jueves, 16 de enero de 2014

16 DE ENERO: LA GUERRA DEL PACÍFICO - FOLIOS DE LA UTOPÍA: LUCHÓ EL ÚTERO MATERNO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
 
ENERO, MES DE LA DEFENSA DE LIMA
DEL NACIMIENTO DE ARGUEDAS, HERAUD
Y LOS PARADIGMAS DE MACHUPICCHU
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
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16 DE ENERO
 
LA
GUERRA
DEL PACÍFICO
 
 FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
LUCHÓ
EL ÚTERO
MATERNO
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. El sentido
humano
 
En la guerra con Chile de parte del Perú luchó la familia en contra de un ejército bestializado. Porque al lado del padre estaba el hijo, y al lado de este el hermano. 
 
Y al lado de este el pariente, el amigo, el colega entrañables. Y todos cayeron juntos. ¿Qué ejército es el hogar y el útero materno? Nunca pueden serlo. Por eso aquellos que se precian de tener ejércitos poderosos son aberraciones del alma y del ser humanos.
 
Nosotros no éramos ejército sino hogar, que salva y sale a defender. Y lo que defiende el hogar es la vida. Y nosotros defendimos la vida, que es lo inverso al botín que busca el invasor.
 
No éramos ejército entonces, éramos moral básica y fundamental de la vida que sale al frente a interponerse contra la muerte.
 
¿Quién debe estar entonces orgulloso? ¿Los vencedores de la guerra o los defensores de la vida? ¿Los esbirros o los generosos que donan su sangre y su existencia a fin de que no se pierda el sentido humano de la historia?
 
2. El
repaso
 
¡Por eso, en esta guerra preparada con premeditación, alevosía y ventaja, vergüenza para la eternidad a quienes la perpetraron y para quienes a esos engendros les han erigido estatuas!
 
¡Por eso, al lado o detrás de las huestes de luchadores iban las mujeres! Por eso, ¡es de allí de donde debemos nacer de nuevo y siempre!
 
Iban las madres con sus criaturas tiernas en los brazos o en la espalda. Peleaba entonces la familia. 
 
Ahí estaba el párvulo recién nacido. Las niñas que consolaban al moribundo y sepultaban su cuerpo al morir.
 
Y muchas veces las bayonetas de la horda atravesaron el cuerpo candoroso de esas mujeres.
 
Porque el ejército de Chile practicó en esta guerra el “repaso”, con corvo y bayoneta encajada en el fusil, ultimando a todos los caídos.
 
3. Heroica
y sobrehumana
 
Su consigna era: “¡No hay heridos, todos muertos!”. Y ahí estaban las mujeres para auxiliar a los caídos dándole el último adiós.
 
Y para exponer su cuerpo con resignación e identificación plena con el ser querido.
 
¿No es esto supremo? Hasta en la guerra somos familia. 
 
Hasta en la guerra le ponemos humanidad a la iniquidad y a la infamia, cariño y estima a las actitudes protervas de los mezquinos y cicateros.
 
Era su mujer. No era la cantinera de los ejércitos europeos. O la cantinera del ejército invasor, porque hubo cantineras en aquel ejército. 
 
Aquellas que les proveían de licor para obnubilar sus conciencias. En nuestro caso, no. 
 
O era la hermana, o era la madre, campesinas siempre. Era la resistencia andina, heroica y sobrehumana.
 
4. Pelearon
los más pobres
 
El nuestro fue en aquella contienda un ejército de arcilla, de humus, de entraña de la tierra.
 
Un ejército de dignidad, de emoción pura. De hombría que da el coraje de saber que se defiende una causa sacrosanta. 
 
De estar envestidos de honor y de gloria, porque la gloria no la corona una victoria sino la causa que se defiende.
 
Porque al final perdimos militarmente, pero ganamos moralmente. ¡Esto que no se te olvide jamás!
 
Victoria íntima, ética y contundente, de la cual a veces no nos damos cuenta.
 
Por eso, ¡no traicionemos a quienes ofrendaron su vida augustamente! 
 
Porque pelearon los más pobres. Ya lo dijeron ellos: las “abigarradas bayetas”.
 
5. Categoría
de seres humanos
 
Lo anoto y lo advierto, para que sepas en quién confiar, para que sepas quién sabe defender, quién pone aquí más coraje y más pundonor. ¡Son los del pómulo morado!
 
Fueron ellos, los más pobres, los que lucharon desde el principio hasta el final. ¿No es esto de moral suprema?
 
Es el hombre gleba, es lo andino incorruptible, es el serrano, el cholo, el indígena invencible, quien está ahí con su sufrimiento y su heroísmo.
 
Son los Ejércitos del Inca, ¡ecuánimes, probos, austeros! 
 
¡Glorioso ejército de runas de piedra!
 
Son los Ejércitos del Inca, civilizadores, protectores, que sabían que lo que más engrandece son las virtudes morales.
 
Los Ejércitos del Inca que en el fondo somos todos nosotros para siempre.
 
Porque se puede perder una guerra, pero no perder nuestra categoría de seres humanos.
 
6. Paso
al entendimiento
 
Son los Ejércitos del Inca, que jamás hicieron pillaje, ni incendiaron aldeas, ni violaron mujeres, ni remataron heridos, ni impusieron cupos a las poblaciones inermes. 
 
Son los Ejércitos del Inca que jamás aplicaron el “repaso”, ultimando a los hombres caídos en batalla, ni a las mujeres que los socorrían. 
 
Que ni siquiera eran militares sino civiles.
 
En vez de arrasar, quemar, hacer esclavos, ofrendaban culto a los dioses del lugar, enaltecían a sus autoridades, rendían pleitesía a sus costumbres.
 
Celebraban fiestas en honor de los pueblos anexados y trazaban un plan de obras públicas para dotar de agua, caminos, edificios y templos a las poblaciones que encontraban a su paso.
 
Son los Ejércitos del Inca que persuadían, enviaban ofrendas de paz y estaban atentos a cualquier gesto para dar paso al entendimiento.
 
7. Alertas
y preparados
 
Este ejército no dinamitaba fábricas, molinos ni mataba ganado para dejarlos tendidos y sangrantes regados en la pampa, no hacían volar en astillas los trapiches, los tambos, las casas haciendas, los edificios públicos o cualquier bien que no podían sustraer o llevárselos consigo, haciéndolo explosionar.
 
Por eso, al final ganamos una guerra, porque nos envestimos de entereza y de gloria. Por eso somos desde antes y lo ratificamos allí, una de las siete grandes culturas de la civilización humana.
 
Por eso es que tenemos razón de ser en el universo. Y aquellos que agredieron no la tienen porque no es un fin supremo de la vida hacer pingues negocios.
 
Porque estamos investidos de valor y coraje que la muerte no apaga. Porque fue la guerra que asumieron los indígenas del Perú milenario, andino y eterno. 
 
¡Solo que ahora hay que estar alertas y preparados en todo campo, asunto y detalle; puestos en pie de guerra y alertas en cada atalaya!
 
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CONVOCATORIA
 
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
TELÚRICA DE MAYO, 2014
 
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Y MIÉRCOLES 21
 
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SÁBADO 24
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DEL MES DE MAYO
 
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