domingo, 8 de septiembre de 2013

8 DE SEPTIEMBRE: DÍA MUNDIAL DE LA ALFABETIZACIÓN - FOLIOS DE LA UTOPÍA: LEER NECESITA UN HOGAR - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
 
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA
 
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
VALLEJO
EN EL ALMA
 
RECITAL DE
FREDERIK
SOTOMAYOR CARRANZA
 
MIÉRCOLES 2 DE OCTUBRE
6.30 PM.
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
 
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PRESENTACIÓN
DEL LIBRO DE POESÍA
 
ALHELÍ
 
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
SÁBADO 2 DE NOVIEMBRE
6 PM.
CASA DE LA LITERATURA
PERUANA. ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
 
7.30 PM.
AULA CAPULÍ
 
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CONVOCATORIA
 
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2014
 
LIMA:
MARTES 20
Y MIÉRCOLES 21
 
TRUJILLO
JUEVES 22
 
SANTIAGO DE CHUCO
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
DEL MES DE MAYO
 
*****
 
PÁGINA WEB
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http://spanport.byu.edu/faculty/GarciaM/new/CapuliXV.htm
 
 
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Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
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8 DE SEPTIEMBRE
 
 
DÍA MUNDIAL
DE LA
ALFABETIZACIÓN
 
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
LEER
NECESITA
UN HOGAR
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Rol
de la familia
 
El niño aprende a cabalidad el lenguaje oral y a escuchar y hablar perfectamente por una profunda motivación de tener que comunicarse llana y fluidamente con los seres que lo rodean y que forman parte de su hogar. De igual modo el factor más importante que influye en nuestro comportamiento lector es la familia que constituye el ámbito más directo e inmediato de influjo en la vida del niño.
 
Porque, ¿cómo es que los niños aprenden a hablar de modo tan natural un lenguaje que es un saber complejo y lo alcanzan a dominar de manera tan plena, lúcida y fluida? La respuesta es sencilla: interactuando con el habla en su círculo vital, en su familia, para lo cual no se descontextualiza al niño enviándolo a otra parte, de lo contrario es posible que no aprenda nunca o lo haría siempre mal.
 
Para que el niño aprenda a hablar no se le introduce en un centro educativo ni se le confina en un salón de clases. Tampoco se le asigna un profesor ni se le programan lecciones, menos se sigue la pauta de un currículo o se elabora un sílabo, ni un manual ni se instala un pizarrón. ¡Felizmente para ello no se nos ha ocurrido endilgarles tareas!, ni aplicarles con ferocidad pruebas de evaluación. Él aprende a hablar para ser y actuar en la vida como cabe pretender que lea para lo mismo, alumbrándose con todo lo que nos ofrecen y prodigan los libros pero a partir del núcleo básico del hogar.
 
2. Crear
un ambiente
 
Los niños aprenden a hablar estimulados por los seres que comparten su mundo familiar y circundante, y como una exigencia libre, intensa y afectiva de comunicación. 
 
Lo hacen por sí mismos y de una manera dichosa y feliz, retozando y a su propio ritmo y compás; también porque cada logro se lo celebra y se lo festeja de la manera más natural. Porque, ¿quién no se deja seducir por la manera cómo ellos van asignándole un sonido a cada componente y referencia de la realidad? 
 
Nos endulzamos que lo hagan de manera única, curiosa y hasta rara; sin someterlos a una norma rígida sino aceptando y hasta haciéndoles sentir que nos encanta que digan las cosas a su modo, a su capricho, entonando ellos siempre de aquel modo el canto a los quereres, a los afectos y con ello el sencillo y candoroso homenaje a la vida.
 
Así aprenden a hablar. Pero no hacemos lo mismo con el código y su ejercicio de la palabra escrita, sino que allí nos convertimos en autoridades severas y en pontífices categóricos y en burócratas impacientes, dispuestos a someterlos a cánones, técnicas y a evaluaciones. Allí somos “profesionales” y utilizamos todo el aparato formal en dicha coerción. 
 
Y, ¿cuál es el resultado? Un verdadero desastre. Porque poco a poco lo que aprendieron bien al hablar lo terminan perdiendo y anulando. Y se crispan con el lenguaje, convirtiéndolo en cercos de alambres de púas, y en espinas.
 
3. Contexto
vital
 
Por eso, si fuéramos sensatos, el paradigma del aprendizaje del lenguaje hablado debe constituir también el modelo para la enseñanza y el aprendizaje del rico y enorme caudal de la palabra escrita y de la lectura como práctica gozosa y permanente.
 
Si el niño no escucha que las personas hablan en su casa es seguro que nunca hablaría con presteza. ¿Cómo pretender que lea sin que tenga estímulos, materiales, tiempos disponibles y ejemplos al interior de su hogar para recrearse con los libros que son práctica mágica y hasta relación con lo sublime? 
 
Si el niño no ensayara continuamente en silabear, vocalizar, construir palabras estimulado por los seres que más quiere y en función de los asuntos más cotidianos, indudablemente se demoraría mucho en la adquisición de la capacidad de hablar.
 
Igualmente, sino garabatea, sino descubre las figuras e inscripciones sencillas en todo soporte, sino hojea las páginas de revistas, libros y cualesquiera otros materiales impresos, difícilmente adoptará la lectura de manera espontánea, sincera y eminente.
 
Para desarrollar adecuadamente la lectura es importante considerar entonces el rol de la familia y del contexto vital, conformado hasta por el vecindario y la misma ciudad en que vive.
 
4. Motivación
a la lectura
 
El niño desde antes de los seis meses de vida uterina es un ser que tiene sensaciones muy nítidas, tanto que puede oír, gustar, oler, percibir. Es capaz de tener emociones y sentimientos: disfruta de la música, del ritmo, de la tranquilidad. Los neurólogos advierten que en ese claustro incluso memorizan lo que aprenden.
 
Mientras el niño se encuentra en el vientre materno siente la luz, oye y se expresa. Tanto es así que cuando la madre gestante se levanta y bruscamente enciende la lámpara, el niño en el vientre reacciona con un movimiento brusco que indica que le han interrumpido su sueño y se ha despertado.
 
Y así como duerme en el vientre también allí juguetea; y para que ello sea posible tiene que orientarse percibiendo estímulos. 
 
En esa situación ¿Qué poder no podrá ejercer la voz de su madre? Indudablemente que mucho, siendo capaz la criatura de oírla, de entenderla, manifestar su contento y hasta de guardar aquella experiencia en lo más íntimo de su ser. 
 
Entonces, ¿qué mejor manera de llegar hasta él que con algunas rimas, cantilenas, glosolalias, candombes y jitanjáforas?
 
5. A la sombra
de un verde limón
 
Como éstas:
Pum, purum,
purum, pumpá.
 
***
 
Upa y upa
upa y apá
 
***
 
Caracol, col, col
saca tus cachitos
y ponlos al sol.
 
***
 
Tin, Marín
de la pingüe,
cúcara, mácara
títere fue.
 
***
 
Esta es la noche
este es el día.
Y esta es la boca
de doña María.
 
***
 
Manzanita del Perú
¿cuántos años tienes tú?
 
***
 
Lorito de Portugal
saca tu patita
para darte un real
 
***
 
Sana, sana
colita de rana
y si no sanas hoy
sanarás mañana.
 
***
 
Estaba la pájara pinta
a la sombra de un verde limón
con el pico picaba la rama
con la cola movía la flor.
 
6. Creando
símbolos
 
Y algunos pequeñísimos cuentos circulares, como éstos:
 
          Este es un gato
          que tenía los pies de trapo
          y la cabecita al revés.
          ¿Quieres que te lo cuente
          otra vez?
          –¡Sí!
          –Este es un gato...
 
O bien este otro:
 
–¿Quieres que te cuente el cuento
  de la vaca Victoria?
–Sí.
–Se murió la vaca y se acabó
  la historia.
 
Si es así, si incentivamos al niño con el lenguaje antes de haber nacido, el niño ya nacido buscará por propia iniciativa, cuando está incentivado, todos los recursos de comunicación y expresión, desde el balbuceo, el llanto, los movimientos, para después refinarse en el gesto, el dibujo, la palabra.
 
Y, en esta misma secuencia está el trazo, la marca y la dimensión gráfica que es punto de inicio y de partida para el signo lingüístico y la letra,  y consecuentemente para la escritura y la lectura; es decir para construir, desconstruir y volver a construir libremente nuestro destino.
 
7. La palabra
hecha fiesta
 
Jugar con las palabras es la mejor manera de descubrir y afianzar el sentido que ellas tienen, pues la palabra ante el niño tiene que ser maravilla, dije y abalorio; como tiene que ser un ser vivo sea animal o flor: gato, león, tigre; el clavel, el geranio o la rosa; o bien personajes de fábula: enano, gigante o endriago; es decir vivacidad y magia pura. 
 
Para motivar a la lectura, para aprender a leer, para escribir poesía: jugar entonces con la palabra; mucho más con la palabra escrita que tiene que aparecer ante los ojos del niño con todo el poder que ella tiene de revelación y convocación. Porque ella contiene nuestra voz y como tal hace duraderas e interactivas, comunes e intercambiables, nuestras emociones y sentimientos, frecuentemente a largas distancias y en tiempos incluso dispares.
 
La palabra escrita tiene que ser un espejo, un puente, una corriente de agua en donde el niño deba tratar de mirarse y encontrar su rostro, admirar su ser y posesionarse de su lengua:
 
Luna, lunera                 
cascabelera.                
Cinco toritos                 
y una ternera.
 
8. Por la estrecha ruta
de una pista rota
 
He aquí algunas muestras:                                    
Cinco niñitos                
tiene mi tía:                  
uno le canta                 
otro le pía                    
y otro le baila 
la chichibiría.
 
***
 
Con lana tejí la luna      
y fue una luna lunar      
la lana tenía un nudo
que fue en la luna
un lunar.
 
***
 
Por la estrecha ruta
de una pista rota
Caminaba Rita,
cuando alguien le reta
¡Guarda que una rata,
te muerde la pata!
 
***
 
La avenida estaba repleta
y con una sola silueta
es la Anacleta Mofleta
que andaba en bicicleta
con una sola chancleta.
 
Y así como se haría con la palabra oral hay que dar a los niños las más variadas y ricas oportunidades de retozar e interactuar con la palabra escrita.
 
9. Autoestima
personal
 
Un aspecto importante en lo que significa aprendizaje y dominio de la lectoescritura es la autoconfianza, el sentimiento de seguridad y la autoestima del niño que en ningún momento se sientan melladas; primero de saber que él puede aprender sin frustraciones ni fracasos y en segundo lugar la convicción de que ese saber es suyo, no de los padres ni de los mayores, sino propio de él y que consecuentemente le pertenece.
 
Afianzar la autoestima es enfatizar en los sucesos de éxito antes que en los de error o fracaso. Porque hace más el que quiere y se siente confiado que el que puede porque está dotado de todos los dones y recursos pero es inseguro y desconfiado.
 
Porque, ¿qué es la lectura sino una manera muy callada y profunda de ser el centro del mundo, de ser los protagonistas de todo, los grandes actores de la aventura humana de todos los tiempos, los grandes maestres de campo de las más gloriosas batallas, y hasta las de un taumaturgo que salva y redime? 
 
Leer es una manera profunda de explorar mundos, de ser aventureros, personaje de fábula, héroes insignes en donde –sin darnos cuenta quizá– el centro de todo somos nosotros mismos; con todo el peligro de exponernos que ello significa. ¿Se podrá conseguir eso si no me amo y más bien me descalifico y hasta me desprecio?
 
10. Feliz relación
con el lenguaje oral
 
De allí que sea verdad cuando se dice que el valor del niño no consiste en que algún día sea hombre adulto sino principalmente en la heroicidad de su devenir y en la forma cómo vive su infancia. 
 
Y no hay ámbito donde pueda engrandecerse el hombre más que en  esta maravillosa etapa; y para  ello no hay lugar que le sea más fecundo, propicio y fulgurante que  la lectura. 
 
Y todo esto no esperemos que sea la escuela la que le brinde y ofrezca, ni le abra esa puerta. Porque sencillamente no lo hará. Es el hogar el que no le debe negar ese sortilegio.
 
Y luego, hacer el nexo entre palabra hablada y escrita. Este es un primer conocimiento básico y estructural para el niño a quien anhelamos preparar como lector. 
 
Para este conocimiento él tiene que ubicarse en la vida y en la realidad. Que entienda y sienta la lectura no como algo ligado o perteneciente a la escuela, sino como válida y preciosa para sí mismo y para la vida. De ese modo habremos construido bien el cimiento para lograr un lector gozoso, creativo y permanente
 
 
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