CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
JULIO, MES DEL MAESTRO;
DEL SANTUARIO HISTÓRICO
DE MACHU PICCHU; BATALLA
DE HUAMACHUCO, LEONCIO
PRADO; Y FIESTAS PATRIAS
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
SANTIAGO DE CHUCO,
MEMORIA Y ESPERANZA
JUEVES 23 DE JULIO
FERIA DEL LIBRO DE CAPULÍ
PLAZA DE ARMAS
DE SANTIGO DE CHUCO
SÁBADO 26 DE JULIO,
DE 9 AM. A 1 PM. SALÓN
DE LA PARROQUIA
DE SANTIAGO DE CHUCO
JORNADA DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
EN LA FIESTA DEL APÓSTOL
SANTIAGO EL MAYOR
PRESENTACIÓN
DE LOS LIBROS:
CÉSAR VALLEJO
TESTAMENTO DEL PADRE
DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
VOCES DEL ALMA
DE MANUEL RUIZ PAREDES
CONFERENCIAS:
MANUEL VEJARANO SÁNCHEZ
VALLEJO Y DIOS
HOMENAJES
A HERMES TORRES PERESA
A FRANCISCO MIÑANO BENITES
A EDMUNDO ROJAS HURTADO
FERIA DEL LIBRO DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
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PRESENTACIÓN
DEL LIBRO
VOCES DEL ALMA
DE
MANUEL RUIZ PAREDES
PANEL
DE COMENTARISTAS
RAMÓN NORIEGA
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
JULIO YOVERA
CONDUCCIÓN
LUCY MARTÍNEZ
MARTES 5 DE AGOSTO. 6.30 PM
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
ANTIGUA ESTACIÓN DESAMPARADOS
AL COSTADO DEL PALACIO DE GOBIERNO
CENTRO HISTÓRICO DE LIMA
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PRESENTACIÓN
DEL LIBRO:
INTENSIDAD Y ALTURA
EN CÉSAR VALLEJO
JUEVES 21 DE AGOSTO
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
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21 DE JULIO
19º FERIA
INTERNACIONAL
DEL LIBRO
DE LIMA
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
QUÉ
ESCRIBIÓ
JESÚS
Danilo Sánchez Lihón
Hay un arma más terrible
que todo oprobio:
la verdad.
Maurice de Talleyrand
1. Lectura
convertida en ley
La única vez que Cristo escribe es en el suelo, con su propia mano y para salvar la vida de una mujer acusada de adúltera que iba a ser inmediatamente lapidada y cuyos verdugos tenían ya la piedra en la mano para hacer impacto en ese cuerpo latiente y vibrante y para convertirla en un guiñapo de carne molida en el suelo, para luego pasar encima y escupirla.
Solo allí, pendiente de su veredicto, Cristo escribe con su propio índice en el suelo. Solo en ese instante supremo como para dejarnos la significación que se escribe en los extremos momentos; y no para convertir la vida en guiñapo ni la vida en ícono cosificada en un texto sino precisamente para convertir los textos en algo que en lo posible pudieran ser fieles a la vida salvándola y redimiéndola.
Es en este pasaje aparentemente desligado de la lectura en donde están todos los elementos claves que construyen la lectura verdadera frente a tanta lectura falsa. Porque el drama de inicia con una lectura convertida en ley. Y el espanto tiene su fundamento en un texto que expresamente lo citan antes de arrojar las piedras a ese cuerpo inerme y desamparado, y que está en la pregunta que le formulan a Jesús: “El libro de Moisés dice”.
2. De
oficio
Pero hay otro centro en este pasaje y es el de la mujer al borde de ser victimada, puesto que hay una infracción cometida, una trasgresión y violación de la Ley, y como consecuencia de lo cual hay un acto que pugna por ser dirimido y realizado. Es decir están los hechos que se imponen y no pueden escamotearse.
Drama paralelo a este es que Cristo en esos momentos es también un perseguido, un hombre acosado y pronto a ser prendido y ejecutado.
Y este es otro elemento de la lectura, cual es que con ella todo vuelve a tela de juicio para reafirmarse de manera más profunda.
Y lo que se le presenta para que él resuelva es a la vez una trampa, tejida por escribas y fariseos, por gente que "escribía" de oficio y profesionalmente.
Por algo se les llamaba escribas; gente leída, erudita, letrada; gente de oficio, que ostentaban ser depositarias del saber, antros del conocimiento y la sabiduría oficial o entronizada como poder.
3. A favor
de la salvación
Ellos se consideran recinto y altar de la verdad, de la norma y de la palabra de Dios. “Sepulcros blanqueados”, los denominó Cristo, que hay muchos en el mundo de la cultura y de la lectura.
Ahora bien, ¿qué ocurre mientras Jesús sigue escribiendo en tierra? Los que juzgaban, aquellos que iban a lapidar a la mujer “acusados por su propia conciencia”, salían uno a uno, “comenzando desde los más viejos –dice el evangelio– hasta los postreros”, quedando solos el Maestro y la pecadora.
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo entonces: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: “Ninguno, Señor”. Entonces Jesús le respondió: “Ni yo te condeno”.
Este es el contexto y la trama en que es la única vez que Jesús escribe, en el suelo y con su dedo, con lo que queda claro que escribir en este pasaje es de una simbología profunda, opuesto al acto de juzgar.
4. Con piedras
en las manos
La lectura se concibe aquí como un acto de perdonar y un exorcismo a favor de la salvación.
Él en esa lectura leía la culpa y el pecado en cada uno de los gratuitos verdugos, hasta dejarlos desarmados.
Y luego escribía en la conciencia de cada uno de los que iban a juzgar, evidenciando una verdad mucho mayor que el acontecimiento presentado, cuál era el fondo que había en sus vidas.
Su dedo era un cursor, que recorría lo que cada uno tiene de más recóndito e inconfesable en el alma; y en base a ello construir el perdón y la salvación.
Y no es que él escribiendo se apartara del acto real y cotidiano que allí se presentaba, sino que se aproximaba primero y luego entraba en lo más recóndito y escondido de la conciencia de cada una de las personas que tenían piedras en la mano y vociferaban insultos condenatorios.
5. Lectura
del alma del lector
Pero hay algo más, él escribía los nombres de cada uno de nosotros en el suelo. Él dirigía un mensaje a nuestras almas, eternamente.
No realizó la lectura del texto que condena; no la lectura de la piedra en la mano del hermano convertido en sicario, piedra dispuesta a ser arrojada, herir y matar.
No eligió a la lectura convertida en piedra instituida y asesina en el texto. No la lectura del texto sino del contexto y del alma; no a la lectura denotativa sino la connotativa.
Jesús no se dejó atrapar por el libro por más sagrado que él fuera. No dice tráiganme el escrito de Moisés para ver qué dice e interpretarlo. No dice vamos a analizar la letra de la ley.
No dice extraigamos la idea principal y secundaria, y luego las proposiciones secundarias. Haciendo esa lectura esa mujer hubiera sido inmediatamente lapidada, porque esa es una lectura parcial y unilateral que no contempla la vida palpitante y extasiada.
6. En las sienes
y en el corazón
La lectura que hace Jesús es de la entraña y del alma del lector de ese texto. Y dice: “El que de vosotros esté sin pecado...”
Jesús hace una lectura del momento, de la realidad, y del presente. Y de cada uno de aquellos que pretendía erigirse como los intérpretes, o jueces, o más aún: en ejecutores de la sentencia.
Él lee al lector. O hace que el lector se lea a sí mismo. Actitud indispensable y fundamental, de lo contrario todo texto no solo es imperfecto sino perverso.
Y es una lectura con la sangre, con el temblor del pulso y del latido golpeando en las sienes y en el corazón y trasmitiéndose con el dedo en la tierra.
Es una lectura telúrica, del mundo y la vida. Por algo dijo: “La letra mata, más el espíritu vivifica”.
Y es una descalificación total a la lectura textual; porque, así se interprete del mejor modo un texto siempre será una lectura de condenación, de un estado de muerte y de una claudicación.
7. Su cuerpo
y su sangre
No la apliquemos entonces así a nuestros jóvenes y mucho menos a nuestros niños, ahora en que tanta mala conciencia nos empieza a invadir. Y a llenarnos de miedo. Y a culpar.
Y a llenarnos las manos de piedras. No hay víctimas qué castigar. No hay nada perdido ni dañado. Confiemos. Es en nosotros mismos, en el corazón del hombre en donde habita lo sagrado. Leámonos nosotros mismos.
Jesús no dijo interpretemos bien a Moisés. No dijo hagamos lectura comprensiva, sino que él mediante la letra escrita, urgente y abrupta salvaba de morir a una persona. ¿Y cómo?
Leyendo el alma de los jueces, de aquellos dispuestos a matar. Y los salvó principalmente a ellos de ser homicidas. Quizá no hay milagro en el evangelio más revelador que éste.
Encuentro que la escritura en la tierra y con su dedo es como cuando en la última cena nos legara su cuerpo y su sangre. El cuerpo la tierra, y la sangre el dedo de su mano.
8. Ser
enigma
Y como mensaje de que escribir es pulsar directamente la entraña y el secreto del mundo y arriesgando el pulso y temblor de la vida, con nuestro latido y con nuestra corriente sanguínea puestos a prueba.
Y apuntando a la conciencia del hombre y al encuentro en ella de una verdad esencial.
Otro vestigio en este pasaje es el misterio que es sin duda lo más hondo, recóndito y conmovedor de la lectura:
¿Qué escribió? No lo dice el evangelista y Apóstol Juan. Queda como una pregunta abierta eternamente.
Cada quien puede llenar y atribuir en esos signos la idea y la suposición que quiera.
Con lo que la escritura y la lectura vuelven a su matriz original, cual es ser enigma, cábala y secreto, acto sorprendente en el origen y fin de las cosas, del mundo y de la vida.
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