sábado, 28 de mayo de 2011

¿Y DÓNDE ESTÁ LA DIFERENCIA? - POR JOSÉ ANTONIO SALAZAR MEJÍA (HUARAZ)

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¿Y DÓNDE ESTÁ LA DIFERENCIA?

Por José Antonio Salazar Mejía

A una semana de las elecciones se hacen necesarias algunas reflexiones. Nunca como ahora el Perú está tan polarizado, nunca como ahora se juegan tantos intereses. Nunca se vio tal cargamontón contra un candidato, pues la televisión, los diarios, la radio y la muy efectiva “radio bemba” nos bombardean despertando los miedos más profundos. A todo esto, en nuestra región el combate es desigual: de un lado se ve la millonaria campaña del fujimorismo que regala a diestra y siniestra ¿con qué dinero?, pues de la corrupción –ha sido patético ver a Kenyi Fujimori como un simple repartidor de panadería, entregando tapers a diestra y siniestra, sin hablar, sin sonreir a la gente-; y del otro, la muy franciscana campaña de los ollantistas en base a “chanchitas” de sus afiliados y simpatizantes. Por ello nuestra preocupación ante lo que se nos viene este 5 de junio.

LOS PLANES

Todos critican el Plan de Gobierno de Gana Perú. Nadie habla del Plan de Gobierno de Fuerza 2011. Mucho se dice sobre que Ollanta ya presentó cinco planes y confunde a todos. Pero, ¿es cierto esto? Que yo sepa hay un solo plan y otros tres documentos que lo amplían o aclaran. El Plan de Fuerza 2011 es muy genérico y tiene muchos vacíos, especialmente en los temas de corrupción y Derechos Humanos.

Humala, luego de ganar en primera vuelta, ha limado mucho de su plan en el entendido que al no ganar por amplia mayoría la población le pide cordura, por ello ha moderado sus propuestas, se ha comprometido a no cambiar la constitución, a respetar el modelo económico y la libertad de prensa, y ha jurado solemnemente respetar la democracia y no quedarse ni un día más en el gobierno luego de cumplir sus cinco años de mandato.

Fujimori, al ocupar el segundo lugar en primera vuelta, también se ha moderado, de lengua para afuera: reconoció los crímenes del fujimorismo y pidió perdón por las matanzas, juró ante la Biblia no indultar a su padre –es que la estrategia es sacarlo vía el Tribunal Constitucional-, y trató de arrebatarle a Ollanta las banderas de los programas sociales: desayunos y almuerzos escolares, pensión para los ancianos, etc.

Un amigo me decía: José Antonio, yo no veo la diferencia entre lo que proponen ambos candidatos, pues ambos van a respetar el modelo económico y los dos apuestan por profundizar los programas sociales en bien de los que menos tienen, ¿dónde está la diferencia entonces?

Y esa pregunta yo sé que se las hacen muchos electores, especialmente ese 15% de indecisos. Un punto del que no se habla es que Ollanta ha cedido en todo menos en lo sustancial que es la redistribución de la riqueza; “se aplicarán las modificaciones de a pocos, pero se harán”, ha señalado. Mientras que Fujimori sólo ofrece ampliar los programas sociales y tímidamente dijo hace cuatro semanas que iba a aplicar impuestos a las sobreganancias mineras, tema que ya no repitió pues no puede tocar os intereses de sus socios ya que es vox pópuli que ella es accionista de las principales empresas mineras que operan en Ancash desde cuando ella era la primera dama.

Pero a mi entender hay otras dos diferencias sustanciales

Punto uno, en las personas y en lo que representan: Ollanta nunca ha gobernado y encarna el deseo de cambio del grueso de la población; Fujimori ya ha sido gobierno y tiene tras de sí el lastre de la dictadura, de representar al gobierno más corrupto de nuestra historia republicana (la sabiduría popular tiene un dicho que se aplica perfectamente en este caso, “gallina que come huevos, aunque le quemen el pico”).

Punto dos, en los equipos de trabajo: Ollanta ha sabido convocar a personalidades de diversas tiendas políticas, a técnicos y profesionales independientes que garantizan un gobierno de unidad nacional. Fujimori en cambio apenas ha podido atraerse a Hernando de Soto, el núcleo duro de su equipo es el mismo que acompañó a su padre y ellos sí que son temibles (Martha Chávez amenazó al Presidente de la Corte Suprema por haber condenado a Fujimori padre y el vocero Trelles no tuvo empacho en reconocer –como si nada- que mataron a muchos peruanos en su primer gobierno).

LOS MIEDOS Y LA CORDURA

Pero el punto más resaltante de esta campaña son los miedos que se desatan. Ya es el “cucu” de Chávez, ya la amenaza de que van a fugar los capitales y nos quedaremos sin trabajo, o que vamos a perder nuestras propiedades si Ollanta llega al gobierno.

Lo más triste es que hasta el Congreso se presta en esta farsa de sembrar miedos: es el caso de los fondos de las AFPs. Los fondos de las AFPs, ya están blindados por ley, son intangibles desde cuando se crearon; pero ¿cómo es que nuevamente sacan una ley en ese sentido?, simplemente haciendo el coro a la prensa fujimorista que se le ocurrió decir “Ollanta va a financiar su Pensión 65 con los fondos de las AFPs”.

El verdadero miedo nos debe dar la posibilidad del retorno del fujimorismo, la dictadura más corrupta que jamás haya gobernado al Perú –sólo otras seis le aventajan a nivel mundial-, dictadura responsable de la desaparición de catorce mil millones de dólares robadas a todos los peruanos. Y esto lo advierte con meridiana claridad ese peruano emérito que es Mario Vargas Llosa, que ha vuelto a lanzar su llamado a votar por Gana Perú, mereciendo el aplauso mundial y las iras y las amenazas de los fujimoristas.

Se me ha pedido mesura e imparcialidad, pero, me disculpo con los lectores, a estas alturas no cabe imparcialidad alguna o estamos con la corrupción y permitimos que retorne al gobierno el fujimorismo dando una terrible lección a los peruanos del mañana, pues será avalar todas las pillerías y crímenes de la década del 90, o estamos por el cambio, por la esperanza, por el fin de la impunidad.

Hacen dos días una luz de esperanza y cordura se empezó a avizorar. El respaldo de Alejandro Toledo permite la gobernabilidad, pues entre Gana Perú y Perú Posible hacen 65 congresistas, más de lo necesario para implementar las reformas democráticas que el país necesita.

La cordura también retorna a las encuestadoras. Hace dos semanas que Keiko ha empezado a descender a tal punto que anteayer estaban separados solo por medio punto, según la encuesta de la Universidad Católica. Las encuestas que aparecen hoy confirman la tendencia a repunte de la candidatura de Ollanta. Mañana en la plaza de armas de Huaraz el candidato del pueblo recibirá el respaldo de los ancashinos, de esta región que lo encumbró en primera vuelta y hará lo mismo este 5 de junio.


Fuente:

José Antonio Salazar Mejía


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