domingo, 2 de diciembre de 2012

2 DE DICIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL PARA LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD - PLAN LECTOR: LA LECTURA Y SU CARÁCTER LIBERTARIO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA
Y CONSTRUYENDO LOS ANDENES NUEVOS
 
DICIEMBRE, MES DE LAS MONTAÑAS,
DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;
DE LOS MIGRANTES, Y DEL NACIMIENTO
DEL DIOS NIÑO EN LA NAVIDAD
 
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
POR LOS 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA
Y 90 AÑOS DE LA EDICIÓN DEL POEMARIO TRILCE
 
°°°°°°°°°°
 
VIERNES 14 DE DICIEMBRE
 
RITUAL ANDINO
DEL CAPAC RAYMI
Y ÁGAPE VALLEJO
 
Teléfonos Capulí:
420-3343, 420-3860
y 997-739-575
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
 
°°°°°°°
 
XIV CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2013
POR LOS CAMINOS DE VALLEJO
LIMA, TRUJILLO, SANTIAGO DE CHUCO
14 Y 15 DE MAYO EN LIMA
16 DE MAYO EN TRUJILLO
17,18 Y 19 DE MAYO EN SANTIAGO DE CHUCO
 
°°°°°°°
 
2 DE DICIEMBRE
 
DÍA INTERNACIONAL
PARA LA ABOLICIÓN
DE LA ESCLAVITUD
 
PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA
 
LA LECTURA
Y SU CARÁCTER
LIBERTARIO
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
La etimología latina
de libro
es liber. Idéntica raíz
palpita
en la palabra libertad.
 
1. Compromiso
con la historia
 
Una página memorable en relación a la lectura es nada menos que la libertad de los esclavos en Estados Unidos de Norteamérica, acontecimiento que en su centro y en su base, en su meollo y en su corona, hay un acto de lectura, como un hecho eje en la vida de los pueblos y, en este caso particular, en la vida clave de un niño lector:
Él fue Frederick Douglass, el consejero personal de Abraham Lincoln y que llegara a tal posición gracias a su autoformación y teniendo como única escuela y como comedidos y solitarios maestros a los libros.
Fue él quien insistiría ante el presidente Lincoln acerca de ese compromiso con la historia y con el género humano. Y él fue quien además redactaría el decreto abolicionista de la esclavitud negra.
En su biografía él cuenta que cuando era niño esclavo la esposa de su amo blanco tuvo hacia él un sentimiento de ternura y una actitud de protección maternal. Esta predilección fue a tal punto que lo inició en el conocimiento de las letras del alfabeto y la lectura.
 
2. Cómo
te atreves
 
Sin embargo, un día entró el amo blanco cuando ella lo enseñaba el silabeo valiéndose de una cartilla elemental.
El grito del amo fue tal que la esposa soltó lo que tenía en las manos y que no eran sino un lápiz y un abecedario.
– ¿Qué estás haciendo, mujer?–Le gritó.
Ella, después de recuperarse del alarido y del susto, le respondió titubeante e inocente:
– Estoy enseñándole a leer a este niño.
– ¡Cómo te atreves a hacer eso!
– ¿Por qué? ¿Qué de malo tiene?
– ¿No ves, mujer, que si este niño aprende a leer nunca más podrá ser un esclavo?
En su furor dijo estas palabras. Y que el niño grabó y que constituyeron su lema para toda la vida:
– Si lee nunca más podrá ser un esclavo. 
 
3. Rompen
cadenas
 
Él nunca más importunó a su ama. Y ella nunca más se atrevió a enseñarle a leer.
Pero aquella frase resonaba en su alma como un carbón ardiente. Ese grito y el sentido de esas palabras feroces y lapidarias fueron para él el arma de su liberación.
Empezó a mirar las letras con arrobamiento, a querer desentrañarlas con tesón. Y luego con pasión. Y aprendió a leer ya por sí mismo.
Y llegó a ser lo que fue. Y dicho y hecho: leer fue incompatible con su condición de esclavo, obteniendo primero su libertad y tiempo después la liberación de su raza.
Y eso mismo, Frederick Douglas, se dedicó a enseñar después a su comunidad, es decir que con el cultivo del saber y la lectura gozosa y asidua el hombre rompía todas sus cadenas.
Sean estos los grilletes que encarcelan, las marginaciones que ofenden, sean también los barrotes y cárceles de la ignorancia que oprimen al hombre.
 
4. Insomnes
lectores
 
Pero hay otros registros y hechos reveladores y contundentes, cerca y lejos, que debemos dejar consignados, como son los siguientes:
La etapa más gloriosa, fervorosa e intensa en el anhelo de construir patrias grandes y fuertes en nuestra América ha sido el período de la independencia.
En la constitución de estas repúblicas soberanas se leía mucho. Y esta acción libertadora es principalmente producto de dos grandes hombres y héroes: José de San Martín y Simón Bolívar.
De ellos hemos recogido principalmente su perfil y aureola de militares; admiramos su capacidad de estrategas, su acción de estadistas, su carisma de líderes y hasta conocemos detalles de sus aventuras y rasgos de su vida privada.
Pero se desvanece la impronta de que ellos antes que todo fueron grandes lectores, contumaces indagadores de misterios contenidos en todo tipo de impresos, insomnes repasadores de páginas que hablaran de la vida cotidiana como de los grandes fastos de la historia y acontecimientos de la civilización humana.
 
5. Los libros
hacen libres
 
Hemos olvidado esta dimensión y eje en su formación, personalidad y dimensión de ser. Se nos ha diluido esa índole de su mente, ánimo y espíritu, que al inicio sí se lo tenía en cuenta. Y se nos escapa que ambos, sobre todo, fueron grandes lectores y es en esa práctica que se encuentra la explicación de su grandeza, de su éxito y sus victorias.
Al lado del General José de San Martín, sea por tierra en una carreta, sea por mar en una cabina del barco donde él navegaba, había una biblioteca ambulante. Trajo sus libros más queridos en la Expedición Libertadora hacia el Perú, volúmenes que en un gesto generoso los donó como primera contribución a la formación de la Biblioteca Nacional del Perú que él fundara. No eran pocos y cuyo valor aumenta no solo por la naturaleza y calidad de sus títulos, sino por haber tenido tales obras a tan insigne lector y al haberse posado en sus páginas los ojos que los miraron.
Al fundar la Biblioteca Nacional del Perú, el 28 de agosto de 1821, sostuvo que los libros se destinan“a la ilustración universal, que es más poderosa que nuestros ejércitos para sostener la independencia”. Así lo dijo, y solía repetir que los días de fundación de escuelas o bibliotecas eran “tan felices para los amantes de la libertad como tristes para los tiranos”. 
 
6. Sublime
locura
 
En relación a Simón Bolívar dejemos la palabra a Gabriel García Márquez quien dice de él en su obra “El General en su laberinto”:
“Había sido un lector de una voracidad imperturbable, lo mismo en las treguas de las batallas que en los reposos del amor, pero sin orden ni método. Leía a toda hora, con la luz que hubiera, a veces paseándose bajo los árboles, a veces a caballo bajo los soles ecuatoriales, a veces en la penumbra de los coches trepidantes por los pavimentos de piedra, a veces meciéndose en la hamaca al mismo tiempo que dictaba una carta. Un librero de Lima se había sorprendido de la abundancia y variedad de las obras que seleccionó de un catálogo general en que había desde filósofos griegos hasta un tratado de quiromancia.
Leer de todo amplía la mente, la hace más vasta y más tolerante, leer sin cálculo y sin método aparente sintoniza más con la vida y sus velados destinos, leer porque el alma necesita angarillas y desniveles en que erigir sus ilusiones, leer por el gusto de hacerlo, por juego, acto feliz, o sublime locura.
 
7. Documentos
errantes
 
Y prosigue García Márquez:
En su juventud leyó a los románticos por influencia de su maestro Simón Rodríguez, y siguió devorándolos como si se leyera a sí mismo con su temperamento idealista y exaltado. Fueron lecturas pasionales que lo marcaron por el resto de la vida. Así al final había leído todo lo que cayó en sus manos, y no tuvo un autor favorito, sino muchos que lo fueron en sus distintas épocas. Los estantes de las casas diversas donde vivió estuvieron siempre a reventar, y los dormitorios y corredores terminaron convertidos en desfiladeros de libros amontonados, y montañas de documentos errantes que proliferaban a su paso y lo perseguían sin misericordia buscando la paz de los archivos. Nunca alcanzó a leer tantos como tenía. Cuando cambiaba de ciudad los dejaba al cuidado de los amigos de más confianza, aunque nunca volviera a saber de ellos, y la vida de guerra lo obligó a dejar un rastro de más de cuatrocientas leguas de libros y papeles desde Bolivia hasta Venezuela”.
 
8. Las cadenas
que nos oprimen
 
Esto escribe el autor de El general en su laberinto, acerca de Bolívar, pero quisiera dejar anotado otro hecho revelador y ojalá que no lo olvidemos.
Y es el siguiente: que Bolívar fue un producto esmerado de la educación, y esto para que pensemos que por allí puede estar la solución de los problemas que nos aquejan.
Se quiso que, en su caso, su formación fuera excelente.
Desde cuando él era niño se contrataron a los mejores maestros a fin de educarlo.
Y fueron preceptores suyos –así se llamaba entonces– Andrés Bello, Mandujano y Simón Rodríguez con quien recorrió toda Europa caminando a pie.
Ejemplo el de la formación de Bolívar que debiéramos seguir para formar a nuestros líderes quienes asuman retos tan grandes como libertar a los pueblos de las cadenas que todavía nos agobian y nos oprimen.
 
9. Se prohibió
su lectura
 
En el Perú, la acción revolucionaria de liberación de la población indígena, pero también de otros sectores sociales, como fue la población negra, tuvo de caudillo a Túpac Amaru, de quien también se ha perennizado sólo sus hazañas y sus actos guerreros; y hasta se exageraron y se cargaron las tintas en relación a los actos vandálicos, de desorden, caos y pavor en que sumió a los pueblos de la colonia del Perú.
Sin embargo, se olvida que fue un gran lector, asiduo y consumado. Incluso, sus biógrafos destacan cómo él fue sabiamente influenciado por un libro, los “Comentarios reales” del Inca Garcilaso de la Vega, de quien fue constante y aplicado lector.
José Durand refiriéndose al gran movimiento de reivindicación que encabezó Túpac Amaru II en Tungasuca, anota: “hasta diríamos que en los Comentarios reales se halla la Biblia secreta de esa revolución”. Ejecutado el caudillo la corona española prohibió la circulación y lectura de dicha obra, porque “excitaba la conciencia de nacionalidad”
 
10. Esa
mochila
 
¿No es una rara coincidencia que aquellos que nos dieron la libertad hayan sido grandes lectores? ¿No hay allí un rastro que no debiéramos perder jamás?
Y en relación a una historia más reciente, de otro de los líderes legendarios que anheló y luchó por liberar a nuestros pueblos de las cadenas de la opresión de regímenes obsecuentes y de un orden internacional ordenado sobre un sistema de injusticias que margina a las grandes mayorías.
Que se inmolara por querer liberarnos de dominios indignantes, como de seguir modelos espurios en contradicción con la construcción de sociedades fraternas y solidarias como lo fue la cultura incaica.
Y quien fue Ernesto Che Guevara, respecto a él cuando se le tendiera el cerco en Bolivia, sus camaradas de campaña le insistían:
– Ernesto, ¡deja ya esa mochila! ¡No te deja avanzar! ¡Y cada vez se estrecha el cerco que nos han tendido!
 
11. Aún nublan
nuestros ojos
 
Y por más que insistieron no lo dejó ni vació esa prenda. Cargó con ella atravesando pantanos y cuestas inclementes. Al final, cuando cayó abatido, aunque vivo para después ser fusilado, al abrir esa mochila no encontraron bombas, granadas, balas o armas de fuego, sino que estaba llena de libros.
También leía, como Túpac Amaru, José de San Martín, Simón Bolívar o Frederick Douglass, a la luz de la luna o del alba.
De allí que hay una prerrogativa y misión histórica para los maestros que anhelan forjar una nueva cultura y un nuevo destino para el Perú; y esto es: formar lectores.
Hacer del libro y la lectura un arma y un camino de liberación, para redimir las desgracias y miserias que nos hacen daño, para romper los atrasos que nos mantienen empobrecidos y quitarnos las vendas que aún nublan nuestros ojos. 
 
Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente
 
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
 
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
 
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Instituto del Libro y la Lectura: inlecperu@hotmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es