martes, 8 de julio de 2014

UNA LORA LLAMADA CHELITA ENCANTADORA - POR FRANSILES GALLARDO (MAGDALENA - CAJAMARCA)




UNA LORA LLAMADA CHELITA ENCANTADORA

Por:  Fransiles Gallardo

Escribir para que nos lean los mayores es una ecuación con una incógnita: ¿Valorarán nuestros contenidos?. 

Escribir para niños y jóvenes, es una ecuación con dos incógnitas: ¿Entenderán nuestro argumento?, ¿Comprenderán el mensaje?.

Bethoven Medina, extraordinario poeta trujillano,  ha asumido el reto y lo ha resuelto con su bien diseñado y estructurado libro “Chelita Encantadora” novela dirigida al lector infanto-juvenil. 

No nos sorprende, puesto hace algún tiempo nos ofreció el libro de poesía “Cerrito del amanecer” dirigido a este mismo público, principalmente. Sobre el “Cerrito del Amanecer” hemos leído muy acuciosos comentarios de los reconocidos escritores Jesús Cabel, Jorge Eslava, Luzmán Salas y Jack Flores Vega; entre otros.

Algunos días atrás y siendo las 5 de la tarde de un enneblinado atardecer  limeño, frente a una taza de  humeante café y un pan con chicharrón, camote y su cebollita incluida; Bethoven Medina, entrañable caminante de andares poéticos por más de 35 años, nos autografió su “Chelita Encantadora” editado por Altazor, Lima, 2013.

Desde Cajamarca, somos testigos que Medina ha escrito prosa alternativamente con poesía, incluso mereció algunos premios. 

“Chelita Encantadora” es el resultado  de la práctica constante de este género literario, más aún, si está dirigido a niños y jóvenes.  Este libro va con notas críticas de los internacionales Óscar Colchado y Eduardo Gonzales Viaña; mereciendo además un comentario escueto y ponderado del narrador peruano William Guillén Padilla.              
Entre sorbos de café y mordiscos de pan, hablamos de nuestra pasión común: La literatura. Recordamos al Grupo Literario “Raíz Cúbica” aquel que conformamos con Ángel Gavidia, Manuel Alcalde, Darío Estrada y Walter Terrones; en los años ochenta. Tiempos aquellos que pronto recordaremos en un libro testimonial.

            Luego de días, y con ávida inquietud, me vuelvo lector de microbús y de un tirón rumbo al trabajo he leído “Chelita Encantadora”. 

El texto es un homenaje a la amistad y un tributo a la compañía de la abuelita  Mamá Yana; que supongo es la mamá de nuestro admirado escritor y la lorita Chelita que llegó para hacerle compañía y disminuir su soledad. 

Es un libro fresco, didáctico, pleno de humanismo, anécdotas, ironía, cotidianidad y obviamente, para quienes hemos vivido en el campo, trajinado cerros y trepado árboles nos sumerge en nuestra propia infancia.

El texto nos permite reconocer valores a través de los personajes como la nieta y los niños del barrio; quienes alrededor de “Chelita” recrean juegos y alternan con lo que parecieran ser clases de ornitología. 

Indudablemente que esto evidencia la sólida formación del autor en ciencias naturales, biológicas y agronómicas, en las aulas de la Universidad Nacional de Cajamarca donde Bethoven Medina se graduó como Ingeniero Agrónomo. Transcurridos los años, nos enteramos que además es magister en ciencias económicas; lo que le ha permitido utilizar también la economía de las palabras y elevar la rentabilidad de su calidad literaria.

“Chelita Encantadora” tiene como eje central la relación del binomio abuelita-nieta y la ponderación filial entre ambas.

Apreciamos además la existencia de unidad entre el tema y la forma, puesto que los capítulos se han escrito linealmente; los cuales  constituyen estampas independientes en cada fragmento; pero que al final enriquecen al libro por su variedad y unidad en cuanto a los personajes y al entrañable afecto generacional. 

Ante la abuelita, la nieta y los niños del barrio se yergue la lorita Chelita caracterizada con rasgos humanos, lo cual resulta enternecedor y conmovedor. 

Creo que no encontramos en la literatura peruana  otro texto que tenga como personaje a una lora de parecida humanidad y de sapiencia ecológica. El autor con destellos de ternura repasa la variedad de aves que pueblan el viaje imaginario de Chelita y la gran cantidad de hierbas, frutas y plantas medicinales tradicionales, que hacen de la novela un libro que no solo transmite secuencias sino mensajes de utilidad para los jóvenes peruanos, fortaleciendo nuestra realidad e identidad.

El libro está escrito con un lenguaje sencillo, plano y sentimental para ser entendido y comprendido por cualquier lector, sin las sugerentes figuras literarias que Bethoven Medina utiliza en su poesía. 

No soy un crítico literario y él lo sabe bien; pero considero que con “Chelita Encantadora” Medina por su contenido y prosa lírica, ha superado ampliamente el reto de escribir para niños, jóvenes  y que, asimismo, lo lean también los adultos. He ahí su mérito.