viernes, 31 de julio de 2009

RECITAL CLÁSICO DE VERSOS: "A CORAZÓN ABIERTO" - CHIMBOTE

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Por: Jorge Álvarez Bocanegra
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Director del Elenco Tetral "Kareta" de la UNS - Chimbote
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Bueno amigos:
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Al fin y al cabo, y contra viento y marea, pude grabar este disco con los poemas de siempre o los que siempre declamo en las presentaciones publicas, privadas, tertulias noctambulas y/o entre patas y... "patos". Sólo les pido colaboren adquiriendo para su coleccion o simplememnte por solidaridad artistica.

Pueden encontrar el disco con 21 poemas (casi diria: "20 poemas de amor y una cancion desesperada") en el CENTRO CULTURAL CENTENARIO DE CHIMBOTE: Av. Alfonso Ugarte Nº 800 (Ex Plan de Padrinos) Biblioteca Pùblica "Cèsar Vallejo"· Es un recuerdo a nuestro común amigo Manuel Cipriano Espinoza QEPD que tanto me rogó para grabar mi voz en algún cassette:

Encontraran Poemas de : Jose Santos Chocano, Federico Garcia Lorca, Juan Gonzalo Rose, Cesar Vallejo, Ovidio Rincon, Rafael de Leon, Carlos Rivas Larrauri, Miguel Ramos, Indio Duarte, Manuel Machado, Gustavo Adolfo Becquer y otros.

Recirdarán: "El Seminarista de los ojos negros", "Penas y alegrías del amor", "Las oscuras golondrinas", "Pedro Rojas", "Carta a Maria Teresa","Los Guapos", "El Duelo del Mayoral", "La Casada Infiel", "Heraldos Negros", "Masa", entre otros.

GRACIAS AL APOYO DE LA UNIVERSIDAD "SAN PEDRO" DE CHIMBOTE EN LA PERSONA DE SU RECTOR EL DOCTOR Y MEJOR AMIGO JOSE MARIA HUAMAN RUIZ.
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Para visualizar Entrevista, hacer clic en:
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EXCELENTE DECLAMADOR, JORGE ÁLVAREZ BOCANEGRA, EN HUARI
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XVIII ENCUENTRO DE ESCRITORES Y POETAS ANCASHINOS
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Fotografías: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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Jorge Álvarez, con el escritor Víctor Hugo Alvítez Moncada

Huari de fiesta

Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

jueves, 30 de julio de 2009

CRÓNICAS DE LIMA - ESTIRPE DE CAMPEONAS

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Por: Efraín Vásquez Veramendi
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Cuando en el deporte en general, nos ahogábamos con el futbol mediocre y racista de Chemo del Solar y su socio el impresentable Burga, viejos laureles de gloria reverdecen con un puñado de gladiadoras y valientes muchachitas de 18 abriles, que nos hinchan el pecho en cada mate en la net alta. Desde el sempiterno Akira Kato y su inolvidable equipo de pioneras que coqueteaban con los éxitos, Sarita Pinedo, Pilancho Jiménez y Lucha Reyes como representantes del largo y glorioso génesis de posicionamiento del voley peruano, nos acostumbraron a reír y saltar extasiados de conquistas en las canchas donde dejaron su sudor y la naciente estirpe de campeonas a nivel sudamericano, donde Brasil era nuestro punto y el único team que nos hacía pelea.

Con cada punto de Pilancho
Mi primo hermano Gil Pancho
Se vacilaba como un chancho
Sin ser nunca un zafarrancho
En la cantina de Don Sancho
A todo lo extendido y lo ancho
Del país que yo nunca mancho
Lloramos juntos con Juancho

Después vinieron otras manos de combate y entrega, Meche Gonzáles como mascota y figura, de un nuevo recambio que condujo el Gran Man Bo Park como estratega, descubrió a una niña alta y rubí linda llamada Gaby, que junto a la “Zurda de Oro” Cecilia Tait y la jamás derrotada e irascible Natalia Málaga entre otras inmortales jugadoras, arañaron la gloria en las Olimpiadas de Corea, en un inolvidable partido con la entonces URSS, que lo tuvimos al alcance de las manos para asirnos la presea dorada… hasta hoy, lloramos esa derrota, pero para el pueblo peruano supo a eternidad, a inmortalidad, a perpetuidad, y las recibió al regreso de esa justa mundial, como se recibe un ser amado, con la alegría y el amor de un labio enamorado, con el agradecimiento imperecedero del peatón de a pie, con la lagrima sincera de la humilde ama de casa que madrugaba soplando el fogón de leños para verlas jugar, con el puño estrecho y blandido como espada libertaria que ha luchado en mil combates.

Lo que pasó en la lejana Corea
Es un todo que la voluntad florea
Una pizca de la gloria etérea
Una lagrima que mi faz recrea
Tal vez si la Diosa fortuna
Me castigue por ser un jijuna
Sin culpa, las tengo a ninguna
Reserva hay, creciendo en la cuna

Luego vino un aturdimiento de oscurantismo y derrotas que hasta Venezuela y Argentina nos ganaban partidos, Chile que se embalaba para estar a nuestro nivel de zócalo y mientras tanto la desorientación y el trastorno generacional mal planificado mostraban su cara más cruda, la indiferencia de la gente se conformaba con el recuerdo de esa épica jornada y no pedía mas, perdonaba a unas inmaduras y tiernas matadorcitas que a punta de empuje y empeño, trataban de emular la hazaña de las mayores.

El primer clarinazo la dieron Miriam Baella como Capitana de una nueva generación de ganadoras, clasificando para el Mundial Sub 18, con garra y amor propio, escalaron por las pendientes empinadas del encanto, hasta adueñarse de un consolado 6to puesto; aún con olor a pubertad y reclamando a mama en las noches, estas indomables peruanas, traídas desde Bagua y Arequipa, de Tarapoto y el mismísimo Callao, nos hicieron voltear la cara, para mirarlas aún incrédulos, de lo que su gloriosas manos estaban haciendo en la fabulosa Tailandia, dejando en encamino a la poderosa China, superando a Turquía, con victorias día a día.

Estas niñas con su entrega
Se manifestaron en la brega
Revelando su dormida mega
Anunciando nueva siega
Sin despertar la sorpresa
De advertirlas color fresa
La tía Lourdes que es obesa
No rebota, solo besa

Aún con la miel en los labios, Leyla Chihuan y su corte, clasifican al mundial de voley a jugarse en Tokio el 2010, superando viejos traumas que no nos dejan despegar del todo, conseguimos el boleto para esa justa, que alberga lo mas graneado de la net alta; pero a despecho del corazón satisfecho, una vez mas la ahora asistente Natalia Málaga, se engrapo en eterno abrazo con la Capitana de la categoría mayores, entre lagrimas que todos los peruanos entienden, tal vez en su invencible espíritu esta noble rubia, se tomaba una incipiente revancha, que solo ella espera lograr, como representante de esa descendencia de chicas bravas e indómitas, que esperan lograr la cima.

Entre ajos y cebollas, empuja ella al equipo, alienta desde la banca y traduce un incomprensible idioma del lejano oriente, en estrategia y consejo para ganar cada game, esto me trae a la memoria, una lección que aprendí en la vida, en la brega diaria de la cruda calle, en la esquina en el parque, en tu escritorio o laboratorio, allí donde la enseñanza del aula no alcanza, ahí donde la práctica es mas que la teoría… “no es suficiente brindar nuestro máximo esfuerzo, hay que superar ese limite, traspasarlo, solo después del supremo esfuerzo, esta la verdadera gloria”.

Que instinto tienen esas férreas manos
Que nos ensalzan a todos los peruanos
Haciéndonos creer más que humanos
Confundiéndonos llorosos como hermanos
De abrazos y gritos nos alimentamos
Con coraje y valía las apreciamos
Con sus triunfos más nos agrandamos
Y por sobre todo, las amamos…

Seguro estoy que con este envión, la abatida fe de los deportistas, tan vapuleada por el deporte rey por tanta derrota, tiene una luz de esperanza, tiene expectativa a corto plazo, ya el mundial esta a la vuelta de la esquina, ya las gargantas prestas están para el grito, listas también para el brindis, ajenos al sacrificio de estas guerreras, que aguzan el temple en la fragua secreta del anhelo escondido, en el sacrificio, en la entrega de cada entrenamiento, en el íntimo convivir de partido en partido, ahí donde nadie las aplaude, en ese inmenso rectángulo que es su campo de batalla, mañana al rayar la aurora, habrá un nuevo grito como arenga, y un susurro oculto como rezo.

La gloria que destaca la batalla
Con el sudor que dejas en la malla
Mi orgullo en la vida nadie acalla
Pequeño soy a tu colosal talla
Mostrando tu guerrera agalla
El enemigo ante ti siempre falla
Chocando inerte ante tu muralla
Mi grito de fe siempre estalla


Que les parece
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Efraín Vásquez Veramendi, es autor del libro CRÓNICAS CHIQUIANAS.
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miércoles, 29 de julio de 2009

NECESITO UN CABALLO

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Por: Eduardo Martin Cerrate
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Hace tres horas aproximadamente que se ha iniciado el día 1º de septiembre del año 1982, nos encontramos en Chiquián celebrando las fiestas de nuestra patrona y benefactora Santa Rosa de Lima; el día anterior habíamos bailado, comido y bebido hasta muy tarde y en consecuencia las tres de la madrugada para nosotros era momento de reposo y recuperación de energías.
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Estamos en la casa materna, en Quihuillán, calle Comercio 2ª cuadra. La casona es antigua con un portón grande que al abrirse las dos hojas, permite el ingreso de animales con carga e inclusive jinetes a caballo a través de un ancho pasadizo que termina en una sala amplia, techada, que da frente a un jardín plagado de rosales, pensamientos multicolores, cartuchos, gladiolos variopintos, plantones de manzanos y de blanquillos, algunos surcos donde afloran zanahorias, cebollita china, culantro, lechugas y una que otra mata de nuestro infaltable chinchu. A ambos lados de la sala se habían acondicionado habitaciones para descansar; en esos momentos yo me encontraba durmiendo en el cuarto del lado derecho. La abuela Emiliana hacía varios años que había fallecido y mi madre no se encontraba en Chiquián, mejor dicho yo era el único habitante en “la gran mansión”. De repente entre las profundidades de mis sueños escucho murmullos y la puerta de mi cuarto que se abre violentamente.
- ¡Aquí está!...¡Aquí esta!, grita una voz y yo entre dormido y despierto empiezo a incorporarme en el lecho cuando una potente luz me enceguece, los murmullos se acrecientan dentro de la habitación y un brazo me toma por la espalda. -¿Qué pasa?... ¿Quiénes son?... ¿Qué desean?..., mis palabras salen atropelladamente y trato de incorporarme totalmente, pero el que me abraza me retiene y saluda.
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- Eduardo,... ¡hermanito! estamos visitándote para que nos acompañes esta tarde en la entrada -y me alcanza una copa con dos buenos tragos de chinguirito bien caliente que yo ingiero rápidamente y trato de pedir explicaciones, pero detrás de él ya está otra persona que no llego a distinguir por la luz que me sigue alumbrando a la cara y he allí que me alcanza otra copa con otra dosis de esta bebida tan típica en nuestra tierra.
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- Sírvete! ... sírvete!... Ishcayta Nahuin (dos son mis ojos) -me dice alegremente y ya totalmente despierto de un sorbo seco la copa.
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- Soy Patuco, hermano y estoy viniendo a invitarte para que nos acompañes esta tarde en la Entrada -me dice el que me tenía abrazado y yo ya más calmado y repuesto, sólo atino a decirle:
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- Cómo han entrado si yo dejé las puertas con cerrojo –eso no me preguntes, porque yo mismo no sé como lo han hecho mis ayudantes, pero yo entré por la puerta del zaguán.
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- ¡Chau hermano!... - y como entraron, se retiraron.
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Con cuatro buenos tragos de chinguirito, mi cuerpo, que si bien es cierto se encontraba abrigado dentro de la habitación, empezó a calentarse mas todavía y mi cabeza me anunciaba excesos de alcohol. Dentro de esa casi embriaguez me puse a analizar los acontecimientos en medio de la oscuridad en la que me dejaron. Efectivamente, el Capitán de la fiesta don Patrocinio Allauca, que era el que me había abordado en mi propia cama, esa madrugada al igual que el Inca y su Rumi Ñahui, estaba en el Shogacuy y ambos, cada uno por su lado, visitaban las casas de sus amigos y simpatizantes, para en la tarde los acompañen en la Entrada. Esa tarde el capitán, y sus huestes tratarían de capturar al Inca, el mismo que sería defendido por su ejército formado por el Rumi Ñahui, las pallas y los amigos que estaban siendo visitados esa madrugada.
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No recuerdo en qué momento y cavilando no sé qué, me volví a quedar dormido; pero ya en la mañana al despertarme y levantarme se me vinieron de golpe los hechos ya narrados. -"Ahora que hago", me dije en silencio, Patuco personalmente me ha invitado para acompañarlo y no tengo caballo.
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Hice mi aseo personal y como no había nadie en casa me fui al mercado a tomarme un caldo de cabeza. En el camino me encuentro con don Elí Castillo y preocupado le pregunto.
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- Don Elí, un favor.

- Si Cerrate -me contesta.

- Quizás Ud. sepa quién me puede alquilar un caballo para esta tarde, fíjese que esta madrugada, no sé cómo, pero Patuco entró hasta mi cuarto para invitarme a acompañarlo en la Entrada.

- Estos muchachos son buenos, seguro han entrado trepando la pared del corral, porque de otra forma ¡cómo!, salvo que dejaras tu puerta sin tranca.

- No, don Elí, yo recuerdo que puse bien el cerrojo, mas bien cuando ellos salieron, juntaron la puerta y me quedé medio mareado ni me acordé y me dormí ahí nomás... Bueno, pero lo que le pregunté, es que si conoce a alguien que me pueda alquilar un caballo.

- Acá difícil, ya no hay buenos caballos y los pocos que quedan deben estar comprometidos con los funcionarios, mas bien en Huasta puede conseguir, allí también son aficionados, vaya por allí y pregunte por el negro Justo Valdéz, él tiene varios animalitos.

- Gracias don Elí, ahí nos vemos.

- Ya Cerrate -se despide.

Terminado mi desayuno en el mercado, seguí indagando por la posibilidad de encontrar un caballo disponible. Como la mañana avanzaba y no había nada positivo, partí a Huasta en una camioneta con la que me movilizaba por la zona (en esa época me encontraba trabajando la mina Aída, de propiedad de la familia Roque, en las alturas de Pachapaqui). Al llegar a la población me informaron que don Justo vivía en Pampam, en la parte baja; finalmente, luego de varias averiguaciones llegué a una casita de Pampam, en cuyo patio se encontraba ensillado un caballo alazán tostado, tamaño medio y recién herrado.

-Don Justo! -grité, al tiempo que tocaba la puerta del zaguán.

-¿Quién? -me contesta una voz masculina desde adentro.

-¡Yo! -respondo, (mientras me pregunto a mí mismo “quien yo”)

- ¿Si? -me inquiere un hombre de mediana altura, flaco, enjuto, de piel oscura, al tiempo que abre la puerta.

- ¿Don justo?

- Si, ¿qué desea?

- Esta tarde es la Entrada en Chiquián y necesito un caballo para poder acompañar al Capitán.

-¡Ah!, pase, tome asiento -me invita señalando un banquito hecho con un trozo del tronco de la Puya, hermosa planta dada a conocer al mundo por el sabio Raimondi.

Me senté y empecé a explicarle quién era yo, de los motivos de mi solicitud; en fin, que necesitaba uno de sus caballos, tan mentados en la zona. Él sonriente y algo adulado me dice.

-Allí tengo algunos animalitos, y hoy tenemos que estar en la Entrada, está bien, le alquilaré uno.

-¡Gracias! -le dije entusiasmado, sobre todo por el bonito alazán tostado que tenía en el patio, no era para menos.

Acordamos el precio del alquiler y convenimos que me llevaría el animal por la tarde y que lo espere en la casa, que no me preocupara. Ya tranquilo, regresé a Chiquián, guardé el carro y busqué a los amigos para comentarles los hechos y los preparativos que estaba haciendo para acompañar a Patuco. Como era la primera vez que iba a estar en la Entrada, me averigüé lo que debía de hacer, cómo me tenía que prevenir; así pasaron las horas entre la desesperación y la emoción.

A las tres de la tarde los cohetes anuncian la salida del Capitán de su casa, junto a su comitiva y amigos rumbo a Quihuillán, donde se iniciará la Entrada que debe concluir con la captura del Inca en el campo de Jircán.

En la puerta de mi casa, me encontraba tomando unas cervezas con unos amigos, esperando la llegada del negro Valdez, cuando vemos pasar al capitán, don Patrocinio Allauca y demás acompañantes, sofrena al caballo, un moro de orejitas inquietas, con enfrenadora trenzada y adornada con piezas de plata.

-¡Qué pasa hermanito!, ¿no nos vas acompañar?.

-¡Claro que sí Patuco!, estoy esperando el caballo que me traen desde Pampam, para estar contigo, allá te alcanzo -le digo, mientras le doy una botella de cerveza y brindo con él, augurando la captura del Inca.

- ¡Salud! -me contesta –y no te preocupes, el Inca de todas maneras cae - me dice -y todos reímos de la ocurrencia -te esperamos -finaliza devolviéndome vaso y botella, y continúa su camino seguido de la tropilla de jinetes y la banda de músicos.

Mientras tanto el tiempo pasa y el negro Valdez nada. Vemos pasar al Rumi Ñahui por delante, seguido de sus pallas con sus faldas y pañuelos multicolores al viento, rodeando al Inca que avanza sereno, más atrás el conjunto de cuerdas y toda una multitud de paisanos que a pie lo acompañarán en esta “guerra de caramelos”, como yo lo llamo y que anualmente se reedita en una costumbre ancestral.

Como dije líneas arriba, era la primera vez que participaba de esta recreación y creí necesario tomar mis precauciones: “Dicen que tiran huevos, tomates, también tiran manzanas, hay caramelos que pueden romperte la cabeza”. Con todos estos comentarios, debajo de los pantalones me forré las piernas con cartones, igualmente bajo la camisa tanto en el pecho como en la espalda, me forré con cartones. Me conseguí un casco de esos que usan los mineros, un abrigo largo y una bufanda que me protegía la cara y la nuca.

Ya empieza a sentirse el movimiento de la gente, señal que va a comenzar el evento y el negro Valdéz ¡Nada!, y yo con toda esa ropa encima, parecía un robot que apenas podía caminar, sudando a cántaros.

De pronto varios cohetes se elevan, ¡pum!....¡pum! ...¡pum! retumban en el cielo dejando copitos de nube en cada lugar donde explosionan y de donde se ven caer las varillas de carrizo que les sirviera de guía. Se ha dado inicio a la Entrada, y la banda de músicos lanza sus melodiosas notas al viento animando a los de a caballo a avanzar, mientras los de a pie defendidos por largas varas de maguey atravesadas a lo ancho de la calle impiden que la tropa del Capitán los arrolle y van retrocediendo poco a poco, mientras el conjunto de cuerdas los anima musicalmente a defender sus posiciones. En toda esta trifulca los caramelos y demás elementos “de guerra”, cruzan por los aires tratando de alcanzar a los del bando contrario.

Mientras esto acontecía, yo parecía un atribulado padre en la maternidad esperando el nacimiento de su hijo: entraba a la casa, salía al zaguán, "ese desgraciado ya me engañó"!,... la masa humana avanzaba lentamente, acercándose poco a poco al portón de la casa. De pronto por la otra bocacalle escuchamos el paso amblado de un caballo, cuyos cascos resuenan en el empedrado de la calle, dobla la esquina.

- Ahí llega! -me grita uno de los amigos que me acompañaba. Efectivamente, era el negro Valdez que llegaba apurado, se baja del zaino y se me acerca.

- Disculpe Ud., me demoré un poquito porque no encontraba a la yegüita, se había salido del pasto, pero de todas maneras aquí está.

Y efectivamente, me entrega “una yegüita” de color indefinible, que apenas llegaba al metro veinte de alzada y para colmo, preñada muy próxima a parir.

Miré al esperpento de animal, miraba al negro Valdez, miraba a los amigos que también me miraban; cuál sería mi expresión que señalándome con el índice se reían, primero un tanto temerosos y luego a carcajada abierta.

- ¿Esto me vas a dar? -casi gritando me dirigí a Valdez, mientras miraba su bien ensillado alazán.

- Es lo que me queda, los demás ya los tenía alquilados.

- ¿Y ese alazán en el que vienes montado?.

- ¡No!, ese lo he preparado para pasar mi fiesta, no se lo doy a nadie.

Me encontré en la encrucijada: ¿salgo con esto? ¿no salgo?. pero ya le prometí a Patuco acompañarlo. Estaba en estos cavileos, cuando me vuelve a la realidad la voz del negro Valdez:
– Págueme de una vez, y salgamos de aquí, que ya se acerca la gente.

Y entre risas y bromas de los amigos, pagué lo acordado y subí al animalejo. Valdez, retornando por donde vino, haciendo caracolear su alazán, a la distancia me grita:

- En Jircán me lo entrega, al terminar la Entrada.

Yo, montado en “la yegüita”, con casco, bufanda y abrigo, que parecía un gnomo cuyos pies casi llegaban al suelo, al paso cansino del animal avancé hasta la bocacalle por donde desapareció Valdez, para esperar que pase la muchedumbre y finalmente poder acompañar al Capitán, al amigo Patuco.

Epilogando esta experiencia, concluyo el relato con el recuerdo de “Chico” y “Altamar”, dos potros, el primero un castaño terciado y el segundo un alazán tostado de primer tamaño, que con el tiempo adquirí en la costa y los llevé a Chiquián, donde por varios años lucieron su estampa y permitieron resarcirme de los ingratos momentos, que hoy, ya sonriente me permito dar a conocer.
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Fuente:
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Página Web del Club Chiquián
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http://clubchiquian.multiply.com/
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Paisanos: Celia Chávez Araujo de Aranda, Eduardo Martin Cerrate, Félix Víctor Rivera Anzualdo y Román Grimaldo Ibarra Damián. Nuestras oraciones por el alma buena de nuestro hermano Carlos Lara Márquez. Que Dios los bendiga.
Nalo





ENCUENTROS ARGUEDIANOS - CONVERSATORIO "EDUCACIÓN POPULAR" - 30 JUL 2009 - 7:30 PM

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Presenta el conversatorio

EDUCACIÓN POPULAR

Participan:

Luis Urteaga Cabrera
Sigfredo Chiroque
Gorki Tapia
Pastor Rodríguez ( Ministro Consejero de la Embajada de Cuba.)

Música

Julio Humala
Trío Huanta
Jesús Palomino
Los Galanes de Chuquibamba
Alaín y Frank Collazos
Margot Palomino

Poesía

Jorge Luis Roncal
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Fecha y hora:

Jueves 30 de julio 7.30 pm
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Lugar:

Auditorio Galería El Mundo de los libros

Jr. Camaná 1011 Lima, frente a la Plaza Francia

INGRESO LIBRE

Invitación:

Fina atención de Margot Palomino

Nalo Alvarado Balarezo

martes, 28 de julio de 2009

EN EL DÍA DE LA PATRIA - POETRASTO INSUMISO - Por Carlos Garay Veramendi

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Ser poeta es difícil;
querer serlo, más difícil todavía;
saber serlo, dificilísimo.

Juan Ramón Jiménez
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POETRASTO INSUMISO
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Por: Carlos Garay Veramendi

Hoy voy a escribir, sí señores,
sólo y sólo versos andrajosos,
pues para mi desconsuelo colosal
con exiliada alma de poeta nací;
perdonen mi franca franqueza,
es mi verdad por poco patética.

¡Oh, tiempos de estudiante juvenil!
Años ha, porfiado flirteador
de huraños guarismos,
nunca de guiños veleidosos de letras.

Y ninguna vez ejercité: ni manejo,
ni entramado ingenioso
de voces enjoyeladas con imágenes,
metáforas de imaginación millonaria.

Me consideré por esta causa nata
siempre jamás impasible, inepto,
para la lírica y sus encantos divinos.

Pido ahora muy sincera absolución
al santo cielo, hincado de rodillas,
por pergeñar un tanto tardío
sobre penuriales del pueblo
que empapan hasta el corazón
de mi humanizada fraternidad,
cual turbión violento de lloraduelos
de muchedumbres atribuladas.

Ya con nobles huesos vejecidos,
tristes, y en “dolósfera” sumidos,
al acto escribir me pongo insumiso
mis rudos versos contestatarios;
y no han de merecer áspera crítica
mis encabritados cantares chabacanos
por gentil conmiseración altruista
de aedos y poetas laureados.

Si rozar una partícula lograra
en meollo de tu sensibilidad,
benevolente adversario mortal,
muy resguardada en lítica fortaleza
de tu vivencial humana;
me colorearé de asaz aliviado
y me iré tan feliz a pasos girocho,
en cerúlea tarde achantada,
junto con el extenuado Sol
que avanza lento entre cerros
del poniente su hasta mañana,
para lánguido acostarse
en su cama sinuosa: blanda mar.

¡Un bardo, claro que sí, un bardo!,
hasta con versos andrajosos,
aun con ausencia indefinida
del codiciado quid divínum,
como nativo pajarillo pico de oro:
Sirguerillo trisador, jocundo
gorjea a su pueblo alegrías a porfía.

Pero mi nación desahuciada
está en larga y dolorosa agonía,
¿Acaso puedo cantar amor
y contentos ante una moribunda?

Tiene grandísimas heridas
abiertas sangrando a borbollones:
ayes, desesperanzas opresivas,
y carencias de vida a riadas.
Pues la han violado y descargado
infinidad de puñaladas farisaicas:

“Pigmeos” derechistas yahuarmaqui
y pícaros populistas verborrágicos;
dictadores -voraces ratas y asesinos-
mafiosos que aburdelaron el Perú;
nauseabundos togados mercaderes,
finos fabricantes de cloaca jurídica;
tránsfugas parla-vanos putris;
uniformados -picarotes Tamerlán-
que dóciles se dejaron prostituir
por el globalizado verde pervertidor,
olvidando presto que pertenecen
a institución tutelar de la Patria.

¡Homúnculos misérrimos!
¡Apátridas sin honestidad sincera!
Son ellos “ingenuos” responsables
del hambre de tanta muchedumbre:
Cáfila de niños y ancianos
con rostros macilentos de inanición:
humillados piden comer por calles,
plazas y restaurantes que bostezan.

La honesta indignación trepa tesonera
al copete contra políticos defraudadores:
¡Remedos caricaturizados de Fouché!,
hasta acidularnos en alma susceptible
hogaza deglutida, codicia para quienes
carecen sombras de pan que masticar.

Otras tantas hormigas desdichadas
hasta el rajado talón, de bichicomes,
por superávit descomunal
de purulencias en moralidad; y
por déficit fabuloso de chamba decente,
decenas de miles:

hombres y mujeres excluidos,
haciendo de cachureadores para llevar
un pobre gazpacho a sus lares quebrados,
que sin descanso mastican sólo hambre.

¡Ayyy, mi amadísimo Perú patriota!
País de las “maravillas” corruptas
visto con aterrados ojos socialistas,
muy enfermo y estropeado.
Ahora, sólo tiene un cielo evidente
para redimir su desventurada vida:

La adhesión, apoyatura incondicional
y cerrado de hijos incorruptibles,
progresistas, que en praxis deberán:

Activar moralidad y cultura política,
y zafarse reciamente de la modorra,
de la telaraña y apatía descomunal.

Aún son escasos, sin duda alguna,
pero crecerán y multiplicarán pronto,
como áurea luz del noble Febeo
que cada rutilante amanecer, pródigo,
cunde coruscantes disfrutes por cimas
de ignotas lejanías de Terra nostra.

Y será excelente alternativa panacea
capaz de medicarlo con soporte
de un fidedigno ideario hermanal,
y de encarrilarlo enseguida a
prolongado periplo de trastoques,
y de cambio histórico memorable:
con la “utopisada” igualdad social.
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Huaraz, 28 JUL 2009

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lunes, 27 de julio de 2009

SIEMPRE... Y HOY... Por: Marga Seoane

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Por: Marga Seoane
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(Argentina)
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Siempre he contemplado el atardecer,
para ver nacer a las estrellas
y ponerles nombres que solo yo sé.
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Siempre me ha maravillado el silencio,
ese que se rescata después de los murmullos,
las risas y los llantos...
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Siempre he tarareado una canción
inventando acordes en el piano.
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Siempre he estado atenta al ritmo de los latidos,
pero hoy ... de pronto, me he quedado callada
escuchando a la vida, como camina aceleradamente...
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Marga®
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Visite:
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sábado, 25 de julio de 2009

ALFORJAS SANMIGUELINAS - CAJAMARCA

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ALFORJAS SANMIGUELINAS
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Nuestro compromiso: donar una Alforja del Arte Textil de San Miguel (Cajamarca) al Museo de la Cultura Peruana, para sus próximas exposiciones; entre tanto impulsamos nuestro propio Museo.
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Víctor Hugo Alvítez Moncada / "Pisadiablo"
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Foto@rte Pisadiablo
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San Miguel - CAJAMARCA - Foto: Miguel Ugaz Montenegro

POEMA: CHIQUIÁN EN MI NOSTALGIA

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CHIQUIÁN EN MI NOSTALGIA
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Por: Efraín Vásquez Veramendi
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Desde la visible distancia y mi felicidad trunca
desde tu añejo campanario en la vetusta iglesia
ahí donde crié mi fe entre salmos y tu voz de bronce
elevo esta plegaria en comunión al tiempo ido.
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Porque tanto te amo, si solo me haz parido
porque te reclamo y angustio mis desvelos
porque mis memorias en perpetuo son tuyos
porque desdeñas tu espacio a mi cuerpo inerte.
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Quimeras me unen a ti, desde tus terrados
de tus balcones prendí, el galanteo de agosto
con aroma de pétalos, espuma y serpentina
al tacón del casco, de entrada en muchedumbre.
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Hoy, el barrizal de tus caminos me requiere
desde el serpentín tortuoso del chaquinani
desde cada esquina que estremece mi repaso
de cada noche entre cuerdas e imberbes voces.
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No hay firmamento que tanto me pertenezca
no hay tanto verdor, ni dorado en tu espiga
que enamore mi pupila y de cierto me seduzca
que conforme mi existencia y mi serrana sombra.
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Si el ventarrón de Chivis enfría el crepúsculo
un poncho nogal a rayas abrigará tus tirites
en la broza del trébol, en tu esmeralda alfalfa
descansaré adrede para adentrarme a tu pulsada.
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Tantas alegorías te han escrito tierra amada
tantos versos plagados de lágrimas y poesía
tantas veces ha tañido mi voz y mi nostalgia
tantas veces te reclamo y otras tantas las ahogo.
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Acaso el hechizo de tu hermosura me deslumbra
acaso el olor de tu arcilla, tanto me subyuga
si esto es así, con templanza y sin piedad me someto
me esclavizo a tu suelo y a él, al final me concedo.
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Sólo así descansará este sentimiento extremo
en afinidad inmortal a tu piel y tus roquedales
entre el cascajo de piedra que acometen tus cactus
entre el canto rodado de Aynìn y el ichu de Matara.
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Nadie que te haya mirado te niega un regreso
nadie desglosa Usgor del tutelar Yerupaja
nadie desestima Putu, ni exceptúa Capillapunta
nadie de teja de admirar y te recomienda.
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No me relevo de ti, si es promesa el reencuentro
jamás me despido de nadie y menos de ti, suelo
jamás te negué en la vida ni te escondí, fiel barro
porque necesito tanto tu fresca humedad, fango.
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Entonces, volveré a ti de mi deliberado exilio
a recoger la hostia que el destino nos señala
a confirmar lo casto del himeneo prometido
a confirmar la pureza del juramento hecho.
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Quiero me esperes con el labio entreabierto
y me abrigues con el envés de tus manos
me susurres quedo y que leve me reclames
porque tanto de tanto, me he demorado.
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Efraín Vásquez Veramendi, poeta telúrico desde adolescente, es autor de CRÓNICAS DE LIMA, y del libro CRÓNICAS CHIQUIANAS.

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HUASTA: IV EXPOFERIA, FIESTA PATRONAL Y SEMANA TURÍSTICA - DEL 02 AL 09 AGO 2009

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HUASTA
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Fiesta Patronal del 04 al 09 de agosto
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Semana Turística, del 02 al 09 de agosto
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Expoferia, días 02, 03 y o4 de agosto
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Información, por cortesía de nuestro amigo comunicador social Alex Milla Curi
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LUIS PARDO: HOMBRE HECHO LEYENDA

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Por: Agustín Zúñiga Gamarra
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Nevado blanco, inmenso y altivo que lucha con hidalguía inquebrantable contra las fauces grises de las oscuras rocas que se abren paso con el calentamiento global. Sí señores, es el gran YERUPAJÁ y sus hermanos Jirishanca, Toro y Rasac, son las insignias del alma, del espíritu, del sentimiento, de la savia y la cultura chiquiana. No hay símbolo mayor que el Yerupajá, este nevado nos une, nos abraza, nos llama, nos convoca a no caer en los oscuros abismos del rencor, de la envidia, la ignorancia y la soberbia. Su blancura debe ser la puerta del encuentro, del acuerdo, del diálogo crítico y sabio.
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Es por esa puerta, que el documental de Carlos Oro Lázaro nos presenta a Chiquián. Y desde el interior de dicha mansión natural, surge nuestro segundo símbolo, inamovible, auténtico, de carne y hueso: LUIS PARDO. Su carácter frío, decidido, seguro no podía ser distinto a su APU Yerupajá, ni su alegría y galantería distintas al clima cálido de Timpoc, Conai o Llamac; ni su voz menos cadenciosa y nítida que su rio Aynin, su gallardía y agilidad en el manejo de los caballos, están presentes en los jinetes de las corridas de toros; su poncho habano y sombrero de paja representan a nuestros hábiles tejedores, y dominadores de la tecnología de los tintes naturales, o las pajas traídas de Piura por los hermanos de Celendin que se afincaron en Chiquián. En suma, nuestros dos símbolos de Chiquián, son auténticos y nos identifican, por eso han trascendido la lógica del mortal, para convertirse en leyenda y estandarte de los imaginarios de justicia, valentía, inteligencia, libertad y solidaridad.
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La pródiga naturaleza y las escabrosas colinas, breñas, zanjas, quebradas y punas de Pancal, Chonta, Quero, Huasta, Yanamarca, Sapahuain, Sajas, Alalas Machay, etc., hicieron que nuestro símbolo corra como un venado y desaparezca tras los arbustos ante los incrédulos verdugos, que llenos de colesterol, subían con aletargados movimientos las rocas; la carencia de oxígeno en la sangre detenía sus mentes, y la sagacidad de Luis, sobrepasaba sus límites. Las tortolitas, los pichuichancas y las huachuas, eran sus amigos, sabía comunicarse en cada curva, en cada atajo, así hubieran sido miles los soldados, igual no habrían podido, porque en su feudo, en su hogar, todas las aves, las cantutas y piedras del camino, sabían que Luís era su hermano, y lo protegían. Si la justicia es esquiva y lenta para los pobres, ¿por qué no puedo buscarla incluso a costa de mi vida?. Si mis hermanos siguen postrados a pesar de las riquezas que otros se llevan, ¿por qué no usar mi inteligencia o blandir mi pecho y solidarizarme con ellos?. Luís Pardo lo hizo.
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Por eso, la trascendencia de nuestro héroe es que, tenemos un símbolo que nos une, está ahí, es parte de nosotros, lo sentimos en cada rayo, en cada canto, en cada calle, en cada esquina. En él se encarnan esos valores reconocidos por todos sus historiadores. Felicitémonos de tener a un hermano de esas cualidades, ¿acaso todas las provincias o departamentos tienen a alguien similar?. Pocos, muy pocos. Por ello sepamos valorar lo que tenemos, aprendamos a reconocernos. Reencontremos nuestra autoestima en nuestra identidad local. Con esa lección histórica, preguntémonos, ¿qué hubiera hecho LUIS en medio de las cosas que nos pasan hoy?. ¿Qué hubiera hecho, si estuviera viendo lo que ocurre con el asfaltado de la carretera Mojón-Chiquián-Huasta-Aquia?. Y, ¿qué hacemos hoy, nosotros?. Las armas son distintas, pero no los valores que nos ha legado: Valentía, Justicia, Solidaridad e Inteligencia, con mayúsculas. Consecuentemente en este homenaje por su centenario, no sólo echemos poesías, versos y cantos al aire que ciertamente lo merece. Sino también, recordémosle, cómo él fue, fundamentalmente un hombre de hechos.
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Por eso, el pueblo chiquiano, que lo conformamos todos, necesitamos y debemos demostrar, que debajo de nuestros ternos, camisas, vestidos, ponchos o llicllas, está la historia viva de nuestro héroe, demostremos en este centenario nuestro rechazo a la injusticia de una obra postergada, salgamos a caminar la Pampa de Lampas cantando La Andarita, convirtamos los adoquines de cemento de la burocracia, en las piedras y arbustos de Pancal, sometamos a los “Toro Mazote” de la dejadez y la corrupción de Zorritos o Abancay, a cumplir su deber. Pongamos en los picos de las huachuas de Conococha y los cóndores de Jirishanca, el mensaje y que anuncien en cada hogar de Bolognesi, que el telón del centenario de su héroe no se bajará sino hasta ver concluida esa obra. Sólo así volveremos a mirarnos como verdaderos coterráneos de Luís Pardo Novoa el inmortal Justiciero Chiquiano.
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Ay, Chiquián, Chiquián querido,
cuánta pena siento al verte
sometido a mil abusos
y esquilmado por los fuertes.
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Desde la cumbre o de la quebrada
con una salva de cinco tiros
yo te saludo, tierra chiquiana
yo te saludo, tierra de amor.
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Todo esto ha venido a mi mente con la obra que he visto de Carlos Oro en homenaje al centenario de Luís Pardo. Con su documental de 18 capítulos y 15 canciones, una pequeña muestra de la inmensa obra de Alberto Carrillo y la creatividad del cantautor, respectivamente. Carlos nos permite ver a nuestro héroe, cabalgando a un brioso alazán, surcando con destreza los cerros de Pancal, fusil al hombro, poncho habano con rayas claras, sombrero y bufanda blanca. Bailando, cantando, apoyando al pobre, enamorando y surcando con su conquista punas y cumbres. En esa peligrosa y comprometida caminata, moraba bajo cataratas, alimentándose de flores de la cantuta para terminar atrapado y muerto cerca a Cajacay. Pero su grito aun sigue vigente:
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Hermanos dónde están mis defensores
para mí no hay clemencia
para mí no hay consuelo
si me han de matar
que me maten ahora,
pero que me maten de frente.
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Soy justiciero, sí señores
justiciero de los pobres
enemigo de los ricos
cuando abuzan a los pobres.
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Carlos Oro, nacido en chiquián, hijo de don Alberto Oro y doña Urbana Lázaro, estudió Transición en Cuspón, luego su Primaria del 1er a 5to grado en el 86214 de Chiquián, Secundaria en el colegio Coronel Bolognesi, culminado sus estudios superiores en la primera promoción del Instituto Superior Tecnológico de Chiquián (ente 1984 a 1988), en la especialidad de Producción Agropecuaria; su infatigable deseo de formarse, lo llevó a continuar sus estudios en la Universidad Enrique Guzmán y Valle, licenciándose en Educación, especialidad en Ciencias Pecuarias. Pero la vena por el arte, lo movió a buscar mayor formación musical, para ello concluyó sus estudios en el Centro Folclórico del Magisterio "Alejandro Vivanco Guerra", especializándose en Quena y Guitarra, y donde actualmente trabaja en calidad de docente nombrado. El vive enfrentando las dificultades de la vida de un maestro, en el Asentamiento Humano San Martín, un hogar que puede no tener las mejores condiciones de equipos o artefactos, pero sobra dignidad, honestidad, amistad y trabajo.
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Luego de verlo y visitar su casa, tuve que reconocer que los hombres emprendedores hacen mucha falta en nuestro país y en nuestros pueblos, son los que hacen y no necesitan saber mucho. El paradigma del presente, del saber y no hacer, debe ser cambiado por el de haciendo encontrar el progreso. Las obras de los grandes hombres se han hecho de más sudor y menos discusión. La obra de Carlos se destaca porque le pone sentimiento, corazón y dedicación. Y sobre todo genera empleo en base a la industria cultural. El sabe a quienes solicitar apoyo para culminar sus obras como estos videos que nos regala en homenaje al Centenario del justiciero chiquiano Luís Pardo. Si todos tuviéramos las mismas agallas de emprender obras a pesar de las dificultades, otro sería la situación. Por eso Carlos Oro, mereces felicitaciones, nos enseñas que para hacer videos no se necesita ser egresado de la mejor escuela de cine, así como para escribir no necesitas tener el diploma de escritor, sino hacer y hacer que es la forma de progresar desbrozando barreras y rompiendo mitos.
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Lima, 23 de Julio de 2009
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Presentación del Documental y Canciones, de Carlos Oro, en homenaje al Centenario del paradigma de Chiquìán, Luis Pardo Novoa. En el Club Ancash, ayer jueves 23 a las 8 pm.
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Una noche de alegrìa y regocijo por la CULTURA. Se dieron cita, unas 130 pesonas, no sólo chiquianos, sino también hermanos de todo Ancash. Felicitaciones para los protagonistas y convocantes de esta noche, los autores de los libros presentados: Filomeno Zubieta y Augusto Escalante y del documental: Carlos Oro. Nos demostraron que en Huacho, se vive cultura y de peso, como lo señaló el historiador y maestro universitario Wilfredo Kapsoli Escudero.
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Luego de la reunión, la tertulia continuó en una cálida sala del club, donde pudimos conocer a los Amigos de Luis Pardo, y muchos integrantes de la Asociaciòn de Escritores y Poetas de Ancash, que comandan este renacimiento de la cultura ancashina en la capital. Particularmente fue una noche para el recuerdo. No puedo dejar de resaltar la presencia del prestigioso arqueólogo Federico Kauffmann Doig, que risueño y sencillo, lo que es tìpico en los que tienen sabiduría, posó para el recuerdo de muchas cámaras.
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Los arrullos del Yerupajá y Conococha, llegaron con la maravillosa voz de Nieves Alvarado y por su puesto de Luis Pardo, perdòn, querìa decir Carlos Oro. Guardo mis saludos finales para la Novia de Luis Pardo, de quién esperamos muy pronto, presentarse en público en algun momento cultural, que ella prometió. Los invitamos a los lectores a conocer a la escritora Verónica Solórzano Vidal.
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Nos queda hermanos chiquianos apoyar la cultura chiquiana comprando cultura chiquiana. Allí están los libros y videos.
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Fuente:
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Blogspot CHIQUIÁN CULTURA de Agustín Zúñiga Gamarra
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