miércoles, 17 de febrero de 2010

NOCHE DE VINO - POR MARIÁN ROSIQUE LABARTA (MAROLA)

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NOCHE DE VINO
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Por: Marían Rosique Labarta (MAROLA)

Tu imagen, tu recuerdo me hace soñar en momentos de melancolía, de alegría, de sensualidad, cuando tú me hablabas del vino, esa bebida seductora, que me encanta, me embriaga en un sueño, y me toca la inspiración.

El tinto o negro por su dureza, su fuerza, tiene cuerpo, te da vida. El blanco, uno de mis favoritos: sencillo, transparente, es digno de sensualidad, menos valorado, pero para mí el más romántico, más sensual, delicado como una flor. Me gusta tomarme una copa de vino en esas noches melancólicas, esas noches de sueños, de ilusiones. Dicen que el vino hace olvidar las penas, creo que no, a mí no me hace olvidar las penas, a mí me hace renacer, brotar el romanticismo, el amor, provoca esa sensación de unirte a un mundo diferente, irreal, un mundo de sentimientos que llevas dentro y que pocas veces y con pocas personas te atreves a desvelar. Ir hacia ese universo, un firmamento lleno de estrellas que te abren las puertas a un amor, a un delirio, a un suspiro.

Tú eres como el vino, te huelo, te veo, a través de ese cristal, lo saboreo…. sin tocarlo.

En ti he encontrado la sensación, el despertar de un letargo, sueño espeso y deseo inalcanzable, palabras, muchas palabras…. pueden llegar a ser sensaciones que desearías tocar, sentir de cerca y no las tienes, tampoco quieres que lleguen, no quieres tenerlas cerca, ni fácilmente, es mejor así de lejos, es mejor la espera, el deseo, hasta el sufrimiento mudo, escondido.

Sensaciones que son mejor haberlas tocado con el alma, no sentirlas jamás, porque mientras las deseas, las sueñas, hay un motivo, una sensación inexplicable de algo que crees inalcanzable y eso te da vida, esperanza y ganas de vivir.

En las noches oscuras tú eres la luz, las estrellas brillantes que me gritan, me invaden de un aire fresco, en las noches de desasosiego tú eres la calma, la paz, la tranquilidad.

Tú eres la ilusión, la inocencia, el deseo de libertad, de ser quien quieres y no puedes alcanzar. Oigo tus palabras, tus frases, son como un mensaje llegado desde un lugar lejano e inhóspito, un lugar imaginario.

Ese lugar donde todos queremos ir y nadie osa atreverse a ir. Quizá por miedo, quizá por que no crees que exista. Mi lugar se llama Bali, y es un lugar ficticio ese es mi mundo, mi escondite secreto. Ese lugar que algún día compartiré con alguien especial. Ese alguien que te hace temblar, te hace sentir emociones que estaban dormidas, escondidas y que un día de repente toca esa fibra sensible y te hace vibrar. Te despierta de ese letargo que ha durado un tiempo indefinido. Esta noche piensa que eres como una inspiración, alguien muy lejano pero al mismo tiempo cercano, podrías ser parte de un deseo, parte del aire que respiro, parte de un sueño que durará solo un instante.

Hoy una copa de vino brinda y acompaña a esta pequeña mujer, en una noche de sueños estrellados, ideas revoloteando en mi mente, palabras que salen vibrando de emoción, frases reprimidas en un rincón del corazón. Quizá es soledad, quizá es eterna pasión, miles de ideas, miles de evocaciones al amor, que en las noches sedientas de príncipes, sedientas de historias de amor y pasión, se pierden en el profundo y desconocido océano. Una estrella me guiña el ojo y me sonríe, ¿serás tú desde la lejanía que me saludas, será un espejismo, será el vino que me acompaña?… no, no es el vino es mi manera de soñar, es mi forma de vivir una historia diferente, es quizá un sueño.

Porque ¿existen los sueños, de verdad?…

Fuente:

Todo lo que soy

Relatos, poemas y todo sentimiento estado puro.

Zumbidos nocturnos
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