jueves, 11 de diciembre de 2014

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS - EL ANDE ES MUNDO CON MADRE - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
 
DICIEMBRE, MES DE LAS MONTAÑAS,
DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;
DE LOS MIGRANTES, Y DEL NACIMIENTO
DEL DIOS NIÑO EN LA NAVIDAD
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
*****
 
 
 
CAPULÍ EN LA CASA
DE CÉSAR VALLEJO
EN SANTIAGO DE CHUCO
 
CAPULÍ, EN LA TELÚRICA DE MAYO,
ES ESTAR EN LA CASA DE CÉSAR VALLEJO EN
SANTIAGO DE CHUCO; ES ABRAZARSE A SUS PILARES,
ES PALPAR SUS MUROS, ES SENTARSE EN SU POYO;
ES COMULGAR, CONSOLARNOS JUNTOS Y JURAR
PARA SIEMPRE LO QUE TENEMOS QUE JURAR.
 
PORQUE LA CASA DE CÉSAR VALLEJO EN SANTIAGO DE
CHUCO, LO QUE ES RARO Y NO ES COMÚN QUE OCURRA, SE
CONSERVA EN SU UBICACIÓN Y CON SU PLANO ORIGINAL,
CON SUS COMPONENTES ÍNTEGROS, CON LAS VOCES QUE
ALLÍ HAN QUEDADO NÍTIDAS Y NOS ESTÁN ESPERANDO.
 
LA PUERTA QUE PERMANECE ES LA PUERTA
A LA CUAL ÉL LLAMÓ PIDIENDO QUE LA ABRIERAN,
Y GUARDA LOS GOLPES DE SU MANO COMO SU VOZ. Y ES
LA MISMA QUE TOCAREMOS AL LLEGAR Y DESFILAR POR
LA CALLE QUE LLEVA SU NOMBRE EL DÍA VIERNES 22 DE MAYO
DEL 2015, CUANDO ARRIBEMOS A MEDIODÍA A SANTIAGO DE
CHUCO, DETENIÉNDONOS DELANTE DE ELLA PARA LLAMAR
CON 16 GOLPES, COMO 16 CAMPANADAS, Y DECIR:
 
– ¡CÉSAR, HERMANO!, AQUÍ VENIMOS, AQUÍ HEMOS
LLEGADO TUS HERMANOS DEL PERÚ, DE AMÉRICA Y
DEL MUNDO. YA ESTAMOS AQUÍ FERVOROSOS PARA
CONSTRUIR CONTIGO Y FORJAR LA UTOPÍA ANDINA
DE TELÚRICA Y MAGNÉTICA QUE CAPULÍ, VALLEJO Y SU
TIERRA HA IZADO COMO BANDERA TREMOLANTE. ESTOS
SOMOS LOS MILICIANOS DEL ALBA QUE TU CORAZÓN HA
CONVOCADO PARA CONSTRUIR LA PATRIA HERMOSA Y LA
SOLIDARIDAD ENTRE TODOS LOS HOMBRES DE LA TIERRA.
 
PARA MÁS TARDE, A LAS 5 PM. DE ESE MISMO DÍA,
INGRESAR POR EL ZAGUÁN, EL CORREDOR, LA SALA, PARA
DETENERNOS EN EL PATIO DE ABAJO Y DECIR CADA UNO
EL MENSAJE, EL POEMA O LA PROCLAMA QUE QUISIÉRAMOS
DECIR, SINTONIZANDO CON EL ALMA DE CÉSAR VALLEJO
QUE COMO ÉL LO DEJÓ DICHO JAMÁS SE FUE DE AQUÍ, Y
ENTONCES LO VOLVEREMOS A ENCONTRAR EN EL XVI
ENCUENTRO INTERNACIONAL ITINERANTE DE CAPULÍ,
QUE SE REALIZARÁ EL 19 EN LIMA, EL 20 EN TRUJILLO
EL 21 EN HUAMACHUCO, Y DEL 22 AL 24 DE MAYO
EN SANTIAGO DE CHUCO. TE ESPERAMOS.
 
*****
 
10 DE DICIEMBRE
 
 
DÍA DE LA
DECLARACIÓN
UNIVERSAL DE
LOS DERECHOS
HUMANOS
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
ESCRIVILLO
ES
LLORAR
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
Escrivillo
es llorar.
Guamán Poma
 
 
1. Bien sé
que te hago agravio
 
Fray Buenaventura de Salinas y Córdoba, nacido en Lima nieto de conquistadores españoles, fue Calificador del Santo Oficio en 1630 y escribió un “Memorial de las Historia del Nuevo Mundo”.
 
Era un sacerdote que no acostumbraba a exagerar, quien refiere en su obra que era muy frecuente que las madres indígenas, que daban a luz a sus hijos varones, los ahogaran en el momento de nacer.
 
Y esto a fin de librarlos de ser enrolados años más tarde para trabajar en las minas de azogue. Este mismo fraile relata un triste suceso en palabras literales, cuales son las siguientes:
 
"Habiendo llegado al valle de Jauja un indio que volvía de la mina de Huancavelica para ver a su mujer y a sus hijos y descansar en su tierra, halló muerta a su mujer. Y a sus hijos de 4 y 6 años los encontró en la casa de una tía suya. 
 
Llegó detrás de él el Curaca y queriéndole llevar otra vez a la mina le dijo:
 
– Bien sé que te hago agravio, pues acabas de salir del socavón y te hallas viudo y con dos hijos que sustentar, flaco y consumido del trabajo que has pasado.
 
2. Opresión
de las minas
 
– Así estoy.
– Pero no puedo más; no hallo más indios para completar la mita. Y si no cumplo el número me quemarán, azotarán y beberán mi sangre. – Duélete de mí y volvamos a la mina. –Le ruega.
 
Le respondió el indio a su Curaca:
 
– Tú eres el que no te dueles de tu sangre pues viéndome tocado del polvillo de la mina y que hallo muerta a mi mujer y con estos dos hijuelos que sustentar, sin tierras que sembrar, ni ropa que vestirles, me haces tal agravio.
 
Y al ver que el Curaca no aceptaba la razón y la justicia de este indio, este cogió a sus hijuelos, los sacó a una legua del pueblo y abrazándolos y besándolos tiernamente, diciéndoles que los quería librar de los trabajos que él pasaba, sacando dos cordeles se los puso a sus gargantas y, hecho verdugo de sus propios hijos, los ahorcó de un árbol. 
 
Y sacando, luego que llegó el cura y el Curaca, un cuchillo de carnicero se lo clavó en su propia garganta, entregando el alma a los demonios, por verse libre de la opresión de las minas".
 
3. Para escalar
el cielo
 
Hace pocos días estuve nuevamente en Huancavelica invitado por la Unidad de Gestión Educativa de esa capital departamental para participar en un curso de capacitación de maestros y nuevamente he tenido la ocasión de visitar otra vez las entradas al socavón de la mina de Santa Bárbara en esa localidad, llamada también Villa de Oropesa.
 
Allí se ubica la famosa mina de azogue que se remonta a principios de la colonia española, donde luce su sombra fatídica encima del pueblo, como un emblema de luto y dolor. Mina en donde la gente era enterrada en vida. Porque dentro de ella vivían personas que nunca pudieron ver la luz del sol. Y no porque era grato estar sepultados allí, sino porque eran esclavos. 
 
Mina en cuyo interior existía incluso una plaza de toros, de acuerdo al imaginario de la gente, contándose con dibujos y grabados que recrean esta leyenda. Para mantener presos a estos siervos ya no era necesario utilizar cadenas porque en donde se los enterraba eran fosos para salir de los cuales  se hubiera necesitado construir escaleras equiparables a aquellas que nosotros necesitaríamos construir para escalar el cielo.
 
4. ¿De qué
valían?
 
Mina envenenada en donde nacían y morían indígenas en condiciones paupérrimas e infrahumanas. Con túneles y galerías tóxicas sin sistemas de ventilación, que sólo se implementaron siglos después de su intensa explotación.
 
Mina sin seguridad en donde se registra el dato de que en uno solo de sus derrumbes murieron centenares de indios. 
 
Está escrita la crónica por la cual un visitador de la corona española que tenía que hacer una inspección descendió unos cuantos metros y se sintió asfixiado.
 
Delante de él sacaron varios cadáveres de indios muertos en ese mismo instante. Sin embargo, no hizo figurar estos hechos en el Informe al Rey que hizo dicho visitador. 
 
Entonces: ¿de qué valían delegados, informes y atestados? La estructura de explotación se basaba también en la supervivencia de los funcionarios en los cargos públicos y en la burocracia del Estado que hacía todo por impedir escándalos y puniciones. 
 
Y, de otro lado, era impensable que desde lejos hubiera podido el Rey o cualquiera que lo suplantara corregir siquiera una pizca de estos hechos.
 
5. El
“icha carami”
 
Ir hacia ella era pues una autodestrucción voluntaria. Y se lo hacía porque era preferible esa suerte a seguir viendo morir de hambre y miseria a la mujer y a los hijos. Situación en la cual encontrar la muerte era laborando y estando ocupados. Porque se buscaba la inmolación pero trabajando para darle un pan a la familia, despedida y adiós con cantos de tristeza y de dolor.
 
En toda esta explotación no se usaron mayormente llamas o animales de carga para extraer el mineral, porque esos animales valían mucho más que la vida de un indígena en el mercado de trabajo de aquella época. Para intentar bestializarlos, ¡y eso lo cobraban!, se repartía a los indios o peones ya como una costumbre y tradición, sin dejar la significación de estar aplicando una droga, el compuesto denominado el “icha carami”.
 
¿En qué consistía ese alimento del mediodía? Es un costalillo de coca para repartir entre el grupo que trabaja. Es una talega grande de cal con la cual se arma el "bolo". Y, además, el cañazo, o el coñac o el pisco. Y todo ello entregado o repartido al mediodía, como almuerzo. Con lo cual se los droga e idiotiza. También a fin de que el trabajo sea rudo y ciego, sin medir fuerzas ni peligros.
 
6. Leña
del árbol derribado
 
Esto era y esto es, porque todas estas prácticas siguen todavía vigentes. La porción diaria del “icha carami” que se daba o da al indio peón, o trabajador de la mina ni siquiera era o es gratuito.
 
Sino que al final se le descuenta de su jornal, deuda que nunca alcanzaba a ser pagada porque no se reduce sino que siempre va en aumento.
 
Paga aparente para azuelar la madera a fin de tener vigas de refuerzo para los aleros del corredor, antes de la Casa Hacienda, ahora del Municipio o de la Casa Comunal. Sea para aporcar, que es sacar la tierra de adentro para afuera a fin de airear la raíz de la planta. 
 
Sea para remover la chacra de papa. O bien sea para el deshierbe de la chacra de trigo o del maíz. No se les da comida sino el “icha carami”. 
 
Ahora también se les da a los trabajadores del campo para hacer leña del árbol derribado, o para hacer el cerco de alambres de púas de la compañía minera o la guardia nocturna de los linderos usurpados en los pajonales.
 
7. Deuda
no saldada
 
¿Y qué es lo que significa aquella expresión del "Icha Carami"? Al final algo tierno, pleno de dolencia y resignación, significa: "dame lo que quieras". 
 
Esa es la actitud aún dulce del runa, dentro del oprobio.
 
En cambio a la bestia de carga, sea caballo, buey o pollino, se le da un buen forraje, agua limpia y descanso. 
 
Al indio no, a él se lo droga. 
 
De allí que Guamán Poma de Ayala cuando escribía de todos estos sufrimientos de los indios de su época, en la colonia, decía “Escrivillo es llorar”.
 
El promedio de vida de un joven indígena sano y fuerte que era enganchado y entraba a trabajar al socavón de la mina, hasta el momento en que moría, era  de solo apenas cinco a seis meses. 
 
Por eso, todo este oprobio se ha descargado contra lo mejor de nuestra identidad. Y es todavía la deuda no saldada con el Perú profundo, con el Perú de todos y el Perú de siempre.
 
 
 
EL ANDE
ES MUNDO
CON MADRE
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. El hombre
está dentro
 
En el mundo andino todo tiene madre, hermanos, parientes: los cerros, las lagunas, las estrellas, las piedras. 
 
Y todo tiene alma, como también pareja; son hombre y mujer, son hembra y macho: las nubes, los ríos y hasta los frutos de las plantas en las espigas.
 
Domina el él las relaciones trazadas por el afecto, los sentimientos y el ámbito de lo emocional.
 
Y la filiación de ser personas ligadas a una familia, a un clan, a una heredad, donde lo gentilicio y lo toponímico tienen vital importancia.
 
Para el andino el hombre está dentro de la naturaleza y la naturaleza dentro del hombre.
 
Para el occidental la naturaleza está fuera, es un bien de renta, por eso la destruye.
Para el andino la naturaleza es su madre, por eso la respeta y la venera.
 
2. Pueblos
de origen
 
En la cultura andina que es pertenencia esencial de César Vallejo, a la cual él da expresión, voz y palabra, hay una relación consustancial, afectiva y de filiación con el origen, la matriz y lo sagrado de la creación. 
 
Es, además, afinidad profundamente tierna y dulce; con mucho candor.
 
Madre es la tierra con la cual no cabe desunión posible, donde la vida es inherente a la naturaleza, que es la madre tierra. Y madre es hogar, casa, rincón familiar. 
 
Donde lo opuesto a la madre es la nada. Su no existencia da lugar al abandono, la desolación y orfandad. 
 
Y madre es, además de un ser biológico, nuestra tierra, la casa, nuestro sitio en la mesa y en el fogón familiar a la hora del yantar. 
 
Mundo con madre es el universo andino. Y que es lo que nos hace regresar desde muy lejos a nuestros pueblos de origen y a la patria idolatrada de nuestra infancia.
 
4. Respiramos
juntos
 
El mundo andino respeta y venera la tierra, la adora, le rinde culto y pleitesía. Pero, sobre todo, la respeta, labora de acuerdo a sus ciclos vitales y no la contamina. 
 
Desarrolla sus actividades siguiendo su curso y su régimen de permanencia y evolución.
 
El amor a la tierra es una actitud y un vínculo clave en la cosmovisión de la cultura andina.
 
Somos armónicos con la naturaleza y hasta somos la naturaleza misma.
 
Es en ella que nos reconocemos como parte de su esencia, de su urdimbre y elevación.
 
Somos parte de todo el cosmos. Palpitamos y respiramos juntos y acompasados con los demás seres del universo.
 
4. La flora
y fauna
 
Estamos integrados, somos uno con el sol, el mar, las estrellas y las espigas de la campiña.
 
Y esto lo entiende así la cosmovisión andina, concebida por hombres plenos de experiencia, vitalidad y sabiduría.
 
En el mundo andino se practica el respeto a toda presencia natural, sea algo muy pequeño como un gladiolo o libélula, sean las gotas de lluvia como la arenisca de una piedra.
 
Pero también ya sea algo muy grande y gigantesco como los cerros, los ríos y las lagunas, así como la flora y la fauna que sustenta nuestra vida.
 
En cambio la sociedad occidental explotadora, codiciosa y voraz, siembra destrucción y miseria, envenenando los ríos y los campos de cultivo.
 
5. La inteligencia
cósmica.
 
Ordenamos el cosmos reconociendo tres ámbitos o niveles:
 
El hanan Pacha, el mundo de arriba
 
El kay Pacha, el mundo de la superficie.
 
El uco Pacha, el mundo de abajo, del subsuelo.
 
Y de acuerdo a esta concepción los seres tienen alma, así una planta como una cueva, así el recodo de un camino como el viento que sopla por esa encrucijada, enlazado todo ello en una integridad cosmogónica.
 
A esta disposición de los pobladores del mundo andino se la caracteriza como poseedores de un don especial, cual es la inteligencia cósmica.
 
Por eso miramos las flores integradas a las estrellas del cielo, las alas de una mariposa en correspondencia con las constelaciones del firmamento, como las volutas del caparazón de un caracol con el rugir de las olas del mar.
 
6. Que una luz
resplandezca
 
Por eso somos tiernos, sabios, candorosos.
 
Por qué no hay rabia entre nosotros. Porque sabemos mirar la naturaleza.
 
Aprendemos constantemente de la tierra, del río, de las nubes, de las estaciones.
 
Y lo importante, más que conocer, es creer. Somos un pueblo que cree. 
 
Nuestros antepasados hicieron portentos y fueron heroicos porque creyeron.
 
Y así actuaron imbuidos de fe y de una visión que era a su vez una adoración.
 
Porque creer es dejar que una luz resplandezca para que todo lo colme, lo abrase e ilumine.
 
7. De allí
el compromiso
 
Y afianzamos y tenemos identidad, sentido de filiación y pertenencia, que es donarse, darse enteros, pertenecer a algo, identificarse con algo.
 
Identidad es idéntico a otro. Identidad es lo que es mío. Y para siempre decir mí. No tanto casa sino mí casa. No tanto tierra sino mí tierra. No tanto país, sino mí país. Es el mí posesivo, amoroso y comprometido.
 
Hay identidad cuando tenemos y es natural la confianza hacia las personas. Es decir cuando me identifico con ellas. Y con las personas que me rodean, entonces tengo identidad.
 
Identidad es la adhesión a los ancestros, al mundo que recibimos y que vamos a legar a nuestros hijos. De allí el compromiso ahora de hacernos responsables de cuál es la tierra que dejaremos a nuestros hijos, y cuál es nuestra responsabilidad de seres históricos ante la devastación del planeta tierra.
 
 
 
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