*****
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
JORNADA EN EL MES
DE AGOSTO, 2016:
IDENTIDAD Y PATRIMONIO
LIMA
VIERNES 26 DE AGOSTO.
6:30 PM.
– PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
“FLOR DE PIEDRA, LOS
TEJADOS”
DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
– EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
“TELÚRICA Y MAGNÉTICA
EN LA CUNA DE CÉSAR
VALLEJO”
DE JAIME SÁNCHEZ LIHÓN
– CENA DE CONFRATERNIDAD
INSTITUTO RAÚL PORRAS
BARRENECHEA DE LA UNMSM
COLINA 398. MIRAFLORES
INGRESO LIBRE
SE AGRADECE
SU GENTIL ASISTENCIA
TRUJILLO
SÁBADO 27 DE AGOSTO
SANTIAGO DE CHUCO
DOMINGO 28 DE AGOSTO
CACHICADÁN
LUNES 29 DE AGOSTO
ANGASMARCA
MARTES 30 DE AGOSTO
*****
16 DE
AGOSTO
SEMANA
TURÍSTICA
DE REQUENA
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
LA FABULOSA
VIDA DE ARTURO
HERNÁNDEZ
Danilo Sánchez Lihón
1. Cuenta
él mismo
Arturo Hernández, el autor de las célebres novelas “Sangama”
y “Selva trágica”, nació en la provincia de Requena, en Sintico, a la margen
izquierda del río Ucayali el año de 1903, y murió en Lima el 2 de abril del año
1970.
Nunca pudo averiguar ni el día ni el mes sino apenas
el año, pero más la circunstancia en que vino al mundo:
“En la época en que los salvajes irrumpieron en el
pueblo de Samanco y raptaron a todas las mujeres”.
Cuenta él mismo.
Ni siquiera nació en la capital de la provincia sino
en un villorrio del distrito Emilio San Martín quien fue un héroe de la marina
en la guerra con Chile.
Quien para hundir un barco enemigo hizo explotar una
bomba cargándola en sus brazos y disparándola con su revólver.
2. Tres
días
Nació Arturo Hernández en un pueblo que a la vez
desapareció varias veces y ha vuelto a aparecer, como son los pueblos de la
Amazonía que cambian de lugar.
Debido principalmente a que los lleva el río, a causa
que la tierra sobre la cual se asientan es arcilla aluvial que cualquier día
vuelve a ser arrastrada por la corriente de agua.
Pero un día el río no solo se tragó el pueblo sino
toda la tierra que Arturo Hernández tenía bajo sus pies.
Ese día Arturo solo se salvó trepándose a los árboles
en donde permaneció montado y sujeto a una rama durante tres días seguidos con
sus respectivas noches, para después bajar, nadar y alcanzar una orilla.
3. A punta
de palos
Aprendió a leer en la escuelita que organizó su padre
para los hijos de los obreros que trabajaban en la recolección de caucho en el
shiringal, que se llama así al paraje rico en árboles que ofrecen ese producto.
Pero ocurrió que murió su madre y su padre lo lleva a
vivir con su abuela de parte suya quien odiaba a ese niño por ser fruto de una
relación que nunca quiso ni aprobó.
Cada vez que la abuela lo veía leer lo castigaba, diciéndole:
– Ay, maldito. Otra vez ya te encontré en este vicio.
– Perdón abuela, pero no me pegues, te lo suplico.
– Si no te pego entonces ¿cómo te vas a corregir de
estas ociosidades? ¡Ya te he dicho, trabaja! ¡Dedícate a tus tareas, y no a
estas cochinadas!
– ¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!
Y le daba duro.
– Así, infame, te voy a ser doctor, a punta de palos. –Le decía.
4. Marinería
a bordo
Trató de fugar varias veces, por lo que su abuela
decidió mantenerlo día y noche encadenado.
Lo mantuvo como esclavo, amarrado a una estaca clavada
en el suelo. Y allí tenía que lavar, cocinar y hacer tareas propias de mujeres.
Su única alegría consistía, cuenta él, en mirar los
barcos ingleses que pasaban croando rumbo a Liverpool cargados de goma elástica.
Eran barcos de lujosos barandales que emitían volutas
de humo en el cielo azulino de la Amazonía y con la marinería a bordo, de ojos
azules y con la boca carcomida por el yodo.
En la entrevista que Arturo Hernández concedió a
Hernán Velarde para el diario Expreso, cuenta lo siguiente:
5. Nunca
se imaginó
–Un día pasó una barcaza llena de soldados, con
destino a una guarnición del interior.
Levanté la mano para saludarlos presa de una emoción
desconocida y al mismo tiempo sentí que una mano como una garra me sacudía por
los hombros.
– ¿Qué miras desgraciado?
– Me gustaría ser uno de ellos.
– ¿Tú?
– Sí ma, ¿por qué no?
– ¡Porque eres un imbécil...!
Así era mi abuela.
Refiere él de ese modo. Y nosotros comentamos: Pobre
viejita, nunca se imaginó que llegaría a ser General de Brigada del Ejército
Peruano y además doctor en leyes con el cargo de Fiscal General del Consejo
Supremo de Justicia Militar.
6. Sin que nadie
sepa de él
Un día pasó el ejército reclutando jóvenes para el
servicio militar. Mintió que tenía dieciocho años cuando apenas tenía quince. Y
cargaron con él, levándolo.
Estando en el regimiento de Cazadores del Oriente 51, y
cuando ya tenía grado de sargento, su capitán Guillermo Cervantes, se rebeló
contra el Estado Peruano, pidiendo mayor atención para los álgidos problemas de
su región, la Amazonía.
Cinco meses duró la sublevación que finalmente fue
develada. Arturo Hernández cayó prisionero y fue trasladado a Lima en condición
de amotinado.
Sufrió prisión en un viejo velero fondeado en el
litoral y luego en la cárcel de Guadalupe.
Parecía un olvidado en una mazmorra húmeda y
maloliente sin que nadie sepa de él ni de su caso. Ni se sepa de cuál era ni cuál
sería su destino.
7. Dolor
y lágrimas
Pero un día sin qué ni por qué lo echan a la calle y
lo dejan libre, pero que en la selva en dónde sí hubiera sabido defenderse.
Expresa:
“Dormí en el Parque de los Garifos, sufrí hambre y
conocí el sabor amargo de la desocupación”.
Fue jornalero de construcción civil, peón de hacienda,
mozo de bar, conductor de tranvía, portapliegos, mozo de cocina. Y cuenta:
Hasta que logré un “conchave” en el vapor Ucayali, al
que fui por llamarse como mi río. Fueron muchos viajes por la costa del Caribe,
en calidad de mozo de salón, el último de la nómina y el primero en el trabajo.
Días de dolor y lágrimas, siempre con la esperanza de
alcanzar algo que llenara mi espíritu. Cansado de dar vueltas en el mar, acepté
el cargo de capataz de cuadrilla de los trabajadores que jalonaban la vía
Mejorada – Ayacucho.
8. Mi amor
propio
Pero se dio la oportunidad de asimilarse a la Marina
de Guerra del Perú en la Zona Naval del Callao. Pronto ascendió a Alférez de
Fragata.
Al mismo tiempo a los 26 años postuló a San Marcos
para estudiar abogacía. Clausurado San Marcos se trasladó a La Católica, donde
culminó sus estudios el año 1936. He aquí su relato:
– ¿Sabe Ud. cómo y por qué ingrese a la Universidad? –Le cuenta a Hernán Velarde–. Gracias a un amigo que quiso burlarse de mí. "¿Ya que eres tan
aspirante, por qué no te presentas a la Universidad?".
Lo dijo con tal tufillo de mala fe, que hirió mi amor
propio y cualquier día me vi haciendo turno para los exámenes de ingreso, entre
800 alumnos que luchaban por colocarse en una de las 80 vacantes para Letras.
Fue un examen de pura "mechadera", los
aspirantes caían como moscas, por eso cuando el jurado me llamó:
9.
¡Qué
maravilla!
– ¡Aspirante Arturo Hernández del Águila!
Yo, en vez de decir ¡presente!, quedé mudo y clavado
en el suelo. Pero entonces vino nuevamente "en mi ayuda" el burlón, quien
me envió trastabillando hasta los pies del Jurado.
Me revolcaron malamente. Al final me entregaron un
papel con mi nota. Yo naturalmente ni lo miré. "Mi amigo" reía aun
cuando traspusimos la puerta de San Marcos, donde por hacer algo, saqué el
papel con mi nota.
¡Qué maravilla! No sé por qué milagroso mecanismo me
habían puesto 11. Entonces vi que "mi amigo" lloraba. Nunca supe si fue
de felicidad o de envidia.
En el año 1942 publicó su novela autobiográfica “Sangama”.
En el año 1950 se casó con una bella y bondadosa maestra que se consagró al
cuidado de su obra, su nombre: Telma San Martín.
10. Receta
moral
En el año 1952 su novela fue traducida al francés y se
volvió best seller, libro del mes en Francia.
Luego su fama se extendió a Europa. Se tradujo al alemán, inglés, ruso y al
yugoeslavo.
Los cheques por regalías en cada remesa sobrepasaban
los 300 mil francos. Compró una casa y se dedicó a escribir entre otras, obras
como: “Selva Trágica”, “Tangarana y otros cuentos”, “Bubinzana (La canción mágica
del Amazonas)”. Declaró alguna vez:
“en realidad yo he aprendido todo lo que sé trabajando”.
Y cuando se le preguntó acerca del tema de las técnicas
literarias en sus novelas respondió que el único consejo que quería dar a
quienes aspiraban a ser escritores era:
“Vivir más e inventar menos”.
Receta moral en estos tiempos de embustes y
artificios.
*****
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar
a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
*****
CONVOCATORIA