vida. Un caballero andante, erudito acucioso y, curiosamente, ¡práctico!
 
5. Piedra
talar
 
Recuerdo una salida de campo, por decirlo así, y fue visitar la sección de incunables y ediciones príncipes de íconos de la literatura peruana en la Biblioteca Nacional del Perú, y adonde nos llevó en su propio automóvil a un grupo de estudiantes.
 
Su manera de manejar el automóvil era igual que el de sus clases: atento, minucioso y calmado, queriendo conocer lo que cada alumno o esquina presenta. Su manera de dar vuelta a cada esquina era la misma con que él daba vuelta a las páginas de los libros. Para esa visita había coordinado con la bibliotecaria Graciela Sánchez Cerro quien le deparó un trato como se le brinda a un ser venerable.
 
Él hizo posible entonces que se abrieron para nosotros las arcas de aquel templo, el ara mayor y piedra talar. Gracias a él yo he tenido en mis manos los incunables y ediciones príncipes de Los Comentario Reales del Inca Garcilaso de la Vega y El Paraíso en el Nuevo Mundo de Antonio León Pinelo.
 
6. Consagrada
y devota
 
El aporte del Dr. Jorge Puccinelli en relación a los estudios sobre César Vallejo son fundamentales, principalmente en cuanto a Vallejo periodista, sin descuidar otras facetas como por ejemplo haber seguido la huella de César Vallejo como alumno en la UNMSM.
 
Siendo entonces  él quien ubicara la boleta de inscripción a la universidad, rastreando en las actas de los profesores de aquella época para determinar que muy pronto César Vallejo dejó la universidad por falta de recursos económicos. 
 
Durante su decanato se colocó la hermosa placa recordatoria que luce a la mano izquierda del ingreso al Patio de los Naranjos, o de Letras, de la Casona del Parque Universitario, conmemorando la filiación del autor de Trilce a esta casa de estudios. Sus investigaciones sobre la labor periodística de César Vallejo han sido consagradas y devotas, sobre todo de la etapa del periodismo que ejerció en la ciudad de Trujillo.
 
7. La palabra
justa
 
En dicho capítulo él es un descubridor, quien ha llevado una labor de rescate y recuperación. Gracias a él podemos decir que la trayectoria periodística de César Vallejo en Trujillo está rescatada en lo fundamental, teniendo continuadores como Jorge Kishimoto. Esta labor de concreta en dos volúmenes:
 
– César Vallejo desde Europa, crónicas y artículos (1969, 1987) acuciosa investigación de la obra periodística cumplida por César Vallejo a través de tres lustros: 1923 a 1938, que abarca la estancia europea del poeta, y 
 
– Obras completas de César Vallejo, Tomo II. Artículos y crónicas, 1918-1939, volumen monumental editado por la Universidad Católica del Perú.
 
Esta labor culmina con su libro recientemente editado como obra póstuma y que lleva por título: La palabra justa de César Vallejo.
 
Su adhesión y su fe en Capulí, Vallejo y su Tierra, fue plena y total; su aliento ha sido grande, enorme y trascendente.
 
8. Ejemplo
de vida
 
Participó en todos nuestros certámenes. Estuvo presente en la inauguración de nuestros encuentros internacionales, que este año suman 15, en la Casona de San Marcos y continuaron en el Instituto Raúl Porras Barrenechea como acontece hasta ahora. 
 
El año 2000 en que iniciamos su organización presentó él una exposición sobre la vida y obra de César Vallejo en el lugar mismo en donde hizo colocar la placa conmemorativa de la trayectoria de César Vallejo en nuestra universidad. 
 
El año 2005 retribuimos esta adhesión realizando un acto de homenaje a su persona reconociéndolo como el Patriarca del Vallejismo en el Perú.
 
En él se cumple aquel aforismo que expresa que un gran maestro no es por lo que enseña, que en el caso de él fue señero, sino por lo que es, por el ejemplo de vida que encarna y por la trayectoria que ha dejado como una estela de luz para nuestras vidas.
 
 
 
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