Mi pacto... testamento
(Dedicado a mi amor, los niños del mundo)
Ernesto Kahan, 2013
En nuestra Tierra plantado y atado a los preceptos del amor hoy firmo un nuevo pacto...
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Ya es noche y oculto mis palabras, las que de tanto andar, están cansadas.
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Desperté y sentí mis manos... y mucha sed y al bañarme en fría agua, purificante de mi ser, se silenciaron los sonidos y entré en la intimidad.
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Consulté los pulsos del tiempo y mi conciencia en el espejo... y de pronto, volvieron a hablar las palabras, las heridas de las plantas, los afectados reflejos, tú, el pueblo y la luz que nos llama, en anuncios y demandas para un renovado Sermón de la montaña.
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Porque Jesús no murió en el Gólgota y no por ser crucificado...
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Murió en los sermones falsos, en los templos de la guerra, en la mentira de los farsantes, en los cuernos de la miseria, en las calles del odio y en mí, cuando me trepo a la fama, cuando adulado, me distancio y cuando engaño la petición de mis llamas.
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¡Ay Mujer, que los domingos te suicidabas! y buscabas el amor emancipado, y dijiste -El día que en público lo haga, seré como Eva... Sin los sellos del pecado.
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Judío soy de padre y madre judíos, de la aldea de Jesús, también mosaico. Viajamos por el mundo al Oriente. Del Árbol del conocimiento comí y de tal, iniciado... Y estudiamos las creencias y con pan desayunamos.
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Sentí miedo cuando no supe de lleno, ser -no, al pisar la hierba, no, al entrar en la mar,- fue por no entender que cada cual, sonido es y cada silencio, palabra, tal las notas del clavicordio, tal las fórmulas de Einstein a descifrar el universo, tales sus claves y sus ecos armónicos: Los nacimientos, frío en el invierno y el despertar de las palabras del bien y del mal, que vibran en cada grito. Sueñan – hablan – perduran...En los ojos de los tiempos nacidos de las manos del hombre erecto y en vientos, acalladas por las dictaduras. ¡Ah, las paralelas, se juntan en algo infinito!
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¡Oh, si la gente pudiera entender que con el uso del amor van a lograr más que con su odiar!
