jueves, 15 de marzo de 2012

CANTOS A CAROLINA - POR RODOLFO ASCENCIO BARILLAS, POETA SALVADOREÑO

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CANTOS A CAROLINA

Rodolfo Ascencio Barillas

I


Recuerdos de mi niñez, 
Allá en los de cielos de San Salvador
Cuando mi voz se confundía con el viento
Y mis suspiros se convertían en mágicos alientos
Era una dulce niña en mi mustio corazón,
Cuan prolongada agonía  de mis pesares
Y su inolvidable sonrisa era un manantial de ternura
Y fue en una tarde de verano,
Que un apresurado beso  le declaro mi amor
Sin pensar que más tarde que nunca
Ese  beso, serían las cuitas de mi dolor…


II


Y mi corazón latía  por segundos
En un mundo de fantasías,  ella era bella como una rosa
Y su educación primorosa, que deslumbraba  a los demás
Con su impávido candor  estremecía el esplendor
Ella estaba llena de juventud y de alegría
Y yo  un fino caballero que le profesaba  mi amor,
Eran sus ojos dos bellos luceros
Y el aliento de su voz  era la algarabía del viento,
Y yo sentía en mi pecho el fuego
Que encendía  la llama de su amor 
Ella despertaba en el silencio de la aurora
Y yo le cantaba melodías  a la luna
Con mi triste guitarra
Y ella con fausto deseo, me transmitió su infinita ufanía…


III


Y yo me sentía como un toro bravío.
Ella  se extendía con sus radiantes alas de mariposa
Yo, sentía que el viento me hablaba
Y sus corrientes eléctricas me ejecutaban,
Ella, lloraba con las flores
Y amanecía con el universo en sus manos,
Y un inaudito canto llegaba hasta su oído
Ella  con su idiosincrasia me respondía
Yo llevaba  impreso un  beso en mis labios
Y ella el sello de mi amor
Yo, escuchaba los pájaros llamar su nombre
Ella,  con el imperio de su voz  me convencía
Y con una palabra quise decirle todo
Y el silencio de su boca mi corazón invadía
Cuan  fina sutileza navegaba acariciando la brisa,
Y yo, con gran amor eternice la displicencia de su beso
Que hoy sigue siendo inmensa agonía en mi vida…


IV


Fue una ilusión pasajera
En los días de mi adolescencia
Ella fue la alondra efímera de mis sueños
Que flotaba en mi mundo sideral,
Ella evadía mis pensamientos
Y el abstracto universo de mi existencia,
Y a pesar del tiempo que devora la juventud
Yo le seguiré amando.


V


Su perfume  marcaba mis amaneceres
En el recuerdo lejano de sus ojos claros
Ella era la estatua fría del campo Marte
Donde los niños jugaban con sus joviales manos
Y yo quise congelar los sueños que dejamos escapar
Pero ella, fue el connubio de los manjares,
Y el conticinio de mi alma,
Y aunque nunca me pidió nada a cambio
Yo he perseguido los recuerdos de su aliento,
Yo la quise más allá de mis eclipsis
En los ocasos fulminantes de mis ilusiones


VI


Yo, la quiero en la majestad de  mis fantasías,
Y en las realidades, que disipa mi corazón
Yo no olvido su impróvida voz
Ni las olas que pronunciaban su nombre
Ni el llanto, cual torrente de mis lagrimas,
Y a pesar de mis largos sufrimientos
He amado la sutileza de su amor,
Y los recuerdos anclados en el ayer,
Para poder comprender el secreto
Que ahoga  mi solitario corazón,
Y que despertaron en mis  vagas emociones
Los hermosos sueños que contemplaron mis ojos
En el amargo cáliz de mis  convicciones
Para que un día durmieran
 Y pueda recordarte hoy…


VII

Bella mujer
De mis sueños
De mi infancia,
Mi primer amor
Mi primera ilusión
Mis cuitas de niño,
Y fantasías de adolescente
Mi dulce ternura,
Mi eterna criatura
Mis años de juventud
Mis locuras de adulto
Y mis recuerdos
Después de la muerte,
Mi amor del infinito
Mi eterno ensueño
Tu bello nombre
No morirá jamás
Mi Carolina…

VIII


Ahora que el tiempo ha pasado
Y el recuerdo de tu nombre ha llegado
Puedo mirar hacia atrás
El ayer cargado de recuerdo
Con la caídas de las hojas del verano
Puedo recordar después de tu ocaso,
Que pasaron las golondrinas en mis atardeceres
Y el sufrimiento del llanto de mis ojos…


IX
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¡Oh¡ Carolina mi Carolina
Mi bello amor de inocencia
Yo te amaba, más que a mi vida
Y de presto pensaba en tu amor
Y la dulce voz de tu boca
Pronunciando mí nombre
Así como lo vivimos ayer
Ese silencio que se interpuso
En nuestras vidas
Y aquel inmenso dolor
Que nos causamos
Por debilidades humanas
Sacrificamos nuestra felicidad
Para vivir encadenados
Hay un triste recuerdo
Que nos abandono
En la tempestad del tiempo,
Quisiera retroceder al pasado
Y decirnos, lo que no hicimos
Que fue el gran amor que nos negamos
Cuando soñábamos unidos en el ocaso…


X
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Ayer, yo ame su alma angelical
Y el deseo de su carne voluptuosa
Quise mirar las nubes de las praderas
Y la gloria que prepara sus aposentos
Y ayer fui un niño que amaba mi terruño
Y los colores dibujados por tu sonrisa
Su espíritu miraba la chispa divina de tu aliento
Y pude mirar los días del mañana
Y  los parajes que acariciaban tus suspiros
Y quise escuchar el aliento de tu voz
Y la exhalación que respira tu pecho…


XI
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Yo  vi las quietas aguas minar los arroyos
Y manantiales de estrellas deshojaban el firmamento
Yo anhelaba la dicha de tu existencia
Y el sueño de ver tu bello rostro
Yo miraba el ínfimo dolor de tu vientre
Y los someros años de nuestras vidas
Y quise volver a mis encrucijadas
Y  a las plomizas lluvias de invierno
También  quise retornar al amor que nunca tuve
Y a los placeres que en el alma se esconden…


XII


Carolina fue su nombre
Carolina vive en mi corazón
Carolina  de mis sueños
Carolina fue mi vida
Carolina fue mi verdad
Y ella no supo que le amaba,
Y quizás morirá sin saberlo,
Y yo jamás le volveré a ver
Solo me quedo en el recuerdo
Contemplar mi gran dolor
En la eterna soledad
De la ausencia.
Y no volver a mi primer amor,
Al amor que está sepultado
Y que está en sueño lejano
Sin que nadie, pueda comprender
Que fue una triste historia
De la eterna gloria
Que no retornara jamás,
Carolina, mi carolina…

 

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