viernes, 30 de mayo de 2014

30 DE MAYO: HOY NACE ENCINAS - FOLIOS DE LA UTOPÍA: LA MORAL DE UN MAESTRO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
 
MAYO: MES DE LOS TRABAJADORES,
DEL LEGADO DE LA PAPA DEL PERÚ
AL MUNDO, Y DEL MAESTRO ENCINAS
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
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CELEBRACIÓN A CÉSAR VALLEJO
HECHA POR REZADORES DE SANTIAGO DE CHUCO
PRESENTA CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA DE MADRID,
FILIAL DIRIGIDA POR EL DR. CARLOS BENITES SÁNCHEZ
 
ABRIR AQUÍ:
https://www.youtube.com/watch?v=oeYvb1nP9r8
 
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HEMOS REENCONTRADO EN SANTIAGO DE CHUCO
LA POESÍA EN SU MISMO LUGAR DE CREACIÓN Y ORIGEN,
DE LA MANO DEL GRAN MAESTRO CÉSAR VALLEJO
 
Estimados amigo@s:
 
¡Deseamos expresarles nuestro agradecimiento por compartir un evento tan emotivo como fue el XV Capulí, Vallejo y su tierra!!
 
Con Alfredo hemos reencontrado en Santiago de Chuco la poesía en su mismo lugar de creación y origen, de la mano del gran maestro César Vallejo.
 
Nos ha conmovido mucho Paco Yunque porque sigue siendo una realidad en nuestros países.
 
Cada actividad la hemos vivido intensamente y reconocemos el gran compromiso de ustedes con un poeta universal, del cual nos sentimos parte entrañable.
 
Gracias querid@s amig@s por su generosidad y amistad.
 
Un fuerte abrazo
 
LILIANA DE LA QUINTANA
Escritora, y
ALFREDO OBANDO OMISTE
Cineasta
 
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30 DE MAYO
 
HOY
NACE
ENCINAS
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
LA MORAL
DE UN
MAESTRO
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Sus magistrales
enseñanzas
 
Muchas son las acciones, tareas y programas, como también son variados y diversos los aportes conceptuales, doctrinarios e ideológicos a la educación, hechos por el maestro José Antonio Encinas.
 
Y son enseñanzas que cada día vemos que suscitan el mayor interés de los maestros del Perú, haciéndose más claros, actuales y vigentes. 
 
He tenido la oportunidad de constatar cómo se tornaban tan reales y eficaces diversas temáticas, aspectos y propuestas señaladas, precisadas y defendidas por aquel maestro.
 
Cómo también impactan y conmueven diversos pasajes de su vida; así como al evocar y recrear con alumnos y profesores sus propuestas pedagógicas y magistrales enseñanzas, sea en conferencias y conversatorios, sea en clases o en charlas informales con colegas y amigos.
 
De todos aquellos asuntos y contenidos que con más frecuencia se han aludido en las reuniones magisteriales, referidos a la vida y obra del maestro José Antonio Encinas, cuatro son los que resaltan con mayor énfasis.
 
2. Cuatro
ejes
 
¿Cuáles son aquellos cuatro ejes o líneas maestras de su pensamiento y acción educativa?
 
a. El bien y el significado de ser maestros
 
b. La integridad moral
 
c. Su postulado e ideario de una Escuela Social
 
d. La Educación con identidad
 
Estos temas sobresalen entre otros, que no por eso dejan de ser también importantes, tales como la admiración, el aprecio y fascinación que él sentía por los niños.
 
De modo práctico, su recio y valiente activismo en contra de todas las dictaduras que le tocó padecer: Leguía, Sánchez Cerro y Benavides. Su visión de la escuela como un lugar de encanto, magia y alegría. Su tesis a fin de desterrar los exámenes en la escuela y en el sistema educativo en general, entre muchas otras proposiciones.
 
Sin embargo, en este breve repaso sólo nos referiremos a aquellos cuatro ejes de pensamiento y acción que hemos aludido como los más representativos y frecuentes en la evocación del autor de Un ensayo de Escuela Nueva en el Perú.
 
3. El más honroso
título
 
José Antonio Encinas nos enseña, en primer lugar, a ser maestros de a verdad, de alma, auténticos y consagrados, a cumplir y valorar el privilegio de ser guía, orientador y amigo de los educandos, teniendo presente en todos los actos de la vida la actitud noble, protectora y de una entrega total al cuidado de la niñez y de la juventud.
 
Él es el modelo por excelencia de un maestro por antonomasia, en quien se resumen todas las virtudes como también los actos de verdad y valor. Quien, sobre todo, en cada momento de su vida jamás dejó de ser y actuar como maestro.
 
Elegido Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en el año 1931, venciendo en justas electorales a nada menos que a don Víctor Andrés Belaúnde, después Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas?
 
¿Qué blasones lucía Encinas para ser candidato, quien ni siquiera era docente de esa casa de estudios a cuyo rectorado fueron los estudiantes quienes lo postularon? Su trayectoria y su consagración a la educación, como su brillantez y verdad en sus concepciones.
 
Exhibía el más honroso título en el contexto que hablamos: el de maestro de Escuela Primaria, o normalista, como se los llamaba entonces, pocas veces apreciado pero en el caso de él nunca antes tan enaltecido.
 
4. Un maestro
que ame el ser niño
 
Encinas en todos los actos de su vida tuvo el concepto más alto de lo que es ser maestro de escuela, de allí que fue capaz de hacer una educación con altivez, como también con gracia, humor y el don de sonreír; de hacerse amigos, de confiar en los demás y en nosotros mismos.
 
Con él ser maestro es participación, avivamiento y alegría; ganas de vivir, de celebrar la vida, de asumir la realidad con optimismo y valor. Es forjarse una identidad. Es usar las manos para pensar y construir. Es edificar y transformar la realidad.
 
Y con ello, es lo mismo a decir: entusiasmo, gusto y hasta pasión, que es el rasgo y a la vez el centro de la magia de ser maestros. Y todo ello para entonar muy en alto el canto a la vida, siempre en la perspectiva de búsqueda y hallazgo de verdades trascendentes.
 
Es hacer de la vida un himno, una epopeya, una proeza. En donde la relación maestro alumno más que lección o enseñanza es diálogo, amistad y comunión profunda.
 
Para hacer todo ello se requiere ser un hombre que ame ser maestro y un maestro que ame el ser niño, joven, adulto con ideales; que sea capaz de mirar con los ojos que el niño mira y abrir su alma de la manera cómo el niño la abre y vuela.
 
5. Recursos
sagrados
 
José Antonio Encinas postulaba que el maestro había de tener integridad moral. Y él mismo fue un hombre cabal, de una limpieza moral sin tacha. 
 
Por ejemplo, con una exactitud muy honrada en el manejo del dinero, con desprendimiento para ayudar y generosidad para proteger. 
 
Siendo austero en sus gastos, se enteraba de un problema que sufriera una persona, o que lo padeciera un pueblo, y allí estaba él presto para ayudar y socorrer. 
 
Así, una vez se dañó el motor que proveía de luz eléctrica a Puno y no se tenía fondos para repararlo, gestión que costaba 2,000 soles. Enterado del asunto inmediatamente envió de su sueldo ese dinero para que se adquiriese la pieza que se había deteriorado.
 
 Hechos como éste constituían la rutina en su conducta.
 
Sin embargo, era muy escrupuloso con el dinero ajeno y principalmente con lo que correspondían a ser fondos públicos, considerando que este dinero era un bien común, propiedad del Estado y del pueblo doliente y sufrido como es la situación que caracteriza al Perú.
 
6. Yo
no lo haré
 
Esos fondos o recursos para él eran sagrados.
 
A fin de graficar cómo era de respetuoso y estricto en este aspecto, basta referir un hecho: 
 
Después de levantarse la clausura que pesó sobre la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, entre los años 1932 y 1935, fue a su casa el administrador con un fajo de cheques y papeles a decirle: 
 
– Doctor, aquí están sus abonos a su sueldo de Rector, para ser firmados y cobrados.
 
– ¿Cómo? –Respondió él sorprendido–. ¡Si yo no he trabajado ni asistido a la universidad durante todo este tiempo!, entonces, ¿cómo voy a cobrar?
 
El administrador le explica que la partida está girada. Y que, además, ya todos los profesores y empleados han cobrado y hecho efectivos sus pagos. 
 
Entonces él concluye: 
 
– Sí, comprendo, pero en lo que a mí respecta, de ninguna manera lo haré. Yo sólo acepto cobrar cuando he trabajado.
 
Y le ordenó:
 
– Hágame el favor de devolver ese dinero al tesoro público.
 
7. Nuestra herencia
genética
 
Pero no sólo veía desde él, sino desde la perspectiva de la otra persona, como lo ejemplifica el siguiente pasaje. Así: como abogado, que también lo era, asumió la defensa de un caso en donde veía un acto flagrante de abuso. Eso vio, que nada iba a poder detener el veredicto en contra de una humilde mujer. Logró corregir ese abuso recuperando una legítima propiedad que había sido usurpada a una persona de modesta condición. Esta, agradecida, le propuso que por sus servicios tomara la mitad de esa propiedad, que en verdad le correspondía, así le dijo, por sus extraordinarios servicios prestados.
 
– De ninguna manera, señora, –le expresó–. Págueme únicamente mis servicios, para que usted misma no se sienta turbada, para que tenga paz y tranquilidad. 
 
– ¡Pero era un caso ya perdido, doctor! ¡Tome ese terrenito! –Le ruega. Y él le manifiesta:
 
– Mi profesión de abogado jamás lo aprovecharé en ninguna ocasión. Sería como un médico que cobra más a una persona por salvarle de un cáncer terminal. ¿Qué moral sería esa? Así que yo de ninguna manera aceptaré hacerme dueño de lo que es su legítima heredad. La he defendido incluso por respeto a sus antepasados. ¿Cómo entonces yo hacerme el dueño? Así que no piense usted que está en falta conmigo.
 
¡Cómo urge que asumamos dichos valores!, que además constituyen nuestra herencia genética más preciada, si consideramos el ancestro de nuestra cultura, de gran exactitud, con un código de honor y de moral intachables.
 
8. La escuela
social
 
José Antonio Encinas no se preciaba tanto de que sus alumnos de la Escuela 881 fueran profesionales de éxito, sino que todos hubieran abrazado la causa social y la defensa del indio en nuestro país.
 
Tales educadores son precisamente los poetas de la grandeza del Perú, educadores de sus posibilidades y de la promesa de construir aquí una patria grande y justa. 
 
Son aquellos que no rehúyen la mirada al dolor sino que, al contrario, es lo que más los desvela. Y educan para corregir desgracias y omisiones.
 
Porque maestro es quien, nos lo dice él, articula escuela y comunidad, escuela y sociedad. Maestro es quien asume el carácter social de la educación, y se hace responsable de la obra y la tarea colectiva y con ello de la marcha de la historia. 
 
Es quien articula tiempos, espacios, ritmos, áreas del conocimiento. Es quien integra, socializa y hace posible “el canto común de las distancias”, el trabajo mancomunado, superando diferencias y hasta exclusiones ominosas.
 
12. En los
caminos
 
Preconiza que la gracia de ser maestros radica en reivindicar el mundo despreciado, socavado de las poblaciones vulnerables, en riesgo; aquellas que están sometidas a un esquema de dominación, a extorsión de grupos de poder que velan porque sus ganancias sean cada vez más copiosas sin importarles el bienestar de la gente. 
 
Que no sólo se necesita ser un buen profesor que desarrolle bien su curso o asignatura, que demuestre bien un teorema o explique de manera sencilla la conjugación de un verbo, sino quien inspira para trazarnos todos juntos un destino de realización colectiva sobre la faz de la tierra.
 
Quien trabaja para alcanzar un sistema de organización social que ofrezca posibilidades de desarrollar en todos sus talentos, con iguales posibilidades de realizarse plenamente en la vida. Quien educa dentro de una perspectiva liberadora.
 
Siendo así, un maestro de niños no puede dejar de ser un hombre de lucha, un militante y hasta un guerrero, porque la esperanza –que es lo que siembra y debe cosechar un maestro– también se la conquista en los caminos, en las calles y en las plazas.
 
 
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