martes, 23 de agosto de 2011

23 DE AGOSTO - DÍA MUNDIAL: RECUERDO DE LA TRATA DE ESCLAVOS Y SU ABOLICIÓN - PLAN LECTOR: ESCRIVILLO ES LLORAR - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina


AGOSTO:

MES DE LOS NIÑOS, LAS COMETAS, EL DEPORTE

Y LOS PUEBLOS ORIGINARIOS


SÁBADOS 7 PM

CONFERENCIAS Y SIMPOSIOS SOBRE CULTURA ANDINA

Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República

Ingreso libre.

Se agradece su gentil asistencia

Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860

planlector@hotmail.com


PRÓXIMAS ACTIVIDADES:

A. SÁBADO 27 DE AGOSTO

RAMÓN NORIEGA TORERO


DIRECTOR DE LA CÁTEDRA DE SABIDURÍA ANDINA:

“LOS MONTONEROS EN LA DEFENSA DEL PERÚ”


B. SÁBADO 3 DE SEPTIEMBRE

OMIRA BELLIZZIO POYER


PRESENCIA, ANIMACIÓN Y MENSAJE DE EL TALLER DE OMIRA,

CARACAS, VENEZUELA


CALENDARIO DE EFEMÉRIDES

23 DE AGOSTO

DÍA MUNDIAL:

RECUERDO DE LA TRATA DE ESCLAVOS Y SU ABOLICI
ÓN

PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA


ESCRIVILLO ES LLORAR



Por Danilo Sánchez Lihón

"La tierra es ancha e infinita
cuando los hombres se juntan"
Washington Delgado

1. Duélete de mí

Fray Buenaventura de Salinas y Córdoba, nacido en Lima nieto de conquistadores españoles, fue Calificador del Santo Oficio en 1630 y escribió un “Memorial de las Historia del Nuevo Mundo”.

Era un sacerdote que no acostumbraba a exagerar, quien refiere en su obra que era muy frecuente que las madres indígenas, que daban a luz a sus hijos varones, los ahogaran en el momento de nacer.

Y esto a fin de librarlos de ser enrolados años más tarde para trabajar en las minas de azogue. Este mismo fraile relata un triste suceso en palabras literales, cual es el siguiente:

"Habiendo llegado al valle de Jauja un indio que volvía de la mina de Huancavelica para ver a su mujer y a sus hijos y descansar en su tierra, halló muerta a su mujer. Y a sus hijos de 4 y 6 años los encontró en la casa de una tía suya.

Llegó detrás de él el Curaca y queriéndole llevar otra vez a la mina le dijo:

– Bien sé que te hago agravio, pues acabas de salir del socavón y te hallas viudo y con dos hijos que sustentar, flaco y consumido del trabajo que has pasado.


2. Y me haces tal agravio

– Así estoy.

– Pero no puedo más; no hallo más indios para completar la mita. Y si no cumplo el número me quemarán, azotarán y beberán mi sangre. – Duélete de mí y volvamos a la mina. –Le ruega.

Le respondió el indio a su Curaca:

– Tú eres el que no te dueles de tu sangre pues viéndome tocado del polvillo de la mina y que hallo muerta a mi mujer y con estos dos hijuelos que sustentar, sin tierras que sembrar, ni ropa que vestirles, me haces tal agravio.

Y al ver que el Curaca no aceptaba la razón y la justicia de este indio, este cogió a sus hijuelos, los sacó a una legua del pueblo y abrazándolos y besándolos tiernamente, diciéndoles que los quería librar de los trabajos que el pasaba, sacando dos cordeles se los puso a sus gargantas y, hecho verdugo de sus propios hijos, los ahorcó de un árbol.

Y sacando, luego que llegó el cura y el Curaca, un cuchillo de carnicero se lo clavó en su propia garganta, entregando el alma a los demonios, por verse libre de la opresión de las minas".


3. Para escalar el cielo

Hace pocos días estuve nuevamente en Huancavelica para desarrollar un curso de capacitación de maestros. Y tuve ocasión de visitar otra vez la entrada al socavón de Santa Bárbara en esa localidad, llamada también Villa de Oropesa, donde se ubica la famosa mina de azogue que se remonta a principios de la colonia española. Luce allí, encima del pueblo, como un emblema de luto y dolor.

Mina en donde la gente se enterraba en vida. Porque dentro de ella vivían personas que nunca pudieron ver la luz del sol. Y no porque era grato estar sepultados allí, sino porque eran esclavos.

Mina en cuyo interior existía incluso una plaza de toros, de acuerdo al imaginario de la gente, contándose con dibujos y gravados que recrean esta leyenda.

Para mantener presos a estos esclavos ya no era necesario utilizar cadenas porque eran fosos para salir de los cuales se hubiera necesitado construir escaleras equiparables a aquellas que nosotros necesitaríamos construir para escalar el cielo.

Allí nacían y morían en condiciones paupérrimas e infrahumanas. Con túneles y galerías sin sistemas de ventilación, que sólo se implementó siglos después de su intensa explotación.

Mina tóxica.


4. Un animal valía mucho más que la vida de un indígena

Mina sin seguridad. Se registra el dato que en uno solo de sus derrumbes murieron centenares de indios.

Está escrita la crónica por la cual un visitador de la corona española que tenía que hacer una inspección descendió unos cuantos metros y se sintió asfixiado.

Delante de él sacaron varios cadáveres de indios muertos en ese mismo instante. Sin embargo, no hizo figurar estos hechos en el Informe al Rey que hizo dicho visitador.

Entonces: ¿de qué valían delegados e informes? La estructura de explotación se basaba también en la supervivencia de los funcionarios en los cargos públicos y en la burocracia del Estado.

Y, de otro lado, era impensable que desde lejos hubiera podido el Rey corregir siquiera una pizca de estos hechos.

Ir hacia ella era pues un suicidio voluntario, y se lo hacía porque era preferible esa suerte a seguir viendo morir de hambre y miseria a la mujer y a los hijos.

Situación en la cual el suicidio era laborando y estando ocupado. Porque se buscaba la muerte pero trabajando para darle un pan a la familia, suicidio con cantos de tristeza y de nostalgia.


5. No se le daba comida

En toda esta explotación no se usaron mayormente llamas o animales de carga para extraer el mineral porque esos animales valían mucho más que la vida de un indígena en el mercado de aquella época.

Para intentar bestializarlos, ¡y no lo pudieron!, se repartía a los indios o peones ya como una costumbre, el “icha carami”.

¿Cuál es ese alimento del mediodía?

Es un costalillo de coca para repartir entre el grupo que trabaja. Es una talega grande de cal con la cual se arma el "bolo". Y es además la caña, el coñac o el pisco.

Y todo ello entregado o repartido al mediodía, como almuerzo.

Con lo cual prácticamente se los droga o se trata de idiotizarlos. Y todo ello a fin de que el trabajo sea rudo y ciego, sin medir fuerzas ni peligros.

Esto era, o es, porque todas estas prácticas siguen todavía vigentes, la porción diaria de alimento que se daba al indio peón, o trabajador de la mina, a quien todavía se le da.

También se les da a los trabajadores del campo para hacer leña del árbol derribado.


6. ¿Y qué significa?

O para hacer el cerco de piedras o adobes. O para levantar el muro del corral. O para azuelar madera a fin de tener vigas de refuerzo para el corredor, antes de la casa hacienda, ahora del Municipio o de la Casa Comunal.

Sea para aporcar, que es sacar la tierra de adentro para afuera a fin de airear la raíz de la planta.

Sea el aporque de la papa. O sea el deshierbe de la chacra de trigo o del maíz. No se les da comida sino el “icha carami”.

¿Y qué es lo que significa aquella expresión del "Icha Carami"? Al final algo tierno, pleno de dolencia y resignación, significa: "dame lo que quieras". Esa es la actitud aún dulce del runa, dentro del oprobio.

En cambio a la bestia, sea caballo, buey o pollino, se le da un buen forraje, agua limpia y descanso.

Al indio no, a él se lo droga.

De allí que Guamán Poma de Ayala cuando escribía de todos estos sufrimientos de los indios de su época, en la colonia, decía “Escrivillo es llorar”.


7. Genocidio rapaz y silencioso

El promedio de vida de un joven indígena sano y fuerte que era enganchado y entraba a trabajar al socavón de la mina, hasta el momento en que moría, era de solo apenas cinco a seis meses.

El sistema para enrolar era la mita, trabajo obligado de los indios para esta mina, llamada primero De los Santos y después Santa Bárbara.

La mita era un tributo en trabajo ineludible y de segura muerte, siendo lo que diezmó totalmente a la población indígena.

Esta obligatoriedad se iba ampliando poco a poco en su radio de acción: de 50 a 100 kilómetros. Y después a 200 kilómetros a la redonda.

A finales del siglo XVIII se censa que los pobladores de raza indígena en la mina eran más de Ayacucho y de Puno, porque ya habían muerto en sus socavones los indios del lugar.

Se impuso allí un genocidio rapaz, silencioso y corrupto, como producto de un sistema de usura y asco que imperó en toda la colonia en contra del indígena peruano.


8. La esperanza que nos toca recoger

Sin embargo, esos mismos hombres, –los quechuas, los nativos peruanos, los llamados "indios", pongos, yanaconas, runas, no han sido vencidos Al contrario, nos donan ahora, nos regalan a los peruanos un acto de coraje increíble y de valor inmenso. ¿Cuál es?

Que no se dejaron atraer por los hechizos fáciles de una sociedad opulenta como fue la sociedad colonial, que los atrajo de múltiples maneras una de ellas la droga y el alcohol, para hacerlos siervos en el peor sentido.

Porque no pudieron hacerle renegar de su identidad, tendiéndoles los puentes de plata de la vida sin contratiempos, dándoles siempre las sobras de sus privilegios, queriéndolos sumarlos como sociedad de segunda clase a sus residencias palaciegas de Lima, Cuzco, Arequipa o Trujillo.

Porque nos han donado la respuesta de no haber transigido, de haber conservado su lengua, sus costumbres, su dolor de siglos, su espíritu pero a la vez sus cantos, su alegría y su esperanza, que nos toca a nosotros recoger y proyectar al futuro y al mundo.


9. Ese grito está vivo

Aparentemente lo lograron. Parecía que habían sucumbido, pero en el fondo y en esencia fue imposible.

Sino que al contrario siguió siendo un grupo humano límpido y prístino.

Fueron anexados pero ya muy tarde. Y era una cultura invencible para que ellos fueran remedos de sus amos.

Ahora han descendido. Ya llegaron. Han venido a las ciudades pero manteniendo siempre su identidad.

Ellos han salido de sus cerros y quebradas después de haber sido fieles consigo mismos, con su historia y su ancestro.

No se han dejado ganar por lo fácil, por lo inmediato ni rentable, como fue el uso y dominio pleno del idioma castellano que les hubiera dado más tener, pero restado, disminuido y anulado su ser.

Ese espíritu está incólume, ese grito está vivo, ese clarín del amanecer está vigilante en lo alto de las montañas.


10. Entusiasmo supremo

Con ello los indígenas peruanos nos han dado un ejemplo al mundo entero, el de haber decidido por el espíritu en vez de fascinarse y dejarse hechizar por las cosas, de dejarse arrastrar por las distracciones.

Con lo cual a partir de cualquier momento para ellos estará garantizado un verdadero progreso y evolución.

Y, en segundo lugar, han dado un grito de independencia porque todo aquel que afirma su lengua, su habla y su voz es soberano y es digno.

Así la resistencia andina es hacia nosotros un legado y una herencia invalorable.

Es una llama viva para que nosotros nos acerquemos y extraigamos de allí coraje y fervor.

¡Y entusiasmo supremo por la vida!

De este modo se está desenredando el ovillo.


11 ¡Y ya está despertando Inkari!

De este modo se está extendiendo la hebra y el tejido de nuestra identidad que estaba tan anudado, tan hecho un amasijo agitado, tanto que dolía, que sangraba cabeza abajo.

De este modo el ovillo de lo que somos, de aquello que corresponde que seamos, que volvamos a ser, se está desenvolviendo y haciendo elipsis, pirámide y arco iris.

De este modo se está configurando la utopía, de aquello que imaginemos incluso cómo ser.

El ovillo de nuestra sangre, del corazón que nos alienta y hace sufrir. Y llenarnos de pleno gozo.

Por eso, éste es el tiempo del resurgimiento y del despertar.

De desenterrar los dioses dormidos. Es el tiempo del regocijo, de despertar las huacas.

Porque las huacas no están muertas sino apenas latentes.

¡Y ya están despertando, Inkari! ¡Kausachum hermanos!

Texto que puede ser reproducido citando autor y fuente

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