miércoles, 29 de agosto de 2012

VACAS REBELDES DE ALEJANDRO FREDDY LOARTE ARTEAGA - POR VÍCTOR UNYÉN VELEZMORO (CHIMBOTE / PERÚ)



VACAS REBELDES DE ALEJANDRO FREDDY LOARTE ARTEAGA

Por: Dr. Víctor Unyén Velezmoro

Conocí personalmente a Alejandro Freddy Loarte Arteaga por el año 1984, cuando ejercía la Dirección del Instituto Nacional de Cultura – Filial Chimbote; por ese entonces animábamos al benefactor Sr. Tomás Anticona Blas para que exhibiera su numerosa cerámica o huacos, entre otras piezas pre incas de la zona; precisamente Freddy Loarte en representación del INC Chimbote, se ocupó de clasificar y ordenar las piezas e inaugurar el MUSEO TAB el 25 de octubre de 1985, en una importante ceremonia que contó con la presencia del Dr. Ramiro Matos, con quienes precisamente hicimos un recorrido por los valles de Santa, Lacramarca y Nepeña, visitando los diversos monumentos arqueológicos con los que cuenta nuestra provincia; recuerdo como si fuera ayer, ese instinto para mostrarnos en una pampa en la que los demás no veíamos nada, que a la altura de la panamericana Norte, a una altura de 80 m.s.n.m., detrás de la sub estación eléctrica, habían vestigios, destacando tres edificios públicos, que en sus interiores aparecían compartimientos de forma cuadrangular, que en cada uno de ellos se apreciaba una poza circular, probablemente para fines de almacenamiento del líquido elemento. Al noreste y ocupando casi la mitad del espacio se distinguía un sector donde probablemente se desarrolló la vida cotidiana de las mayorías. Freddy Loarte bautizó este Asentamiento como “Campana” e hizo unos bocetos que yo incluí en mi libro “El Despertar de un coloso” en 1987. Freddy había estudiado arqueología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Por esos años lo vi aportando también sus conocimientos de sociólogo, obtenido en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en “Tierra Nueva”, una institución dedicada al estudio científico de la realidad social, llegando a editar un boletín “Síntesis”, que aportaba alternativas de solución a problemas de la región. 

Alejandro Freddy Loarte Arteaga (Huallanca – Ancash -1958) fue un aporte valiosísimo en esa etapa en que Chimbote trataba de buscar su camino hacia el futuro por el lado más noble la educación y la cultura, que era el talón de Aquiles en ese tiempo, había estudiado Filosofía en el Seminario Teológico Santo Toribio, y tenía formación militar como ex alumno del Colegio Militar “Ramón Castilla” de Trujillo. Para mí, como director del INC Chimbote en aquel entonces, fue un refuerzo extraordinario no sólo por los conocimientos que brindaba, sino por su calidad humana que irradiaba, y su amistad que me honra y enaltece. Hoy ostenta una Maestría en Política Internacional en la New School University de Nueva York. Publicó dos libros: “Huallanca de Huaylas – Una comunidad joven con historia antigua” (ensayo historiográfico, 1982) y “Agnus del pueblo” (novela, 1987).

Hoy, no me sorprende, por la calidad y capacidad ya demostrada, que “VACAS REBELDES – Recuerdo imaginados de un motín, 1972 - 1974” de Alejandro Freddy Loarte Arteaga, ratifica y confirma que estamos ante un gran creador, narrador de calidad, que inspirado en las experiencias vividas, las da forma y estructura una estupenda novela de 450 p. terminada de editar en el mes de julio del 2012 por encargo de Ornitorrinco Editores.

El libro está estructurado en dos partes, pero antes se puede leer Invitación de un protagonista que firma Grillo; que empieza con “las órdenes se cumplen sin dudas ni murmuraciones, y el lema “Disciplina, Moralidad y Trabajo”, que es el norte de los cadetes en el Colegio Militar Gran Mariscal Ramón Castilla, de Trujillo; y que es el centro principal donde se va a desarrollar la novela; continua A modo de prólogo, un análisis claro, preciso de Julio A. León, escrito en Nueva York, en abril del 2012, en la que nos dice: “la novela se cierra y se abre con el Epílogo y el Preludio, estableciendo una simetría que combina muy acertadamente el presente de los hombres maduros y el pasado de los adolescentes de la historia. 

Una rebelión juvenil se convierte en pretexto argumental con el que Loarte no solo hace un ejercicio de memoria para registrar el pasado, sino, además, despliega una graneada artillería de puntos de vista, reflexiones y discursos que hurgan en nuestra condición humana.

Resaltando la célebre frase del maestro Dr. Jorge Basadre, el historiador de la República, refiriéndose al Perú:“Problema es, en efecto y por desgracia, el Perú, pero también, felizmente, posibilidad”.

En el Preludio, hay una frase que destaco “Un amo que se subyuga a su perro, es otro perro”, refiriéndose a su perro llamado Inkarri, que como bien sabemos, es el personaje central de un mito andino post hispánico surgido en los andes peruanos. El mito de Inkarri narra con complejo simbolismo la visión andina de la invasión y conquista española del Perú y plantea la esperanza en la reconstrucción del Tahuantinsuyo destruida en el siglo XVI.

La Parte I consta de 8 capítulos, cuyos nombres son: Bajando al pasado, en el que rescato la frase “El terremoto se tragó el tren, los políticos la plata, y nosotros ¡carajo! Seguimos jodidos!

En Tertulia en la Plaza de Armas, nos habla de “Julia era joven, inteligente, y conocida por perseverar en sus propósitos. Su reputación entre los cadetes de la Novena, es decir de los alumnos de quinto conocidos como las vacas, la consiguió por mérito propio y merced a su angelical carisma.

El evangelio según Sophocleto; el compañero chimbotano muerto en un accidente, describe su velorio y entierro en el cementerio “Divino Maestro”. “La camaradería se puso de manifiesto bajo el lema de que ¡nunca se abandona a un soldado caído! Aunque hoy esa frase ha quedado en duda luego de los acontecimientos en el VRAE.; también se refiere“La calva es como el tronco de los árboles, pero al revés. Cuanto menos pelo, tanto más años han pasado por encima de uno”.

La piscina, el Wachake de Chan Chan; describe “las 30 hectáreas de tierras donadas por la comunidad de Huanchaco en 1963 para la construcción del glorioso Colegio Militar Gran Mariscal Ramón Castilla, se convertirán en escenario del reencuentro”. También narra un pasaje en la que ingresa al mundo mágico, en una noche del 6 de diciembre. “El portón que hasta entonces había permanecido cerrado, comenzaba a abrirse de par en par ante los ojos sorprendidos de los cadetes. Una luz radiante se deslizaba hacia el interior como caracol dorado. Aquella luminosidad viviente que procedía de la ciudadela de Chan Chan, empañaba sus ojos, y terminaba sumergiéndose como lagarto dentro de las aguas de la calmada piscina”

En Cruzada tonta, describe un acontecimiento que denominaron “Solidaridad con los pobres de Chimbote” y el problema que se vieron envueltos sus principales gestores.

El repaso, una evocación a Julia, a la julia de hace cincuenta años atrás.

Laboratorio, museo de historias; la taxidermia preserva la existencia tridimensional de los animales.

¡Ama Sua, Ama Kella, Ama Llulla. “gritaban su orgulloso saludo, mirando de frente hacia una imaginaria patria, desde el centro del aula, de cara a los cadetes, y con su mano derecha apretando el corazón”.

La II Parte constituida también por 8 capítulos: El río suena, se preguntan ¿Vacas sin cuernos?

¡Esperar llegar a ser vacas para que nos traten como perros es una ofensa! Se refiere a los alumnos de quinto y a los de tercero. “Sepan que ¡el ejército del sur no ganó la guerra!, ¡fuimos nosotros los que la perdimos! Se iba acentuando el germen del motín que nos habla la novela.

Los generales en su laberinto, nos recuerda nombres conocidos de generales de la Junta Militar de Gobierno presidido por el general E.P. Juan Velasco Alvarado, en la década del setenta, como Aníbal Meza Cuadra, Fernández Maldonado, Mercado Jarrín, De la Flor Valle, y la pugna por el poder con el general Francisco Morales Bermúdez Cerruti.

La ouija, la vinculación con el esoterismo, ¡Vengan a mí los espíritus de las hormigas! Las lechuzas y los pacpacos chillaban de vez en cuando, al sentir a los intrusos traspasando sus territorios. Aquí me hizo recordar algunos estupendos libros que menciona y leí en mi juventud “El tercer ojo” de Tuesday Lobsang Rampa, “El mundo es ancho y ajeno” y “La serpiente de oro” del escritor indigenista Ciro Alegría Bazán; antes en capítulos anteriores había mencionado “El zorro de arriba y el zorro de abajo”del gran José María Arguedas, su vinculación con Chimbote. 

Aguas agitadas, ¡La revolución está en peligro! “ni capitalista ni socialista” términos muy comunes en la década del setenta. Su admiración por el coronel Leoncio Prado y su gesto heroico “Hermanos de mi alma, hijos de mi pueblo… morir por la patria es vivir en la inmortalidad de la gloria” firma Pradito. ¿Quiere decir que quien escribió esa frase fue alguien que murió hace casi cien años, cadete?

El motín, Los perros se burlan y los chivos nos faltan el respeto. ¡Somos Fuente Ovejuna! La supresión de los monitores y las consecuencias de irrespeto a la autoridad habían alimentado un innecesario conflicto cuya maduración preveía algún desenlace de insubordinación”. Frases como: “De lo que hagamos, compañeros…, de este acto pequeño sin precedentes dependerá el destino del colegio y su auténtica tradición militar”, va a ser la espina medular de esta magnífica obra.

En los capítulos: Al día siguiente, Para ti Solís, no le digas a Nancy; Volviendo al futuro, se hace común leer apellidos conocidos de chimbotanos como personajes de la novela: Hung Macahuate, Alberto Qwistgaard, Noel Jamanca, Franco, Jorge Arroyo Guevara, Llorca, sobre todo Federico que tiene un enorme parecido con el autor de “Vacas rebeldes”.

El sugestivo nombre de “Vacas sagradas – Recuerdos imaginarios de un motín”, dedicado a su musa, a su corazón lindo de Cristina Ciudad, vinculada a conocidas familias del Chimbote del ayer, e Isabella Loarte Ciudad; refleja su profundo sentimiento de amor a la familia; y que de una forma Isabella retribuye al plasmar con su arte el dibujo de la sugestiva carátula y la ilustración de la p. 449 con la figura de Don Ramón Castilla Marquesado, el Mariscal plebeyo. 

Como corolario, esta magnífica novela trata sobre un episodio de insubordinación protagonizada por los estudiantes del Colegio Militar Ramón Castilla, en la ciudad de Trujillo el año 1974; describe una serie de acontecimientos narrados en forma amena, ágil, esbozando conocimientos propios de la vida militar, lindando en la fantasía entremezclada con la realidad; relatos diversos unidos por un cordón umbilical, la experiencia de los cadetes ya maduros, que a través de cincuenta años mantienen viva la llama de una efervescencia de juventud, sus primeras experiencias amatorias, la intrepidez de una juventud que algunas veces rompen las normas establecidas hasta lindar en situaciones extremas aunque premunidas de buenas intenciones como el caso de la donación a los pobres de Chimbote.

Reconozco el talento de Alejandro Freddy Loarte Arteaga, la técnica y calidad literaria utilizada y demostrada para dar forma a esta magnífica novela “Vacas sagradas – Recuerdos imaginarios de un motín”, que reconozco, aplaudo e invito a todos a leerla.

Víctor Unyén y esposa
 
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