sábado, 26 de mayo de 2012

VERSOS DE FIN DE SEMANA - POR RODOLFO ASCENCIO BARILLAS (ASOLAPO - EL SALVADOR)


  
“SAPIENCIA”
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 Rodolfo Ascencio Barillas

Mientras el mundo camine en dirección equivocada
Y los hombres contaminen el aire que respiras
Y las fuentes de aguas ya no canten
Y los ríos lloren en su lecho de llanto
Y los mares callen en desiertos de vientos
No habrá esperanza de vida en el aliento de lluvia.
Yo elevo mi voz a las estrellas del canto
Y a los bosques que gimen ausentes
Y a los que sufren las penas que lloran
Y a los que mueren sin alas, de yerto
¡Oh vida! ¡Oh esperanza de inmensas razones!
Hasta cuándo esperamos enfrentar desafíos
De millones que viven desposeídos
Buscando una migaja de anhelos.
Cuántos son los sonámbulos de las calles
Cuántos son los que gimen suspirando
Cuántos son los que llegan al destino,
Son muchos los que emprenden el recorrido
Pero son pocos los que alcanzan su cometido
¡Oh, hombres que viven soñando!
Y aquellos que lloran viviendo
Y los que soportan lamentando.
Dime vida por qué azotas a los indefensos,
Y tus mayores dolores infliges a los descarriados
Y recompensas el mérito de los infortunados
Y niegas los secretos a quienes buscan tu guarida
Y trituras a quienes te han merecido
¡Oh vida! ¡Oh tristezas de mi perverso destino!
El éxito es para quienes han perseverado
Y el triunfo es para quienes han luchado
Y el goce es para quienes no han sufrido
¿Por qué yerras en el sentido del mundo?,
Se imponen los castigos profundos
Y eximes de culpa a quienes has perseguido.
Mientras el mundo se llena de exhaustivos reclamos
De las inmensas multitudes que desfilan en un manto de sombras
¡Oh vida! ¡Oh muerte!, libérame de estas cadenas
Enséñame a elegir entre tus fatalidades fugaces
Y de sueños de acuciosos encantos,
Y déjame vivir en la dignidad de la paz
Y permíteme morir con el honor de soñar
¡Oh vida! ¡oh sueño de libertad!
Devuélveme el sentido de la honra
Y la esperanza de mi alma…



“PLAYA”
 
Rodolfo Ascencio Barillas
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Yo escuchaba el estruendo de tus estrepitosas olas
Y el eco del sonido en los barcos cargados de ilusiones
Y en los muelles el recuerdo de tu rostro angelical
Y el viento que susurra en la fantasía de tus ojos
Y sus aguas arrastraban mis ardientes soledades
Y las gaviotas en bandadas surcaban las orillas de tu corazón.
Yo besaba la brisa que embriagaba tu boca
Y el cielo de tus manantiales de rosas
Y el paradisíaco aire que aspira tu aliento
Y el diamantino macrópodo de tus estrellas.
Yo amaba la majestuosa virtud de tus corrientes
Y los crepúsculos celestes en la niña de tus ojos
Y el esplendor del cenit en tu belleza.
Yo busqué los sollozos del llanto de tus lágrimas cristalinas
Y quise bañarme en la orilla de tus rocosas tristezas
Y el horizonte que besaba tu ocaso,
Y en la inmensa claridad que tus mares destellan
Y en el desierto de tus arenas movedizas
Y en el fulgurante sol de tus pasiones
Y en la locura que envuelve mis emociones
Yo te amé más que con locura
Y sofoqué mis agobios en tus labios
Y en el deseo prohibido de tu piel
Y la esbelta belleza de tu cuerpo
Todos mis sentidos se descontrolaron en el tardo amanecer,
Es que ella era tan bella que no podré olvidarla jamás
Yo agitaba mi amanecer en sus lascivas manos
Y me extasiaba en la espuma de sus pechos
Y me despertaba con su alondra infinita
Y su energía exaltaba mis incógnitos placeres
Y sus palabras navegaban en la barca de sus sueños
Yo quise estremecerla con los tumbos de mi naufragio
Y quise renacer en el vientre del océano
Y vivir la existencia de los pelícanos
Y de los peces que viajan sin dirección
Yo veía los celajes de su ignoto atardecer
Y su cabello se confundía con las playas de pasiones.
Ese día soñaba con el aliento de su voz
Y deseaba morir en brazos de la noche fría
Y con mis manos alcanzar la estrella de sus anhelos
Pero cuando la lluvia anunciaba su partida
Granizos golpeaban mis lacustres tentaciones
Pero todo había pasado y la playa estaba llorando,
Y ella quedó en mi eterno sueño…



“CHACAL”

Rodolfo Ascencio Barillas

Yo soy el omnívoro carnicero de la noche solitaria
Y deambulo con el vil bramido de mi boca
Y el sediento pesar desenfrenado de mi furia loca
Y con la hambruna atroz que el desierto provoca,
Y me pierdo en las extensas sabanas de tu lecho
Y mis fisípedos chillidos atrapados por el crepúsculo de tus ojos,
Y la predilección gregaria de tu incestuoso tormento
Mientras mi vida era azotada por impetuosos huracanes
En el éxtasis de la montaña putrefacta
Y en la desolación de mis carnívoras ambiciones.
Yo soy la carroña que desnuda tus instintos
Y el caniche de los desiertos onerosos
Y de la atribulada sombra criminal de tus horrores
En la depredación que expele la lujuria de tus feroces fauces.
Yo habitaba en la madriguera de mi nauseabunda existencia
Y planificaba devorar las vísceras maternales,
En el oprobio de tus delirantes quejidos
Y en la carniza de un espantoso alarido.
Yo soy, homicida, mustio y solitario
Y en la descomposición de cadáveres viven mis satisfacciones,
Y aunque mis adversarios feroces me acorralen
Siempre sobrevivo a los insultos infernales
Yo he salpicado los gemidos de tu llanto
Y la agonía que muere en tu aliento,
Y mi sufrimiento es el dolor que castiga tus padecimientos
Y me deleito son los exquisitos manjares de tus desperdicios.
Yo he escapado de tus astutas intenciones
Y del rugir desenfrenado de tus selváticas atracciones
Y en el sueño estridente que revoletean los vientos.
Yo soy el estropicio que ahuyenta tus perversas emociones
Y en la espesa selva de tu cuerpo concupiscente,
Es mi cruel herida repugnante que destroza tus entrañas
Y a veces me abrigo en tus híbridas ilusiones.
Yo soy una fiera entre las fieras
Y el abominable terror del nocturno amanecer
Y la lluvia incesante que asusta tus dolores.
Yo nací en las piedras de tu pecho
Y me estremecí en el fuego de tu acerbo
Y aunque exaltas mis ridículas tentaciones
Me alimento con la ponzoña de tu espuma venenosa
Y de los gusanos infestados por tus pasiones,
Y cuando la luna se esconda de mis placeres
Yo seré fuerte en las hambrunas de la taiga
Y seré lo que siempre he sido un despiadado…


El Salvador