miércoles, 31 de julio de 2013

“LA VOZ DE LOS SIN VOZ” - POR RODOLFO ASCENCIO BARILLAS (ASOLAPO - EL SALVADOR)


“LA VOZ DE LOS SIN VOZ” 

Por Rodolfo Ascencio Barillas

En este día especial quiero felicitar a todos los periodistas, que ejercen la expresión y sentir de todas las multitudes del pueblo, porque ellos informan, educan, orientan y facilitan los acontecimientos de interés nacional e internacional. 

El ser periodista es ser objetivo e intachable en la búsqueda de la verdad y con gran sentido de la responsabilidad que contribuya a manifestar los nobles sentimientos de libertad, de expresión, de pensamiento y de acción, y cuya misión es internarse a las raíces más profundas de la verdad a lo largo de la historia, pasada y contemporánea, ¿Qué es lo que informa un periodista? La verdad, la Justicia, la razón, con alto sentido humano y moral. También es informar lo que ve, lo que escucha, lo que clama la gente, así como  denunciar, el hambre, el frío, la injusticia, la corrupción, el delito, la barbarie, la discriminación, el dolor, la tristeza y los conocimientos de los dignos ideales para con los seres humanos y el medio que nos rodea. 

“HOMENAJE EN DIA DEL PERIODISTA”

Yo busco la verdad de tu rostro
y sin prejuicios conocer los hechos,
y sin importar consecuencias fatales,
y sin lamentar presiones mortales.
Yo me convierto en lo que soy,
¡…la expresión de las multitudes!
y conozco los dolores lejanos,
y reconozco favores  cercanos,
porque muchos dicen quien soy,
y otros pretenden que voy,
en busca del valor que poseen,
más,  yo sé quien soy,
porque muchos juzgaran,
por  todo lo que me digan,
es todo lo que tengo que hacer,
no obstante yo hago todo lo que veo,
ni a otros efectos no creo,
porque  es mi prudencia,
es causa de  sabiduría;
aunque existan  malas noticias,
yo siempre seré firme,
en mi mundo de convicciones,
y sin precipitarme seré,
lo que siempre he sido;
un gran defensor de la libertad,
de los juicios, y de la lealtad;
porque todo lo que yo soy,
es todo lo que miro,
y es todo lo que siento.
¡… paz a la deuda que pago!
porque prefiero escuchar hablar,
y en los vientos suspirar,
y en las mañanas  esperar,
 el ocaso de todas mis razones.
Yo seré  el mundo de conmociones;
porque sin sentido me condenan,
solo por deciros la verdad,
porque los malos se dejan sobornar,
en la penumbra de las nebulosas luces,
más  yo honro con gran firmeza
las voluntades inquebrantables del afán
y que no olvidan sus antiguas promesas,
en las columnas de sus pantanos,
y en las risas que dibujan su dolor,
y en las tristezas de agonizantes pesares,
pero es mi alegría, su intachable misión,
su devoción  y su mustia canción.
Yo soy la opinión pública,
y he visto muchas atrocidades
en presencia de la justicia,
porque los hombres buenos callan,
y los que callan saben hablar,
y denunciar las injusticias,
y saben amar la imparcialidad,
y escribir las verdades de la historia,
y profundizar las informaciones,
en las oprobiosas razones de la mentira.
Yo renuncio a mi derecho privado
y a gozar de mis propias ambiciones,
quiero ser luz en las oscuridades
y designorar al ignorante
y  llorar con los niños,
aunque vuestras ilustres pasiones,                  
ostenten grandes privilegios,
donde los hermanos mueren con el llanto,
y el mundo conmovido por las atrocidades,
y las montañas marchan borrando horizontes.
Yo viajo por los mares embravecidos,
y por las olas de entristecidas,
y por las sombras enrarecidas,
y por los ocasos  escarnecidos…