martes, 28 de septiembre de 2010

ENCONTRÉ UNA CARTA TUYA - POR DARÍO MEJÍA, DESDE AUSTRALIA

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Jorge Huirse Reyes



ENCONTRÉ UNA CARTA TUYA


Por Dario Mejía

(Australia)

Estaba revisando un cajón en busca de unos documentos y encontré algo que me dejo pensativo, trayendo bellos recuerdos a mi mente a la vez. A muchos, en algún momento de nuestras vidas, se nos ha dado por guardar algo que se nos dio con todo el corazón. Puede ser una carta, un cassette, un video o un email, en los últimos tiempos, donde alguien nos expresaba lo mucho que significábamos para ella o él.

Muchas cosas pasaron por mi mente en cuestión de segundos, bellos momentos que viví al lado de ese ser cuyo rostro inundó otra vez mi pensamiento, pero que por esas cosas de la vida y la distancia la relación se deterioró. Aunque los recuerdos, cuando son hermosos, a pesar que muchos lo nieguen, perduran por siempre en el fondo de nuestra mente.

El compositor y director de orquesta Jorge Huirse supo imprimir en versos y ritmo de vals estos recuerdos o nostalgia que invade a las personas cuando encuentra una carta que le hace recordar a uno los bellos momentos vividos al lado del ser que algún día se amó y que por esas cosas de la vida el amor aquel no pudo continuar. El vals Encontré una carta tuya de Jorge Huirse se hizo popular en la década de los 40. La letra de dicho vals apareció publicada en El Cancionero de Lima No. 1457, de inicios de abril de 1943, y hay un detalle que me llamó la atención de dicha publicación: la existencia de dos estrofas, al parecer habladas, que no se mencionan cuando se canta este bello vals. Antes de empezar las estrofas aquellas aparece entre paréntesis "Hablado", razón por la que mencioné que esas dos estrofas olvidadas son habladas.

La Orquesta de Jorge Huirse, con la voz de Javier Gonzáles, grabó el vals Encontré una carta tuya en la ciudad de Buenos Aires, en el año de 1944. Dicha grabación no tiene las dos estrofas habladas las que, tal vez, por la limitación del tiempo de grabación, en 1944, no fueron incluidas en la misma. Las grabaciones posteriores de dicho vals, como la de Jesús Vásquez y Los Ases del Perú, se guiaron de la que hizo Jorge Huirse y tampoco incluyeron las estrofas habladas, pasando las mismas al olvido.

Volviendo a mis recuerdos, también vino a mi mente una carta que no sé si estará guardada en algún cajón de velador, un baúl de recuerdos o, tal vez, ya no exista. Dicha carta la escribí hace muchos años y se la envié a una chica que por ese tiempo me atraía mucho. Esa carta tiene un significado especial para mí ya que por medio de la misma descubrí que me gustaba escribir y podía expresar mis sentimientos libremente, sin prejuicios de ninguna clase.

Vivía en Perú por ese tiempo y una chica me pidió que le escribiera una carta. Debo reconocer que de niño y adolescente no me gustaba escribir. "Para qué escribir las tareas si me las sé de memoria" solía decir. Pero, habiendo de por medio una hermosa mujer que me incentivaba a escribir, decidí ir contra mis creencias y escribirle una carta.

¿Qué tan larga la quieres? le pregunté... y ella me dijo que esperaba varias páginas, aunque no señaló el número exacto de páginas. Así que abrí mi mente y mi corazón, saqué a relucir mi alma, mi espíritu romántico y soñador y empecé a escribir, escribir, escribir, escribir y escribir. Cuando envié la carta aquella, la misma tenía 40 páginas... y era la primera carta que escribía. Después le escribí otra más corta, de 30 páginas solamente. Lo que vino después es historia aparte y si muy bien más adelante la relación se terminó, gracias a dicha carta que le escribí vine a descubrir que, realmente, me apasionaba escribir. No hay mal que por bien no venga, es lo que aprendí.

Encontré una carta tuya de Jorge Huirse es un hermoso vals que a uno lo deja pensando en los recuerdos de momentos bellos de amor vividos al lado de un ser que ya no está en nuestras vidas, aunque su rostro y figura permanece en nuestra mente formando parte de ese cofre de hermosos recuerdos que alguna vez nos hicieron felices... y suspirar de amor.



Dario Mejia



Melbourne, Australia

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