lunes, 18 de febrero de 2013

HOMENAJE AL POETA CHIMBOTANO JUAN OJEDA - POR JUAN CRISTÓBAL Y VÍCTOR NOLBERTO UNYÉN VELEZMORO

 .
(19) 

A JUAN OJEDA

Por Juan Cristóbal
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Parecía un ser de otro tiempo
un amigo amaneciendo
recogiendo buganvillas
en el sol fascinante del verano
Lo quería como se quiere a las estrellas
cuando te descubren el silencio de las calles
y las serenas primaveras ennobleciendo el paso laborioso de los ríos
No le gustaba reconocer
el resplandor inesperado de las hojas
ni el último atardecer zarandeando los ojos entristecidos del abuelo
Cuando lo escuchaba hablar de las voces desesperadas del camino
o del alma bendita de la pena
o de abrir todas las persianas
para que todos se iluminen como huérfanos salidos de los vientos
sabía que se iba a perder por los lugares más inhóspitos del mundo
y ser alguien –una luz- en la conspiración
y en la clandestinidad de los molinos
Amaba las lechuzas y y el fuego humilde de las casas
y hablar de las hormigas
cuando royen las raíces de las plantas
en las tumbas abandonadas de los pueblos
y decir
como si divisara la esperanza en otro sitio
o nacer al viento cerca de la luna
“Yo no creo en los dioses o milagros
pero los ángeles creen en la veracidad de mis palabras”
Y mientras soñaba con duendes y caballos
bebiendo como el tiempo la soledad de las escarchas
y pensando en el armonioso y suave silbido de la hierba
desfalleciendo en los basurales de la calle
creando la confusión de los ciruelos
y el destino perdido de las aguas
rememoraba tierras milagrosas y remotas
donde las margaritas sangraban en la eternidad de las ventanas
como esa noche / cuando ebrio
y lleno de antiguos remordimientos
“nadie está dentro de mí
yo conozco la culpa que manejo”
se dejó caer con toda su locura a un abismo
donde ardían las malezas y las preguntas irremplazables de los ciegos
Nuestra amistad jamás se diluyó
a pesar que los geranios se desprendían como sombras
 de los techos enmohecidos de su casa
pues siempre me ayudó
-incluso en su mesura-
a reconocer los cantos de sirenas
las huellas de los canarios en el parque
y a los que tiraban piedras
a los árboles que daban frutos en verano
Mi corazón
mudo y lleno de pesares
siente que su ausencia se asemeja
a un extraño temporal buceando en la desesperación de un desesperado
al que le encantaba repetir
cuando se despedía de su alma
entre las humaredas aturdidas de los puentes
“Mi única realidad es el silencio de la muerte”
Desde ese instante
hasta la hora en que los crepúsculos no avanzan en la noche
no llego a comprender
que alguien que conocía la intimidad secreta de las flores
la memoria atormentada de los pinos
el cielo que anunciaba la neblina
y que su esperanza fue decir
viendo al atardecer desprenderse de la lluvia
“No hay peor pecado que mirar de lejos la belleza”
desee decirle adiós a las ardillas
a las lilas cuando arden en las manos de los pobres
Y aunque me complace sentir
-ahora que mi memoria se despierta lentamente entre las nubes-
la serenidad de las mañanas
y desperezarme entre la llovizna cansada de los patios
escucho atrozmente en las hogueras desamparadas de mi rostro
sus pasos y desdichas
sus palabras y temores
pasearse inútilmente como un fantasma
por todas las historias lamentables y recelosas de mi vida


EL POETA JUAN OJEDA OJEDA


Datos Biográficos de Juan Ruperto Ojeda Ojeda

Por: Dr. Víctor Unyén Velezmoro

Nació en Chimbote el 24 de marzo de 1944, falleció trágicamente el 11 de noviembre de1974 en Lima, arrollado por un automóvil en la cuadra 23 de la Av. Arequipa, entre las 3.00 y las 3.30 de la madrugada. Ex alumno de la Escuela Primaria Nº 333, de la Gran Unidad Escolar "San Pedro" de Chimbote y de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos: en la que estudió paralelamente Filosofía, y como alumno libre, Pintura y Escultura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Perteneció al Club "Inca Garcilaso de la Vega". "Su corta e intensa vida -así como su poesía - configuran entre nosotros, uno de los intentos más apasionados por fundir esos dos mundos en una sola experiencia terrible, fervorosamente vivida hasta sus últimas consecuencias. Juan Ojeda pertenece a aquella estirpe de poetas que reunen en su sensibilidad, la esencia del dolor de la especie humana; su obra es un desgarrado testimonio de esta condición. De allí brota la áspera belleza de su canto, y entre los escombros de la destrucción el advenimiento de un mundo nuevo que leemos socialista.
La lealtad de sus amigos, entre ellos los poetas Hildebrando Pérez y Cesáreo Martínez, permitió conocer su obra, recogida en la poesía de Luis Hernández", posibilitó el conocimiento y difusión de "Arte de Navegar", que fuera editada por Runakay ediciones, dirigida por Jesús Cabel y Antonio Escobar en 1986. En 1963 publicó la plaquett "Ardiente Sombra", en homenaje a Javier Heraud, conjuntamente con Antonio Cisneros, César Calvo, Arturo Corcuera y Carlos Henderson; que mereció grandes calificativos por la crítica especializada.; "Las Condiciones" la escribió entre 1962 y 1963, colaboró con la revista "Piélago". En 1965 obtiene la Primera Mención Honrosa en el Segundo Concurso "El Poeta Joven del Perú" con el seudónimo de "Dedaluz", con el poemario "Elogio de los Navegantes", escrito entre los 19 y 21 años de edad.

La originalidad y fuerza expresiva de su poesía es comparable con la de nuestros más brillantes poetas: "Elogio de la Infancia" (1966), "Crónica de Boecio"; "Elogio de los Navegantes" (1966), publicada en el Nº 37 por Cuadernos Trimestrales de Poesía; la plaquett "Recital" (1970), Nº 4 de la colección Gesta del Centro de Estudiantes de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; "Eleusis" (1972), en la colección de poesía Gárgola 2. Póstumamente la editorial Juan Mejía Baca, le edita "El Signo y las Palabras" (1978). 

En 1967 viaja a Colombia, Brasil, Argentina y Bolivia, y en 1971 a Panamá. En 1973 ingresa a la Escuela Nacional de Bibliotecarios, llegando a viajar a Rusia donde estudió cursos de Cine. 

Hombre de cultura muy amplia, sencillo, introvertido, a veces eufórico, temperamental. Uno de nuestros poetas más representativos, con Julio Ortega Cuentas. Se encuentra incluído en los libros: "Literatura Peruana, Ancash" Tomo I de César Angeles Caballero (1967); en "Aproximación bibliográfica de Juan Ojeda" de Javier Huapaya; "Imagen de la Literatura Peruana Actual", t.III de Julio Ortega Cuentas (1972); "Antología de la poesía peruana" 1960 - 1973, de Alberto Escobar (1973); "Juan Ojeda/el signo y las palabras" de la Librería - Editorial Juan Mejía Baca 1978; Antologías de Jesús Cabel, Ricardo Gonzales Vigil, Carlos Cornejo Quesada; El Despertar de un Coloso y La Colección Oro de Chimbote: "El Coloso: Sociedad, Historia y Cultura"de Víctor Unyén Velezmoro.

Con motivo del II Encuentro de Escritores y Poetas de Ancash "Miguel Rodríguez Paz", realizado entre el 21 al 25 de junio de 1986 en Chimbote; el poeta Jesús Cabel Moscol, presentó el poemario "El Arte de Navegar" (1986), que reune la producción poética de Juan Ojeda desde 1963 a 1973, editado por Runakay Ediciones, que dirigía Cabel con Antonio Escobar. Juan Ojeda colaboró con las revistas: "Hipócrita Lector", "Haraui", "Creación & Crítica"; en Chimbote con el diario "El Santa".

El I Encuentro Internacional y VI Nacional de Poetas "Juan Ojeda Ojeda", realizado en Chimbote en 1 994 por la Casa Nacional de Poeta Filial Chimbote, resaltó su nombre para orgullo nuestro, y uno de cuyos frutos es la Sociedad Internacional de Arte y Cultura (SIAC). 

El Amauta, Mario Florián en su discurso inaugural del II Encuentro Nacional de Poetas "Alejandro Tafur Pardo" realizado en Huarás (Ancash), del 25 al 28 de noviembre de 1987, dijo: "Juan Ojeda es el más grande poeta nacido en Ancash", ante el reconocimiento general de todos los vates de los diferentes rincones del Perú.

Por lo expuesto, Juan Ojeda Ojeda, es el más preclaro representante de la poesía chimbotana, que prestigia a nivel universal nuestra poesía. Para los que formamos parte de la familia del C.N. "Santa María Reina", identificados con nuestra ciudad, es un orgullo ser los propiciadores de una nueva corriente, en el que se inicie el reconocimiento de nuestros valores y que mejor, como en nuestro caso, que la biblioteca lleve el nombre de un hijo ilustre de Chimbote; :"Juan Ojeda Ojeda".


 

Fuente:

Poeta Ana María Intili