martes, 8 de abril de 2014

NUESTRAS UNIVERSIDADES: ¿QUÉ HACER? - ESCRIBE ELMER NEYRA VALVERDE (AEPA, MARISCAL LUZURIAGA)




NUESTRAS UNIVERSIDADES:

¿QUÉ HACER?

Escribe Elmer Neyra Valverde


Un aspirante estudió en la 'pre' de una universidad; en agosto de 2013 aprobó; digamos que ingresó. En octubre le dieron una constancia. Para la pre le pidieron partida de nacimiento original y copia certificada de DNI y copias originales de secundaria. Le dijeron que sus clases empezaban el primer lunes de abril de 2010, bien. Para matricularse falta el certificado de ingreso que no ha firmado el decano, le exigen de nuevo partida de nacimiento original y la bendita copia de DNI. A fines de marzo publicaron un horario, turno de mañana, que es de 8 a 1  de las tarde; sin embargo ahora 'los profesores' a su gusto van cambiando y los alumnos desorientados, calladitos ante lo que hacen los 'conductores de universidades', que dan solo cursos informativos. Hasta dos mil cinco una que otra universidad traía a Bunge, Mosterín, Chomsky. Ahora ninguna trae a nadie, no se fomenta la cultura complementaria, con los creadores y se les mete la idea de que todo es competencia y cada uno debe crear su trabajo ( su empresa). Así como se ha llenado de ambulantes se quiere llenar profesionales empresarios y el Perú se pudra en el sicariato, la corrupción política y empresarial, la anomia y que sigan confundiendo  lo que debe ser de  la universidad, y no para los mercaderes y lavadores de activos un filón de lucro. La educación es un servicio y no un distractor de jóvenes desorientados. No hay evaluación ni categorización de universidaes ni de facultades, hace más de treinta años. No publican revistas científicas, dan beca  a sus allegados y quizás  a sus secuaces. Hay una ley que han sacado, exige que los profesores  debieran tener 20 horas de clases para que accedan a  compensación por tiempo de servicios, y nunca les dan 20 horas, llegan a los 65 y no tienen CTS, y quizás un magrísimo sueldo de cesantía, a duras penas. No creemos que haya gente capaz para enseñar y formar en 140 universidades del Perú, el docente tiene que ser estudioso, creativo, investigador, que lea por lo menos 20 libros al año; escriba artículos de su competencia o área, interesado por el mejoramiento de su entorno, amor a la juventud, conocimiento de idiomas, y entre ellos uno o dos nativos, y ciertamente idiomas donde hay producción científica, como el francés, alemán, inglés,portugués (por el avance de Brasil), lenguas de oriente y despertar interés por las lenguas vernáculas y el amor y cuidado a la naturaleza. El estado peruano no ha honrado debidamente a Vallejo, Arguedas, María Reiche, entre otros. La universidad tiene que cambiar y no sea un engañamuchachos, y quizás esté sirviendo para invertir el plus de las coimas, de los tráficos, con el cuento de que ayuda a la educación. El colmo no pagan impuestos, pero una bodega es sancionada por no dar boletas. Salen enfermeros, médicos de la costa y van a trabajar a las zonas andinas y no saben hablar quechua, o sea que la universidad no responde a la realidad cultural del país. Ninguna universidad enclavada en el corazón de los andes: Cusco, Puno, Huarás, Cajamarca, Huánuco, Puno, Huancayo, Arequipa ha podido estructurar gramática quechua en quechua, por decir. La madeja da para más ovillos.