CHIQUIÁN Y SUS AMIGOS / Armando Alvarado Balarezo (Nalo): EL BOSQUE DE PIEDRAS DE HUAYLLAY - FOLIOS DE LA UTOPÍA: LAS PIEDRAS VIVAS - HOMENAJE A RICHARD PEREYRA SAHUARICO, 21 AGO, 6:30 PM, CASA DE LA LITERATURA PERUANA

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina

2014 AÑO

DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y

ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN

DE UN MUNDO MEJOR

AGOSTO, MES DE LOS NIÑOS,

DE LA JUVENTUD, LAS COMETAS,

EL DEPORTE, EL FOLCLORE Y

DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

CAPULÍ ES

PODER CHUCO

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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

HOMENAJE

A RICHARD PEREYRA SAHUARICO

MIEMBRO DEL COLECTIVO

DE CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA

RECIENTEMENTE FALLECIDO

EVOCACIÓN:

RAMÓN NORIEGA TORERO

ELSA MORALES VÁSQUEZ

DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

JUEVES 21 DE AGOSTO, 6:30 PM

CASA DE LA LITERATURA PERUANA

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PRESENTACIÓN

DEL LIBRO

INTENSIDAD Y ALTURA

EN CÉSAR VALLEJO

DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

EXPOSITORES:

MARITZA OLÓRTEGUI

MANUEL VEJARANO SÁNCHEZ

ACTUACIÓN ARTÍSTICA

ERIBERTO GALINDO

CONDUCCIÓN:

MANUEL RUIZ PAREDES

JUEVES 21 DE AGOSTO. 6:30 PM

CASA DE LA LITERATURA PERUANA

ANTIGUA ESTACIÓN DESAMPARADOS

AL COSTADO DEL PALACIO DE GOBIERNO

CENTRO HISTÓRICO DE LIMA

El hogar, la madre, la tierra de origen,

como la vida y la muerte son los contenidos

de este libro, buscando explicación para estas

realidades en la vida y obra de César Vallejo; ejes

que son el sustento y columna vertebral del acontecer

cotidiano; luz, agonía y vitalidad de la existencia del

hombre en su condición natural que en la poética

del vate universal se lo reconoce e identifica

como intensidad y altura.

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EL BOSQUE

DE PIEDRAS

DE HUAYLLAY

FOLIOS

DE LA

UTOPÍA

LAS

PIEDRAS

VIVAS

Danilo Sánchez Lihón

Hasta el día en que vuelva

de esta piedra.

César Vallejo

1. En

el pináculo

La piedra es sagrada. Se cree que la piedra es inerte, vacía y no siente, cuando más bien son nuestras moradas esenciales, ángeles guardianes y dioses tutelares; y hasta carne de lo vivido.

Toda piedra es un destino pleno de vida, porque nos convertimos en piedras. Y allí permanecemos vigilantes, esperando un nuevo soplo que nos reviva, o dándoselo a otros.

Como andinos debiéramos reconocerlas y valorarlas más, que es lo primero que hicieron nuestros antecesores tiahuanacos, chavines, huaris, chachapoyas e incas que adoraron la piedra como representación de lo sagrado.

Y todo lo hicieron de piedra. Y la piedra los impulsó a hacer lo que hicieron. ¿Qué fantasía más absoluta que la piedra? Si no, ¿qué son el Coricancha, Sacsayhuaman, Ollantaytambo o Machu Picchu, salvo himnos y sinfonías de piedra?

En todas las leyendas los dioses y semidioses surgen de las piedras, o se convierten en presencias pétreas en el pináculo de las montañas.

2. Lo que

somos

Nuestros ancestros andinos, ¿por dónde trajeron el agua? ¿Acaso por la arcilla, la gleba o la arenisca? ¿Acaso por la hierba, la floresta o el cascajo?

¡No! La trajeron por dentro de la piedra, por donde hicieron unos orificios cabales y perfectos. Y hasta su gorgoteo y rumor era cantarino.

¿Y cómo he visto que se enamora la gente del campo en nuestras serranías? Arrojándose piedrecillas; y detrás de ellas recién van las miradas y sonrisa.

En ese nivel se tiene a las piedras, en lo íntimo de nuestros corazones. Y hay un lenguaje íntimo y secreto en la forma, el color, el tamaño y la hora de lanzarlas a los pies o en el regazo del ser amado.

Ahora bien: ¿qué relación tiene la piedra con la poesía? En el fondo mucha: Ambas son fronteras y son ambas esencias. Son mundos hacia adentro y hacia afuera, en donde podemos indagar por lo que somos y cuánto hay de nosotros en sus claves ocultas.

3. Gestan

la vida

Porque la piedra es eternidad. Y porque es la piedra lo único que conocemos de la vida y de la muerte, y no de manera sucesiva y separada una de otra como la realidad nos la presenta.

Y es que la piedra es la única evidencia de la eternidad en el mundo viviente. Ya que con la muerte nosotros volvemos a la eternidad pero habiendo vivido.

Y al hacernos piedra dormimos vigilantes y apacibles, como conciencia herida, pero permaneciendo aquí donde pasaron nuestros días.

Antes de vivir no hay muerte sino solo eternidad; que es lo mismo, pero sin experiencia cotidiana y tangible; sin dejar de ser todo esto una paradoja.

Y la paradoja es la otra condición que identifica y une a la piedra y a la vida y la muerte, cual es que juntas son contrarias. Y por serlo gestan la vida.

4. El

mar

La piedra es inmóvil, quieta, contemplativa. Y nadie puede negar a la piedra, porque es una presencia que está donde está. Es presente, viva y universal, como constancia de la eternidad.

Igual que la vida y la muerte, nadie puede negarlas ni desconocerlas por lo mucho que ellas se hacen sentir y causan dolor.

Y ahí está otra similitud de la vida y la muerte con la piedra cual es sufrir su fatalidad.

La piedra no se sabe qué es, porque lo es todo, igual que la vida y la muerte juntas son totalidad. De allí que hay que aceptarlas, y eso ocurre contemplando y aprendiendo de las piedras.

Porque son totalidad. Son grumo, son polvo y son mar. A la piedra con lo único que puede equipararse, además de la vida y la muerte, es con el mar.

Y la muerte es el mar adonde los ríos que somos los hombres vivientes vamos a desembocar.

5. Saben

ser

Por eso las piedras son almas que penan. Y siendo así, ¡la piedra es también para poder adivinar!

¿No es acaso revelador y singular cómo las piedras se encuentran en medio del cielo formando estrellas y al fondo del agua de los ríos?

¿Por qué? ¡Porque es eso aquello que las pone al corriente de todo!

Piedras dolientes. Piedras contemplativas. Son monjes, sacerdotes de Dios, de una orden antigua y milenaria.

Son las piedras ascetas, ligadas al culto de lo sagrado. Son esencia y no solo presencia.

Tienen el alma más depurada y más honda. Saben ser. Son el resumen de todo lo vivido.

De allí que las piedras estén iluminadas por dentro, por ser tabernáculos.

6. Son

mucho más

Están llenas de altares y coros seráficos y solemnes. Las piedras, así como se las ve, parecen estáticas pero están lanzadas veloces al infinito como flechas y azagayas arrobadas.

Son los espejos de Dios en la tierra o en el mundo.

Las piedras tienen alma, tienen sueños. Quedaron para siempre extasiadas.

Palpitan, tienen presentimientos. Y esas palpitaciones son síntesis de todo. En las piedras está la vida profunda, la vida hecha aliento y pulso atónito y pasmado.

Somos piedras. Estamos hechos de piedra. Piedra quieta, queda, con pensamientos de ahora y de siglos.

En la piedra se esconde la vida más pura, la más temblorosa, la más prístina.

¡Ay! Pero son mucho más. ¡En nada podrían esconderse mejor los dioses que en las piedras!

7. Por

eso

Porque la piedra es la sabiduría absoluta. Es la vida en armonía con la muerte, absoluta y efímera. Por fin solidarias y enlazadas otra vez, como en el primer día de la creación del universo.

Junta la eternidad con el instante casual. Y solo en ella, en su trasfondo y superficie son inseparables estas dos entelequias y hermanas de la caridad, congeniando y casi idénticas.

Hechas hermanas lo duradero y lo fútil, lo fijo y evanescente, el instante y la eternidad. Si no, ¿dónde podrían habitan si no en las piedras? ¿Dónde hallarlos?

Solo en la cavidad de la piedra que tiene seno y matriz donde nacer, como lugar donde concluir y terminar, porque a la vez son punto final.

Por eso, la piedra es sagrada. En ella vive y habita Dios. Es el templo de Dios. En ellas fundó y pervive su iglesia.