miércoles, 9 de mayo de 2012

SIETE POEMAS SALVADOREÑOS - POR RODOLFO ASCENCIO BARILLAS, DIRECTOR DE PRENSA DE ASOLAPO INTERNACIONAL




“DIA DE LA MADRE” 

Rodolfo Ascencio Barillas 

Ahora que veo la luz de tu universo
Y las estrellas que brillan en tus ojos
Y el amanecer en la aurora de tu cielo
Y los crepúsculos de tus manos soñadoras
Y la pureza de tu alma cristalina
Y el llanto de tus ríos conmovedores
Y el viento hermano del llanto.
Hoy que veo tu eufemismo
Y el equinoccio de tu aliento
Y la belleza de tus manantiales
Y los destellos de tu ocaso
Y la silueta de tu sonrisa
Y el ósculo de tus labios
Y las sienes en tus cabellos
Que resplandece el atardecer de mi vida.
Yo creo en un mundo de ensueños
Y en la ternura que acaricia mi piel
Y la magia de su esfuerzo sobre el mundo
Y el sacrificio inherente en los márgenes de mi boca
Y a las matemáticas de mis días inciertos,
Ella asomaba su silueta por el mundo
Y con su encanto mitigo mis dolores
Y con sus brazos curo mis errores
Y su vida borro mis pesares
Y encendió la antorcha de mi alegría
Y el suspiro que consagró mis tristezas.
Ella liberó las cadenas de mi tormento
Y me dio el sentido en los caminos quejumbrosos
Ello suavizó las espinas de mis angustias
Y los torrentes de llantos espantosos
Ella supo comprender mis equivocaciones
E interpretó el silencio de mi martirio
Y cuando estaba en melancolía de muerte
Ella con su dedo toco el cielo para que Dios le escuchara
Y cobijó la esperanza de mi pecho
Y su voz con la lluvia me hablaba
Y su aliento con el fuego me expresaba
Y el sufrimiento que su amor desechaba.
Pero su luz con el tiempo se extinguía
Y su soplo divino con las flores me besaba.
Ella era la estrella que guiaba mi sendero
Y la luz que ilumina mi destino,
Y la bendición de vivir en armonía
Y la paz que mi alma anhelaba
Y el agua que brotaba de las piedras
Y las burbujas que la luna reflejaba
Y el futuro que alumbraba mi camino
Y el amor que la dicha susurraba
Y el vientre que la tierra ignoraba
Ella era mi madre a quien yo amaba…


“VIDA” 

Rodolfo Ascencio Barillas 

El hombre que camina en tinieblas de llanto
Y no edifica sobre cimientos de cielo
Es una alma vagabunda en los desiertos del mundo.
Y no dejes que te afecten los improperios de los demás
Y de aquellos aduladores de vanidades infinitas
Y de los que fingen amistades siniestras
Y aquellos que sonríen hipócritamente,
Más no permitas convertirte en uno de ellos
Y de tentaciones que pueden acabar con tus propósitos
Y que amenacen desbaratar tus planes futuros.
Y observa cómo se mueve el mundo a tu alrededor
Y cuando tengas la seguridad de seguir adelante
Mantén tus ojos despiertos a la luz del día,
A veces nosotros mismos nos engañamos
Con fantasías que nos hunden en abismos distantes,
Y el orgullo puede ocasionarnos distorsiones de la realidad
Y la soberbia es punta de lanza en nuestro desarrollo,
A veces nos aferramos a pasiones imposibles que destruyen el alma
Y al egoísmo de un cristal silencioso que mata la conciencia,
Y la ambición de un prisionero encerrado en un calabozo
Y a veces fingimos lo que no somos
Y cuando nos damos cuenta de lo que vivimos
Enmendamos nuestros errores que han distorsionado la vida
Y es cuando comprendemos el tiempo que hemos desperdiciado
Y caemos en las inesperadas desesperaciones
Donde el alma agoniza con el dolor penitente
Que apenas podemos remediar en la existencia insolvente.
La vida es una joya preciada que Dios nos ha dado
Y vivamos intensamente en la integridad espiritual
Y esforcémonos en la paz de los hermanos abandonados
Y de aquellos que necesitan el amor desinteresado.
Y ahora que has comprendido todas tus debilidades
Piensa que la vida es un regalo hermoso en el mundo
Que Dios te ha obsequiado,
Y cuida de tus valores elementales
Y escucha la poderosa voz del universo
Para que mañana puedas encontrar lo que siempre has buscado
Y no te alejes de las creencias de tu corazón
Y sé firme en tus convicciones honestas
Y construye el espíritu divino de la felicidad permanente
Y mañana tu recuerdo será perdurable
En la memoria del amor de Dios
Y en la conciencia del hombre…


“PERSEVERANCIA”

Rodolfo Ascencio Barillas 

Yo he visto la noche caer sobre el rocío de la mañana
Y mi voz reposaba en el silencio de la aurora
Yo viví en la existencia de un mundanal ambivalente
Y estoy insatisfecho del aspaviento universal
Y ver crecer la hierba sobre tus manos.
Y recibir con ahínco el amanecer del nuevo día
Y gemir el viento con mi llanto
Y esperar en la fécula de tus ojos
Y la paciencia indolente de tu rostro.
Desde hoy pensaré en lo hermoso del mundo
Y cultivaré labriegos en mi camino
Y seré digno de los prodigios de tu pecho
Y no me quejaré de polícromos lamentos.
Yo viviré con intensidad hasta el último aliento
Y arrullaré el capullo de tu pelvis
Y exaltaré el polen de tus flores
Y abrazaré la visita de la muerte
Y mi fe es la alegría de los campos
Y mi esperanza son los pies del mundo
Y mi tolerancia es tu copa rebosante
Y mi amor son los manantiales de aguas vivas
Y mi fortaleza es la cúspide de las montañas
Y mi respuesta son las estrellas del firmamento.
Yo viviré en los aposentos de tu libertad
Y me gozaré en los prados de espesos valles
Y no temeré a las tempestades de mi dolor
Ni en la desesperación de los fríos inviernos
Tampoco pereceré en medio de extensos desiertos
Ni seré cobarde para enfrentar mis propios miedos,
Y persistiré en los caminos de filosas espinas.
Yo acataré el consejo de los cielos
Y conservaré las enseñanzas de tu boca
Y borraré las impetuosas olas de mi corazón.
Yo soy la muralla inexpugnable del siglo
Y la enhiesta avalancha del aquilón exorbitante,
Y cuando sea la hora de retar mi llanto
Seré la luz entre tantas tinieblas
Y acataré el silencio de mis exaltadas emociones
Y seré fuerte en la resistencia de los engaños
Y sensato en el razonamiento de los perversos
Y cauto en los océanos cósmicos del mundo
Y edificaré cimientos en los impávidos destinos del canto
Que hoy abaten mis atribulados días
Y hoy renaceré en el sueño de los niños… 


“HIJO” 

Rodolfo Ascencio Barillas 

Escucha hijo mío, el consejo de tu vida
Y puedas aprender de los que saben más
Y no huyas al conocimiento de la verdad
Ni te precipites en los caminos de la juventud
Ni te dejes influenciar por otros que fingen el bien
Porque sólo desean tus derrotas.
Hijo se prudente en tus decisiones
Y procura enfrentar los desafíos con gallardía
Mira que te mando a que te esfuerces por tus limpios propósitos,
Yo he visto el crecimiento de tu entendimiento
Y el esfuerzo que haces para conservarlo
Y ahora que ha pasado tanto tiempo
Y tus cuitas han aumentado por causa de tu inexperiencia
Puedo contemplar tus equivocadas conclusiones
Por causa de tus repentinos arrebatos,
Y sabes que yo no te deseo el mal
Ni mucho menos que te perturben tus confusiones,
Yo te prevengo para mitigar tus sufrimientos en el mundo
Y no caigas en las tentaciones de las vanidades
Y en los placeres mundanos de la carne
Y en el abismo de los vicios perniciosos
Y en el razonamiento de los engaños que amargan el alma.
Un día te marchaste de casa para vivir tus experiencias
Y te olvidaste de los consejos de tu Padre
Y de la orientación de tu Madre
Y renegaste de todas nuestras enseñanzas
Y te burlaste del consejo sabio de los años
Y despreciaste todas las lecciones que aprendiste,
Y tu rebeldía te proporcionó muchos fracasos
Y tus locuras esclavizaron tu alma.
Hijo de mis atribulados años
Yo me esforcé por guiar tus caminos
Y orientarte en los senderos de Dios
Y motivarte en la preservación de tus principios espirituales
Y prevenirte de las adversidades del mundo
Y no permitas que los males destrocen tus ideales
Y puedas ver a tiempo las aberraciones de los placeres
Y no caigas en las tentaciones voluptuosas
Y en el suplicio de las vanidades espantosas.
Escucha hijo mío de mi corazón
Las razones que tengo para aconsejarte
Y la sabiduría adquirida por Dios
Y cuando te encuentres en menesteres del alma
Y en los pensamientos confundidos de tu mente,
Busca el arrepentimiento de tus faltas
Y repara en tu conocimiento las imperfecciones de tu alma
Y combate incesante las debilidades de tus fuerzas
Y aprovecha tu juventud bendecida
Y prepara tu camino para los días de tu vejez
Y sirve el bien para los necesitados
Y ayuda a los menesterosos de la calle
Y proporciónales las enseñanzas que has aprendido
Y siempre mantén la paz en los senderos del mundo
Y jamás te olvides de las bendiciones de Dios
Y el amor que fortalece tus vínculos con los demás
Y no desperdicies en cosas vanas tu tiempo
Y aprovecha la oportunidad de tu vida
Y prolonga tu salud espiritual
Y nunca olvides la integridad de tus principios
Y tu vida fructifique la abundancia del corazón
Y sigue los sabios consejos… 


“SUEÑO” 

Rodolfo Ascencio Barillas 

Ayer soñé con el amor que nunca despertaba
Y sus cristales eran puñales que atravesaban mi almohada
Y me deleitaba con sus besos cuando aun no dormía
Yo soñaba que tenía una estrella en mi pecho
Y era el sueño que en la sombra me azotaba
Y mi fantasía pudo más que mis razonamientos
Y quise atraparla en mis sueños de locura
Y despertar al alba en sus brazos
Y acariciar la suavidad de su piel
Y sentir sus labios junto a los míos
Y estremecerla en las olas de mi océano
Yo, estaba en el regazo de sus brazos moribundos
Y su aliento dibujaba la tristeza de la noche fría
Y su rostro era invisible a mis ojos
Y su voz a mi oído susurraba
Y su risa suspiraba afilada en mi pecho,
Yo soñaba en un rió torrente de ilusiones
Que se desbordaban de su cauce las malas intenciones
Yo quise entretenerla mientras partía
Y de mis manos su perfume se esfumaba
Aquel sueño fue la loca pasión que vivía
Y otro día soñé con el fango de sus ojos
Y su impetuosa mirada en mi universo penetraba
Aunque ella era distante a mi calvario
Yo la amaba con el precio de mis pecados
Y con los ardientes labios de mi boca
Hoy soñé en el sueño de mis debilidades
Y olvidé el vuelo de las emociones
Y esa noche nunca despertaba
Yo era el esclavo de sus propias prisiones
Y sus pechos con el alba amanecían
Y aquel sueño fue el martirio de mi alma
Y quise buscar nuevas sensaciones
Y sus besos fueron cruces en mi destino
¡Oh! Sueño de mis dulces sueños
Eres condenación a mis alaridos sedientos
Y el amargo néctar de mis atribuladas tentaciones
Y el dolor que causas con tus acertadas fantasías
Y los tropiezos caídos del abismo
Y la agonía de un mundo apocalíptico,
Y que solo era un sueño…


“Luz América ” 

Rodolfo Ascencio Barillas 

Andinos de luz refulgente devela un nuevo siglo
Y en un río de auroras el alba aparece
Y pasa el cometa en noble alma despierta
Y exuberante destino de afecto profundo
Y que en un soplo divino nace su fuerza adusta
Y en un soberano sol que enciende la antorcha
Y en un trémulo de voces se escucha tu gloria
En la insigne batalla corren potros en pos de victoria
Y en un mundo vacío enjuaga sus manos de gloria
Y la ilustre estrella ilumina sus pasos ardientes
Y el agua cristalina sus árboles renuevan
Y el mundo proclama la sedienta historia
En un alazán de yertos retornan los fieros humildes
Y de aquellas proezas vencidas en un arco de triunfos
Y desatan turbulentas pasiones que hieren el alma
Y permiten que viejos oprobios abatan la calma
Y son las ondas perspicaces que incomodan los cielos
Y dejan que viles ingratos incidan prudentes anhelos
En la sombra manifiesta de pecados inciertos
Y desencadenan la ira improperios insulsos
Y dejan que la conciencia conduzca el camino
En un lustre de hijos de milenarios consejos,
Y el amanecer que acarician valientes antorchas
Y contemplan los niños que ríen el porvenir infalible.
Y en un cúmulo de años renacerán trepidantes esperanzas
Y las largas noches soñadas de una montaña bendita
Y que un soplo divino levanta el aliento incólume,
Y raíces de voces en generaciones futuras que busca el camino.
Y encontraran el aliento de voz la fuerza imperecedera,
Así, en el aquilón vendrán hombres de alto inhiestos
Y cimentaran un mundo de mieles y fresas
En la paz de la augusta simiente.
Y vibran luces perennes venturas edénicas
Y el macilento devenir de viejas prosapias
Y en un laudo de frutos fulmina la tierra,
En el gran ímpetu de las entrañas del mundo.
¿Quién escuchara colosos suspiros de cataclismos inmersos?
¿Quién dirá que piedras derramen la leche de pechos maternos?
Y hombres que pisan en naufragio aguas errantes.
Y que vaga la sorda obsesión de las ninfas divinas
Y en un lecho de muerte visita la sombra del sol,
Y el idilio de orquídeas ambiguas en un tumulto de albas.
Y pronto vendrá la eterna esperanza que alumbra
Y la libertad divino prodigio de hombres de gloria.


 “EL DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO”

 Rodolfo Ascencio Barillas 

Ellos que aman llorosos la patria
Y recuerdan en silencio sus voces,
Ellos que acompañan los ojos de lluvia
Y alegres saludan el día del mundo,
Ellos caminan orgullosos del viento
Y preservan sus frutos del llanto,
Ellos que contemplan el sol trepidante
Y sustentan dichosos la tierra,
Ellos bendicen el alba ferviente
Y el honor que sus suelos escuchan,
Ellos que fraternos se abrazan
Y quejosos esperan ardientes,
Ellos son millones de almas
Y se encuentran siempre soñando
Y cumplen valientes senderos del mundo
Y con su boca suspiran relucientes,
Los ojos que relumbran atentos
Y sus nobles ideales que la sociedad demanda
Ellos que cantan unísonos sus penas
Y lloran surcos de empeños,
Llevando la siembra y el arado
Y con generoso gesto manan sueños de aliento
Y callan sigilosas tristezas nocturnas,
Ellos son héroes que danzan los días funestos
Y son los macilentos temerarios de siempre
Y luchadores que desafían los tiempos modernos,
Ellos son los que viven soñando
Y duermen tranquilos reposando,
Ellos son la siembra del trigo en tierra de ciegos,
Ellos son mares de fuerzas en los inciertos caminos
Ellos son éxtasis de anhelos
Ellos son los que exaltan los nobles valores
Y desfilan honrosos por las sendas del mundo
Ellos que gritan sus voces al viento
Y en un arco iris de nubes alientan sollozos alegres,
La siembra y el fruto de espíritus vivientes
Ellos que son mis hermanos en llanto,
Ellos y yo somos el soplo divino de Dios
Y la esperanza que la humanidad siempre espera
Ellos y yo somos…