domingo, 15 de enero de 2012

BATALLA DE MIRAFLORES - POR DARIO MEJIA (MELBOURNE - AUSTRALIA)


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NIÑO HÉROE MANUEL BONILLA



BATALLA DE MIRAFLORES


Por Dario Mejia

(Melbourne - AUSTRALIA)

El 15 de enero de 1881, durante la Guerra del Pacífico, se llevó a cabo la Batalla de Miraflores donde las fuerzas peruanas fueron derrotadas por las chilenas, encontrando de esta manera, las fuerzas invasoras, el camino libre para que, dos días después, entren a la ciudad de Lima.

Dos días antes, el 13 de enero de 1881, se llevó a cabo las Batallas de San Juan y Chorrillos, donde el ejército peruano sucumbió ante el ejército chileno. Al respecto, el historiador Jorge Basadre, Historia de la República del Perú, menciona lo siguiente: "En Chorrillos se peleó casa a casa, ventana a ventana, azotea a azotea (...) 'Increíble y nunca visto hasta aquel momento era el arrojo y el encarnizamiento con que se batían los peruanos' dice Vicuña Mackenna (historiador chileno)".

Estando Chorrillos en manos invasoras, éstas se dedicaron al saqueo, asesinar civiles inocentes, violar a las mujeres, desenterrar cadáveres del cementerio e incendiar Chorrillos. Al día siguiente incendiaron Barranco, señala Jorge Basadre.

Sabedores de la barbarie que ocurrió en Chorrillos, las fuerzas peruanas se prepararon para luchar hasta el final en la defensa de Miraflores. En los reductos de Miraflores lucharon defendiendo el suelo peruano tanto militares como civiles, hombres y mujeres de toda edad; hasta niños que se inmolaron dejando su vida en el campo de batalla, como es el caso del niño héroe Manuel Bonilla, de 13 años de edad, quien a pesar de quedar herido por una bala siguió peleando hasta que una granada acabó con su vida.

Al igual que en Chorrillos, Miraflores fue saqueado, incendiado y bombardeado. Los peruanos heridos fueron asesinados en el mismo campo de batalla. Las fuerzas invasoras se dirigieron a Lima donde los saqueos y abusos continuaron no contentándose con saquear casas y negocios sino que también saquearon la Biblioteca Nacional y hasta se llevaron, como botín de guerra, numerosas estatuas que tenía la ciudad de Lima. Se ensañaron con el patrimonio cultural de la ciudad de Lima como si apoderándose de ello los iba a llenar de cultura.

La musa popular no podía estar ausente ante los acontecimientos que tuvieron lugar durante la Guerra del Pacífico, por lo que se desarrolló una corriente patriótica en el cancionero popular creándose muchas canciones y piezas descriptivas que resaltaban el heroísmo de los peruanos durante la Guerra del Pacífico. Bajo este contexto es que el dúo Montes y Manrique grabó en New York para la Columbia, en 1911, el vals Arica, el tondero Huáscar y la pieza descriptiva Asalto de Arica. El dúo Soto-Cobián (Rogelio Soto y José Cobián) graban para la Victor, el 8 de setiembre de 1913, los siguientes episodios de la Guerra del Pacífico: Asalto de Arica, Batalla de San Francisco, Batalla de San Juan, Respuesta de Bolognesi y Triunfo del General Cáceres en Tarapacá (parece que esta última grabación no llegó a procesarse en disco). El dúo Almenerio y Sáez (Manuel Almenerio y Alejandro Sáez) grabó el vals Recuerdos de Arica para la Victor el 11 de setiembre de 1917. Del mismo modo, el dúo Soto y Marini (Rogelio Soto Gonzáles y Modesto Marini) grabó para la Victor, el 7 de setiembre de 1917, los siguientes episodios de la Guerra del Pacífico: Batalla de Huamachuco, Batalla de Miraflores y Batalla de Tarapacá.

La Batalla de Miraflores, que fue grabada por el dúo Soto y Marini (Disco Victor 77140-B) en 1917, nos recuerda a los que, en defensa de la patria, no dudaron en dejar su vida en el campo de batalla y nos hace reflexionar en el hecho de que nuestros antiguos cultores de la música peruana no se interesaban en el aspecto comercial de las grabaciones, sino en lo que alimentaba su espíritu, corazón y hacía sentirlos orgullosos.

Después de 131 años de que Lima fue invadida, saqueada, ultrajada y tratado de hacerla desaparecer, la ciudad capital se levanta con la frente en alto porque supo conservar y rescatar gran parte de su patrimonio cultural, del que nos sentimos orgullosos los peruanos, especialmente los limeños, y, dentro de unos días, celebrará un aniversario más de su fundación.