Danilo Sánchez Lihón
Volveré
y seré millones.
Túpac Amaru
1. Arriero
de oficio
Túpac
Amaru nació el 19 de marzo del año 1738 en Surimana provincia de Tinta,
en la jurisdicción del Cuzco, al sur oriente del Perú, hace 280 años,
cerca ya de cumplir 300 años, y sin embargo su presencia en nuestra
historia es actual, vigente y fulgurante, señalando siempre caminos y
horizontes.
Fue
descendiente directo de Juana Pilcowaco, hija del último Inca Túpac
Amaru ajusticiado por el virrey Francisco de Toledo en la plaza cuzqueña
de Waycaypata, el año de 1772.
Todo
su linaje, vinculado a la realeza incaica, no soportó el oprobio de la
dominación, y la herencia moral que nos ha dejado es no conciliar con lo
vil, innoble y abyecto de lo que es la explotación del hombre por el
hombre. Teniendo ese origen ilustre y aquella trayectoria simbólica de
no claudicar, heredó el cacicazgo de Tungasuca, Surimana y Pampamarca.
Era
arriero de oficio, dueño de una piara de 350 mulas con las cuales hacía
transporte de carga entre las ciudades de Lima a Potosí y también
incursionaba, a veces, hacia Mendoza, Córdoba y el Río de la Plata.
Túpac
Amaru II conmocionó e hizo temblar de pavor al régimen colonial español
más omnímodo del planeta tierra en el siglo XVIII con la insurgencia
que lideró a partir del 4 de noviembre de 1780 al 18 de mayo de 1781.
2. El trabajo
inmisericorde
Al
frisar los 20 años contrajo matrimonio con Micaela Bastidas de apenas
quince años, natural de Tamburco, distrito de la provincia de Abancay,
unión de la cual nacieron tres hijos varones: Hipólito, Mariano y
Fernando.
Ella
lo acompañó en su gesta libertadora dirigiendo el ejército de
retaguardia, razón por la cual con atroz suplicio también fue subida al
cadalso y ejecutada aquel mes de mayo aciago del año 1781.
Un testimonio de la época de alguien que conoció a Túpac Amaru lo describe así:
“Tenía majestad en el semblante, y su severidad natural pocas veces se explicaba con la risa.”
Se
sublevó junto con su esposa, familia, vecinos, comuneros y una inmensa
mayoría de población indígena que ya no podían soportar impasibles el
dolor, el abuso y el padecimiento de indios y mestizos que sufrían en el
trabajo inmisericorde de las minas, las mitas y los obrajes.
Y,
frecuentemente, el maltrato y abuso por arrogancia y soberbia de
quienes se erigieron como dueños de sus vidas y destinos; muchas otras
veces lo hicieron por distracción y divertimento; o por crear
amedrentamiento; que fueron algunos motivos por los cuales se cometieron
ensañamientos y perversiones sin límites en contra de la masa indígena.
En
función a ello la mayoría de ideólogos españoles de la época negaban la
condición humana de los naturales, porque ello les daba carta libre
para su insania, violencia y atrocidad.
3. Vencer
o morir
El
movimiento insurreccional de Túpac Amaru fue de tal magnitud y
convicción que puso como nunca en peligro inminente la estabilidad del
régimen español en este continente.
Y
ello porque alcanzó a sitiar el Cuzco, produciéndose entre los
conquistadores una disyuntiva ineludible de vencer o morir. Y así lo
dejaron atestiguado, escrito y en razón de esa disyuntiva masacraron
después al pueblo indígena.
Comandaba
Túpac Amaru un ejército de 60 mil hombres, 20 mil de los cuales eran
honderos, pudiendo decir que fue un ejército de piedras, tanto por los
hombres que lucharon como por las armas de que estaban proveídos, más
que de flechas, de lanzas o de pólvora, que en verdad no la tenían.
En
los territorios que consideró emancipados designó autoridades. Y se
proclamó Inca Rey, abarcando el movimiento las extensas jurisdicciones
de Cuzco, Arequipa, Puno, Andahuaylas, y posteriormente al alto Perú.
El
16 de noviembre de 1780 expidió su célebre Bando de la Libertad, primer
manifiesto independentista del Perú, que incluyó la abolición de la
esclavitud, proclama firmada solemnemente en el santuario de Tungasuca.
4. Dos
culpables
Esta
fue una sublevación por indignación simple. Fue un amotinamiento
natural de la sangre y de los nervios que explosionan. Fue una reacción
espontánea de la conciencia humana crispada, herida y que estalla
sobrecogida al ver tantos vejámenes, atrocidades y oprobio asolando
impune, sea cualquiera el ámbito geográfico y el tiempo histórico.
Pero
que aquí se cometía principalmente con la población indígena más débil,
en donde las víctimas más frecuentes eran mujeres y niños sometidos a
la indigencia y a un régimen macabro de explotación.
De allí que él dijera a la autoridad española cuando fue juzgado y sentenciado a muerte:
Aquí solo hay dos culpables:
Tú por sojuzgar a mi pueblo
y yo por querer liberarlo.
Síntesis
límpida, cabal y honesta. Fórmula cabal que debe servir para delimitar y
distinguir en qué bando cada uno de nosotros estamos situados. O del
lado de los agresores o del lado de los agredidos. Palabras que definen a
la humanidad en dos sectores: los que explotan y los oprimidos,
dependiendo cuál sector defiendes y dónde afincas tu conciencia de la
realidad y del devenir social.
5. Movimiento
inclusivo
Proceso
ante el cual en ningún momento Túpac Amaru se humilló ni arrepintió ni
se dio por vencido. Ni siquiera por simulación o coartada. Sin nada que
desmintiera la solemnidad, la grandeza y el compromiso de su lucha y su
gesta. Que en ningún momento expresó que se había equivocado pidiendo
clemencia o perdón concediendo al enemigo la satisfacción de eximirse de
culpa. Al contrario, reafirmó hasta la eternidad la razón de su causa.
Puesto
que no movió un solo músculo de su rostro ni de su cuerpo cuando le
introdujeron tres fierros ardientes atravesando su cráneo y que le
salieron por la boca por los tres bandos de libertad que había
promulgado. Ni mostró flaqueza cuando daban muerte a su hijo y a su
esposa. Ni cuando ejecutaron a sus parientes. Y a los capitanes del
movimiento insurreccional. Ni cuando le cortaban a él la lengua y le
halaban los caballos para descuartizarlo.
Todo
esto, ¿por qué? ¿Para qué? ¿Con qué motivo y fin? Para legarnos como
herencia moral principios imperecederos; para sustraer convencimiento y
afirmaciones plenas en la lucha por la justicia de todos los tiempos;
por legarnos verdades consistentes por las cuales luchar. Como también
para corroborar su visión integracionista. Porque el suyo fue un
movimiento inclusivo que desde el inicio buscó la unidad de indios,
criollos, mestizos y negros nacidos en esta y otras tierras y latitudes.
6. Está
vivo
Pero
no solo eso, sino que él también integró a los europeos a la causa que
defendía; tanto fue así que hubo españoles procesados penalmente y
condenados como cómplices con diversas penas por formar parte de esta
gesta de decirle no al sojuzgamiento infame al que se había sometido al
indígena en la época colonial.
Porque
la conciencia moral no se enajena con razas, credos, filiaciones,
pertenencias, sino que es una actitud básica de toda condición humana
lúcida, sencilla y moral.
Este
grito de rebelión significó, en una primera etapa, la victoria del
ejército rebelde venciendo en Tungasuca al ejército español acantonado
en el Cusco, que tuvo como acto simbólico el apresamiento y ejecución
del corregidor Aliaga y el cerco a la capital imperial.
Y
sobre todo la expedición como dictámenes de los tres famosos "Bandos de
Libertad", uno de ellos eximiendo de sus cadenas a los "esclavos" de
todas 'las razas, adelantándose casi en cien años al decreto
abolicionista de Abraham Lincoln en Estados Unidos de Norteamérica.
La
aspiración del movimiento insurreccional era volver a instaurar un
orden social de fraternidad humana, de justicia social y de solidaridad,
tal y como lo tuvieron los Incas.
7. Aires
de fiesta
Dejando
ya aquel quejarse como humillados y ofendidos para pasar a organizarse y
luchar. Movimiento de la indignación reaccionando ante lo malsano y
perverso. Movimiento de la matriz ofendida. De la casa allanada. Que
aquí lo encabezó una familia. Donde lucharon esposo y esposa, madre e
hijos, parientes y vecinos. Es decir, el útero materno que defiende la
vida.
Movimiento
que solo lo podía concebir en sus entrañas un país como el Perú: cumbre
y abismo, picacho y cañada, desierto y cuenca pródiga de espigas
cargadas de frutos. Movimiento que es río inconmensurable y huella de
que, por aquí, sobre este arenal y sobre estos pedruscos ¡cruzó alguna
vez un río y sobrevoló un cóndor!
De
cuya huella renace y volverá a florecer hoy, mañana y siempre la utopía
andina. Movimiento que está vivo, palpitante y con pleno empuje; por
ejemplo, en aquella mujer campesina humilde que se enfrenta a las
trasnacionales del lucro en Cajamarca, que lucha y declara así:
Si
van a matar el agua mejor es que me maten a mí, porque el agua queda y
permanece, en cambio yo voy a morir. Y el agua sirve además a todos,
sirve a las plantas, a los animales, como a los hombres.
Ya escucho pututus, pincullos, tambores y aires de fiesta. ¡Jallalla, hermanos! ¡Viva Túpac Amaru! ¡Viva el Perú eterno!
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