sábado, 4 de febrero de 2012

POEMARIO “EL CRISTAL DE LOS OJOS ”, DE RODOLFO ASCENCIO BARILLAS (ASOLAPO - EL SALVADOR)

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POEMARIO

“EL CRISTAL DE LOS OJOS ”


Rodolfo Ascencio Barillas




1.

Quiero grabar mis palabras al viento

Y decirle cuanto llore por ti

Yo soy la gran voz del silencio

Que se oculta en los grandes mares

Yo soy la flor que se marchito

En el edén de las delicias.

2.

Yo soy el viejo sueño del hombre

Que se esfumo en las narices del viento

Yo soy aquel pájaro herido

Que no encontró su nido

Yo soy la sombra del infinito

Que viaja por el tiempo

En la tranvía del sufrimiento.

3.

Quiero pisar la huella de mi infancia perdida

En los pedazos de cielos nublados

Quiero besar la roca de tu alma

Que ilumino mi juventud adolorida

Y quiero mirar la inocente cenicienta

De los ojos extraviados.

4.

Pero mañana en el nuevo despertar

Contemplare la aurora

Que besa la montaña y el cielo

En las manos que dibujan tu universo

5.

Mañana retornaran las nuevas esperanzas

Que disuelve la década de mis emociones

Mañana habré vivido la ilusión de los niños

Y los sueños que arrastran mis hombros

6.

Y cuando el invierno haya inundado las hojas

En las nieves del campo

Y en mi pecho haya nacido

Otro nuevo encanto.

7

Entonces la agitada sombra volverá ha la luz

Y yo te recordare en los cimientos de mi vida

Allá estarán las voces del vacío

Habrá tormento en la noche pulcra

Y el rocío que destila tu pestaña

Mojara la ardiente sed de tus labios

En el ocaso de tu primavera

Y en la solitaria mañana

Estaré esperando las mieles del atardecer

En tu inhóspito corazón de niña

8.

Y tus fantasías acariciaran mis entrañas

En la melodía armoniosa de la cañada

Y mis hombros reposaren soñando

Y las rosas de tus ojos descansaran

En el susurro del viento,

Y fue su perfume que embriago mi garganta

Junto al lecho de su bello amor que no existió

9.

Y se escucharon las mudas piedras

Para decirle al torrente río

Que recorre serpenteantes ilusiones

Y le dije parad vuestras agonías perdidas

Y otra vez recordarle al corazón

Cuan cansado estoy de esperar

Aquel sueño que no tuve

La ilusión que me fue negada

Y los besos que jamás nos dimos

10.

¿Quién escuchara el silencio de mi voz

Quien amara mis ideales

Quien acudirá a mi triste funeral

Quien se acordara de mi existencia

Quien defenderá mis grandes esperanzas

Quien me rescatara del injusto mundo

11.

Por eso quiero ver el viento soñar

Y la lluvia vespertina respirar

Quiero volver ha sentir la emoción

De ver un día las aves pasar

Y las aguas de los arroyos cantar

12.

Y los bellos manantiales de los hondas quebradas,

su llanto gemir con el inesperado ocaso


Y caminar por los bosques

Que cubren los suelos de sus frutos

Y hojarascas que vuelan con la leve brisa

Y los trinos que se oirán a lo lejos

Pronunciando tu bello nombre

En la ensoñación de mis sentidos

13.

Y el mundo otra vez ignorara la ilusión de los niños

Soñando amar el martirio de mí pecho

Y las estrellas del firmamento visitaran

Vuestros anhelos en las playas del sol

14.

Porque todo se me habrá negado

Aquello que con tanta ilusión

Mi corazón ha buscado.

El sueño que nunca tuve

El amor que indiferente me miro

Y el sueño que nunca encontré

15.

Es por eso que yo soy el eco que no se escucha

Yo soy el soplo que le da vida al sufrimiento

Yo soy el fantasma que no existió

Yo soy la noche pintada en el mural del tiempo

Yo soy la almohada que no tuvo cabecera

Yo soy el lúgubre gemido de mi eterna agonía

Aquello que nunca llego, pero que siempre amé

16.

Pero mañana seré el sol que alumbre hasta tú morara

Mañana habré visto los capullos nacer y morir

Mañana resucitaran los viejos sueños del ayer

Y encontrare lo que el triste corazón deseaba

Mañana será la esperanza del mundo lipidioso

17.

Mañana los niños jugaran con el alma de sus ojos

Mañana responderé a todas mis inseguras cuitas

Mañana una madre no llorara en el silencio

Mañana los hombres se amaran como hermanos

Y la paz del mundo volverá a nuestros sueños

18.

Por eso yo te esperare en el lugar del bello laurel de la india

Yo abrazare la belleza de tu sonrisa

Y tus locas intenciones de soñar

Yo volveré como un roble fuerte a tu ciudad

Y desde la cima mirare tus lágrimas

Que se unen a las mías.

19.

Yo soy en invierno que desmorono la campiña de los frutales

Yo soy la nieve que se derritió en el techo de tu casa

Yo soy el alma viviente que el mundo vio nacer

Yo soy un desconocido en el ósculo de tus resabios

Yo soy la paciencia de las distantes estrellas

20.

Pero yo era la sorda palabra de los campos

Yo era la voz que se desgarraba en los collados

Yo era el suave céfiro de los andes

Yo era el vientre de las enmudecidas piedras

Yo era la triste esperanza de los peregrinos

Yo era la llovizna que caía sobre la hierba seca

21.

Yo era la aurora del esplendido amanecer

Yo era el ocaso de un nuevo día, y que iluminaba mi juventud

Yo era un ave que deambulaba por las nubes

Yo, era la esperanza de los íngrimos pueblos

Yo era las corriente del rió sin dirección

Yo era el heno que fue olvidado

Yo era el que ame al mundo sin pedir nada a cambio.

22.

Y los reyes del mundo soñaron

Con grandes poderes

Soñaron los hombres con riquezas

Soñaron los pobres de la tierra

Soñaron los que arquitectos de la paz

Soñaron los que murieron por los demás

Soñaron las ciudades que mutilaron

Y los hijos que lloraron

Soñaron los guerreros junto a las sangrientas ilusiones

Que un día existieron y luego desaparecieron

23.

Ayer fue el sueño que el hombre forjo

Las fantasías de un errado porvenir

Ayer fue a esperanza que no tuve

Ayer llore las amarguras de mi alma

Ayer quise retornar a mi lugar de siempre

Ayer los hombres traicionaron sus ideales

Ayer quise vivir de los recuerdos

24.

Ayer quise vivir el sueño de los niños

Y las vivencias de ilobasco

Ayer pude amar a los que me amaron

Ayer quise retornar a mi tierra

Y ver el roció de las madrugadas

Ayer tu sonrisa ilumino mi rostro

Y las caricias que ayer sentí

25.

Pero hoy volveré a mis sueños de infancia

Volveré a besar la frente de mi madre

Y escuchare la guitarra de mi padre

Y las risas de mis hermanos

Y los amores que me abandonaron

Volveré a sentir lo que soñaba ayer

Y a vivir lo que no pude vivir

26

Pero nosotros volveremos a recuperar

El tiempo que perdimos

Para jugar con e viento

Y contemplar los cielos azules

Allá en mejicanos, la tierra que te vio nacer y que nos vera morir

Allí recordaremos las promesas que no cumplimos

Y los sueños que olvidamos

27.

Pero ahora quedaron las hermosas primaveras,

Los ríos en el camino de los montes

Y las acacias que besan los pinos


Y los eucaliptos junto a los altos árboles

Y las lluvias de invierno por las noches

Y los fríos en las mañanas

Y las golondrinas en las tardes

Ya no estarán, sino solo en el recuerdo



28.

Aunque viva en el pasado, te seguiré amando

Aunque las ilusiones no hayan perdurado

Aunque mi nombre se haya borrado

Aunque mi sufrimiento viva en mi alma

Aunque pasen todas las cosas

Aunque el mundo no existiera

Aunque la muerte visite la felicidad de mis años

Aunque siga pensando en tu nombre

Jamás dejare de amarte como siempre te he amado,

Mi eterno amor.

Rodolfo Ascencio Barillas

Poeta Salvadoreño




“EL MARTIRIO DE MONEÑOR ROMERO”


(Poema dedicado a la memoria del martirio de monseñor Oscar Arnulfo Romero el 24 de Marzo de 1980)

1.

Con odio en las entrañas

De sicarios y marañas

Pensando contemplaba un día

Inesperado,

Oficiando una misa yacía

En el sacrosanto altar

Escuche gritar

Una monja, estremecer

Por la bala asesina

A nuestro monseñor perecer

Un 24 de Marzo de 1980.

2

Quien mando a matar a nuestro gran pastor

Quien escucho la voz del trueno

Porque se estremeció la oligarquía

Quien derribo las puertas del cielo

Quien dará de beber a las multitudes

Quien dará agua fresca del manantial

Quien derramo la sangre inocente

Quien mancho la luz del universo

Quien disparo el arma homicida

Porque la verdad no impartió su justicia

Quien detendrá la furia oprobiosa de sus verdugos

Quien escuchara la voz de los sin voz

3.

No, los que lo asesinaron a nuestro monseñor

Fueron los escuadrones de la muerte

Dirigidos por los que se escondían detrás del poder

Porque sabemos que odian la igualdad entre los hombres

En una sociedad tan injusta como la nuestra

Mi monseñor Romero.

Tenia que venir ha pagar todos los pecados

Y ha glorificar a los martirizados

Por sus propios asesinos

Estudiantes, sacerdotes y campesinos

De nuestra tierra El Salvador

4

Monseñor Romero vive

En el recuerdo eterno

Del pueblo Salvadoreño

Para dar agua a la sedienta patria

Para dar pan al menesteroso

Para dar esperanza a los abandonados,

Él con su muerte nos eximio de culpa

Y nos convirtió en hermanos

Y predico con su ejemplo

Llevando su palabra por todas partes

Y algunos no lo entendieron

Y solo su martirio nos libero

De la triste memoria histórica

De nuestro sufrido el Salvador

5

Mártir y redentor

Porque siempre vivirás en las luchas del pueblo

Porque has resucitado en el alma de los salvadoreños

Su excelencia;

Tenia que venir a soportar el paso nefasto de la bala

Su amor y su muerte se unió en uno solo

En una tierra ensangrentada por el odio y la codicia

Un pueblo que el amaba mucho

Llamado el pulgarcito de América

6

¿Donde estará la sonrisa de monseñor

Y la firme convicción de sus ideales?


¿Donde estará el aliento de su voz

Y la ultima gran homilía, del domingo

Veintitrés de marzo de 1980?


¡Que pueblo vino a merecer su martirio

Si hasta sus propios verdugos fueron perdonados...

7.

Marzo anocheció embravecido.

Dando alaridos de espanto

Cegando la sangre con llanto

En la cruz de los altares

Con angustias y pesares

Que Profano la fatídica bala

De sus acérrimos asesinos

Dejado el cuerpo de cristo

Resucitado en el alma viva

De nuestro monseñor

Martirizado.

8

Fueron los sicarios siniestros

Ocultos en claro oscuro de la noche

Llegando hasta el sacrosanto altar

Dejando en su pestilente mirada

El horror del abominable crimen

Mezclando con su sangre

El vino consagrado

De nuestro gran monseñor

Mártir y redentor

Vencedor de tres días

En el pueblo ha resucitado


Por Rodolfo Ascencio Barillas

Poeta Salvadoreño.

Sábado, 2 Octubre de 2011.


(Poema dedicado a los mártires de la UCA y sus dos colaboradoras, el 16 de Noviembre de 1989)




“LOS MARTIRES DE LA UCA Y DEL PUEBLO”

1.

Noviembre anocheció escarnecido

Y amaneció adolorido

En un pueblo estremecido,

Llegaron de madrugada

Con media luna pausada

Se alejaron de mañana

Antes de sonar la campana

Con grito, sangre y saña

Irrumpieron el día del reposo

Dándole a Dios gozo

2

Entre la arboleda y el viento

Se escucharon sus lamentos

De aquel día violento

De agonías y tormentos

Y fue cristo crucificado

En el pueblo resucitado

De sus seis sacerdotes jesuitas

Con sus tristezas infinitas

Del terrible odio de sus entrañas

De los aullidos de lobos y sañas

3

De aquel fatídico día

Que apenas comprendía,

Y que privo los corazones

Las cruces y las acciones

Comenzando por la mortandad

De la virtud hacia la verdad

Para culpar ha otros

Con el llanto de vosotros,

De vuestras sabias enseñanzas

Y de vuestras amadas añoranzas

4

De los abominables homicidios

Improperios y magnicidios.

¿Quién escuchara sus campanas

De frívolas y mustias mañanas

y aunque por mas lo consientas

y con indiferencia lo presientas

Por haber denunciado

Todas las injusticias, pronunciado

En los años de terror

De crimen, genocidio y horror


5

Del pueblo salvadoreño

Que de todos es el dueño

Porque el hambre es viviente

El sol que sale en oriente

De tu vasta tersa frente

En el fulgor de una estrella

La disputa y la querella.

¿Quienes los asesinaron?

Porque los asediaron,

Si eran hombres de bien

6

Y de justicia, también,

Fueron los viles designios

De sus mentes, y sus demonios

En el martirio de los jesuitas

De sus entrañas marchitas

Los que odian, ellos fueron

Y dos mujeres perecieron

En los recintos de la Universidad

Que con gran impunidad

Masacraron a nuestros padres

7

También lloraron las madres

Un dieciséis de Noviembre

Antes de celebrar el mes de Diciembre

De 1989, de la cruel mortandad

Que con gran barbaridad

Realizaron los asesinatos,

Con estrategia militar y conatos

Y como sicarios entraron

Y como buitres salieron

Los árboles se entristecieron

8

Los pájaros no cantaron

Los búhos enmudecieron

Los pueblos se consternaron

Y ahora que el tiempo ha pasado,

Y el recuerdo ha perdurado

De esta triste pena

Que la libertad condena

Y que a todos nos ofende

Aunque ello, siempre pretende

Ocultar lo que todos sabemos

9

Y en nuestro pecho llevamos

Lo que ellos soñaron

Y por siempre quisieron

El amor entre hermanos

Amemos a los humanos,

Porque el señor ha perdonado

Aunque sea reprobado,

Y porque se debe perdonar

Sin dejar de olvidar

Nuestra bella existencia

10

Y de su noble Consistencia,

De que grandes hombres existieron

Y que sus sueños nos dejaron

En las tristezas del alma

Que no os perturbe la calma

En los años de nuestras vidas

Y que tardan las profundas heridas

En construir la historia

De llevar la niñez a la gloria,

Ellacu, Nacho, Amando, Lolo

11

Segundo, y Moreno,

Elba y Celina Ramos

Y más fuerte que el heno

Gracias a Dios, damos

Porque reposáis en los aposentos

De los palacios, que son ciertos

Con nuestro señor Jesús

y sus Ángeles de luz,

Por liberar al pueblo oprimido

De explotación, llanto y gemido

12

De aquel triste destino

Que encontró su camino.

Fue un oscuro pasado

Que ellos, han perdonado.

Y el capitalismo

Es un estado de salvajismo

Condenando a la población,

A la Pobreza, hambre e indignación

Que nos privan el vivir

Y que nos niegan nuestro existir

13

En una sociedad injusta

Que ha todos nos asusta,

Y perder los valores

Sin tener que omitir los favores

De nuestras cristalinas ilusiones

Que solo son concepciones

En nuestras vidas y mejores.

¡Vivan, los padres Jesuitas¡

Por liberarnos de cuitas

Y de tragedias mayores

14

Murieron los señores,

En sus rostros los rubores

Que con gran pundonor

Viviremos en un mundo mejor

Sin políticas confesas

Y falsas promesas

De un el Salvador, con justicias

Sin odios, hambrunas y avaricias

Que nos permitan la oportunidad

De que todos vivamos con libertad,

Igualdad, equidad, y existir con dignidad.




Rodolfo Ascencio Barillas

Poeta Salvadoreño

Embajador de Asolapo, El Salvador

Director de Prensa Internacional de Asolapo, con sede en el Cusco Perù

Director de Imagen de la Organización de Prensa Latinoamericana

Miembro de la Asociación Nacional de Escritores del Perú y América




“NUESTROS PUEBLOS HERMANOS UNIDOS EN EL ARTE Y LA POESIA”



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