jueves, 23 de mayo de 2013

22 DE MAYO: NACE ANTENOR ORREGO - FOLIOS DE LA UTOPÍA: HIMNO DE HERMANDAD - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
 
MAYO: MES DE LOS TRABAJADORES,
DEL LEGADO DE LA PAPA DEL PERÚ
AL MUNDO, Y DEL MAESTRO ENCINAS
 
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
AULA CAPULÍ
25 DE MAYO, 2013, 7 PM.
 
– INFORME
Y BALANCE DEL XIV CAPULÍ
 
– ANUNCIOS PARA EL XV CAPULÍ
DEL AÑO 2014
 
– HOMENAJE A ELADIO RUIZ CERNA
 
LOCAL:
MANCO CÁPAC 440, INT. B
MAGDALENA DEL MAR
ALTURA CUADRA 29 AV. BRASIL
DEL LADO DE SAN MIGUEL
ENTRE AMAZONAS Y HUAMANGA
 
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LUNES 17 DE JUNIO, 2013
 
CONMEMORACIÓN DEL VIAJE
DE CÉSAR VALLEJO A PARÍS
 
MUELLE DÁRSENA
DEL CALLAO
 
DÍA DE CÉSAR VALLEJO
EN EL CALLAO
 
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CONVOCATORIA
 
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
2014
 
LIMA:
MARTES 20 Y MIÉRCOLES 21
 
TRUJILLO
JUEVES 22, 2014
 
SANTIAGO DE CHUCO
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
 
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PÁGINA WEB:
 
 
 
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CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES
 
22 DE MAYO
 
NACE
ANTENOR
ORREGO
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
HIMNO
DE
HERMANDAD
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Apoyo
incondicional
 
– Si hay alguien a quien más debes respetar, admirar y en quien confiar es Antenor Orrego. –Le dijo César Vallejo a su esposa Georgette.
De allí que cuando ella vino al Perú a quien buscó y le dio su saludo fervoroso fue primero a él.
Y es que César Vallejo de alguna manera es hechura suya, Él lo cinceló, auscultó y valoró su trasfondo, y lo hizo grande. Él lo predijo, lo anunció, lo consagró.
Es su Juan Bautista, quien lo ungió en el agua bautismal del río Jordán que es Trilce. Pero antes pulió la piedra amorfa y dio a luz aquel portento que es Los heraldos negros.
Pero no solo fue su tallador y quien supo desde el inicio acerca de su genialidad, sino quien lo cubrió con una coraza de protección cuando estaba siendo perseguido, ocultándolo en su casa de Mansiche, y quien le dio apoyo incondicional cuando César Vallejo estuvo encarcelado en la penitenciaría de Trujillo durante 112 días con sus noches de zozobra y espanto.
 
2. En
sus manos
 
Pese a tener casi la misma edad, dado que Antenor Orrego nació el 22 de mayo del año 1892 en la hacienda de Montán en Cajamarca y César Vallejo el 16 de marzo del mismo año, siendo entonces menor de tres meses y días, sin embargo Antenor fue para él como un padre; tal era la ecuanimidad, el talante y la hondura de este hombre extraordinario.
Cuando lo conoció César Vallejo quedó deslumbrado por ese joven intelectual culto, sabio y de palabra visionaria. Y le solicitó una entrevista para someter a su veredicto los poemas que tenía escritos. Esto ocurría el año 1914 y ambos apenas tenían 22 años.
Orrego le concedió una cita y ese día, a la hora exacta, César Vallejo ingresaba a hablar con él dejando sus poemas en sus manos. Cuenta Antenor:
“Vallejo traspuso la puerta de mi oficina en la redacción de “La Reforma”. Traía debajo del brazo un abultado fajo de papeles manuscritos. Supe, de inmediato que eran los versos. Lo eran. Conversamos un rato breve. El poeta estuvo aturdido y nervioso. No pudo serenarse. Le prometí comenzar la lectura esa misma noche y le di una cita para la semana siguiente”.
 
3. El peso
del mundo
 
¿No es extraordinario? ¿No es proverbial el formalismo y ritualidad de la escena? ¡Y tenían apenas 22 años! Y ya eran más que contundentes promesas. Eran seres que se habían echado sobre los hombros todo el peso del mundo:
Al término de la lectura, tuve la diáfana intuición de que había surgido en el Perú una de las vocaciones poéticas y literarias de más extraordinaria y preclara estirpe humana.
Malgrado el predominio de la imitación en todas estas composiciones, rompía, a veces, aquí y allá, un resplandor de calidad primigenia que anunciaba la poderosa genialidad de un auténtico poeta. Pero sentí, también dentro de mí, la tremenda repercusión y la responsabilidad –casi una responsabilidad sagrada– que iban a tener mis palabras para el futuro literario del poeta.
Releí y medité mucho durante varios días. Marqué aquellas expresiones y pasajes que mejor revelaban su temperamento… Vallejo me visitó de nuevo conforme a nuestra cita. Le abracé ya con fraternidad y admirada cordialidad y le hice sentar frente a mí.
 
4. Hondamente
conmovido
 
¿Qué le dice Orrego? Que rompa todo lo que había escrito, porque dentro de él había una voz nueva. Que libre una batalla crucial por encontrar dentro de sí mismo aquella expresión de toda una raza y de todo un pueblo. Que sea libre, que sea auténtico, que deje aflorar aquel ser primigenio que habitaba en él.
“Lo que le dije exactamente, no lo sé, ni puedo saberlo nunca. Pero guardo la impresión global que intentaré traducirla, a una distancia de cuarenta años, en mi lenguaje de hoy:
– César he visto a través de tus versos barrenando, diré, las paredes literarias de tus palabras escritas, la posibilidad de un poeta extraordinario, pero, a condición de que te esfuerces por alcanzar la fuente más auténtica de tu espíritu. Luego, debes expresar lo que allí encuentres con tu propio y más genuino estilo personal que tienes que crearlo, porque traes algo que es absolutamente nuevo… Olvídate de estos versos y ponte a escribir otros durante los meses de vacaciones, concentrándote resueltamente en ti mismo. Debes tener la seguridad de que posees algo que nadie ha traído hasta ahora a la expresión poética de América…
El poeta no me dijo nada. Lo intuí recogido sobre sí mismo y, hondamente conmovido. Me abrazó efusivo y se despidió.”
 
5. De lo rústico
a lo genial
 
Pese a que eran de la misma edad César Vallejo y tal como lo aconsejó Antenor Orrego viajó a Santiago de Chuco y siguiendo las pautas que le había dado escribió nuevos poemas. Así nació el poeta genial de Los heraldos negros y poco tiempo después de Trilce libro del cual es también Antenor Orrego su anunciador.
Y es que Vallejo sabía ser un buen alumno, sin que tuviera ningún prejuicio en serlo. Por eso, es hechura de sus amigos, de sus maestros, como de los mineros, arrieros, cañeros, de todos quienes directa o indirectamente lo forjaron.
Pero, ¿cómo es que Antenor pudo leer diáfanamente su genialidad en aquellos versos que ordenó destruir? ¿Y cómo es que César Vallejo lo obedeciera? Eran jóvenes extraordinarios, no solo en talentos sino en virtudes.
Tiempo después Antenor se lamentaba de que aquellos primeros poemas no se hubieran conservado para tener el cotejo de la evolución de un proceso de lo rústico a lo genial.
 
6. Solo él
pudo vislumbrar
 
Lo hermoso de todo esto es la actitud humilde, expectante, dúctil de César Vallejo; tan es así que le pide luego el prólogo de Trilce reconociéndole que es a él a quien se deben.
La cultura peruana ¿acaso no debe enorgullecerse de que Trilce sea una creación deslumbrante e inusitada pero producto de un magisterio sublime?
¿Que no es casual ni espontáneo sino fruto del pensamiento, de la visión y del colectivo humano que rodeara a Vallejo? ¿Y que de alguna manera fue avizorado antes de que aquella obra estuviera plasmada, por un maestro superlativo como lo fue Antenor Orrego?
Los libros iniciales que publicó César Vallejo no solo son producto de la genialidad de su actor, sino de aquel que vio por debajo de sus líneas escritas previamente y vio lo que no era visible a simple vista, vio lo que no estaba allí pero que era posible solo por algunos rasgos que solo él pudo vislumbrar.
 
7. Hasta el confín
de los tiempos
 
Y es que la capacidad de ser genial no solo está en la conjunción asombrosa de los factores que lo producen y se concentran en un individuo, sino en el colectivo humano en el cual surge y que rodea a una persona y que sintetiza el ser de todos.
En el caso de César Vallejo y Antenor Orrego observemos aquel magisterio para enseñar y para aprender. Veamos cómo se forja un destino por la sabia acción de quien avizora, intuye y señala un derrotero. Y de quien comprende y acata. He aquí graficado con toda nitidez lo que es saber forjar un destino superior y supremo sobre la faz de la tierra.
Pero hay aquí, además de una relación enaltecedora de lo que es la función magisterial, la expresión de otra dimensión y plano verdaderamente valioso y trascendental y que poco se lo valora en la vida de los grandes hombres, cual es el de la amistad.
César Vallejo estimó grandemente la amistad, la cuidó, la valoró, y no supo herirla jamás. Al contrario, la convirtió siempre en himno de hermandad, como la que prevalece hasta el confín de los tiempos entre él y aquel hermano del alma, Antenor Orrego.
 
 
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