viernes, 27 de noviembre de 2020

27 DE NOVIEMBRE: VIVE MANUEL SCORZA - FOLIOS DE LA UTOPÍA: EL POETA DE LA PATRIA LACERADA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 


 

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

 

 

NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TUPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


 
*****
 
HOY ES DÍA DEL BIÓLOGO PERUANO:


EL COLIBRÍ, SÍMBOLO EN EL MUNDO ANDINO
El ave símbolo del mundo andino es el colibrí o picaflor, bella por su plumaje y excelsa por sus costumbres que los antiguos peruanos vieron que solo se alimentaba del néctar de las flores, aunque hoy se sepa que también de algunos insectos que habitan dentro de las corolas que ellos polinizan.
No pueden correr ni pararse en el suelo, por lo que son eminentemente aéreas, constatación que contribuía a considerarlas sagradas, de ahí la simbología que representan como mundo ideal, utópico y poético.
Los españoles que conquistaron América al verla por primera vez, tan pequeña y metálica, consideraron que era un insecto y le dieron nombres precarios como: zumbadores, por el sonido que producen cuando vuelan.
Agitan las alas de tal modo que pueden permanecer literalmente parados en el aire, y lo hacen a tanta velocidad que no se perciben sus alas, por eso no la consideran que fueran aves.
Hay 300 especies de colibríes que se distinguen por el colorido de su plumaje, por la   forma de sus picos adaptables a las corolas de las flores que absorben, así como por la forma de sus patas para cogerse de las ramas en donde duermen.

DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
*****

 

27 DE NOVIEMBRE

VIVE MANUEL SCORZA

 

EL POETA

DE LA PATRIA

LACERADA

 


Danilo Sánchez Lihón


1. La patria

lacerada

 

Manuel Scorza es el poeta de la patria lacerada, quien nació el 9 de septiembre del año 1928 en un hospicio de pobres, como era la Maternidad de Lima, situada a un costado del Mercado Central, en donde frecuentemente en una misma cama se colocaban a tres parturientas. Y murió el 27 de noviembre del año 1983, al estrellarse el avión en que viajaba, en Mejorada del Campo, cerca del aeropuerto de Barajas, en Madrid.

A él la patria y sus miserias lo atraviesan con sus hierros candentes: el pecho, la frente, el alma. Le atraviesan el corazón con sus puñales de desgracias y desventuras, lo postran y desangran:

Yo conocí en mi patria solo rostros vacíos,

hombres de mirada prematuramente cana,

balnearios de hueso

donde antes de tiempo veraneaba la muerte.

Yo solo recuerdo ojos en la niebla.

Así era mi padre:

un hombre que miraba la lejanía

como si él mismo estuviera por venir.

Así son los que en mí caminan cuando duermo,

así son en mi patria

los hombres, los pueblos, las cárceles, el mar.

Pese a que ser pobre nos hace amorosos, delicados, sensibles, nos lastima sus desdichas y adversidades. Pese a que la pobreza nos hace sobrios, sentimentales y de buen corazón, son desgarradores los sufrimientos. Y a él le dolía todo eso verlo no en sí mismo sino en los demás.

 

2. Duele

y lacera

 

Razones por las cuales juzgó importante cambiar radicalmente esa situación, transformarla de cuajo y de raíz. E hizo todo lo posible por lograr dicho objetivo, arriesgando la vida y haciendo vigente ese mensaje, de lo cual hizo su prédica y el contenido de su canto.

Pero la patria para él está mancillada y hay culpables, y esto constituye su amargura y su agonía. Y eso es parte de la razón por la cual ahora a él se lo elude, se evita nombrarlo y se le margina de toda mesa de hambrientos o comensales.

La patria es tierna

decíanme en la infancia...

Y es por esa veta, filón y galería subterránea que empieza a aparecer la razón de la marginalidad aludida, mucho más cuando, en el caso de Manuel Scorza, trata de la patria ofendida, vejada y lastimada, de la patria que duele y que lacera:

Ahora soy el dolor de mi tierra quebrada. –Dice.

Porque plantea un contenido que no nos gusta tratar; porque pone sobre el tapete nuestras miserias individuales y colectivas.

Así como también vuelve a reabrir las fisuras personales, las mismas que no queremos que alguien nos las recuerde, ni mucho menos las abra y las muestre como también nos enrostre acerca de ello. Expresa:

 

3. Pronto

a sublevar

 

¡Ay, qué amarga dulzura!

Bella era mi juventud

Yo cantaba: ahora estoy triste.

Y es por ti, patria pobre,

es por esos pueblos de una sola calle

por donde nunca caminó la dicha.

Su sentido de filiación, de pertenencia y de arraigo con su patria es hondo. Él asume una posición, y consuma una posesión, ama su mundo por pobre que sea. Es más, lo consagra, sublima y defiende, incluso por ser pobre. Él se aferra incluso a sus maderos temblequeantes.

Distinta a la actitud de quienes la cambian fácilmente por otra. A la de quienes la reemplazan por prebendas; opuesta a la de los apátridas que están en los altos cargos de los poderes del Estado. Que se valen de ella, pero que no la aman y ni siquiera la estiman. Que medran cuando los favorece a sus intereses, pero que no hacen nada por enaltecerla.

Y de otros mendaces que tienen enfocadas sobre sí todas las luces porque para eso venden su alma al diablo.  Y que, en el momento más inesperado, por levitar tanto niegan pertenecer a ella, y se dicen ciudadanos del mundo, o universales.

Scorza en cambio, presto e inflamado por la vehemencia, encendido de entusiasmo y furor, exaltado por la lucha, pronto a sublevarse, está dispuesto a los arranques, improntus y estallidos, así como a la cólera:

 

4. Presencia

que salva

 

A mí no me vengan con la patria espuma.

La patria hiede,

desgraciadamente,

la patria vomita buitres.

Ahora bien, ¿quién no se impacienta, desespera y hasta se contradice cuando ama tanto? ¿Quién no cae, se equivoca y sucumbe en el frenesí, la desilusión y el desengaño? ¿Quién no golpea el espejo cuando lo ha puesto todo en el fiel de la balanza?

Cuando se ha ascendido por la fuerza del sentimiento a las cimas de la pasión y la identificación plenas y totales con algo, ¿quién no rueda por la pendiente y, a veces, hacia el precipicio?

Ay, patria;

ay, enemiga,

¿con qué me has mojado que no puedo secarme?

¿Qué amada, ante quien nos despojamos de todo y a cuyos pies dejamos la llave y el cerrojo de nuestra vida, no es a la vez una interrogante, una incógnita y hasta una herida en nuestras vidas?

Irreparablemente, aquella amada es a su vez savia que nutre y sustenta, como es licor que envenena, obnubila y quita la vida.

 

5. Cuando

se quiere tanto

 

Porque, ¿qué amor al cual hemos ofrendado todas nuestras ilusiones y esperanzas no es presencia que salva? Lo es, como también es abismo y martirio cuando los males no acaban ¡y hay hirviente dolor en el alma!

A mí no me digan «hay visitas».

¿Hasta cuándo la patria

será el muro donde orinan los gendarmes?

Quien ama, quien se desvela también tiene derecho, a la queja y hasta a la blasfemia.  Quien ha probado el sabor de lo exquisito y ha aspirado el olor de lo primoroso también sorbe lo agrio, lo amargo y acerbo por la pena que lo acosa. ¡Quien estalla de dicha está presto al llanto, al desgarro y al lamento!

Yo conocí en mi patria solo rostros vacíos,

hombres de mirada prematuramente cana,

balnearios de hueso

donde antes de tiempo veraneaba la muerte.

Yo solo recuerdo ojos en la niebla.

Que se nos ocurre decir cuando se ama mucho, cuando estamos al borde y orillando el desengaño. Cuando se quiere tanto, se tiene al costado el abismo de la desilusión y el consecuente resentimiento, el vacío y la caída.

 

6. El arraigo

a una patria

 

Otra vez, y numen como lo es, Manuel González Prada coincide con él. Esa egregia conciencia de nuestra nacionalidad y acontecer histórico, a quien sin duda Manuel Scorza apreció y admiró, pergeña a su vez este apotegma, reproche e imprecación, que solo acontece cuando algo nos duele y lastima en lo más hondo del ser:

Patria: feroz y sanguinario mito,

yo execro tu bárbara impiedad,

yo repito: Humanidad.

¡Ay!, desgraciadamente,

Perú: con odio tu nombre escribo.

Talado está el árbol de los relámpagos,

seco está el río de los valientes.

Pero incluso maldiciéndola, apostrofándola y extrañándola tanto, Scorza opta por el arraigo a una patria y a un destino.

El exilio es una herida extremadamente grave y dolorosa.

El exilio es casi una condena a muerte.

 

7. Amaneceres

en flor

 

Amar la patria y extrañarla, añorar su aire, y ante ello y por ello dar gritos de batalla, es lo valeroso y supremo en el mensaje de Manuel Scorza. De quien sus poemas, más que lamentos son proclamas. Indignación sublevante, y también júbilo a torrentes:

¡Sácame, patria, del pecho las espinas,

borra los malos sueños!

¡Enciende la luz que no se extingue!

¡Danos la libertad que no termina!

Ahora bien, el arraigo no significa inmovilidad. Se puede ser un trotamundos sin dejar jamás la patria, llevándola siempre a cuestas, enternecida en nuestros brazos, inspirando nuestros sueños, cobijada hondamente en nuestro corazón fervoroso.

Como la llevaron César Vallejo y Manuel Scorza, por los caminos del mundo, por las calles, los bulevares, las esquinas y cafés de los lugares por los cuales enrumbaban sus pasos. Siempre pensando de dónde habían partido y adónde tenían que volver, aunque el destino hizo que se quedaron lejos. Pero a cuyo encuentro vamos sea en los amaneceres en flor, sea en las noches enraizadas en lo profundo.

 
27 DE NOVIEMBRE
 
VIVE
MANUEL
SCORZA
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA

 
POESÍA
QUE NO
MORIRÁ

  Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. La misma
savia
 
En la poesía de Manuel Scorza el brillo de la palabra, su fulgor preciso y la nota exacta en el límite de lo posible hacen lo imposible, encuentran una luz, una puerta, una escalera; hallan una rendija hacia la cual asomarse para avizorar otro universo. Es deslumbrante en la imaginería que despliega. Como él mismo dice:
¡Ninguna mano arrojaría ninguna flor sobre la tumba de ese relámpago!
Empezó con versos cortos, en Las imprecaciones y Los adioses, luego los fue volviendo más largos, en Desengaños del Mago, después los hizo versículos casi descriptivos, en Cantar de Túpac Amaru.
En este proceso llega finalmente a perfilar las estrofas de sus novelas, en donde se siente el mismo hálito mágico de sus poemas, evidenciando que se alienta en su narrativa una línea de continuidad que va de su poesía hacia su prosa.
Y que, si bien se distingue formal y externamente, tienen la misma raíz, la misma savia y urden o perfilan la misma flor de la cual emerge y se alza un asombroso arco iris.
 
2. Metáforas
a favor de la lucha
 
Demiurgo, visionario de reinos ignotos, creador de mundos nuevos e imperios fastuosos, de monarquías milenarias, lujoso en los detalles, pasa del amor sentimental al sensual, del olvido al goce, de la ausencia a la posesión deslumbrante.
Así, el conjunto de su obra constituye una épica de la vida, del amor y los valores genuinos de redención del hombre; la épica de un país épico y de vida épica, como es el Perú. Que al principio es mítico, luego trágica, luego dramática, para después hacerse épica en el verbo y la pluma de poetas de categoría mayor como fue y es Manuel Scorza.
Se siente en su poesía rugir y desatarse la tormenta. Se escucha bramar y precipitarse la tempestad. Asolar con su rugido el viento. La cólera, la indignación, la rabia de los elementos terrestres por la condición indigna del hombre sobre la faz de la tierra.
Donde lo fantástico adquiere categoría de símbolo, donde las fantasías son metáforas a favor de la lucha de la comunidad indígena, donde se siente adhesión, compromiso pleno, identificación con esa masa ígnea de hombres, hecho que es de una sensibilidad total y de una grandeza absoluta.
 
3. ¿Puros
de qué?
 
Garabombo era invisible, como invisibles eran todos los reclamos, los abusos y las quejas. La protesta fecunda, el grito que parece del nacimiento, el alarido del que avisa, amonesta, impreca, las palabras urgentes, heridas, sangrantes, pareciera que se esfuman y se hacen viento. Y se vuelven transparencia y sabiduría.
Y esto es ser únicos, y esto es ser diáfanos y hasta diamantinos. Y esto es ser puros. Porque yo no sé por qué se les llama “puros” a los poetas esteticistas, a los que solo retuercen el lenguaje, a aquellos que no sienten ni la punta de un alfiler rozárseles las venas, aquellos que no sufren nada salvo la confusión de sus propias palabras.
O, me corrijo: ante quienes sentimos la confusión de sus propias palabras sin que ellos mismos lo sientan. Aquellos de la inmovilidad y lo aséptico. ¿Puros entonces de qué? ¿Puros o distantes de la nobleza de ser hombres íntegros?
En Manuel Scorza, como todo lo que relumbra, estalla y arde, es también parte de su esencia la sombra y tiniebla, y a ésta se la siente también pura, de pureza humana y no de indiferencia.
 
8. Triunfo
silenciado
 
Alguna vez escribí que el primer territorio liberado en nuestro transido y aquejado Perú era el territorio de la poesía y el de la literatura, en donde, por la década de los 60 y 70 flameaba la bandera de la redención del indígena, de la justicia social para los desposeídos, de la dignidad, y para los explotados y marginados de la tierra.
Sin embargo, a la vuelta de algunas décadas, ¿qué es lo que ha ocurrido? ¿Qué catástrofe silenciosa se ha desatado para que imperen y dominen en el panorama de las letras nacionales los aspectos denigrantes, espurios e insanos de los neutros, los viscosos y perversos?
¿Qué sistema tan envilecido e infame hemos dejado que se imponga, que ha colocado a talentos como Manuel Scorza nada menos que en la marginalidad y en el ostracismo del reconocimiento en nuestro país?
Porque podría ser explicable que la indiferencia se ensañe contra un pobre estudiante que anhela labrarse un destino en las letras nacionales, o con un escritor discreto, quizás con un tímido artesano de la palabra, tal vez con un creador menor y sin vínculos.
¿Pero que se aplique a poetas y novelistas como Manuel Scorza? ¿A uno de nuestros grandes creadores como es él? Sencillamente, ¡no lo entiendo!
 
5. Pero,
además...
 
Él, permanece sin figurar en las antologías. ¡Es inhallable en ediciones nacionales! Es escaso en estudios, comentarios y críticas. Menospreciado arteramente por algunos escritores que deslizan subrepticiamente contra él su veneno.
¿Cuál es la razón, el motivo que explica todo esto? Su consecuencia con una literatura de inspiración social. Porque, qué coincidencia: a otros destinos proteicos de inspiración social, como son Alejandro Romualdo y César Calvo, les pasa igual.
Igual murió el primero de ellos abandonado, pobre y encontraron su cadáver días después de haber muerto en su propia casa. Y el segundo de ellos, César Calvo, murió en un hospital de caridad, su columna periodística Campana de palo fue silenciada años antes, y, ¿qué periódico, revista de actualidad, programa de radio y televisión se ocupan de sus obras?
En algún momento creí y pensé ingenuamente que los medios de comunicación y los cenáculos no daban espacio ni cabida ni aceptan a quienes nunca tuvieron éxito en algo, o no hubieran ganado un premio.
 
6. La causa
del pobre
 
Pero Manuel Scorza, Alejandro Romualdo, César Calvo, y muchos otros ganaron premios internacionales. Pero, además, ¿quiénes pudieran ser e igualarse como ellos en ingenio, audacia, brillo verbal y en ideas geniales? ¡Creo que nadie!
Sin embargo, en el caso de Scorza, Calvo y muchos otros con un signo de vida preciosa son, al contrario, vilipendiados.
Manuel Scorza incluso fue muy controvertido porque en algún momento de su vida su éxito fue resonante. A este respecto, y corrigiéndome lo que pensaba antes, lo cierto es que en nuestra idiosincrasia nos duele más bien el éxito del otro.
Respecto al éxito extraordinario de Manuel Scorza se hicieron mil conjeturas, elucubraciones, y surgieron rencores y hasta maldiciones. Y es que la riqueza de los demás nos parece monstruosa.
El que alguien sea dichoso nos hace retorcernos de envidia; amarga aquí la vida de muchos y nos inunda de cólera. Nos lastima la vida y la alegría del otro.
 
7. Lo que no morirá
jamás
 
Pero, ¡fuera o lejos penas, quejas y quebrantos! ¡Dejémonos de lamentos!
La poesía de Manuel escorza es lluvia buena e inmensa. Es viento saludable y poderoso.
Es torrente cristalino que baja de las montañas. Es arroyo y es cascada que se precipita cantarina y fortalece el alma.
Es río de aguas caudalosas que crea bosques y da lugar a cultivos y sembríos, que riega huertos en donde se alzan cabañas entre grandes árboles, donde crecen árboles frutales y plantas que alimentan y curan los males del cuerpo y la mente.
Es agua que luego se conduce por acequias desde donde se lanzan para mover molinos de piedra y mover turbinas eléctricas que dan luz a los pueblos.
Es agua buena que fecunda, que refleja los rostros de los niños que van a la escuela.
Es lo que vendrá, lo que nunca acaba. Es la dicha, es el brotar de las espigas, es lo justo y es lo bueno. Es la esperanza, que no ha de morir jamás.
 
 
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