viernes, 16 de noviembre de 2012

SÁBADO 17 DE NOVIEMBRE, AULA CAPULI, CENTENARIO DE UN MAESTRO INOLVIDABLE: CARLOS CASTILLO MURGA – POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA
Y CONSTRUYENDO LOS ANDENES NUEVOS
 
NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TUPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA
 
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
POR LOS 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA
Y 90 AÑOS DE LA EDICIÓN DEL POEMARIO TRILCE

SÁBADO 17 DE NOVIEMBRE
 
MEMORIA Y TRIBUTO A CARLOS CASTILLO MURGA
DIRECTOR DEL CENTRO VIEJO 271 DE SANTIAGO DE CHUCO
EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO
 
“EVOCACIÓN DE MI MAESTRO”
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
EXPRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA
Y DEL PODER JUDICIAL EN EL PERÚ
 
“PADRE, AHORA QUE SOY MAESTRO DE NIÑOS
CADA DÍA RECUERDO TU EJEMPLO”
CARLOS CASTILLO MENDOZA

LECTURA DE OBRA POÉTICA
ROSELLA DI PAOLO

HOMENAJE
AMAUTA
DEL PERÚ ETERNO A
RÓGER RUMRRILL
PRESENTACIÓN
ARTURO RÍOS RAMÍREZ
RÓGER RUMRRILL
TESTIMONIO DE VIDA

VIERNES 23 DE NOVIEMBRE
 
PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE POESÍA
OTRO MUNDO ES POSIBLE DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
ICPNA DE MIRAFLORES
Avenida Angamos, esquina con Av. Arequipa, Miraflores
PANEL DE PRESENTACIÓN:
OMAR ARAMAYO
EMILIO MORILLO
JULIO YOVERA
Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia
 
Teléfonos Capulí:
420-3343, 420-3860
y 997-739-575
 
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com

XIV CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2013
POR LOS CAMINOS DE VALLEJO
LIMA, TRUJILLO, SANTIAGO DE CHUCO
 
14 Y 15 DE MAYO EN LIMA
16 DE MAYO EN TRUJILLO
17,18 Y 19 DE MAYO EN SANTIAGO DE CHUCO
 
PERSONALIDADES DEL EXTERIOR
QUE HAN CONFIRMADO SU ASISTENCIA
AL XIV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
(EN ORDEN ALFABÉTICO)
ALFRED ASÍS
POETA DE CHILE.
ESTÁ CONVOCANDO A POETAS DEL MUNDO
PARA EL LANZAMIENTO DE LA TRILOGÍA
MIL POEMAS A NERUDA, MIL POEMAS A VALLEJO
Y MIL POEMAS A MIGUEL HERNÁNDEZ
EN SANTIAGO DE CHUCO
OMIRA BELLIZZIO POYER
VENEZUELA
ASISTIRÁ PRESIDIENDO UNA DELEGACIÓN
DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE VENEZUELA
CARLOS BENITES SÁNCHEZ
ESPAÑA
PRESIDENTE DE CAPULÍ, VALLEJO
Y SU TIERRA EN ESPAÑA
MARA L. GARCÍA
EE.UU.
PRESIDENTE DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS
VALLEJIANOS. BRIGHAM YOUNG UNIVERSITY
DE UTAH, EE.UU.
CATHERINE MASSANA
DIRECTORA DEL TEATRO SOL Y LUNA
FRANCIA
CARLOS RISCO SAAVEDRA
EE. UU.
MAURA SÁNCHEZ BENITES
ANDORRA
JAIME SÁNCHEZ LIHÓN
EE. UU.

AULA CAPULÍ 17 DE NOVIEMBRE
 
CENTENARIO DE UN MAESTRO INOLVIDABLE
 
FOLIOS DE LA UTOPÍA
 
EN HONOR A NUESTRO DIRECTOR
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
A.
 
El día 20 de noviembre del presente año don Carlos Castillo Murga, director de la Escuela Fiscal de Varones 271, o más llamado el Centro Viejo de Santiago de Chuco, cumpliría 100 años de nacimiento.
Fue director de ese plantel escolar durante varias décadas, del año 1942 al año 1972, durante treinta años, transcurso en el cual dicho centro educativo alcanzó su máximo esplendor.
Es la institución emblemática de Santiago de Chuco en donde estudió César Vallejo, como también Luis de la Puente Uceda.
Fueron alumnos: Artemio Zavala, fundador de los primeros sindicatos de trabajadores del Valle Chicama y muerto a los 23 años de edad, como Carlos Miñano Mendocilla, héroe de la batalla de Zarumilla, en el conflicto con Ecuador del año 1941.
También estudiaron allí los hermanos Abraham y Felipe Arias Larreta, el primero autor de Rayuela, libro fundacional de la poesía para niños en el Perú; y Felipe, hondo poeta eglógico, autor de libros como El surco alucinado y Espiga de silencio.
 
B.
 
Allí estudiaron también Santiago y Julio Pereda Hidalgo, ambos egregios poetas telúricos, el uno cantaba en epopeya y el otro en lirismo consumado, defensores ambos de nuestra identidad incásica.
Y muchos otros más. Como alguna vez escuché comentar al periodista y hombre de letras Gonzalo Bulnes, que estaba sentado a mi lado en un homenaje a Vallejo que se rendía en dicha institución educativa, le oí musitar: “La escuela más pequeñita, que ha dado a los hombres más grandes del Perú”.
Cuando yo era niño el director de ese plantel era don Carlos Castillo Murga, hombre joven, inteligente y sensitivo; un alma vibrante, entusiasta y romántica. Un ser enamorado de su pueblo y de su gente.
Quien apreciaba a sus colegas como a hermanos. Y quien alentó una escuela viva de libre expresión, frente al modelo educativo coercitivo, de disciplina y rigidez intemperantes, preponderante en aquella época.
Y de aquella época también son las siguientes estampas y vivencias que yo atesoro en mi alma:
 
1. Flamear
en lo alto
 
– ¡Excursionistas del Centro Viejo 271! ¡De frente…, marchen!
Es la escuela cuya aureola y estela se expanden a las provincias de nuestro departamento y de otros, como el vecino de Ancash, y cuyo director es don Carlos Castillo Murga, quien vestido de casco de junco, al igual que los alumnos, bufanda y ropa de comando, ha repasado hasta la última fila de alumnos enhiestos, aunque tiritando de frío en esta gélida madrugada.
A su orden redoblan las tarolas, irrumpen las cornetas, y los alumnos que llevan una mochila a la espalda, una frazada enrollada en el hombro, una cantimplora de agua en bandolera, y uniforme que termina en escarpines blancos, levantan el paso y lo asientan firmes en el suelo de arcilla y arenisca, haciendo temblar la tierra bajo el leve claror del alba.
Marchan y luego descienden la pendiente de la cuesta “Sale si puedes”, por donde regresarán de aquí a 30 días, después de visitar Angasmarca, Tulpo, Mollebamba, Mollepata, Pallasca, Bolognesi y Cabana. Y un sinfín de pueblos que se apostan a la vera de ese camino.
Ahora los despiden madres y padres de familia, quienes se enjugan los ojos al ver desaparecer el contingente que desde lejos hace flamear en lo alto la bandera rojiblanca del Perú.
 
2. Maestro
señero
 
Ya apenas nos llegan los sones de la marcha que el viento rasga a jirones, y se quedan prendidos en las copas ululantes de los árboles.
Van llevando el estandarte y los emblemas de nuestra escuela. Con ellos vadearán ríos, subirán cuestas, bajarán pendientes, atravesarán llanuras inclementes.
Traspondrán desfiladeros ariscos labrados al borde de los precipicios; con ellos ingresarán por pueblos entre una lluvia de pétalos de flores que les arrojarán las muchachas desde los balcones.
Llevan por los pueblos una velada artístico musical que el público pide que se repita una y otra vez; llevan un equipo de futbol y basquetbol que vence en todas las contiendas; llevan una orquesta magisterial que enternece de amor los corazones de grandes y pequeños.
Quien comanda este contingente de alumnos y maestros es don Carlos Castillo Murga, maestro señero y de fibra, alto de estatura, delgado, elegante en el vestir y de cabello ensortijado, quien ha logrado la proeza de situar a la 271 como la mejor escuela de toda la provincia y una de las mejores del norte del Perú.
 
3. Nos hemos
propuesto
 
Ha nacido y se ha criado en nuestra tierra. Ha realizado la hazaña de estudiar y graduarse de profesor en la Universidad Nacional de Trujillo. Ha cometido el acto fervoroso de volver a laborar en su pueblo.
Pero, siendo de alma fina y sutil, es un ser bondadoso, sobre todo con los niños, cordial con sus colegas y amable con la gente de toda condición.
En la universidad conoció a una bella señorita de las mejores familias de Trujillo, Margarita Mendoza Vargas, a quien como es apuesto conquistó y con quien se han casado. Y ya graduados han llegado juntos a trabajar como maestros en nuestro pueblo serrano.
Ella es una persona fina, dulce y espiritual; quien viene nombrada como directora de la mejor y más emblemática institución educativa de mujeres, la Escuela 272.
Hace dos años que el Centro Viejo que dirige don Carlos Castillo Murga obtiene el Gallardete del Desfile del 28 de julio. Y nos hemos propuesto obtenerlo por tercera vez consecutiva, en el presente año.
 
4. El aire
de la mañana
 
La competencia será con la Escuela 278, dirigida por otro maestro insigne, don Manuel Encarnación Saavedra. Las discusiones en las calles son apasionadas acerca de quién obtendrá el gallardete este año.
Hoy es 19 de junio de 1951, día de ensayo general, y estamos formados en columna de a tres, frente a nuestro local en la calle de El Cabildo. El director, don Carlos, da la orden:
– ¡Paso de desfile! ¡Marchen!
Dejamos caer nuestros pies en las piedras y subimos la calle hacia la plaza tras nuestros estandartes y la Banda de Guerra.
Las baquetas caen en los redoblantes y atruenan las cornetas en el aire de la mañana con sus sones marciales.
Es el Centro Viejo, la escuela que es orgullo de todo santiaguino. En ella estudió César Vallejo, Artemio Zavala, Luis de la Puente, y no hay otra escuela igual en toda la provincia.
 
5. Esta
vez
 
Terminado el ensayo corre una noticia como un reguero de pólvora: Ha muerto la Profesora Margarita Mendoza de Castillo, directora de la Escuela de Mujeres 272, esposa de nuestro director, don Carlos.
¡Ha muerto la profesora Margarita!
¿Cómo? Allí supimos que había sido operada en Trujillo y había vuelto a Santiago de Chuco muy delicada de salud. ¡Y ha muerto!
Nuestro pueblo yace ensombrecido. La tristeza y la congoja invaden nuestros corazones.
No hay un solo sonido estridente. Todo es tristeza lacerante, desconsuelo y dolor profundo, como un Viernes Santo. Caminamos como sombras, pisando levemente el suelo.
Esta vez nuestro plantel escolar enfila por la misma calle por donde ensayamos los desfiles, pero nuestra actitud no es la de adalides sino la de víctimas compungidas.
Asistimos al entierro de quien, no siendo de nuestro pueblo, se quedará para siempre entre nosotros.
Han llegado sus familiares desde Trujillo. Y delegaciones de alumnos y profesores de otras ciudades.
 
6. Tanto
dolor
 
La Misa de Cuerpo Presente se realiza en el atrio de la iglesia, al frente de la plaza. Nunca antes el altar de la iglesia ha salido hasta fuera del templo y quedar frente a la plaza, llena de una multitud aglomerada y compungida.
Asisten todos los planteles escolares con sus cuerpos docentes, estos en actitud solemne y vestidos de oscuro. Y el alumnado con sus uniformes de gala, llevando coronas de flores. Las niñas más pequeñas de vaporosos vestidos blancos. Y prendidos a los uniformes hondos crespones negros.
Todos los centros educativos están ya emplazados portando ramilletes de flores. Es un mar de coronas, hechas de rosas, gladiolos, crisantemos, claveles y azahares.
Los niños del campo portan flores silvestres, de aquellas que tienden sus corolas desde el borde de los caminos.
Nunca hemos visto tanto dolor en la gente sencilla, tanta identificación de hombres y mujeres con un ser que realiza su labor de manera apartada y silenciosa, una maestra de escuela.
 
7. Paso
a paso
 
Desfilamos con nuestra Banda de Guerra en silencio, pendiendo de cada instrumento banderolas negras y nosotros con un brazalete de luto en el brazo.
En este momento se alza el ataúd en lo alto donde pareciera que se bambolea a los sones de una banda de músicos que toca una marcha fúnebre que estremece el alma. Y parte el cortejo.
Don Carlos va detrás del catafalco con dos de sus hijos mayores que lleva de la mano: María Cristina de ocho años, bella y llorosa como un lirio del campo. Felipe de seis años y medio, cejijunto, con los ojos hundidos y las mandíbulas apretadas en un rictus de melancolía suprema.
En la casa de la abuela Cipriana se han quedado Manuel de cinco años, Inés de cuatro, y Javier de apenas dos añitos. Don Carlos, como un junco que quisiera doblegarse va paso a paso, soportando el cierzo, como una roca batida por las olas, o una bandera que intenta arrasar la tempestad y la borrasca.
Es un entierro solemne. Ya el ataúd está en el Alto de San José y las escuelas aún están apostadas en la plaza sin poder desplegarse. 
 
8. Que
el viento mece
 
El sacerdote con sus acólitos ya ingresan al cementerio y no han empezado los centros educativos ni siquiera a iniciar la cuesta, mirando hacia lo lejos el largo cortejo que sube la pendiente en una hilera doliente.
Ya aquí, en el cementerio, lo atravesamos pisando retamas y sunchos que crecen entre las tumbas, porque la maestra Margarita, presintiendo su final, le pidió a su esposo ser enterrada en lo empinado de una peña.
Y así se ha cumplido, escogiendo el único peñasco que hay en el cementerio, pero que da a la hondonada del río, en la parte de atrás, no hacia el pueblo, habiéndose cavado la tumba en plena piedra, en el flanco posterior del camposanto, en un lugar solitario de belleza íntima, arisca y salvaje.
Y ahí estoy, de pie, al lado del catafalco, mientras recogen las cintas, retiran los ornamentos, y se empinan los hombres con voces guturales para introducir el ataúd en el nicho cavado en la roca, embargado yo por la pena.
Porque desde aquí se mira el paisaje más prodigioso de la tierra, los verdes cercos de penca, los tunales y magueyes, las casitas en medio de las chacras de habas, alverjas y alfalfares. El tenue amarillo de los campos de trigo y cebada que el viento mece.
 
9. La vida,
¿es así?
 
Me da pena que sea tan hermoso el mundo y la vida. Y nosotros tan quebradizos, que algún día ya no podamos contemplar ni podamos ver lo lejano como tampoco lo minúsculo.
A este abejorro que ronda haciendo resonar sus élitros, como a la flor del alhelí que en este camposanto hace flotar con el viento sus pétalos.
Me da pena este ramillete de flores ingenuas que entrelazo entre mis manos y oprimo a mi pecho, con sus colores estallantes que hacen más hondas y más hirvientes mis lágrimas.
Me da pena que a quien entierren ahora sea a mi madrina, quien me alzó para que el sacerdote empapara mi cabeza con el agua de la pila bautismal.
Quien cada vez que me encontraba me cogía de la mano y me llevaba consigo, sacando un nuevo caramelo de su delantal, a fin de dármelo.
Cuando se inclina a mirarme me hace abrir la boca, para ver si es cierto que ya he terminado el confite anterior.
La vida, ¿es así, en cuanto cesa y se acaba?
 
10. Su amor
mil veces
 
Regresar del cementerio es doloroso cuando se deja en él para siempre a un ser querido, viendo los campos en flor con los frutos cargados ya en las espigas de maíces y trigos. Por eso, ¡pobre maestro don Carlos!
Regresar del cementerio de Santiago de Chuco es peor, porque este se empina en una colina desde la cual el crepúsculo se desgarra en esmeraldas, amatistas y zafiros en el horizonte inescrutable.
Y nos duele contemplarlo, y nos duele que ya no lo pueda ver el ser querido que ahora hemos dejado y yace inerte en esa colina, expuesta a todos los misterios e incógnitas de lo bello y verdadero. Por eso, ¡pobre maestro don Carlos, mi padrino!
¡Cuánto debe haber llorado y sentirse estremecido en las noches solitarias y compungidas! ¡Cuánto debe haberse confesado ante ella y vuelto a declarar su amor mil veces!
Ahora, en su casa, sus hijos lo sienten levantarse en la noche y salir rumbo al cementerio. Lo siguen hasta cierto punto, porque es temible el sueño de los muertos.
Lo único que hacen entonces es soltar a Vidú, el perro fiel que oliscando su rastro corre en dirección del camposanto, hasta volver al amanecer con los ojos llorosos y enrojecidos, igual que su amo.
 
11. Mares
embravecidos
 
Hoy ha venido don Carlos y lo hemos recibido en el patio entonando la canción: “Oh buen Jesús, clemente y amoroso”.
Después de enjugarse los ojos con un tembloroso pañuelo blanco, ha dicho:
– Quiero agradecer a todo el plantel en general, y a cada uno en particular, por su solidaridad, porque me siento acongojado en el dolor, pero fortalecido por el cariño de todos ustedes, tanto alumnos como maestros.
Sus colegas, los profesores también tienen lágrimas en los ojos. Entonces, en nombre de los alumnos habla Helí Miñano, diciendo:
– Sabemos que su dolor es inconsolable, pero queremos prometerle, señor director, que conforme es su deseo este año ganaremos el gallardete en el desfile, en honor a Ud. y en memoria de la inolvidable y querida maestra Margarita, que Dios lo tiene ahora en su gloria. ¿Lo prometemos compañeros?
– ¡Sí! –Gritamos todos, queriendo atravesar con nuestro grito y decisión los mares embravecidos de la muerte, para que ella nos lo oiga.
 
12. Interceder
tu paso
 
Y así ha sucedido: el desfile de este año, de parte de la escuela, ha sido apoteósico. El veredicto del jurado por unanimidad ha sido a favor de nuestra escuela, el Centro Viejo.
Y es que todos hemos puesto el alma por obtenerlo en memoria de la maestra Margarita y en mérito de nuestro director, quien nos ha dado el honor de ubicar a la escuela como el astro rutilante en la educación de toda nuestra provincia y de otras provincias del Perú.
Y he aquí lo que su hijo Carlos Felipe ahora escribe desde Estados Unidos de Norteamérica, en donde reside, sesenta años después de haberlo visto en ese desfile fúnebre. Y a quien su papá mismo le pusiera como apelativo: El Chofolofo:
Padre amado…,
en el centenario de tu natalicio
me apeo del galopar del tiempo
para buscarte en el interior de mi alma
o en la alcoba de tu descanso eterno.
Cierro mis ojos y en cita amorosa
pretendo enrollar el tiempo
para interceder tu paso.
 
13. El
espejo
 
¡Oh...! ¡Allí estás…!
como siempre concentrado y ferviente
en tu afanoso trajinar docente
inyectándonos valor y energía,
amor y pasión incondicional
por lo que se siente y se piensa
por lo que se dice y se hace.
con decencia y pulcritud.
En el ir y venir de los días
por los caminos
por más escabrosos
y arduos que ellos sean.
Hoy tus hijos ponemos la cara,
somos los tomos que tú escribiste,
la sábana blanca que tú dejaste,
y el espejo donde siempre te miraste;
podrás verte vencido por el tiempo
mas no de rodillas y derrotado,
indomable, más no rebelde,
física y corporalmente desaparecido
pero jamás postergado ni olvidado.
 
14. Hoy
y siempre
 
Porque nuestro actuar, es tu dinámico quehacer
nuestro aliento y suspiro, tus signos de vida
nuestra aspiraciones, tu constante lucha
nuestros versos, nuestra alegría,
tus pies danzarines, nuestra risa,
las conquistas de tu vida.
Y mientras el desplegar de nuestros pasos
recorran incansables tus caminos
aquí estarás padre mío
entronado y latente muy hondo en nuestro ser.
No te preocupes por nosotros
seguimos por el sendero que nos legaste
sembrado de amistad, armonía
y decencia nuestro camino.
Descansa en paz padre mío
en los brazos de Dios y de nuestra madre
tu amada y linda flor, tu inigualable Margarita.
Tu Chofolofo de ayer, hoy y siempre. 
 
Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente
 
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860
 
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danilosanchezlihon@gmail.com