sábado, 17 de diciembre de 2011

FINAL DE AÑO EN LA ESCUELA - PLAN LECTOR: CUAL BANDADA DE PALOMAS - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA


Construcción y forja de la utopía andina


2011, AÑO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

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DICIEMBRE

MES DE LAS MONTAÑAS

DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;

DE LOS MIGRANTES Y DEL NACIMIENTO


CONFERENCIAS Y SIMPOSIOS SOBRE CULTURA ANDINA

AULA CAPULÍ:

Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República


Planta de capulí, florece a la entrada del Aula Capulí



PRÓXIMAS ACTIVIDADES:

SÁBADO 17 DE DICIEMBRE 7 PM:

HOMENAJE A

TULIO OZEJO VALENCIA DIRECTOR REVISTA “MAESTROS”

SEMBLANZA

LUIS CARLOS GORRITI

RECITAL

GRACIELA BRICEÑO


Ingreso libre

Se agradece su gentil asistencia


ACTUALIDAD

FINAL DE AÑO EN LA ESCUELA


PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA



CUAL BANDADA DE PALOMAS



Por Danilo Sánchez Lihón


"Aunque mi cabeza se cubra de cabellos canos,
dadme corazón de niño". Carlos Augusto Salaverry


1. Más verdad que nunca

Diciembre es mes dulce, recóndito y, también, cruel.

En el cual algo o todo transluce y se hace tenaz, tierno y aciago.

Camino a la escuela, al fondo y al final de cada calle, y hacia el frente, todo se torna más nítido y evidente.

Más verdad que nunca es el paisaje de los cerros, con sus chacras de trigo, cebada o arvejas.

Más verdad que nunca son los árboles que dan sombra a alguna cabaña o choza. Las pencas que marcan un lindero o protegen una parva se ven diáfanas.

Hoy nos despedimos, hoy nos dejaremos de ver para siempre. Hoy es el día de la clausura del año escolar y la despedida a la Promoción que egresa este año de la escuela.

Hoy los niños que han venido de las aldeas, de los diversos caseríos, poblados y villorrios, volverán a sus hogares y es muy probable que la vida nos disperse por rumbos diferentes.


2. Hay alboroto en el patio

Pero, es curioso, los objetos y paisajes que parecieran haber estado ocultos hoy recién se hacen nítidos, hoy recién se ven y tomamos cuenta de ellos.

De repente ahora dejan de estar escondidos. Y se recortan exactos en la lejanía, en la cercanía y también muy dentro del alma.

Ya hemos ingresado al patio de la escuela y hay un aire de fiesta, pero a la vez de pena; de alegría súbita y de tristeza inconsolable. Al mismo tiempo de efusión y de lamentable desdicha.

Hoy es un día de despedida para siempre, de quienes integramos la Promoción que hoy culmina sus estudios.

Hoy nos alejamos y es inminente que nunca nos volvamos a ver con muchos de mis compañeros.

Hay alboroto en el patio. Los corredores y los salones están llenos de niños exultantes.


3. Sino recién hoy

Aún no se hace la formación para la actuación. Yo aprovecho para recorrer uno a uno, este y otro ambiente.

Es porque secretamente quiero llevar una sensación inolvidable en la yema de mis dedos, y en mi tacto.

Y por eso rozo mi piel con todo objeto que encuentre a mi paso: sea las carpetas, un mapa, la pizarra, el pupitre del profesor.

Es por eso que debo caminar despacio. Y absorber el olor íntimo de cada presencia: del salón mismo, de las paredes y las cosas.

También grabar los rumores, los murmullos, los chasquidos, el sonido de la naturaleza.

Mis ojos no se cansan de mirar cada detalle, como si nunca lo hubiera visto ni reconocido antes. O tenido delante de mi mirada, sino recién hoy que nos vamos para siempre.

Si presiono mi frente y hasta mi rostro, sea con mis mejillas, sea con mis labios lo más que se pueda contra el muro, aparte de su frescor descubro el sabor de todos los campos.


4. ¡Es la despedida!

Posiblemente ello viene de la tierra, el agua y el sol de que están hechos los adobes y el enjalbegado de las paredes.

Desde aquí se divisan los tejados de las casas vecinas donde crecen las mostazas con sus tallos y hojas de un amarillo tenue.

El sol y las sombras recortan su perfil en los muros, en las puertas ojerosas y desveladas.

Los cerros lejanos, dolorosamente translúcidos y serenos contemplan inmutables el destino que pasa.

¡Es la despedida!

Es una sensación y un temperamento de estar en la cumbre de una insólita montaña.

Es el momento que tocamos o deslizamos los dedos por los balaustres de la escalera, los pilares y hasta las piedras.


5. El frescor de manantial

Si pongo la palma de mi mano en la base del mástil de la bandera que se eleva hacia lo alto, es como si el alma del eucalipto fuera luminosa y transparente.

Si cojo la soguilla de la campana que cuelga para jalonear el badajo y dar los repiques, siento hoy día en el pulso lo que ha de ser la vida.

Si pego la mejilla en la madera de la puerta ahí está extasiada la luna serena, como el agua de los huertos.

Y presiento en su anuncio oscuro lo que ha de ser la vida para nosotros.

Es cuando descubro como una verdad conmovedora el frescor de manantial que hay en el fondo de todo.

De aquellas cosas importantes y significativas de las cuales nos despedimos ahora: la madera de nuestras carpetas, los muros de nuestro salón, el mástil de la bandera, la cuerda de la campana.


6. En la alborada primaveral

Tres campanazos nos despiertan convocándonos a estar en el patio. Cada sección hace un agrupamiento de tres filas. Y se inicia el desarrollo de la ceremonia.

El director del plantel hace una breve alocución, destacando las virtudes con las cuales hay que actuar ante los desafíos que nos presente la vida.

Se entregan las libretas de las secciones del Primero al Quinto grado. Los alumnos del Sexto, que somos Promoción, salimos al corredor de enfrente, en la tribuna.

El pleno del plantel entona la canción que por su melodía, como por su letra, se empoza para siempre en nuestras almas atribuladas:

Cual mariposas
de alas doradas...
cual tiernas aves
que son criadas...
que son criadas
en un nidal.
Y en los panales
vuelan y cantan
en la alborada
primaveral.


7. Malvas, geranios y retamas

Ahora se entregan certificados y medallas a los alumnos de la Promoción. Todos estamos aprobados.

Cantamos con el alma apretada en un puño, con la voz y la garganta hechas un nudo, como si en el puño ajustáramos fuertemente un vidrio o una espina:

Yo ya me voy,
lejos de aquí
del lugar amado
donde nací.

¡Ay, sabe Dios!
si he de volver
a este querido
y grato plantel.

Cantamos, ya no dulce sino amargamente, esta mañana de despedida, en la actividad que se realiza en el patio donde el eucalipto y los geranios relumbran más netos y tangibles, pero a la vez más ausentes y fantasmales que nunca.

Miramos alrededor los muros floreados de malvas, geranios y retamas, con el sol que nos da en plena frente.


8. Mi corazón se desgarra

Ha llegado el momento decisivo. Se anuncian las palabras de adiós de nuestro maestro, quien hoy da el saludo de despedida a la Promoción.

Viste un terno azul dentro del cual reluce su camisa blanca y su corbata floreada. Con un pañuelo se enjuga unas lágrimas.

Y habla con voz quebrada por la emoción, que poco a poco se hace firme:

¡Niños! –nos dice–. Hoy ustedes se ausentan de sus aulas, de su escuela. Y muchos se marchan de nuestro pueblo, para afrontar otra etapa de la vida. Algunos viajarán a Trujillo, otros a Lima, para seguir estudios secundarios.

Otros regresarán a sus respectivas aldeas, anexos y bohíos, integrándose al trabajo en la campiña.

Por eso, es importante extraer el máximo significado de un momento como este para nuestras vidas.

Mi corazón se desgarra con una pena inmensa al despedirnos después de cinco años de haber estado juntos.


9. Unjan su destino a una estrella

Al mirarnos se ahoga su voz, y se detiene un momento.

¡Niños! Lleven a su escuela en el alma. Lleven en el alma a su pueblo y a su lar natal. Amen a su tierra entrañablemente, dondequiera que se encuentren.

Vayan lejos. Arriésguense. Adquieran experiencia. Conquisten el mundo. Y hasta donde alcancen en llegar, recuerden siempre a su pueblo.

Sean puros, sabios, grandes. Unjan su destino a una estrella.

En donde se encuentren luchen por el desarrollo de aquel lugar y también velen por la grandeza de su pueblo de origen.

Obedezcan a sus principios, a la voz de su conciencia y a su vocación innata. ¡Amen de corazón y sinceramente!

Defiendan lo justo, lo honrado y la verdad. No importa si por ello van a sufrir martirios. En tal caso no se sonrojen por ser denunciados o perseguidos.

Cristo fue denunciado, perseguido y finalmente crucificado. No se arredren con tal de defender la verdad y lo justo.


10. Aquí pasamos horas felices

Van a la vida. Y todo lo que en ella se les conceda es sagrado. La vida les va a dar muchas pruebas. Sepan afrontarlas.

¡Tengan alas para volar y ser fúlgidos! Y erijan siempre en su vida el pendón de la esperanza. ¡Adiós niños! ¡Sean grandes para orgullo de su pueblo!

Aplaudimos. Y nos abrazamos.

Todos los alumnos de la escuela al unísono empezamos a cantar:

Aquí pasamos
horas amenas,
horas felices
libres de penas
en el plantel.

Cual las abejas
muy laboriosas
en sus colmenas
muy bulliciosas
labran la miel.

Desgarra el alma vernos así, cogidos de las manos y sin querer soltarnos.


11. Con la tortura del corazón

Nos despedimos para siempre de estas aulas, como quien se arroja a un mundo donde no sabemos qué nos ha de pasar.

Nos embarga un sentimiento de entusiasmo y expectativa por todo lo que ha de venir.

Así: la fiesta de Navidad, el Año Nuevo, viajar a Lima o a Trujillo, que nos motivan cierto gozo, mientras cantamos:

Yo ya me voy
lejos de aquí,
con gratitud,
con aflicción,
con la tortura
del corazón.

De mis maestros
me acordaré,
por mis colegas
suspiraré.


12. Otro mundo nace

Al volver por la calle sombría somos el último grupo de tres amigos que hemos sido inseparables.

– Bueno, debemos despedirnos.

– Que nadie diga nada que nos vaya a hacer llorar. –Dice uno.

– ¿De acuerdo?

– ¡De acuerdo!

– Entonces, ¡adiós!

– ¡Adiós!

– ¡Adiós!

– ¡Adiós!

Arriba, en el azul, los celajes son rebaños de ovejas lastimeras, ante el asombro y prodigio que se eleva y se hunde en lontananza.
A partir de entonces otro mundo nace.


Texto que puede ser reproducido citando autor y fuente

Teléfonos: 420-3343 y 420-3860

planlector@hotmail.com
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