domingo, 28 de julio de 2013

LAUREADO ESCRITOR PUQUIANO SAMUEL CAVERO GALIMIDI EN EL DOMINICAL DEL DIARIO EL COMERCIO DE HOY


Por: Samuel Cavero (publicado en  el Diario El Comercio, Suplemento Dominical, de hoy 28 de Julio de 2013 y el siguiente domingo)

De chico quería ser

De niño soñaba ser doctor. ¡Y no era para menos! Mi padre siempre fue un destacado médico, director de hospitales. Y el estar residiendo dentro de un hospital no sólo crea deseos, sino sensibiliza, humaniza, uno se duele cuando ve las salas de emergencia y los pabellones llenas de enfermos o accidentados. Pero también se escarapela el cuerpo cuando es posible desde niño entrar a la morgue de los hospitales,  guiado por el padre médico, para comprobar a lo que  llega los mortales con la muerte y  la manera tan cruel de cómo nuestro cuerpo es sacrificado a la experimentación y comprobación médica.  Demás está decir que para mí ha sido un hecho traumático comprobar, estremecido por el horror, que al cadáver se le puede serruchar el cráneo, el tórax, coser y otras barbaridades. Por supuesto que después me ha servido para la literatura aquellas visiones.

   Así fue que para consolarme me recluí en mi mundo interior, el de lecturas. Pero siempre había cerca de mí un botiquín y libros que me alentaban la ilusión de ser médico. Andando en el tiempo descubrí, escribiendo las pautas de las noticias para leerlas en el patio de la escuela, que mi verdadera vocación iba por allá. Yo era el brigadier, relator de noticias. Un día con el apuro olvidé de llevar las noticias que registraba diariamente por la radio huancavelicana. Era 1968. Nosotros no teníamos televisión. Tuve que sacar el cuaderno, abrirlo y hacer como que nada había pasado. Así comencé a leer, inventando por supuesto noticias de accidentes y muertes. Y después me puse a pensar, en casa, que aquello no era una cruel mataperrada, sino parte de esa búsqueda por descubrir mi verdadera vocación, la de escritor, de inventar mundos, crear ficciones que parecen muchas veces la realidad, pero no es exactamente la realidad. El tiempo me daría la razón.

Los diez mejores libros:

1.-El Quijote de la Mancha:

Una novela que ha cautivado a todos los públicos, estudiamos todo un semestre con Luis Jaime Cisneros, en la PUC, y quedé más maravillado por Sancho y el Quijote.

2.-La Biblia: Hay que leerla y releerla toda la vida porque  enseña, educa, moraliza, dignifica. No solo brinda paz espiritual, dogmas, parábolas, proverbios, sino hay todo tipo de mensajes filosóficos, espirituales, metafóricos muy relevantes.

3.-Crimen y Castigo: de Fedor Dostoievski. Lo leí desde niño  varias veces hasta soñar varias veces con la vieja Lizaveta y Raskolnikov. Una novela que nos habla de la condición humana, la perversidad y la miseria, me ha cautivado tanto como la película Dr. Shivago.
4.-Cién Años de Soledad: De Gabriel García Márquez, imperdible, fantástico, no se puede uno morir sin dejar de leerla y ensoñar con lo real maravilloso.

5.-Amor en tiempos del Cólera: Es otra novela del mismo autor que yo llevaría a una isla y sería mi consuelo en la vejez.

6.-La Ciudad y Los Perros: Novela extraordinaria de Mario Vargas Llosa. Me marcó. Me hizo cadete de un colegio militar y me hizo escribir también una novela sobre el colegio militar y así, escribiendo, imitándolo, me hice escritor.

7.-La Guerra del Fin del Mundo: Leí con devoción vargasllosiana comprobando que un escritor puede relatar realidades más allá de su país. Y justamente tuve siempre a  mano Los Sertones de Euclides  da Cunha, que me permitió ejercer mayores juicios valorativos sobre la novela y la historia de Los Sertones.

8.-La Fiesta del Chivo: Tremenda novela de MVLL. Muchos dicen la mejor. Tengo mis dudas. Quizá, por las técnicas literarias empleadas, más bien es La Casa Verde. Viajé desde Sídney hasta Melbourne para ver a Mario Vargas Llosa, presentando en La Trobe University esta gran novela.

9.-Ulyses: Una novela monumental, compleja, totalizadora del dublinés James Joyce.

10.-Todas Las Sangres: José María Arguedas es otro gran referente. Una maravillosa novela, que me impulsó a amar más al Perú, al Ande y a sus comunidades campesinas segregadas y explotadas. De igual manera Los Perros Hambrientos, de Ciro Alegría.

Fuente:

Escritor Samuel Cavero Galimidi

cavero2012@hotmail.com