domingo, 11 de enero de 2009

BOLÍVAR EN CHIQUIÁN

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BOLÍVAR EN CHIQUIÁN
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Por Mario Reyes Barba


En vista del informe de Sucre, y, en su deseo de tener una buena caballería, Bolívar informado de la existencia de buenos caballos y mulos en la Provincia de Bajo Cajatambo, resolvió trasladarse a Chiquián arribando el 24 de febrero de 1824, siendo recibido con júbilo y adhesión manifiesta.

Un grupo de ciudadanos notables encabezados por el patriota José Enrique Gonzáles salió a caballo a recibirlo hasta la Pampa de Lampas. A su llegada al pueblo fue recepcionado por las autoridades, ciudadanía, representantes de los montoneros, grupo de jóvenes dispuestos a enrolarse y bellas damas que ofrecieron al Libertador hermosos ramos de flores en medio de la algarabía del pueblo, vivas, vítores, quema de cohetes y bombardas en la Plaza Principal; le dio la bienvenida el Prócer Chiquiano Presbítero Manuel Jesús Gonzáles Grilleros a nombre de Chiquián y los pueblos de Bajo Cajatambo, ofreciéndole su participación y adhesión a la gran causa de la Independencia del Perú.

Bolívar, agradeció la recepción y participación de los habitantes de Chiquián; en los días sucesivos nombró al patriota José Enrique Grilleros como nuevo Alcalde y al General Guillermo Miller como Subprefecto y Jefe del Comando de Montoneros Patriotas.

Los Montoneros Patriotas ya organizados en grupos, jugaron un papel muy importante en la causa de la libertad, en primer lugar sirvieron como espías, luego de guías por ser conocedores de la región.

Bolívar, seguro de la participación de los ciudadanos, nombro una Comisión de Oficiales de confianza, para incautar todos los caballos y mulos que existían en los distritos de la provincia; asimismo, solicitar la participación de las familias pudientes, a fin de que colaboren para el mantenimiento del Ejército Libertador del Perú. Por su parte los patriotas de Chiquián ofrecieron voluntariamente, unos sus caballos y mulos, y otros, dinero en plata labrada. A esto se sumó el gesto del cura de la Parroquia y la Congregación Religiosa de Chiquián, que donó al Libertador toda la existencia de tejidos del obraje de Picush, como cordellates, bayetas y ponchos que sirvieron para la confección de ropa para la tropa.

Ese gesto, fue imitado por los distritos de Ocros, Huasta, Corpanqui y Aquia; éste último además ofreció fierro para la fabricación de herrajes, y las religiosas del obraje de Tallenga colaboraron con tejidos de lana, casimires, cordellates, sayales y ponchos.

Bolívar informado por la carta de Sucre, donde se aconsejaba dar la batalla con iniciativa patriota por tener el ejército listo para la campaña, y además conocedor de las divergencias del Virrey La Serna con el General español don Pedro Otañeta que se encontraba en Alto Perú, decidió estando en Huaraz emprender la campaña de Junín donde se encontraban los realistas. El 15 de abril de 1824, hizo conocer a Sucre el grado de General en Jefe de las Fuerzas Armadas del Perú concedido por el Congreso de la República; luego le encargó el mando y la preparación de todo el Ejército Libertador.

Bolívar en seguida se encargó de pasar revista a las tropas acantonadas a lo largo del Callejón de Huaylas, desde Caraz hasta Cajatambo.

En su segunda visita a Chiquián, se sintió satisfecho al saber del éxito de las Comisiones designadas para recolectar caballos y mulos que le permitieron formar una buena caballería; ordenó que parte de las acémilas serían para reforzar la caballería patriota conformada por 900 hombres al mando del General Mariano Necochea; con la otra parte, y teniendo además la participación de patriotas voluntarios de Chiquián y de los otros distritos formó un nuevo escuadrón de caballería con el nombre de Húsares de los Patriotas, al mando del Teniente Andrés Rázuri.

Bolívar estando por última vez en Huaraz, retomó el mando de Dictador el 15 de junio de 1824, haciendo conocer al pueblo de Huaraz la partida del Ejército Unido Libertador con dirección a Junín, lugar a donde se encontraba el enemigo y aplicar la campaña de estrategia de ataque hasta conseguir la derrota realista. Luego ordenó al General Sucre la marcha con dirección a Huanuco por la ruta de Olleros y la quebrada de Yanashalash, tocando Chavín, San Marcos y Uco para llegar al pueblo de Aguamirón en Huanuco donde se encontraría con Bolívar. Con la otra parte del ejército se dirigió a Chiquián pasando por Recuay y la Pampa de Lampas.

En su tercera y última visita a Chiquián el Libertador Simón Bolívar, satisfecho de la participación y aporte de los chiquianos, antes de su partida a Huanuco por la ruta de Pocpa, Cuncush y Aguamirón, donde le esperaba el General Sucre, manifestó al pueblo reunido en la Plaza Principal su complacencia y sacrificio por la causa de la libertad y expresando su congratulación hizo conocer el Supremo Decreto, donde declara: “Que a partir de la fecha el pueblo de Chiquián tendrá el Título de Villa y se denominará La Muy Generosa e Incontrastable Villa de Chiquián”; sentando en Acta por su Secretario General interino don José Espinoza, a fin de hacer conocer al Congreso de la República para su publicación y archivo.

Sabemos que la batalla de Junín fue todo un éxito para la caballería patriota, gracias a la intervención oportuna del Teniente Andrés Rázuri, que se había mantenido a la expectativa, y al contemplar la desorganización de la caballería patriota y cuando estaban a punto de ser derrotados, Rázuri cambiando las órdenes, comunicó al Coronel Belisario Suárez para el ataque por la retaguardia, consiguiendo hacer retroceder a la caballería de Canterac. Los escuadrones peruanos se reorganizaron y en un nuevo ataque derrotaron a las fuerzas realistas.

El héroe de esta batalla fue el Teniente Andrés Rázuri, a quien Bolívar concedió el grado de Comandante, y a los Húsares del Perú y al de los Patriotas para que en adelante lleven el nombre de “Húsares de Junín”.

Queda al pueblo de Chiquián y a los demás distritos el orgullo de haber participado en la hazaña de Junín integrando el Escuadrón comandado por Rázuri.


FUENTE:

-Libro: CHIQUIÁN: La Incontrastable Villa - Compendio Histórico de un Pueblo en Transformación, de Mario Reyes Barba - 2002 - Páginas 69/71