martes, 20 de mayo de 2014

HOY SE INAUGURA EL XV CAPULÍ - FOLIOS DE LA UTOPÍA: CONSTRUYENDO UNA ESPERANZA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
 
 
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
 
MAYO: MES DE LOS TRABAJADORES,
DEL LEGADO DE LA PAPA DEL PERÚ
AL MUNDO, Y DEL MAESTRO ENCINAS
 
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
 
 
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EL CAPULÍ QUE ME LLEVÓ
AL ENCUENTRO CON MI RAZA
 
 
¿Qué somos?
 
Piedras milenarias…
 
¿Cuál es nuestro origen?
 
El ande: donde el viento ruge, el sol quema de arriba abajo y la papa madura precedida de verde y el color lila de su flor andina.
 
¿Quiénes somos?
 
Hijos de la nación Chuco.
 
¿Qué hacemos?
 
Forjamos utopías
 
¿Para qué sirven las utopías?
 
Sirven para avanzar.
 
¿Y dónde está la gracia, si las utopías nunca se alcanzan?
 
Su gracia está en que al ir en pos de ellas, te mueves, no eres estático, floreces, mejoras, triunfas…
 
¿En qué se fundamentan para hacerlo?
 
En la herencia de nuestros mayores, forjadores de ideales; en el ejemplo de los que lucharon forjando la patria, en la fe de nuestros padres que allá duermen fieles a su elección y sus apegos.
 
¿Y qué es Capulí, Vallejo y su tierra?
 
Es retornar al punto donde empezó el camino propio, volver al pueblo donde quedó atado la ruta andina, es llegar a la sombra del árbol que aplacó las penas, regresar al cielo que inspiró alegrías, es asomarse al pozo propio para beber el agua que la lluvia deja y calmar la sed de ser.
 
¿Y los que no son de Santiago?
 
Se renuevan palpando el suelo, oxigenando el alma, avistando horizontes nuevos y se hermanan con el hombre que allí mora aliado a su lampa, su armonía y su perfil.
 
¿Por qué César Vallejo?
 
Porque amó un niño, se reveló contra el sufrimiento, reconfiguró las palabras, revaloró su etnia, vivió como un “pobre de solemnidad” y, mostrando lo que llevaba en su esencia, nos llamó a ser más humanos, capaces de entender los tiempos y enlazarnos fraternalmente para forjar los “nuevos cielos y la nueva tierra”.
 
¿Y después del XV Encuentro de Capulí en Santiago de Chuco, qué queda?
 
El alma limpia, los saberes renovados, el cansancio vencido, los saludos cumplidos, el encuentro con una de las muchas raíces de la América morena, el sabor del pan recién horneado y la energía para avanzar en pos de otras utopías que nos saquen del acomodo y la complicidad.
 
 
CARLOS M. CASTILLO MENDOZA
Miembro del Colectivo
Capulí, Vallejo y su tierra
 
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UN REENCUENTRO EGREGIO
CON SANTIAGO DE CHUCO
 
 
Tierra de mis ancestros, espacio de inspiración, regreso a tu recinto, porque una vez que se ha pisado tierra santiaguina, a ella se vuelve con anhelo para recoger la energía de la poesía y el calor humano de la gente de la tierra del vate universal.
 
Retorno al lugar donde se saborea el pan recién horneado, alimento físico y espiritual que nutre nuestra existencia y donde los aleros majestuosos nos saludan cuando nuestra mirada se clava en los ojos del cielo.
 
El pueblo de Santiago de Chuco nos recibe con  una ternura infinita para invitarnos a recorrer lo mejor de sus “campos humanos”, “sus surcos inteligentes” “con sus “¡Papales, cebadales, alfalfares, cosa buena!”.  Es una tierra fértil que nos solidariza con el vate universal invitándonos a ser más fraternales y más humanos.
 
Regreso al lar del autor de Los heraldos negros,  donde las peñas augustas lloran de emoción y las piedras señoriales nos reciben como ángeles transmitiendo una paz sublime que anega nuestro ser.
 
Gracias Capulí, Vallejo y su Tierra por preparar esta vía para un reencuentro egregio con la tierra de Vallejo donde el Campana y el Huacapongo, centinelas ilustres, nos divisan desde lejos y el eco del viento anuncia nuestra llegada para darnos el abrazo fraterno.
 
Sin embargo, antes de llegar a Santiago de Chuco hay que pasar por Trujillo, capital de la marinera, de la cultura y de la eterna primavera.  Tierra que ama a Vallejo y se regocija cuando regresan sus hijos amados y universales rumbo a la tierra del autor de Trilce.
Vallejianamente,
 
MARA L. GARCÍA
BRIGHAM YOUNG UNIVERSITY
 
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MARTES, 20 DE MAYO. 6.30 PM
EN LA CASONA DE SAN MARCOS
PARQUE UNIVERSITARIO
CENTRO HISTÓRICO DE LIMA
 
 

 
HOY SE
INAUGURA
EL XV CAPULÍ
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
 
CONSTRUYENDO
UNA
ESPERANZA
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Ligados
al bien
 
¡Porque el mundo es intrínsecamente inocente y glorioso! Pero se lo ha adulterado para vender más y más fácil.
 
¿Qué cabe hacer entonces? ¿Cuál es la opción y alternativa? La solución es el mundo andino.
 
Porque aquella inocencia de la que hablábamos fue la que inspiró a nuestras comunidades ancestrales, que pusieron en vigencia la ternura.
 
Porque hubo en la cultura incaica respeto a la naturaleza, al trabajo en común, el espíritu de fiesta ligado al bien y a la solidaridad humana.
 
En contraposición, aquella organización de los incas fue destruida por la rapiña y la avidez, por la codicia de acumular y hacerse valer como poseedores de metales preciosos.
 
Aquella organización sucumbió por la concupiscencia del oro y la ansiedad de poseer riquezas materiales, de quienes conquistaron este espacio y se apoderaron de estas tierras.
 
2. Milagro
supremo
 
Por eso, a los tres elementos de la composición del universo, hecho de materia, energía e información, agreguemos esta vez un componente moral que pudiéramos celebrar en jornadas como estas.
 
A este componente moral es al que denominamos Telúricas de Mayo y Flor del Capulí.
 
Esencia que no es defendible por ahora en ninguna circunstancia en la sociedad de consumo y en el mundo mediático, y que te convocamos a ti para juntos exaltarla.
 
¿De qué se sustenta? Por ejemplo, de la inocencia, que el mundo natural tiene como signo y temperamento, y que la vida alienta genuinamente.
 
Contra ella atenta todo poder, porque lo opuesto a ella y a ser niño es Herodes, el concupiscente y asesino de niños, quien justamente protagonizó el hecho histórico que se conoce como la Matanza de los Inocentes.
 
3. Utopía
moral
 
Felizmente en el plan cósmico de la creación no hay hecho más milagroso que el niño. Es el milagro supremo, perfecto e imperecedero. 
 
Para eso hemos puesto en vigencia y militancia permanentes el movimiento cultural Capulí, Vallejo y su Tierra, a fin de rescatar y restituir los valores del mundo andino en nuestras vidas.
 
Porque ellos sirvieron de base para desarrollar una cultura de asombro como fue la incaica, una sociedad solidaria en la cual no había excluidos, ni personas desprotegidas ni familias abandonadas.
 
Donde no hubo ser humano que padeciese hambre, falta de abrigo o no tuviera lugar en la fila de seres dignificados con un trabajo en el conjunto de la organización del Estado.
 
Una sociedad cuyos ejes fundamentales fueron la solidaridad y la fraternidad humanas, además del predominio del bien común y el respeto consagrado a la vida.
 
4. Se construían
caminos
 
Era aquella una sociedad donde los hombres fueron principalmente hermanos.
 
En la cual los primeros en ser atendidos eran los débiles, aquellos que tienen limitaciones y carencias de cualquier orden.
 
Los primeros en todo afán eran los inválidos, los huérfanos, las viudas y los ancianos.
 
Los fuertes eran quienes tenían que atender a sus semejantes. Esto los hacía confiados y valerosos.
 
Utopía moral esta que es un imperativo de dignidad humana ahondar en sus huellas, adoptar sus modelos y proseguir en aquella ruta.
 
Porque fue un mundo sin hambre, sin guerra, sin competencia desalmada y sin abandono social. 
 
 Construyeron principalmente caminos, que eran los edificios más espléndidos.
 
5. Un mundo
de esperanzas
 
Respecto a ellos los cronistas de la conquista reconocieron que no había parangón, ni siquiera en la Roma áurea, célebre por su belleza urbana, llena de palacio, alamedas y jardines.
 
Los caminos de los Incas eran rutas seguras aromadas de árboles y acequias que prodigaban sombra, paz y frescura.
 
Fue en los caminos en donde el saludo entre los hombres era un ritual de respeto y hermandad.
 
A su vera y a cada cierto trecho se alzan tambos en donde hay comida, ropa, herramientas, medicinas. Y en donde esperan los chasquis para enlazar senderos.
 
Y allí se guarda todo lo necesario para dar protección y bienestar a la persona humana.
Conformaron y desarrollaron así un pueblo probo, bien alimentado y jubiloso; y un modelo de hombre pulcro, tierno y laborioso.
 
6. La entraña
de lo que somos
 
Y eso es lo que estamos restituyendo ahora, primero en nuestros corazones.
 
En donde la orientación de todo acto sea en función de los valores en favor del medio ambiente y la hegemonía de la vida en comunidad.
 
Y volvamos a dialogar con la tierra, a quien hemos de cuidarla y reverenciarla como a la madre que es.
 
Creer en lo supremo y sagrado como presencias infaltables hasta en lo cotidiano. Pero también venerar al agua, al sol, a las espigas. Donde volvamos a ofrendar los frutos a los ancestros.
 
Ese es el mundo por restituir, ese es nuestro desvelo y compromiso.
 
En razón de eso, Capulí, Vallejo y su Tierra eleva sus emblemas como un mundo que se inicia a cada instante, matinal y de alborada.
 
Himno de exaltación por el bien que aquí brotó y brota, inunda la tierra, hurgando en la entraña de lo que somos. Es en todo ello que encontramos las razones de nuestro júbilo. Y te convocamos a ir con nosotros cantando y bailando.
 
7. Montañas
tutelares
 
¿En qué palabra resumiríamos esas esencias? En una: esperanza. Esperanza es la palabra clave. Un mundo de esperanza.
 
Somos un movimiento de esperanza. Una cruzada y una apuesta de esperanza.
 
Somos el Nuevo Mundo. ¿Por qué olvidar estas utopías fundamentales incluso para el desenvolvimiento de occidente, que nos soñaron?
 
Hemos sido su sueño. Y fuimos siempre un mundo de esperanza.
 
Porque esperanza son los niños y jóvenes que conforman nuestra población en proporción mayoritaria. Porque esperanza surge desde el fondo inmenso y entrañable sobre el cual hemos nacido.
 
Por eso, cultivemos y hagamos que florezca aquí lo mejor del hombre. ¡Que esa sea nuestra enseña hoy y siempre: La esperanza!
 
Esperanza en nuestras montañas tutelares y en nuestras nieves inmarcesibles, amenazadas ahora por el calentamiento global.
 
8. Ponte
el sol
 
Nieves eternas cuyo recuerdo se hará bandera y símbolo de estos días, los mismos que ahora invocamos al inaugurar el XV Encuentro Internacional Itinerante Capulí, Vallejo y su Tierra.
 
El Perú es esperanza. Estamos hechos para la esperanza. Esperanza es anhelar un mundo mejor, pero hacerlo sin plazos ni tardanzas, con alma, mente y con nuestras propias manos, trasformando incluso nuestro dolor en canciones de triunfo.
 
Esperanza militante, fragorosa, activa.
 
A defender estos principios te invitamos a Capulí, Vallejo y su Tierra. Y, como diría César Vallejo:
Ya va a venir del día, ponte el alma. ...
Ya va a venir el día, ponte el cuerpo. ...
Ya va a venir el día;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas,...
Ya va a venir el día, ponte el sol.
 
 
 
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CONVOCATORIA
 
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2014
 
 
 
 
LIMA:
MARTES 20
Y MIÉRCOLES 21
 
TRUJILLO:
JUEVES 22
 
SANTIAGO DE CHUCO:
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
DEL MES DE MAYO
 
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