martes, 22 de noviembre de 2011

DANIEL CORTEZ BELUPÚ y la fantasía enternecedora de una trompeta: “A Chimbote canto yo” - POR VÍCTOR HUGO ALVÍTEZ MONCADA, DESDE CHIMBOTE

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DANIEL CORTEZ BELUPÚ


y la fantasía enternecedora de una trompeta:

“A Chimbote canto yo”


Víctor Hugo Alvítez Moncada / pisadiablo100@hotmail.com

El sonido de una trompeta rasgó el silencio de una bahía azul dormida, encantadora, levantando vuelo miles de aves marinas enrumbando al horizonte aplaudiendo el arribo de quien se convertiría en uno de sus más prestigiosos hijos y talentoso músico como lo es el Maestro Santos Dionicio Cortez Belupú, bautizado y santificado en la norteña ciudad de Sechura, el desierto más grande del Perú, ubicado a 55 Km. De Piura; lugar donde vino al mundo a entonarle plegarias al Hacedor –cual querubín- un 9 de octubre de 1 947; hace exactamente sesenta años, significativo acontecimiento que ha celebrado rodeado de su “Gran Familia” y todos quienes admiramos su idoneidad, amor por la música, amistad espontánea y sin límites. Será el tiempo y cariño que cambiaron su nombre a Daniel en el ambiente amical y musical o simplemente “Cholo” para partidarios y fans.

Sechura, tierra cálida y nobleza de gente; artistas, músicos, bellas mujeres e incomparable gastronomía: seco de chabelo, mero, peje blanco, etc.; es importante por su bahía y centro pesquero de Parachique, explotación de fosfatos y oleoducto nor peruano que desde la Selva conduce petróleo crudo a Bayóvar. Allí el niño Santos ellyio, retoño de don Clemente Cortez Chunga y doña Ricardina Belupú Purizaca –nótese los apellidos tan propios, norteños y ancestrales- estudió primaria en la Escuela Nº 23, diferenciándose de sus contemporáneos “churres” porque su advenimiento llegó matizado de un haz innato por la música, mostrando habilidades desde muy temprana edad cuando tapas de ollas en casa, pronto dieron paso a afinar y deleitar el oído con platillos, bombo y tarola en todas las fiestas del pueblo acompañando la banda de músicos dirigida por el maestro Máximo de Dios, junto a sus hijos: Julio, Juan y Raúl de Dios Zapata, quienes guiaron, enseñando las primeras notas y claves de Sol, Fa y Do… del feliz amanecer; lectura y escritura musical; depositadas hoy en su amplio y grato joyero corazón.

En 1 960 enrumba tras los tíos maternos dedicados a la pesca en el puerto de Chimbote, quienes lo recomiendan a músicos de la época, demostrando cualidades musicales, amplia vocación y devoción por continuar perfeccionándose, hecho que le permite trasladarse a Trujillo y seguir estudios de arreglos, composición y dirección musical en el Conservatorio Regional y Escuela de Música “Carlos Valderrama”. Integró durante ese lapso de estudios (1 964 – 1 969) las respetables orquestas: “Alicia Estrada”, “Dominó” de Luis Alberto López y “La Nueva Sensación” de Víctor Gómez Segura.

De retorno a tibios arenales porteños, flechado por nuestra paisana Angélica Montero Sánchez, natural de Sihuas, une su vida agrandando su “tribu” como él dice y para quietud del hogar armonizaron sus rebrotes: Anny, Anyela, elly y Daniel, llenando almas y energías; luego cantos de jilgueros y rondas infantiles de nietos atrapando y alegrando la vida y mejores días del abuelo querendón.

La década del sesenta vestía las noches porteñas alucinantes, el boom pesquero asomaba por las cuatro esquinas, la ciudad se transfiguraba y fumarolas incontenibles de fábricas con olor a fortuna arrebataban poblaciones inmensas de emigrantes devastando regiones del Ande especialmente, soñando con el fabuloso “Puerto de Oro”, bajo las redes de Luis Banchero Rossi; transformando Chimbote en “Primer Puerto Pesquero del Mundo” de la noche a la mañana, gracias a sus ingentes recursos marinos, hoy a punto del colapso y desaparición. Movilizaciones y reclamos sindicales clasistas de pescadores y siderúrgicos eran pan de todos los días hasta incluso el martirologio de compañeros. José María Arguedas, el Loco Moncada, la Tía Sara Sarandonga y otros personajes aparecieron también en tal escena. La música, bohemia, luces de colores, invitaban al desenfreno y festejo: “Chimbote es una olla enorme donde se ha echado de todo. Una de esas parihuelas que preparan los pescadores, y está hirviendo y no se sabe exactamente que va a salir, ni que sabor va a tener”, ratificaba Arguedas en su póstuma novela El zorro de arriba y el zorro de abajo.

Daniel Cortez, contagiaba públicos, instituciones, centros nocturnos con el espejismo y animosidad de su maestría –que duda cabe, uno de los mejores trompetistas del Perú- así conoce a los traviesos muchachos: Germán Electo, Erasmo Gonzáles, Luis Oliva y Lucio Reynalte Coral, amantes del arte como él, siendo invitado a formar parte de “Los Rumbaney” orquesta emblemática porteña de larga trayectoria y evocación permanente, en calidad de arreglista y director musical por muchos años. Por aquel tiempo, Chimbote lucía nombres rimbombantes y era época triunfadora: en la selección nacional de voleibol brillaban Mercedes Gonzáles y Maruja orkaza, en fútbol el popular “José Gálvez” con César Cueto, “el poeta de la zurda” y en música “Los Rumbaney” quienes alzaron un Disco de Oro en el Festival Nacional de Salsa, realizado en el Callao; entonces, con fuerza afloró el tema “A Chimbote” letra y música del maestro Cortez, en retribución a nuestro Puerto y brazos abiertos de los chimboteros quienes continuamos elogiándolo por no haber cejado en cantarle himnos inmortales como el que nuestros oídos y cimientos se estremecen diariamente cuando radios, televisoras, emisoras de mercados; fondos publicitarios, comerciales, políticos; reuniones sociales –con o sin autorización alguna, reconocimiento a la propiedad intelectual o derechos de autor- a todo volumen oímos la hermosa, contagiante y alegre sinfonía que al final, constituirá patrimonio del pueblo; es decir pertenece al pueblo y “la voz del pueblo es la voz de Dios”, sin reclamo, murmuraciones ni egoísmos, en paraíso celeste de ilusiones y esperanzas, esta canción seguiremos cantándola por siempre:

A Chimbote, tierra bella
hoy te canto para ti
Primer Puerto Pesquero del Mundo
y tu bahía sin igual.

Tierra de lindas mujeres
y tu ambiente tropical
donde nacen las estrellas
para el arte nacional.

En música los Rumbaney
en voley la selección
en fútbol el José Gálvez
José Gálvez es campeón.

A Chimbote canto yo
porque tú eres ideal
te cantamos para ti
bella tierra tropical.

Cuenta Daniel Cortez que Alberto Maraví, propietario de INFOPESA disquera del momento llegó a Chimbote buscando un arreglista musical, contratándolo para acompañar a Aldo Guibovich e inolvidables y pasionales “Pasteles Verdes” con “Recuerdos de una noche” de Fernando Arias y otras imponentes canciones, para una breve gira de tres meses por México, Puerto Rico, Los Ángeles, Miami, Nueva York, Chicago, etc. Extraordinaria oportunidad para conocer, admirar y codearse con los monstruos de la salsa asimilando magníficas experiencias y grandeza de tal corriente musical. El enternecedor conjunto musical chimbotano, en su mejor momento alcanzó tanto éxito que la gira proyectada por tres meses prolongó sus actuaciones dos años (1 977 – 1 978).

De retorno a la patria grande y calor familiar, es nombrado director de la Peña en la Empresa Siderúrgica de Chimbote. En 1 980 trabaja en el Colegio Nacional “San Pedro” –donde estudió secundaria- como docente; ese año hace realidad sus caros anhelos y elevados sueños formando su propia orquesta “La Gran Familia”, que continúa divirtiendo multitudes con todo tipo de ritmos de moda, recibiendo reconocimientos y a la que se ha sumado su hijo Daniel como cantante.

Sin embargo, el característico trinar y suave sostenido de su trompeta incomparable –cual agua de nuestra remansa bahía- cuando notas románticas de boleros y baladas como “Llora corazón”, “Te quiero, te quiero”, tocan lo más alto del éxtasis en fibras sensibles y al compás del baile con nuestras parejas, eternizamos amor en candoroso e inagotable beso angelical. Despertando sobresaltados, resueltos a la realidad, hallamos al frente la misma silueta bonachona del espectacular músico, vertiendo a raudales sentimientos profundos en plenitud de la subsistencia.

Los temas que inspiraron el amor a la vida y al Puerto, se guardan en dos CD Roms y un DVD incluyendo cumbias, salsas y boleros: A Chimbote, El poncho, De Chimbote corazón, Cumbia india, El importante Daniel, Serrano, Pescador de amores; Siempre feliz, Vacilando bien, Vente por mí; Llora corazón, Vieja luna, A mi manera, Te quiero te quiero; entre otros seguirán prendidos del corazón, memoria y felicidad. El tiempo y su pentagrama de viento y brisa volvió hallar a “Los Rumbaney” en el inolvidable concierto “Noche de oro” ofrecido a esta tierra bendita con ocasión del Centenario de creación política, donde almas adictas evocaron mejores tiempos de sus existencias y nuevas generaciones que no tuvieron el honor de escucharlos en toda su plenitud, aquella noche recibieron sendos premios por el Directorio de Fiesta de San Pedrito y aclamados pródigamente por el pueblo.

LOS RUMBANEY, florecer del tiempo


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El artista es un ser superdotado, inteligente, creador nato, enamorado de la vida, naturaleza y su prójimo. Daniel Cortez, está dedicado a formar nuevos seres y profesionales sensibles como maestro y director de orquestas de cámara, grupos de música folclórica y rock, peñas criollas, coros polifónicos, etc. En universidades locales de San Pedro y Santa. Ha merecido la Medalla de la Ciudad de Chimbote. Es Licenciado en Lengua, Literatura y Comunicación; en Educación Artística, con mención en música; muy pronto será Maestro en Educación Superior. Todo un ejemplo de superación y constancia. Flamante Presidente de la Asociación de Músicos de la Provincia del Santa –fiel devoto de Santa Cecilia, patrona universal de los músicos-; proponiéndose dignificar la labor musical e integrar a todos sus hermanos de bandas musicales, orquestas e independientes.


“Los Rumbaney” y “Pasteles Verdes” instituciones de auténtica labor de otrora así como sus integrantes, actualmente engrosan páginas de sendos tratados en nuestra literatura, historia; mito, ficción o leyenda vivientes: Llora corazón (2 006) es el título de la novela de Fernando Cueto, inspirada en Chimbote la década ’70 y acordes de aquella orquesta perdurable y su director Daniel Cortez. Entretanto, 250 años de historia y leyendas: Chimbote (2 007) de Teobaldo Arroyo Icochea, dedica el amplio capítulo “Música del recuerdo. La primera semilla de los Pasteles Verdes germinó en el tronco de los recuerdos de Chimbote; y, la música chimbotana dio la vuelta al mundo”; Mundo cachina (2 007) reciente libro de crónicas de Augusto Rubio, incorpora a manera de entrevista la trayectoria y vivencias del sonero mayor Lucho Oliva; y, el último libro Estampas otoñales: en prosa y verso (2 007) de Ramón García Paz, incluye la semblanza “SILENCIO…! Murió el maestro” en honor al “Zurdo de oro” de la guitarra Lucio Aquitanio Reynalte Coral (1 946 – 2 000); cuales remos latentes y virtuosos al umbral de un nuevo milenio y avivar musical y cultural imperecederos.

Maestro, estamos convencidos que algún día su música resplandecerá la mente de autoridades y personas de bien y en Chimbote crearán la Escuela Superior de Música “Daniel Cortez Belupú” que con tanta urgencia necesitamos y así poder pagar en algo su noble entrega, pasión y cometido. Entonces Ud. con martillo en mano o mejor una raja de leña de algarrobo, romperá el cántaro de “clarito” o chicha fresca en inaugural acontecimiento para placidez de todos; por su sencillez y humildad a pesar del enorme éxito alcanzado, persona querida, respetada y ejemplar al no olvidar jamás sus raíces y orígenes.

Daniel Cortez: “De Chimbote corazón” Venga la música Maestro, con el cajón de Carlos Saldaña, José Ricardo Belupú Querevalú, músico piurano de la afamada orquesta norteña “Agua Marina”, el día de su onomástico, grabado con fondos musicales de los principales temas del “Cholo”, le dedicó el presente acróstico, desbordando la alegría del homenajeado que la emoción hizo llenar varios mates de lágrimas sinceras:

D ios te dio el arte de la música y
A todo el Perú le tocaste
N o te detienes ante los obstáculos
I nspirado siempre estás
E l importante Daniel, te llamaron y de
L a cumbia norteña eres su baluarte.

C on “El poncho”, “Llora corazón” y “A Chimbote”
O rgullosos están los chimbotanos
R ecordaremos por siempre el sonido de
T rompeta sin igual
E res del “Cholo” que se ganó un sitial y
Z agalmente siempre estás triunfando.

B rindas confianza y comprensión
E nseñando a nuevas generaciones siempre estás, y así
L ograrás que Chimbote siga siendo
U na potencia musical
P orque eres ejemplo a seguir
U n cálido homenaje te brindo hoy.

FELIZ DÍA: “CHOLO”

Por todo ello, Maestro; déjenos refrendar nuestro aplauso infinito en el mismo lugar de la reminiscencia, efervescencia y recuerdo. Ud. desde lo alto del escenario con su incomparable trompeta luminosa en la diestra acariciada a su pecho, con obediencia y venia sincera inclinase reverente una y otra vez correspondiendo multitudinaria ovación y gratitud de un pueblo íntegro puesto de pie, en mar de baile interminable, vitoreando incansable su nombre y reclamando eterna y vehementemente: “A Chimbote”, Rumbaney, “A Chimbote canto yo”… hasta las últimas consecuencias. Cierre, Maestro la fiesta y como la ocasión merece con su inspirada, límpida y airosa marinera “De Chimbote corazón”:

Chimbote tiene un olor,
a trabajo y sudor (Bis)

Orgullo de todo el Norte
no hay otro, no hay nada igual (Bis)

Eres “Tierra de promisión”
baluarte de la nación (Bis)

Celebras tu centenario
con chicha, ceviche y ron (Bis)

Fuga

Acariciando el cielo estás
con tu “Cerro de la Paz” (Bis)

Y tu patrón “San Pedrito”
Derramando su calor
Para Chimbote bendito
Que lucha por paz y amor

¡Viva Chimbote señores!
Primer Puerto de Pescadores. (Bis)

Por donde quiera que vaya
diré siempre con orgullo
gritaré fuerte que soy…
de Chimbote corazón.



Víctor Hugo Alvítez Moncada, en Chiquián